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"Una vez más, es difícil de encontrar una categoría donde encajar. Pero con Sofí, durara lo que durara, sería una pareja distinta, fuerte y cómplice, sobre todo cómplice. Lo que estaba por venir será…"
Como dije en el anterior relato, me dejo desconcertado el GRACIAS de David cuando me fui. Estaba desayunando y pensando en ello, cuando mi madre apareció por la cocina y me pregunto qué andaría pensando. Le dije que nada, ella no me creyó porque me conocía bien, me dijo que me veía muy pensativo, yo no hice ningún comentario. Pero siguió insistiendo, hasta que después de decir muchas cosas, cuando dijo si era por lo de la universidad, yo vi el cielo abierto y ella dándome un abrazo, me confeso que me lo iban a decir el fin de semana, como una sorpresa, pero que me habían admitido en una que hay en la provincia de Alicante, donde están de profesores mi tía la hermana de mi madre, más pequeña que ella y su marido.
Mi ilusión de siempre era ir a esa universidad a estudiar, pero ahora con lo que estaba viviendo me entraron las dudas, pero para redondearlo estaba la vuelta de Sofí. Que además de ser una buenísima amiga, se había convertido de patito feo en un cisne precioso.
Yo notaba en mí, que la amistad que siempre había profesado a Sofí, se estaba convirtiendo en deseo y algo más, algo distinto. Y digo algo distinto, porque hasta ahora no me preocupaba que nadie se enterara de mi vida, pero si me preocupaba que Sofí se enterar y no me entendiese.
Mi madre volvió a interrumpir mis pensamientos, para decirme que como se suponía que era una sorpresa, no podía decir nada a nadie y menos a mi padre. Le dije que no se preocupara. Para que no siguiera preguntando me fui al gimnasio y luego a la piscina.
En el gimnasio me puse a hacer ejercicio como un loco, para distraer la mente. Cuando lo estaba consiguiendo, apareció Sofí con dos chicas del barrio. Las conocía de vista, de un hola y un adiós, poco más. Venían espectaculares, pero Sofí era demasiado. Ella se acercó y me dio dos besos, me dijo al oído, para dar envidia a las amigas, nos reímos los dos.
Terminé mío ciclo de ejercicios y decidí irme, no podía aguantar más la visión del cuerpo de Sofí con esa indumentaria. La miré y la dije un adiós con la mano, ella me saludo también y me fui. Cuando me encaminaba hacia la piscina, note que me había puesto medio “contento” viendo a Sofí. Esperaba que cuando llegara a la piscina, ya me hubiera tranquilizado.
Una vez en la piscina, me veo al grupito de mujeres, hay diez, entre ellas está mi madre, la madre de Sofí, pero también Maite y Carmen, vaya peligro. Mi madre me ve y me dice… Carlos que bien que estés aquí, que nos faltan varias hamacas y están en el cuarto de la depuradora. Nadie se atreve a ir por si sale algún bicho. ¡YA! Digo yo, lo que pasa que nadie se quiere ensuciar. Pero para no dejar mal a mi madre, pregunté que cuantas necesitaban y me fui hacia la depuradora.
Estaba como en un sótano. Hacía falta una limpieza. Saqué la primera y la subí, no pesaba nada, lo que pasaba que eran rígidas de una sola pieza y el recoveco de la escalera complicaba un poco sacarla uno solo. Se la deje a ellas y fui por las otras dos, pero antes de eso, dije, alguna me tiene que ayudar, que las otras están en lo alto y es un follón, Maite sin pensárselo me dice que espere que se ponga la camisola y me ayuda. Vale yo voy bajando. Estaba esperándola para desahogarme, cuando oigo voces, pienso que ya me fastidiaron, pero, todo lo contrario, es Carmen que viene con Maite, ya venía justificándose.
Maite ni se lo pensó vino me beso, metiéndome la lengua hasta el fondo de la garganta y tocándome la polla, cuando dejo de besarme, miro a Carmen para decirla, juventud divino tesoro, después de hartarnos a follar ayer noche, mira como esta… bajándome el pantalón corto y enseñándole mi polla.
-Ven agáchate y cómetela, no seas tonta, le dijo a Carmen.
