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Categoría: Confesiones

Primer encuentro

Esto me pasó hace como 6 años con una amiga de la carrera, ella iba en 8vo y yo en 2do.

Esa noche salimos a dar una vuelta sin intensión de llegar a algo más, sin embargo, en la plática salió el tema sexual por casualidad ya que me recosté en sus piernas y ahí ella me empezó a acariciar los oídos por la parte de atrás y eso, entre risa y risa, le dije que me ponía cachondo, fue en eso que le pregunte como le gustaba hacer el amor a lo que respondió que era muy apasionada y entregada; ella me preguntó y contesté que gusta dejarme llevar por la situación y el momento.

Después de casi dos horas de plática, desde temas escolares hasta personales e íntimos, me invitó a dormir con ella; ya que los dos vivíamos en pensiones para estudiantes. Caminamos hacia su casa, donde vivía con otra amiga en común y otros más de la misma carrera. MVZ.

Esa noche hacía frío, y le dije que me dormiría en la cama de nuestra amiga, ella comenzó a cambiarse y se puso su pijama; yo por mi parte dormiría en bóxer y playera interior. Ella se metió al baño a cambiarse yo me cambié rápidamente afuera y me acosté en su cama sin ninguna intención, y comenzaba a quedarme dormido.

Cuando salió del baño se dirigió a la cama, y sin despertarme se acostó a mi lado; en ese momento desperté y le dije que me pasaría a la cama de nuestra amiga. No se negó ni asintió con la cabeza, se quedó callada dándome la espalda, pero me ganó la flojera y no me levanté; por lo que en unos minutos me dijo que me metiera a las cobijas porque sentía algo de frio.

Ya acostados en posición de cuchara, pero sin ningún tipo de roce físico, no podíamos dormir y seguimos platicando un rato más; en el calor de la charla la abrace con el brazo izquierdo sobre su cintura y ella solo se acomodó; fue entonces cuando se movía para acomodarse y su playera se subió lentamente quedando en contacto su piel con la mía.

En ese momento sin perder ese contacto comencé a acariciar su abdomen en forma circular, primero círculos pequeños y después más grandes para hacer contacto con sus enormes, firmes y deliciosos pechos, que por cierto eran un manjar de manjares. Ella no dijo nada por lo  me acerqué a su oído izquierdo para hablarle y así rozar su lóbulo con mis labios, ella solo contestaba entre dientes y me acercaba su lindo par de nalgas para que rozara con mi verga de manera intencional; en eso metió su mano a mi bóxer y comenzó a sobarme la verga que ya estaba bien parada y dura la apretaba como si quisiera arrancarla de mi cuerpo y comenzaba a chorrear mis líquidos en sus dedos; después para seguirnos calentando empecé a besar su mejilla, mordisquear su oído, besar su cuello, hasta que la jale con mi brazo para quedar frente a frente y empezar a besarnos desenfrenadamente, a jugar con nuestros labios y pude sentir su piercing en mis labios, mordernos fuerte y despacio sin dejar de acariciar mi verga y yo sus tetas enormes, sin perder mi verga de su mano bajé para besar su cuello y bajar con mi lengua que parecía de fuego ya que se retorcía con cada movimiento de mis labios y lengua cuando succionaba su cuello de manera leve para no dejar marcas, bajé hacia sus pechos y a pesar de que estaba oscuro pude ver aquel par de melones de carne que se coronaban con unos pezones chiquitos, rosas pero duros y deliciosos que metí en mi boca para saborear con mi lengua, el tiempo me pareció ir muy lento ya que jugueteé  con esas tetas tan ricas como un niño con juguete nuevo, me encantaba que me jalara la verga; sin perder más tiempo seguía lamiendo sus ricos senos y entre gemidos de placer me pidió que le mordiera los pezones y que se los arrancara con mis labios.

