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Tenía 11 años cuando vi a mi hermano por primera vez masturbándose, él tenía 14 años y lo encontré con pelis porno en la computadora, por lo que me fui rápidamente. Eso propició lograr que él me contase todo sobre sexo y de sus experiencias.
Un día, teniendo yo 14 años y él 17, entré al baño y lo pillé desnudo, tenía una erección impresionante, nunca me había fijado en el miembro de mi hermano pero sin duda no estaba nada mal.
¿Andrea, qué te pasa?-preguntó con normalidad al verme.
Na…nada-le dije entrecortada-Que no sabía que estabas aquí.
Tranquila no hay nada que no hayas visto antes-Y siguió secándose.
Me fui corriendo a mi habitación, me quité la bombachita y vi que estaba empapada, él ya me había contado que las mujeres cuando se excitaban mojaban los calzones y también me había contado como se hacía un dedo; yo nunca lo había hecho, pero ese día lo hice por primera vez, pensando en mi hermano, que morbo! Empecé tocándome por fuera con la yema de los dedos y pasándolos por mi conchita. me sentía muy bien así por lo que me atreví a meter el primer dedo y estuve moviéndolo en círculos y haciendo movimientos de mete-saca, encontré mi clítoris y me toqué mucho por ahí hasta que sentí una especie de descarga eléctrica directamente en mi cerebro, fue delicioso, me encantó.
A partir de entonces me tocaba cada noche pensando en mi hermano, pero llegó un momento en el que no me bastaba, necesitaba más, quería montármelo, que él me desvirgara, quien mejor alguien de la familia para esas cosas pensé. A esa edad medía 1,54, tenía el pelo ondulado de color castaño largo hasta mis pechos y era de piel bien blanca, tenía muy buen culo, o por lo menos eso me decía mi hermano y era delgadita con bastantes pechos para mi edad.
Un día elaboré un plan. Lo primero que hice fue ponerme a espiar en su computadora, y lo que encontré me impresionó, había varias carpetas con material pornográfico, lo que me permitió conocer los gustos de mi hermano; una de las carpetas tenía mi nombre, y en ella habían fotos mías en ropa interior y de mis tangas, eso me excitó mucho ya que pensé en mi hermano pajeándose mientras miraba mis fotos. También encontré fotos suyas desnudo, las cuales pasé a mi pc para en un futuro usarlas para tocarme o para chantajearle si el plan no salía bien. Después miré sus conversaciones y vi que les había pasado mis fotos a sus amigos, eso me enojó mucho, pero después se transformó en excitación, al pensar que a mi hermano y a otros hombres yo les atraía, por lo que pasé a la segunda fase de mi plan.
Sabía que sería fácil calentarlo, por lo que un día, después de ducharme, fui hasta el salón donde estaba él fui tapada con una toalla y solamente una tanga debajo y un corpiño en mis manos, y le pedí que me lo pusiese, me quité la toalla completamente y vi como él me miraba el culo y como el hilo finito entraba por mi rajita cuando me lo puso me di la vuelta y le pregunte que tal me quedaba el no paraba de mirarme de arriba abajo no se imaginaba lo bn que le podían quedar a su hermanita pequeña su ropa interior y entre balbuceos me dijo que me quedaba muy bien; lo llevé a mi habitación y me probé mis modelitos delante suyo, sobre todo los más provocativos y cuando acabamos me fijé en su paquete, lo tenía tan enorme que parecía que se le iba a reventar y se fue al baño, seguramente a masturbarse, lo cual me puso a mil, así que yo hice lo mismo. El resto de la semana continué calentándolo yendo por la casa con camisetas de tirantes que dejaban mi ombligo al aire y sin corpiño y cosas por el estilo; a veces después de la ducha si mis padres no estaban pasaba desnuda por el salón para agarrar mi ropa y vestirme, y él empezaba a pajearse cuando yo me iba, yo lo espiaba a escondidas y hacia lo mismo.
Yo ya lo tenía decidido, me lo tenía que coger, así que un día, después de calentarlo como hacía siempre, me fui a la ducha y cuando estaba en el baño lo llamé, él entró y me vio en tanga, mirándolo con picardía le dije que si quería se podía duchar conmigo, rápidamente se quitó toda la ropa: a esa edad era alto, 1,74,y bastante delgadito, aunque acababa de empezar el gimnasio y ya se le empezaba a notar el trabajo; cuando bajé la mirada vi su enorme miembro increíblemente duro y le dije cómo has cambiado, hermanito, ya sos todo un hombre, a lo que él se acercó y me empezó a besar dulcemente y con pasión, me besó por todas parte, se detuvo en mis pechitos que lo volvían loco y me los masajeó mientras me besaba los pezoncitos, luego empezó a bajar y me quitó la tanguita, empezó a besar mis muslos para ir subiendo a mi vagina que para ese entonces tenía pocos pelos, empezó a lamer mi rajita hasta que me empezó a meter la lengua, lo cual me hizo gozar muchísimo. Así estuvimos un buen rato hasta que empezó a hacerlo mas fuerte, a meterme un dedo y luego dos, me vine en su boca y se tragó mis primeros jugos. Entonces se sentó en la tapa del inodoro y me indicó cómo me tenía que agachar, así empecé a lamerle el pene de arriba a abajo, dándole besitos, le lamí los huevos y le metí un lametón desde éstos hasta la cabecita de su miembro, seguidamente me la metí en la boca y empecé mamársela, era impresionante notar su miembro ardiendo en mi boca, me dijo que estaba a punto de correrse y le dije que lo hiciera en la boca igual que yo hice con él, pero me dijo que tuviese paciencia. Ahí fue cuando me sentó encima suyo y me comenzó a introducir su miembro muy despacito, casi sin que me diera cuenta, hasta que sentí un agudo dolor, tal como un pinchazo que me hizo desbordar las lágrimas. Era mi himen que no soportó tanto empuje y cedió ante la dureza del invasor, con lo que caducó mi virginidad. Mi hermano quiso parar y sacarla, pero a pesar del dolor me negué, me encantaban sus movimientos lentos, ese suave vaivén; después de un rato de estar así empezó a moverse más rápido, y yo cabalgaba encima suyo, nos estaba encantando, al punto que tuve otro orgasmo. Luego cambiamos de postura y así un par de veces hasta que me dijo que ya no aguantaba más, por lo que me la sacó y volví a chupársela muy fuerte hasta que eyaculó en mi boca, cosa me encantó y su leche desbordaba mi boca, no podía contener tanto líquido en ella así que me tragué una buena parte, después le limpie la verga con mi lengua y nos besamos, nos duchamos juntos y desde entonces siempre que podemos hacemos cositas juntos
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