Carmen estaba dubitativa, pero se la notaba las ganas. Así que Maite se puso de cuclillas y empezó a hacer una mamada como si hiciera mucho tiempo que no se comía una polla. Mientras se hacía con la otra mano una paja y me asombro que se corriera tan rápido. A mí todavía me faltaba.
Se fue hacia Carmen, la toco y me dijo ven, mira la putita como esta, enseñándome los dedos mojados, se los chupo… me acerqué y comprobé con mis dedos que era verdad, estaba muy mojada. No decía nada, solo miraba con ojos muy abiertos. Así que la di la vuelta, la apoyé contra la pared, la empecé a separar la braguita del bikini y ella sin decir nada, puso el culito en posición.
Apunte mi polla a la entrada de su coñito y empecé a meterla suavemente, Maite dijo que se llevaba una hamaca y que la follara bien, que era muy puta. Se fue y en ese momento se la metí hasta los huevos, la follaba lentamente, la sacaba casi toda y volvía a empezar. Ella se movía más rápido, pero yo se lo impedía, me decía con voz casi ininteligible que más rápido. Yo hacía como si no la oyera bien.
Hasta que se hartó y no sé de donde le salió una voz potente… JODER, QUIERES FOLLARME BIEN DE UNA VEZ… La empecé a follar duro y ella solo dijo un SIIIIIIIIIIIIIII… gemía y gemía, hasta que se corrió. Dije ahora me toca correrme a mí, agáchate, ella no lo dudo me la chupo un rato, hasta que me puse a hacerme yo la paja, ella con la boca abierta recibió toda mi corrida y cuando se iba a ir, la dije que me la limpiara bien, lo que hizo por cierto muy bien.
Se levantó, no decía nada, se dio la vuelta para irse y la cogí de un brazo, cuando dio la vuelta, mirándola a los ojos… “Me encanta lo modosita que pareces y lo puta que puedes llegar a ser, me vuelves loco”, me miró fijamente, me sonrió y me sorprendió, pero mucho más me sorprendió cuando se acercó me beso morbosamente, acercando luego su boca a mi oído, diciéndome, tú y esto, agarrándome la polla, sí que me vuelven loca a mí. Esta vez sí se marchó meneando exageradamente su culo. Descanse un poco y saque la última hamaca.
Cuando llegue con la hamaca, vi que la madre de Sofí, le daba un ligero toque a mi madre. Informándome mi madre que Sofí había llegado hacia un ratito. Menudas casamenteras.
Antes de acercarme a Sofí me di un chapuzón y después me salí acercándome a ella. Sofí según me acercaba se sonreía y cuando llegué hasta donde estaba ella, me dijo riéndose, a que te han dicho que estaba aquí, la dije que sí y ella me dijo que a ella le habían dicho que estaba cogiendo hamacas que, si quería una que me acercara, menos mal que no se acercó, pensé.
Los dos al unísono dijimos, que peligrosas que son nuestras madres. Nos miramos y yo creo que nos saltaron chispas, por lo menos a mí, pero estoy seguro que a ella también. Esa noche en el local social se celebraba el cumpleaños de Jorge, que cumplía 18 años. Sofí me pregunto si yo tenía pensado ir. Jorge era un buen amigo mío, pero no me apetecía mucho ir, porque no irían solo los que solíamos salir juntos, irían más gente, que la verdad no me hacían gracia.
Sofí me pidió de por favor que fuera, que la acompañara. Que ella se había comprometido a ir. Así que la dije que vale. A las nueve y media en punto de la noche, toque en el portero automático de su casa, para decirla que ya estaba, que cuando quisiera bajase. Cuando oigo la voz de su padre, un hombre bastante serio y distante, como buen militar, o eso es lo que me parecía a mí, que me dice, aunque parecía una orden, que subiera.
Subo me saluda el padre y la madre, que además me dice que ahora mismo sale Sofí. El padre me empieza a divertir, sobre la bebida, las drogas… yo me limito a mover la cabeza y poco más, solo deseo salir de allí.