Fue en ese momento que metí mi mano en su pantaleta y sentí aquella vagina carnosa cubierta de  vellos púbicos abundantes, comencé a acariciarle los labios mayores y pude sentir que ya estaba bien mojada, sin ser brusco introduje un dedo para tocar sus labios menores que se encontraban escurriendo de líquido femenino, en ese momento deje de mamarle las tetas y le quite el calzón, me posiciones entre sus muslos bien torneados, y me dijo disculpa por no depilarme pero no pensé que llegaríamos hoy tú y yo a estar así, le contesté que no se preocupara por lo que le besé las piernas acariciando con mis manos sus ricas nalgotas jugando con mis manos a acariciar sus piernas desde la punta de sus pies hasta sus deliciosas y grandes nalgas, pasaba mi lengua por la cara interior de sus muslos, alternando entre besar, morder y lamer su piel encendida en lujuria, pasaba y hundía mi cara por su rica y afelpada panocha que olía riquísimo y entre cada pasada por su rajada jugueteaba mi lengua en su jugosa vagina.

Después de jugar a besar sus muslos y lamer su panocha carnosa y chorreante; me decidí a ir a comerme esa jugosa panela, a pesar de que estaba llena de vello los hice a un lado con mis mano y con mi boca ubiqué esa rajada que me llamaba a lamerla de arriba abajo, no pare de mamarle la panocha hasta que le metí dos dedos y jugaba a meter y sacarlos de esa cavidad babeante y excitada, moviendo mis dedos dentro de su panocha con el famoso Spiderman no dejaba de lamer sus labios y jalar con mis labios su clítoris que ya estaba punzando de lo caliente que estaba mi amiguita, hasta que por los movimientos de mis dedos y lengua tuvo un orgasmo; ella trato de retirarme cuando estaba en el éxtasis pero no iba a dejar moverme ya que empezó a retorcerse como si estuviera poseída o algo similar y seguía mamándole su rica panocha hasta que termino de vaciarse en mi boca.

En ese momento deje de comer de su rica y peluda pucha, y subí por su abdomen, besándola lentamente regresando a sus enormes pechugas mamando nuevamente y mordiendo sus pezones, volví a besarle el cuello y nos dimos un rico y largo beso; sin perder tiempo me quito el bóxer con sus manos y ayudándose de sus piernas temblorosas me logro despojar la ropa interior, me pregunto al oído si traía condones, le dije que no y me pidió que cuando terminara lo hiciera en su espalda o tetas, que no me podía mamar la verga para corresponderme de cómo le había mamado la panocha porque tenía poco tiempo de ponerse un piercing en la legua. Pero me dijo que me daría su gratitud dejándose hacer lo que yo quisiera mientras cogíamos.

Para ese momento y aprovechar que quedamos de frente la penetré de tal manera que soltó un gemido de placer, mirándonos a los ojos, comenzó a pasar sus manos por mi espalda y le dije que eso también me ponía bien caliente; entendió la señal y en lugar de usar la yema de sus dedos empezó a usar las uñas, por lo que sin dejar de penetrarla y moverme en un vaivén lleno de lujuria me retorcía entre sus manos ya que con lo que me hacía en la espalda me prendía más y más y le daba más duro verga en su panocha chorreante, ya se imaginaran que en ese momento el sonido es fuerte y con lo mojada que estaba el sonido que hacíamos me excitaba aún más. En ese momento uno de sus compañeros de casa entró a la habitación para pasar al baño ya que era el único y estaba en el cuarto de las mujeres, cabe mencionar que ese wey no era mi amigo, solo era un conocido y al darse cuenta de que me llevaba bien con las dos una vez me dijo que le hiciera un paro y que le echara a andar a alguna de las dos por que las dos le gustaban y no sabía cómo acercarse y pretender si quiera robarles un beso o algo así por lo que me limite a decirle no seas puto y díselo tú.

