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¡Increíble pero cierto! ¡Llevaba poco tiempo trabajando en una agencia de publicidad importante, como redactor creativo, y acababan de aceptar mi idea para un spot de crema solar de una importante marca de cosméticos! Así que una vez aceptada la idea, el equipo de cuentas y el equipo creativo, junto con unos representantes de la empresa, nos reunimos para decidir emplazamientos y poner en orden presupuestos, contrataciones y todos los papeleos. Se decidió ir a grabar a una playa en Nicaragua, perfecta para el ambiente que requeríamos. Una vez todo arreglado, fuimos al aeropuerto y subimos a un avión que nos iba a llevar a nuestro destino.
Una vez allí, empezaron todos los preparativos. En la playa seleccionada, comenzamos a organizar un pequeño plató donde iba a realizarse la grabación, donde íbamos a situar a los actores, una bella joven junto con un chico fuerte, al que maquillamos como si se hubiese quemado al no haberse protegido con la crema solar de nuestro cliente, así como unas cuantas extras, para que resultase mas creíble. Esto evidentemente creó bastante revuelo entre los habitantes de la zona, que se aproximaban a la zona de rodaje a curiosear. Entre esas personas, había una chica morena que me llamó la atención…
Todo estaba listo, actores, extras, técnicos, realizador…así que avisamos a todos para que fueran a sus posiciones para empezar a grabar. Los actores salieron del maquillaje, cuando de repente la actriz protagonista metió el pie en un hoyo de la arena, torciéndose el tobillo. El médico la examino y nos comentó que se había hecho un esguince bastante fuerte, que requería tratamiento inmediato para que no empeorase. Esto suponía un serio contratiempo, cada día suponía dinero de más, y el cliente no estaba dispuesto a pagar un céntimo más. En ese momento me acordé de la chica que me había llamado la atención, recé para que siguiera donde la había visto, y ahí estaba… Me acerqué a ella, y traté de convencerla para que hiciese de solución improvisada, que daba el tipo y no tenía que decir nada, solo sonreír y ponerse la crema, y que se le pagaría una cierta cantidad de dinero. Finalmente aceptó, y una vez lista, comenzó el rodaje
Esta chica se llamaba Reyna, y lucía un precioso cuerpo moreno, únicamente cubierto con un pequeño bikini rojo, que debido a su tamaño dejaba bastante poco a la imaginación.... Y desde luego, tenía dotes de actriz, ya que hizo su papel a la perfección, salvándonos a todos el cuello. Cuando todo terminó, le di las gracias, y le invité a una pequeña fiesta que teníamos previsto realizar esa noche en nuestro hotel todos los miembros del equipo, cosa que ella aceptó encantada, diciendo que le había encantado trabajar con nosotros, y me preguntó si el anuncio iba a emitirse en Nicaragua, para que lo viese su familia. Yo no pude evitar reírme, y le dije que no, que era solo para España, pero que no se preocupase que le haría llegar una copia para ella. Me dio las gracias, un inocente beso en la mejilla, y se despidió hasta la noche.
Esa noche a las 8, comenzó la fiesta, en nuestro. No era uno de esos lujosos que suelen verse en la playa, pero estaba bastante bien y desde luego estaba en primera línea de playa, lo cual era bastante agradable, sobre todo por la noche, al poder oír el suave romper de las olas desde la habitación. La fiesta se organizó en una pequeña terraza del hotel y allí estábamos todo el equipo de la agencia, el representante de la empresa , actores y los colaboradores nicaragüenses. La última en llegar fue Reyna, que tuvo algunos problemas para entrar, ya que el guardia de seguridad no le dejaba entrar. Hablé con él, y disculpándose, la dejo pasar, donde de nuevo y con una sonrisa en la boca, me dio un casto beso en la mejilla para darme las gracias. Iba vestida con un traje de noche color mostaza bastante elegante que resaltaba su bonito cuerpo, y marcaba bien sus curvas.