Cuando de pronto aparece Sofí, con un vestido de color verde (aunque todo el mundo decía verde hoja), que la quedaba como un guante, yo creo que se me callo hasta la baba. Me despedí de los padres y nos fuimos. Me quede mudo, estábamos esperando el ascensor, cuando Sofí me dijo si no me gustaba el vestido o es que no le sentaba bien. Se abrieron las puertas del ascensor, seguía sin decir nada. Ella se me quedo mirando… no sé ni cómo ni de qué manera, pero de pronto estábamos besándonos y abrazados. Se abrió la puerta del ascensor y unos vecinos nos pillaron. Eso quería decir que al día siguiente lo sabría todo el mundo.
Ella una vez que salimos del ascensor me dijo que ya era hora. Llegamos al local y la verdad que en el trayecto mientras andábamos, hablamos poco. No había pasado una hora, cuando Rafa otro buen amigo, nos dijo que unos cuantos se iban para su casa que sus padres no estaban, que si nos íbamos con ellos. Rápidamente dijimos que sí y nos marchamos.
En la casa estábamos cuatro parejas, la única diferencia es que los demás eran parejas consolidadas. Yo veía a Sofí con la novia de Rafa, algo hablaban y miraban. Yo le dije a Rafa si había alguna habitación en la que poder estar, me dijo que ningún problema y me dijo cual.
Cuando llevábamos un rato, cogí a Sofí y la pregunté al oído si le apetecía más que estuviéramos solos, ella me dijo que sí. Me levanté la di la mano y nos fuimos para la habitación que me dijo Rafa.
Una vez solos, nos besamos, abrazamos, levante su vestido y pude ver que llevaba una minúscula tanguita en el cual la parte trasera se le metía en su culito y en la parte delantera se notaba que estaba húmeda debido que su coñito tenía metido una parte de la tela de su ropa interior, continuamos besándonos y acariciándonos, ella dejo caer su vestido, quedándose con el tanguita solo, porque no llevaba más ropa interior, esos pechos eran fabulosos, me acerque la bese y ella se apartó tumbándose en la cama. Yo empecé a acariciar esa hendidura hirviente al contacto de mis dedos sobre su coñito, ella se estremeció y eso me provocó un buen subidón. Tenía la polla bien, bien dura, quería metérsela en ese mismo momento sólo que me dispuse a torturarla un poco.
Así que terminé de desvestirla y bajé mi cara hacia aquel coñito y me dispuse a lamerlo. Ella comenzó a moverse mientras que con las manos se acariciaba sus tetas, así que decidí ayudarla y pellizqué un pezón. UUHHHMMMM, AAHHHHHHH suspiró ella, mientras que con mi otra mano abría los labios vaginales para que mi lengua entrara en lo más profundo de su ser. Ella fue notar mi lengua y se empezó a agitar más y más, dando un grito… AAAHHHHHHHH MI AMOR, SIGUE, SIGUE… para luego decir también… PARA, PARA PAAAARA, estaba cerca de correrse y rápidamente.
Yo, mientras tanto, continuaba con las lamidas cada vez más rápidas hasta que sentí que mi cara se mojaba de sus jugos vaginales, haciendo se corriera a pesar de su resistencia. Me quiete los boxers que era la única prenda que me quedaba a mi dije: “Bien, mi amor, ahora es tu turno” y sin decir nada más ella tomó mi polla y se lo introdujo en la boca. Chupaba desesperada, como si fuera la vida en ello. No sé si por el tamaño o es que tenía poca experiencia, pero me hizo un par de veces daño con los dientes. Yo solo la decía que tranquila, que no estuviera nerviosa.
Le dije que se tumbara, la mire a los ojos y la dije que iba a hacer lo que llevo tanto tiempo deseando, ella no dijo nada, solo me miraba, como con intriga. Me coloque entre sus piernas, ya me había colocado el condón, le pasaba mi polla por sus labios vaginales, ella se movía. Acerqué mi polla a la entrada de su coñito, yo la notaba nerviosa y pensé que lo mismo era por el tamaño.
Una vez que empecé a meterla, me di cuenta de que costaba y ella ponía cara de dolor. Me vino a la mente algo, pero no podía ser, pensé. ¿Sofí eres virgen?, ella por única contestación fue cruzar sus piernas por mi espalda y decirme, despacito pero no te pares y me tapo mi boca con sus labios, besándome.
