De regreso después de un largo tiempo…

Mi amigo e iniciador Beto me había propuesto participar de una “Bienvenida de Soltero”, propuesta a la cual accedí. A modo de práctica había hecho un baile erótico para mi anfitrión que terminó indefectiblemente en una sabrosa cogida, sumando un segundo polvo a la tarde.
Luego de descansar tomamos algo para refrescarnos, yo había ido al baño a higienizarme y acomodar mi atuendo que por cierto, había quedado bastante maltrecho luego de las arremetidas de mi amante. Mientras charlábamos Beto me contó cómo sería más o menos la cosa, yo tendría que llegar a la hora pactada, presentarme, hacer un pequeño show, cobrar y retirarme. En caso que la cosa se caliente y alguno quisiera tener sexo eso se cobraría por aparte. Estaríamos comunicados cada media hora como para darle seriedad y profesionalismo al asunto. Fijamos las tarifas y Beto me aclaró que todo el dinero recibido sería para mí, a él no le interesaba participar de las ganancias.
Una vez resuelto todo me dijo que tenía una sorpresa para mí, había invitado a un par de amigos para conocerme, y siempre que yo estuviese de acuerdo, estaban dispuestos a pagar por un poco de diversión. También me aclaró que no esperaba que yo haya asistido a la cita “transformado”, así que ese plus sin duda aumentaba la tarifa. La cosa era clara, con solo un “si” estaba por entrar en el mundo de la prostitución. Hasta ahora todo el sexo que había tenido con mis dos amantes había sido sin nada a cambio, solo por el placer de recibir y dar satisfacción. La idea de cobrar por hacer y que me hagan lo que tanto me gustaba realmente me atraía. Ya con Beto no tenía ningún pudor, así que luego de pensarlo brevemente le dije que aceptaba. Beto no se sorprendió conociendo mi respuesta de antemano y me dijo que me prepare, que los llamaría a los chicos. Juntos pactamos los precios, oral, anal, completo y doblete por si los chicos se sobrecalentaban. También acordamos que el anal sería si o si con preservativo, hasta ahora con mis amigos nunca habíamos usado. Una vez charlado todo me dirigí a la habitación donde había conocido a Dani y la preparé para mis visitantes.
Para mi sorpresa los chicos no tardaron nada en llegar, indudablemente habían estado esperando afuera y sin duda había presenciado la llegada con el oral, el espectáculo y la posterior cogida.
Los escuché charlar animadamente, luego Beto me llamó para presentarme, debo reconocer que salí de la habitación un poco nervioso, los salude a los chicos con un beso, Beto me pidió que diese una vuelta para mostrarme, los chicos se mostraron sorprendidos, esperaban a un chico afeminado y se encontraron con casi una nena. Rápidamente uno dijo que quería entra primero, a lo que Beto respondió haciéndole conocer las tarifas, para mi sorpresa el chico sacó el dinero sin titubear y pagó un completo, yo lo mire sorprendido a Beto y este me dijo que en la mesa de luz estaban los forros.
Lo tomé de la mano, entramos a la habitación y cerré la puerta. Una vez adentro me preguntó “¿realmente sos un puto?, porque estas bastante bien”, le dije que si bajando la mirada, la pregunta me incomodó un poco. Era un chico de unos 18 o 19 años, bastante bien parecido, no muy alto pero fornido. Me dijo “bueno, veamos que sabes hacer”, y se acercó a mí, puso sus manos en mis hombros y me bajo para que me siente en el borde de la cama. Yo no opuse resistencia y entendí lo que quería. Me senté y quedé a la altura de su pantalón, bajé lentamente el cierre y puse mi mano encima de su slip, comencé a sobarlo lentamente a lo que su miembro respondió parándose rápidamente. El me agarró la cabeza y comenzó a refregármela por encima de su ropa, una vez liberado desabroché el pantalón y lo bajé hasta las rodillas, pude ver que el paquete no era nada pequeño, digamos de normal para arriba. Le pasé mi cara por encima un momento y luego bajé el slip para descubrir su pene que a esa altura ya estaba en su esplendor. Era un pene venoso, con una cabeza brillante. Lo tomé en mi mano y lentamente lo acerqué a mi boca, le di una primera probada con mi lengua y realmente no me desagradó, lo seguí lamiendo y fui descubriendo su prepucio que dejo ver una cabeza roja y brillante. Lo introduje en mi boca y comencé un lento vaivén, el respondía con pequeños gruñidos, mientras que mi boca se comenzaba a deleitar con sus jugos preseminales. Una vez que el miembro se le puso jugoso ataqué sus testículos que eran bastante peludos por lo que preferí masajearlos más que sobárselos. Seguidamente me introduje nuevamente su pene en la boca y comencé una chupada más frenética, su pene recorría toda mi boca chocando a veces con mis dientes a lo que él respondía con gruñidos, sus jugos si iban confundiendo con mi saliva y comencé a tragar lentamente lo que me provocaba un placer inmenso, yo no le quitaba la vista de sus ojos y eso lo exitaba cada vez más. Cuando comenzó a apurar el ritmo me di cuenta que estaba por acabar, así que saqué su miembro de mi boca y le dije que se calmara ya que todavía tenía que cogerme. Sin duda frenamos a tiempo porque pude ver en la expresión de su rostro que estaba a punto de eyacular. Lo traté de calmar besando su entrepierna pero sin tocar su pene que parecía un volcán a punto de estallar. Mientras respiraba profundo se fue tranquilizando y me pidió que me desvistiera …

Bueno, se hizo largo así que el resto se los cuento en la próxima. Si les gusto y quieren saber cómo terminó la tarde escríbanme. Un beso …