Sin dejar que mi verga saliera de esa rica panocha me posicione encima de ella y en un solo movimiento jaló una sábana para taparnos y me dijo al oído no pares sigue cogiéndome por favor que me quiero venir otra vez y dejar tu verga chorreando de mis jugos. Sin el remordimiento de que ese wey estuviera en el baño seguí dándole verga, gimiendo de puro placer sudando del cogidón que nos estábamos dando, oí que se abrió la puerta del baño y el putito camino rápidamente hacia la puerta del cuarto para salir; aprovechando que se cerró la puerta aventé la sábana y le dije que rica estas me encantan tus tetas y tu culazo, tu panocha ni se diga está bien carnosa y jugosa, a lo que respondió tu verga que rica es caliente y dura métemela hasta el fondo porque ya casi me vengo, al escuchar esas palabras y que su respiración se aceleraba me prendí más y comencé a meterla y sacarla a un ritmo mayor por lo que ella se aferró a mis nalgas y me dijo que ricas nalgas tienes te las voy a morder, solo le respondí son tuyas has lo que quieras de ellas; seguí con ese ritmo trepidante unos minutos más cuando me gritó me voy a venir, le dije vente en mi verga y déjala chorreando, fue entonces cuando gritó y apretó el vientre y tomo mis manos y las puso en sus tetas y me dijo apriétalas estas son tuyas porque me voy a venir bien rico, yo también estaba por venirme junto con ella pero no tenía la intención de llenarle la panocha de mi leche hice lo que pude para dejarla venir primero y cuando terminó le saque la verga de su vagina y pude ver que me chorreaba de sus jugos y me vine en su vientre salió con tal fuerza que fue como si tuviera una pistola de agua en la punta de la verga. Terminamos exhaustos y bañados en sudor y con olores vaginales y de verga, nos desmayamos en la cama; pasaron diez minutos, pero no dejamos de acariciarnos en ningún momento cuando volvimos a prendernos y le volví a apretujar las tetas y ella tomó de nuevo mi verga en sus manos y me empezó a hacer una chaqueta hasta que se puso dura nuevamente y me dijo ponme de a perrito y me nalgueas bien duro quiero que te vengas en mi espalda como hace rato.

No perdí tiempo y la puse acostada boca abajo le besé el cuello y baje lentamente por su espalda, cuando llegué a sus nalgas se las abrí y pude ver su orificio anal latente logré ver como palpitaba, por lo que le pase la lengua alrededor del ano y me dijo que rico lo lames me la vas a meter por ahí, le dije si me lo pides te la meto; me contestó hazme lo quieras. No deje de lamer su ano y separar sus nalgas también me puse a lamer nuevamente su panocha que sabía a sus jugos previamente derramados; después de mamarle la panocha unos minutos, la puse de a perro con la piernas bien cerradas, le dije aprieta las piernas y te la meto; acto seguido se la metí y sentí una leve fuerza que me lo impedía pero gracias a que estaba empapada con un empujón se la metí hasta el fondo y me dijo así nene que rico me ensartas… le pregunte si la nalgueaba fuerte o leve para no hacer ruido, me contestó como quieras pero dame ya, no le hace que hagamos ruido quiero que nuestros gemidos sean más fuertes.

Le di de nalgadas en ese culazo que se cargaba mi amiga, la verdad siempre quise cogérmela y no creía que en ese momento el motivo de varias chaquetas que me hacía en la regadera en ese momento se volvía realidad;  los dos nos encontrábamos de rodillas en la cama y le metía mi trozo de carne de afuera hacia adentro de una manera tan rica que en ese momento me empezó a apretar la verga en su panocha lo que se conoce como perrito, lo que me hizo gemir de placer y me preguntó si me gustaba lo que me hacía le dije si no dejes de apretarme la verga por favor, en ese momento le separe las rodillas y la bombeé más rápido por lo que gemimos bien rico y le pedí que no dejara que su perrito me soltara que me prendía más el hecho de sentir sus apretones en mi verga, por lo que baje el ritmo del mete y saca y me dijo por favor dame más verga que estoy a punto de venirme otra vez en tu verga, le contesté si si si en mi verga otra vez y yo te hecho mi leche caliente en tu espalda; me dijo que si, por lo que solita comenzó a mover frenéticamente su culo contra mi pelvis chocando con una fuerza que producíamos un estruendo por toda la habitación el cual nos excitaba más y más al punto de gemir con mayor intensidad entre cada choque de su culazo con mis huevos hasta que grito me voy a venir en tu verga por lo que me moví con mayor intensidad para sacarle su jugosidad de esa rica panocha que tiene, al punto en que ella se vino yo estaba en el punto máximo y casi me vine adentro por lo que antes de que mi leche explotara le saque mi trozo de carne de su pucha y me vacié en su espalda y para mi sorpresa me vine en una cantidad algo menor que la del primer palo que nos aventamos que le quedo chorreado su espalda y manchamos las sabanas con nuestros jugos. Es ese momento nos dejamos caer en la cama rendidos de placer por la cogidísima que nos dimos esa noche. Dormimos excelentemente bien como un par de bebés.

Hay un segundo encuentro, pero se los cuento en otra ocasión.

Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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