Fui poco a poco, con tranquilidad sin prisas. Paro de besarme cuando la tenía toda dentro y yo me pare, para que se hiciera a ella. Mi polla estaba demasiado aprisionada, a pesar de estar Sofí muy mojada. Cuando note que ella se empieza a mover, se mordía los labios, seguía moviéndose cada vez más. Así que comencé a bombearla con más fuerzas. Ella gritaba y yo, mientras empujaba con más determinación, veía como se movían sus tetas con furia… AAAAHHHHHHHHHHH… UUUHHHMMMMM SII… SIIIIIIII QUE DELICIA MI AMOR, decía ella sin parar, me aviso que estaba a punto de venirse y fue empezar a correrse, cuando yo empecé a meter y sacar con toda la fuerza, corriéndome con ella a la vez. La miré y vi que le salían unas lágrimas. Preocupado la pregunte por que lloraba, ella me agarro la cara y besándome una y otra vez, me dijo que, de felicidad, que había sido maravilloso y que me quería.
Me quede un poco cortado y nos tumbamos uno al lado del otro. Preguntándome ella que pensaba.
Le dije que me sorprendió lo de su virginidad. Que habiendo tenido novietes como ella me dijo, además de ese amor que dejo… que me sorprendió.
-Te contare una cosa porque confió en ti, no por lo de hoy, sabes que de siempre.
-Cuéntame, dije.
-Lo primero es que ese gran amor que me comento en su momento, era una mujer mayor que yo. Lo de los novietes no lo tenía muy claro.
-Me sigue sorprendiendo que ninguno intentara nada, con ese cuerpazo que tienes.
-Jajaja, gracias por el piropo, es el primero que me dices. Me daba miedo quedarme embarazada, sobre todo por mi padre, así que lo hacía por detrás. Y me venían bien, porque así se medió acallaron los rumores de mi sexualidad. Mi padre me dejaría de hablar si supiera que soy bisexual.
Yo quería seguir, pero ella me pidió un respiro, me dijo que para ser la primera vez y con algo tan grande… un ratito de descanso.
Por lo que me acababa de contar y por no tener remordimientos, la conté mi relación con Elisa, con Esther y la mantenida con Maite y David. Pero le di una parte importante de detalles, pero no los nombres.
Según se lo contaba abría más y más los ojos, mirándome sin pestañear, hasta que se puso a reírse de una manera desaforada. Me quede mudo, no entendía el motivo de tanta risa, ella al verme ponerme serio, cosa rara en mí, trataba de explicarme, pero no podía porque le volvía la risa. Por fin se calmó, me conto que la risa venia, porque su madre y la mía, siempre estaban diciendo que yo era muy cortado, vergonzoso…
Ahora tenía la curiosidad de saber quiénes eran, lo único que logro sacarme era que ella conocía a las personas protagonistas. Empezó por la pareja descartando a dos en concreto, una de ellas era la de Maite y David. Yo pregunte por el descarte, me explico los motivos de la primera pareja, de la otra pareja Maite y David, dijo que por Maite no lo decía, pero David con lo serio, antipático, estirado, mandón y posesivo no podía ser. Pero ahora pregunte nuevamente yo, diciéndole que porque por Maite no lo decía.
Ella me dijo por la forma de mirar, Maite la desnudaba con los ojos cuando la veía, esa tía “entiende” te lo digo yo, si no ha estado ya con alguna mujer lo está deseando. Yo para picarla le decía que exageraba. Se quedó con ganas de decirme algo, pero entre que yo llevaba un rato acariciándola y estaba ya mimosona, solo me dijo que si yo le decía el nombre por lo menos de la pareja ella me decía lo de Maite.
Yo le dije que había trato, pero me agache y empecé a comerle un pezón, que por cierto eran bien grandes y oscuros. Ella se dejaba hacer, la hice darse la vuelta para comerle el culito, se lo ensalivaba bien, sabía lo que vendría ahora, solo me dijo que, con cuidado, que hacía mucho tiempo ya que no hacía nada por ahí y que su culito no estaba preparado para ese tamaño. No te preocupes le dije, ya lo acostumbraremos. Una vez bien ensalivado, la folle con un par de dedos, cuando note que ya entraban sin ningún problema, me dispuse para follarla el culito.
