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La prima Mary está por los 55 años, es viuda y madre de 2 hijos, chica y chico y a día de hoy conserva muy bien su físico, y como se dice, está todavía de buen ver. Su marido se murió hace unos 17 años pero no tengo ni idea del motivo. Vive en una aldeíta del interior en una casa en la que tienen montado un establecimiento de ultramarinos y tasca que le permite vivir desahogadamente, pero de alguna forma anclada en su negocio. Sus hijos se emanciparon hace años, la chica se casó con un joven del pueblo contiguo al mío y vive en la casa que restauró de los abuelos a escasos 750 mt. de su madre, y el chico vive en pareja desde hace unos 5 años con una chica de mi pueblo.
Mary es unos 7 años mayor que yo y mi atracción hacia mi prima viene de muy lejos y es mucho más que en el plano sexual. Entre nosotros dos siempre tuvimos muy buena comunicación, siempre fue muy cariñosa conmigo y en las muchas visitas que le hice a esa familia me trataron de maravilla tanto ella como sus padres y hermanos.
Mari en su juventud pasó unos años en nuestra casa para poder finalizar sus estudios y por comentarios que tengo oído entre mis padres, algunas veces discusiones entre ellos, llegué en su momento a la conclusión de que a Mary le iba la marcha, además de verla paseando por el pueblo siempre con chicos diferentes.
Mis estudios se inclinaron hacia el mundo naval y de forma más concreta al mundo “Offshore” del petróleo, este hecho marcó de alguna forma mi vida y mis relaciones con la familia porque pasé una importante parte de mi vida laboral en lugares como Rotterdam, Stavanger-Noruega, Singapore_Malasia, y en la parte norte del golfo de México. Para bien o para mal este alejamiento significó de alguna forma una menor comunicación con toda la familia en general. Mi recorrido laboral finalizó es este maravilloso archipiélago que es Canarias, en donde llevo ya una larga temporada viviendo, pero que todos los veranos me desplazo a la península en donde afortunadamente recuperé todos y cada uno de los lazos familiares, el de Mary entre todos porque recuperamos ese “feeling” que teníamos cuando ella vivía en nuestra casa.
Cuando en verano le hacía la o las visitas “reglamentarias” siempre nos saludábamos con 3, 4, ó 5 besitos, que con el paso del tiempo, cada vez eran más cerca de la comisura de los labios y siempre quedábamos un tiempo abrazados, sobre todo por parte de ella. Era curioso que si después del par de besos acostumbrados del saludo si luego le besaba por ejemplo en la frente, ella siempre me los replicaba. Y llegó lo que tenía que llegar, en una de las visitas de despedida del verano, me dio un piquito al final de la despedida. Esto me hizo darle un par de vueltas a la cabeza durante el invierno, para decidirme el verano siguiente a entrarle. Pero una cosa es pensarlo y otra cosa es buscar la ocasión, porque la presencia de clientes de la tasca era continua quizás para ver a Mary, porque como comenté anteriormente todavía está de buen ver.
Para aclararnos un poco, Mary es una mujer de formas finas, que no delgada, con un pecho normal, caderas normales, y una cara muy agradable a pesar de la edad y lo mejor de todo es el carácter y su eterna sonrisa.
Hace un par de años en una visita, no me recibió en la tasca – ese día estaba cerrada – me recibió en las escaleras que suben a la vivienda, como los besos de saludos eran ya siempre en la comisura de los labios, el piquito esta vez lo di yo. Me quedé mirándola fijamente a los ojos y ella empezó a hablar conmigo en voz muy bajita y mirándome siempre a los ojos, de una forma fija y sin querer apartar la vista. Me armé de valor y le dí un piquito mayor, que ella me respondió entreabriendo un poco los labios, se quedó mirando muy fijo a mis ojos y yo aproveché para besarla en los labios, después de ese beso Mary se apoyó en la pared de la escalera tiró de mí y nos dimos un par de chupetones y lengüetazos. Pero me hizo relajarme porque su hija Sandra y su nieto también estaban de visita en esos momentos.
Me tomé con ellas un café y al retirar yo los cubiertos a la cocina Mary me siguió, y ya en la cocina me dio unos besazos más y me dijo que me llamaría a mi teléfono para invitarme a comer. Esa noche me la pasé dando vueltas a la cabeza, recordando lo acontecido a la tarde en la escalera que al final se tradujo en una masturbación porque ya no aguataba el calentón.
