No aguanto ya la idea de tener que abortar. Escucho tanto gemido de otras mujeres en esta tétrica clínica clandestina. El pasillo esta alumbrado con tres lámparas amarillentas, huele a formol, las personas andan como entes, las enfermeras visten como carniceros, es un asco.
¿Cuántas Madres asesinas antes visitaron esta clínica?, ¿Cuántos bebes habrán destripado? El solo pensarlo me deprime aun más.

¿Por qué tenia que haberme embarazado? Cada día que me crece más la panza, pienso que la tragedia me cobija.

Mi novio, pobre imbecil, no quiere reconocer al bebe. Debería haberme apoyado, no traerme a este lugar; le falta mucho para ser hombre.

Me gustaría mucho tener este bebe. ¿Quién lo piensa cuando esta teniendo tanto placer?, Pero así fue, y desde que no me llego la regla, ha sido confusión y malos entendidos.

A cada momento que pasa recuerdo aquella noche, en la cual pude, por primera vez, estar con la persona que de verdad amo, que deseaba intensamente, Mi pasión por Él es tan grande, que aun después de todo lo sigo amando en secreto.

Esa noche, llego borracho. Cuando se hubo acostado, me introduje silenciosa en su habitación; le quite la ropa despacio, sin que se diera cuenta. Lo aprecie desnudo, tan hermoso, tan grande. Lo comencé a acariciar, le bese él pené, lo sentía. Él estaba somnoliento, me penetro. lo poseí. Por fin era mío. Tantas noches en vela, desde que eramos niños, cuando jugábamos al Papa y la Mama, cuando me llevo del brazo en Mis quince años, cuando por accidente nos besamos, siempre esperando este momento mágico, Mi primera vez, siempre lo había soñado así.

Aquí estoy esperando el momento de acabar con la vida de este ser que nunca conocerá la luz, y aun así solo deseo estar de nuevo con el hombre que de verdad amo, aquel que me hizo mujer…

Mi Hermano.

Dubanok