En la cena se puso a mi lado, y estuvimos charlando animadamente mientras comíamos. Después de la cena, pusieron una discoteca móvil, y fue ahí cuando Reyna me invitó a bailar. Yo bailando parezco un pato, así que me dejé llevar por la chica, que se movía muy bien, y he de admitir que de manera muy sensual, por lo que me excité bastante. La música era por lo general salsa, ballenato y ritmos caribeños, pero de vez en cuando ponían alguna balada. Fue al ritmo de una de ellas, en la que Reyna se acerco a mí, y me abrazó. Me dio las gracias por todo al oído, y no pude aguantar más la tentación. Comenzamos a besarnos apasionadamente, pasando nuestras manos por nuestros cuerpos, como si no hubiese nadie más allí…Pero si lo había, así que tomándome la mano, me llevó hacia la playa, donde nos echamos en la arena y volvimos a besarnos.
De repente, dejó de besarme, y me propuso que nos diésemos un baño. No me dio tiempo a contestar, cuando se puso de pie, y despojándose de su vestido y de la ropa interior, fue corriendo desnuda hacia el agua. Yo no pude hacer otra cosa que imitarla, y me lancé juguetonamente sobre ella, apretándola contra mí, y rozando nuestros cuerpos desnudos y mojados el uno junto al otro. Otra vez comenzaron los tocamientos, comenzando ella a masturbarme suavemente, mientras yo ahora mordía sus pequeños pezones marrones, duros por la excitación y por el frescor del agua. No puedo decir que yo esté extremadamente dotado, 18 cm, pero cada uno de ellos estaba durísimos por lo excitante de la situación. Poco a poco fuimos andando entre besos y lametones hasta la orilla de nuevo, y nos dejamos caer en la arena mojada.
Ella estaba tumbada de espaldas, y respiraba entrecortadamente mientras yo jugaba con su clítoris con mis dedos y lamía su cuello. Decidí que era el momento de meter mi lengua entre sus piernas y hacerla disfrutar, pero ella al ver lo que iba a hacer me dijo que prefería hacer otra cosa. Me tumbo a mi, y se puso en posición de 69…quería que disfrutásemos los dos a la vez. Agarró mi polla con sus manos y empezó a besarla y a hacer círculos con su lengua en mi glande, mientras yo introducía mi lengua dentro de su rajita mientras también con mi dedo jugueteaba con su clítoris. El calor que yo sentía en mi miembro cada vez que ella se lo introducía en la boca me volvía loco de placer, y Reyna a su vez emitía pequeños gemidos cada vez que mi lengua torneaba su clítoris. Así estuvimos varios minutos, hasta que decidimos pasar a algo más fuerte. Reyna se tumbó boca abajo para recibir las pequeñas olas que había, mientras yo pasaba mi polla desde sus pechos, rozando la puntita con sus pezones, y deslizándome poco a poco hasta su coñito, pasándola despacito por su clítoris, y metiendo solo la cabecita.
Reyna gimió débilmente, y sonriendo, me invitó a que siguiera entrando. Así lo hice, dejándome caer sobre ella, y metiéndome hasta lo más profundo posible. Cerré los ojos al notar el calor de su ser envolviéndome, y comencé a bombear lentamente, pero sin pararme, provocando un pequeño chapoteo con el agua que hacía aún más excitante la situación. Empecé a acelerar mientras lamía el cuello de Reyna, y sus pechos, y de nuevo a su cuello y a besarla apasionadamente. Estábamos en el máximo grado de excitación, los dos gemíamos sin disimular, disfrutando del momento, hasta que no pudimos más. Me apretó contra ella y susurrándome que no me preocupase, que tomaba la píldora, vertí todo mi semen en su interior, mientras notaba sus fluidos deslizarse en mi miembro. Así nos quedamos un buen rato, yo dentro de ella, exhausto, y ella abrazada a mí, también respirando entrecordamente, pero sonriendo. Tras descansar más o menos media hora, nos duchamos en las duchas que habían en la playa, y tras vestirnos, subimos a mi habitación, donde dormimos hasta el día siguiente.
Esa mañana nos levantamos, y bajamos a desayunar. Bajo nos esperaban mis compañeros, que al vernos llegar nos pidieron entre risas que la próxima vez fuésemos más discretos, aunque reconocieron que había sido un bonito espectáculo para acabar de celebrar la fiesta. Nosotros, aunque avergonzados, les prometimos repetir el show, y así lo hicimos…varias veces.
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