A la mañana siguiente me llamó para invitarme a comer y aprovechó para decirme que esa noche mentalmente repitió en la cama la escena de la escalera unas cuantas veces.
Cogí el coche y me fui para la casa de Mary que está a unos 15 Km de mi chalet de la costa, la tasca abierta así que entré para saludarla, y como tenia clientes la cosa fue suave, en el saludo me metió en un bolsillo una llave de acceso al piso. Al rato me despedí y en una maniobra pícara entré en el portal de acceso a la vivienda. Me senté en el sofá del salón y al ratito ya la oí subir por las escaleras. Se sentó sobre mis piernas me rodeó el cuello con sus brazos y comenzamos a besarnos intensamente. Me cogió por el pelo y levantándome la cabeza me dijo”porque tardaste tanto tiempo en achucharme, me has hecho pasar alguna noche de invierno pensando en ti, y tu cuando venias en verano no me achuchabas.
Empecé a besarla en el cuello para ir bajando hasta su pecho, en un movimiento rápido sacó las tetas del sujetador y me las puso delante de mis labios, por lo que el chupeteo de los pezones fue inmediato y al momento se le pusieron duros como piedras, aproveché para mordisquearselos. Quise hacer las cosas con calma porque los resoplidos de Mary hacían ver que se lo estaba pasando de p…. madre.
Bajé las manos despacito hasta las bragas y noté que estaba súper húmeda, empezó a balancear su cuerpo porque estaba frenética y aproveché para acostarla en el sofá y así poder maniobrar con más comodidad. Con los movimientos de mi mano sobre su braguita comenzaron los gemidos y para facilitarme el masaje comenzó a abrir las piernas cada vez más. ¿Te gusta Mary - pregunté?
-Madre mía, me estás volviendo loca con el masaje. Hacía mucho tiempo que no me sentía tan a gusto.
Tiré de las bragas hacia abajo y ella se quitó el resto de la ropa, quedándose totalmente desnuda. Comencé a mover mis manos sobre su abultado clítoris y los gemidos casi eran gritos y como estaba muy húmeda y ya fuera de sí, mi lengua empezó a lamer los abundantes jugos que salían de su peludo coño. Al abrir los labios interiores y comenzar la lengua a juguetear, los gemidos eran ya grititos y el cuerpo no paraba de moverse, estaba muy excitada y su culo subía y subía arqueando su precioso cuerpo.
-Me estás matando decía, pero que gustito me dás.
Comencé a jugar con los dedos a la vez que proseguía relamiendo su coño con la lengua, y los resoplidos se parecían cada vez más a los trenes de las películas del oeste, hasta que le llegó un espléndido orgasmo y quedó como desmayada. ¡Me gusta, me gustaaaaa sigue así mi amor!
-Dios mío, esto no pensé nunca que fuera posible. ¡Qué gustito mi amor! ¡Nunca me habían hecho esto, lo que me he perdido dijo.¡ Gracias, cielo!
Empezó a besarme tiernamente para ir aumentando la intensidad poco a poco.
-Me has vuelto hacer sentirme de nuevo mujer, me susurraba al oído.
Con la misma, sus manos iniciaron una exploración de mi cuerpo masajeando primero mi pecho para ir descendiendo hasta mi miembro que ya estaba empezando a empinarse, cogió mi polla y comenzó a pajearla. Como me imaginé, no había chupado una polla en su vida, así que se la ofrecí, al principio la rechazaba porque decía que le daba asco, pero la comenzó a besar, luego a pasar la lengua por el frenillo y así hasta se metió el capullo y poco a poco le fue cogiendo gusto, cuando ya estaba bien armada de nuevo se la saque de la boca y apunte a ese coño tan rico, y de un solo golpe se la metí hasta los huevos, y como se puso, se movía, subía su culo para que entrara mejor.
-Dale fuerte mi amor, dale fuerte y un mete y saca cada vez con más fuerza hasta que sentí como se corría y le di una buena ración de mi leche y así nos quedamos un buen rato
Decidimos que lo mejor era prepara la comida y que después podríamos continuar con nuestro juego.
Durante la comida me comentó que con su marido el único sexo que practicaba era la postura del misionero. Que era un buen follador y estaba bien armado, pero que su actividad sexual se limitaba a eso, el mete saca y él siempre encima.
