-¿Qué harías si voy un día sin ropa interior?.
-No sé, no creo que tú fueses capaz.
Esa era la conversación con mi novio, estábamos hablando por teléfono de situaciones sexuales.
Al otro día nos juntamos. Yo iba vestida con una falda, una camiseta fina y unas zapatillas. Hacía bastante calor y quería estar lo más ligera posible. Él me estaba esperando en el metro. Al verme dijo: -Te ves muy linda-, y nada más. Caminamos hasta su departamento, estaba solo: su madre y su hermano estaban trabajando.
Fuimos hasta su habitación, que más bien parecía un horno, y nos pusimos a ver una película, como cada fin de semana. Era muy aburrida y se lo dije, pero siguió prestándole atención. Yo me cansé y empecé a acariciarle el pelo, y noté como eso tenía sus efectos. Estaba detrás de mí y sentí como su polla se endureció. Eso me entusiasmó y me di vuelta y empezamos a besarnos. Me tomó por la cintura y eso me excitó mucho. Ambos estábamos excitados.
Le saqué la camisa y me quedó mirando fijo, jamás lo había hecho.
-Ni te imaginas la sorpresa que te tengo-, le dije. Me puse sobre él, le desabroché el pantalón y le bajé su ropa interior.
-¿Qué haces?-, me preguntó. -Shhh... Cierra los ojos, es una sorpresa-. Tomé su gran y duro pene y empecé a chuparlo, pasaba mi lengua y me lo introducía en mi boca. Noté como estaba excitado. Ya me había cansado de ser la niña buena que no mata una mosca.
-Mi amor, ah... me encanta la sorpresa-.
-Aún no empieza la sorpresa, esto era sólo el comienzo-.
-¿Qué?.
Subí mi falda hasta la cintura, no llevaba ropa interior, y me saqué la camiseta. Tomé su polla aún dura y me la metí, él se sorprendió pero no dijo nada. Puso sus manos sobre mis tetas duras por lo excitada que estaba y yo comencé a moverme fuertemente. Luego bajó sus manos hasta mi cintura y siguió hasta mi gran culo. Sentía como mi coño ardía de placer. Era nuestra primera vez.
Sentí el orgasmo venir y noté como él también estaba terminando, así que fui lentamente hasta que ambos gemimos. Sentí como su semen invadía mi coñito caliente. Me recosté a su lado y estuvimos un rato abrazados. Luego me vestí y me fui, mi suegra estaba en la entrada.