Abrí sus nalgas y que culito más bonito que tenía, coloque la cabeza de mi polla en la entrada de su culito, sabía que sería lo peor, una vez que la cabeza entrara, prácticamente estaría hecho. Poco a poco fui metiéndola, a ella se le escapaba alguna expresión que no se la entendía, por estar pegada a la almohada, pero no decía nada de parar. Así que lo que quedaba se lo metí de golpe y empecé a bombear, ella solo decía me lo has roto, me lo has roto, pero que gusto. Como te arde la polla me decía, no había sentido nada así.
Ella estaba bien caliente, yo la decía de todo, cada vez subía más mi tono en lo que la decía, pero ella no protestaba, todo lo contrario, se notaba que la gustaba. A punto de corrernos le dije que pena, que no estuviera alguien comiéndola el coño ahora, eso la puso más cachonda todavía y decía… SIIIII SERIA LO MAS.
Subí más el tono y le dije me gusta que seas así de zorra. Ella me dijo que ¡SIIIII! TÚ PUTA Y TÚ ZORRA. Eso me puso cachondo a mí. Que ahora la daba sin contemplaciones más fuerte, como me gusta a mí. Ella constándole hablar me dijo…
-Estoy a punto de correrme, quiero que nos corramos juntos así que “Dámelo adentro, lléname de leche caliente…”.
Así lo hice. Un torrente de leche lleno su culo, caí encima de su espalda, pero sin parar de moverme, sus gritos y los míos se entremezclaban. Me salí de ella quedando tumbado boca arriba junto a ella, que se quedó boca abajo. Estando así tumbados ella me miraba, me pregunto y después de esto ¿Qué…? Yo la mire y la dije, que, si tú quieres extremos y seguiremos juntos, ella se incorporó un poco, lo suficiente para llegar a mi boca y besarnos.
Ahora ella me dijo, ningún secreto contigo. Empezó a contarme lo de Maite.
Te he dicho que esa es una pieza de mucho cuidado. Estando en la piscina, se ofreció para ponerme la crema bronceadora y la forma de ponerla, no fue nada normal, si no llega a ser una piscina pública… ¿Qué hubiera pasado? Pregunte yo. Sofí se quedó mirándome y me dijo que me la hubiera tirado, está muy buena, es simpática y tiene un morbo total. No sé, pero tiene que ser buena en la cama, o eso intuyo.
Yo me reí, ahora me tocaba a mí. Hasta que la dije que la pareja era Maite y David. ¡NO! ¡NO PUEDE SERRRR!. ¿No me estas mintiendo para quedarte conmigo? Le dije que era verdad, pero que en la cama no era buena. Que era buenísima y todo vicio.
Ahora la que tenía cara de vicio era Sofí y así se lo dije. Me dijo que solo de pensar… se había puesto otra vez a tope. La entendí perfectamente y la pregunte si la apetecería una fiesta los dos con Maite. Ella abrió los ojos como platos para decir SIIIIIIIIIIIIIIIIIII.
En eso tocaron la puerta de la habitación para decirnos que había que irse. Cuando nos levantamos de la cama, Sofí decía que la costaba andar, riéndose me dijo, hasta que me acostumbre a eso…, señalando mi polla.
Fuimos abrazados por la calle todo el tiempo. Cuando llegamos a su casa la pregunte si todo estaba bien.
-Todo bien amor. Solo un poco dolorida, pero no arrepentida y con ganas de volver a estar otra vez contigo. Fue esplendido. Mirándome a los ojos me dijo te quiero y nos besamos, un beso largo, cómplice, caliente y morboso.
Luego me dijo, me subo a casa que mi madre seguro que estaba cotilleando y ahora vendrá el tercer grado. Nos reímos y se subió a su casa.
De camino a mi casa, sabía que nuestra pareja, durara lo que durara, sería una pareja distinta, fuerte y cómplice, sobre todo cómplice.
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