Me comentó también que lo de meter mi polla en la boca, necesitaba eliminar de su cabeza los rechazos, que quería hacerlo más veces porque pensaba que le cogería el punto.
-No me entusiasmó pero tampoco quiero perdérmelo, fue su comentario.
Para animarla, le hice saber que la felación era una cosa que me ponía a tope y que por mí podíamos repetirlo todos los días.
Le dije que faltaban casi tres semanas para que llegase mi familia y que tendríamos tiempo de practicar otras cosas. Una de las cosas que le dije es que la próxima vez que me invitara, traería unos videos porno para que pudiese ver muchas cosas del arte amatorio, una afeitadora eléctrica y otra de cuchillas, para rasurarle toda la zona púbica y dejarle el chochete totalmente despoblado.
Me dijo que su hija Sandra y su nieto pasarían por casa esa tarde por lo que decidimos despedirnos ahora que el pueblo estaba dormitando la siesta.
Cuando estaba cenando sonó el móvil, era Mary
-¿Cómo estás, me dijo? ¡Yo llevo toda la tarde en el aire! Los clientes de todos los días me preguntaban que me pasaba, porque hacía tiempo que no la veían tan eufórica.
-¿Subes mañana a mediodía, me dijo? Tengo ganitas de repetir la experiencia de hoy.
-¡Cómo me pusiste, disfruté lo que no había disfrutado en mucho tiempo y las nuevas experiencias me encantaron!
Le hice saber que los 2 próximos días estaba comprometido con mi familia pero que el viernes contase conmigo, pero que teníamos que ser muy prudentes porque en una aldea pequeña, es muy fácil que te controlen y se podía liar una muy gorda.
-¡Yo te llamo cuando sepa las actividades de mis hijos, y quedamos para el viernes noche!
El viernes a la noche subí a la aldeíta de Mary, pasé de largo con el coche y aparqué un poco alejado de la casa de Mary. Me quedé un buen rato en el coche, controlando los movimientos y cuando ví que la cosa estaba calmada, me acerqué a la taberna de Mari. Nos saludamos familiarmente y ella se fue a preparan unos pinchos para picar. Se sentó un poco a mi lado y me volvió a dar la llave de acceso a su casa. Continuó atendiendo a los pocos clientes que quedaban y cada ratito se acercaba a mi mesa para picar algo de los pinchos preparados. Después de un rato me marché y Mari se quedó atendiendo las 3 últimas mesas.
Subí para el piso y conecté mi portátil a su tele, seleccioné 2 pelis porno cortas una de “X-art” que terminaba con anal y otra de netvideogirls. Al ratito subió Mary después de cerrar el negocio nos dimos un par de besazos y me dijo que se iba a duchar.
¡Perfecto, cuando termines me avisas, traje las cosas de afeitar y si quieres te rasuro ese poblado monte que tienes, o si te apetece te lo decoro con la afeitadora eléctrica!
Me dedicó una sonrisa pícara y me soltó otro par de besazos. Al poco tiempo me llamó
desde el baño y me dijo, ven para hacerme la operación esa que tu dices!
La hice sentar en el bidé de forma que pudiese recoger más fácil el vello rasurado y le puse los pies en los laterales para que me quedase enfrente el chochete y el agujerito anal. No la había tocado y ya estaba completamente mojada y no era de la ducha precisamente, aproveché la ocasión y le apliqué la afeitadora, le disminuí todo el vello púbico excepto un pequeño triangulo, y para finalizar le puse a la afeitadora la protección de las cuchillas y por el lado del mango empecé a “sobrevolar” el clítoris. No veas como se puso cuando empezó a vibrar sobre su “chichi”, le pasé la rasuradora y era ella la que se estaba masturbando el clítoris. ¡Como se lo estaba pasando!
Al quedar mis manos libres con los dedos comencé un mete-saca en el útero. Tremendo orgasmo que le vino a la Mary.
Una vez que se repuso del sofoco, le aplique gel de afeitar y con la cuchilla repasé la zona rasurada, eliminando todo resto de vello. Lavamos bien todo y al aplicarse una crema de bebé notó la suavidad que le había quedado, miró para mí y exclamó:
¡Cómo te vas a poner, esto quedó suavísimo!¡Que gustito pasar por aquí la mano, uhhmmm!
Fuimos para el salón y nos sentamos en el sofá.
-¿Te apetece un café?
Bueno porque no, le respondí
Al rato apareció con los cafés y una mistela que hace la propia Mary, que está muy buena pero que hay que tener cuidado con ella porque te puedes coger una cogorza que……..
Nos tomamos los cafés y un par de chupitos cada uno, estaban buenísimos pero al ratito empezamos a tener calor. Puse en marcha la sesión porno y en nada me tenía rodeado con brazos y piernas.
-¡Que sensual es la chica, me dijo refiriéndose a la de X-art. Y la verdad es que lo son todas las chicas que he visto en x-art.
¡Estaba excitadísima con lo que veía en la peli!
Curiosamente esta era de las poquitas X-art que tienen anal (por supuesto que la busqué adrede)
¿Qué te parece lo que estás viendo, hay algo que te llame la atención y que quieras probar?
-La mamada de la niña me ha puesto cachonda y el anal me gustaría probarlo, pero me da que eso tiene que doler y no poco precisamente. ¿Además lo normal es que el conducto esté sucio, tu que dices, tienes experiencia en anal?
Es muy importante no tener prisas y dilatar muy bien los esfínter, le dije, además de utilizar abundante crema o gel lubricante. Con respeto a la limpieza si tienes una pera de caucho te haces un edema y eso facilita mucho las cosas. ¿Por cierto te gustó el masaje que te diste con el mango de la afeitadora?
-Al principio sentía cosquillas pero a medida que se hinchaba el clítoris y los labios, el gustito que sentía era muy bueno, me gustó mucho esa experiencia y hay que repetirlo.
-¡Madre del amor hermoso, hay que ver la de cosas que me he perdido en esta vida al estar encerrada en esta aldeíta, no es como tú que te has pasado media vida por esos mundos de Dios!
En un anal si no estás acostumbrada, puede que al principio contraigas el esfínter interno de forma refleja y te resulte dolorosa la penetración. Eso quiere decir que si bien el coito anal requiere siempre delicadeza y suavidad, al principio es necesaria mucha más. Comienza acariciándote la zona tú misma, introdúcete un dedo mientras te masturbas. Practica varias veces. Cuando lo hagamos a tu señal introduciré un dedo, una vez que dilate un poco introduciré un segundo dedo.., hay que deslizarlos suavemente en movimientos de vaivén a través del esfínter de tu ano. Sólo cuando consideres que estás preparada, se puede acariciar la zona sin intentar la penetración con la punta de su pene bien lubricada. A tu indicación, puede iniciar suavemente la penetración, parándose cuantas veces sean necesarias para evitar hacerte daño.
Como la próxima semana tengo que ir a la capital, en una sex-shop te compraré un par de juguetitos para cuando te sientas sola en invierno, le dije, y podrás practicar por delante y por atrás.
Con la misma la recosté en el sofá y comencé a recorrer su espléndido cuerpo con la boca y las manos. Retiré las braguitas y con las manos empecé a masajear el clítoris y los labios vaginales, Mary empezó a suspirar y arquear su bonito cuerpo. ¡Que suave quedó después del rasurado!
Bajo una mano y la puso sobre la mía, para dar un poco de presión al masaje que estaba recibiendo, las humedades en la vagina no tardaron en aparecer. Humedecí la mano y me puse a masajear el ojete, lo que hacía Mary era berrear en lugar de suspirar. Al poner uno de los dedos sobre el ojete, con la mano que estaba presionando, empezó a darme golpecitos sobre el dedo que masajeaba el esfínter, deduje que la Mary quería iniciar el “tratamiento anal”.
Esperé hasta que le llegó el nuevo orgasmo para con la lengua recorrer su precioso coñito y saborear todo lo que salía. Con la lengua le di un repaso al ojete, cosa que en un principio era reacia, pero al relajarse con las dos manos me mantenía contra su ano, me costaba trabajo respirar por la presión que ejercía por lo que la dejé descansar un poco.
-¡Cómo estoy gozando mi amor, me dijo!
-¿Tienes muchas más cosas que enseñarme?
-¡Me estoy cogiendo un empacho de sexo que me parece imposible que esto sea posible!
Un día de estos te voy a dar un masaje como los que me daban en Tailandia. Te vas a enterar de lo que es correrse varias veces sin ningún tipo de penetración.
Se vistió y nos pusimos otras mistelas para celebrar el empacho que se estaba metiendo la Mary.
-Dios mío, me dicen que estas cosas existen y no me lo creo. ¿Por cierto te quedarás a dormir esta noche en mi casa, no?
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