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Por unos Zapatos!

Llevo mas de 13 años casado con una hermosa y linda mujer, ella tiene 44 años , es de mi misma ciudad y siempre ha sido de lo mas hacendosa, responsable, buena madre, buena compañera, administradora, previsiva, generosa, juiciosa,  etc. Es una persona muy respetuosa y muy trabajadora yo soy muy feliz con ella, solo hay una cosa en la que no me había sentido tan cómodo, esa era la parte sexual, la parte sensual, la parte de cachonderia, esa manera que una mujer tiene para mantener atraído a su pareja, ella no tenia esa parte, vestía muy  transversal, muy conservador, se enseñaba poca piel y se marcaba poco la figura, su calzado siempre era bajo y plano porque si no le dolía la espalda, se cansaba al caminar, se le torcían los tobillos etc

En muchas oportunidades, yo trate de hablarlo con ella, de manera tranquila, de manera seria, de maneras enojado o hasta triste, se lo insinué y nada que las cosas cambiaban.

El sexo como tal era ya monótono, no era malo, solo era igual, nada estimulante, solo uno disfrutaba de un cuerpo y no habla mas atractivos, teníamos relaciones solo los viernes por la noche cuando mis hijas dormían. Siempre en la misma posición y nunca intervenían fantasías o juegos o algo nunca nada siempre igual.

A veces prefería irme a tomas cervezas con mis amigos en lugar de irme a hacer el amor con mi mujer.

 

Un día llego a mi trabajo una nueva asistente del patrón, no era muy bonita, era mas gordita y llenita que buenísima, pero usaba unas sandalias altas que marcaban perfectamente su pantorrilla y sus nalgas, me ponía a 100 en un segundo, no dejaba de verla y de pensarla, cuando llegaba a casa me sentía triste de no tener algo parecido en mi mujer.

Yo no quería tener ningún quever con la nueva secretaria, a mi solo me atraía su manera de vestir, su soltura, su aire seductor que me hacían excitarme, pero yo preferiría que eso lo tuviera la mujer que duerme conmigo. Pero poco a poco las cosas fueron sucediendo, la secretaria día a día era mas coqueta, hablábamos mas y por la media tarde almorzábamos, eso se volvió casi una obligación, la gente de la compañía rumoraba sobre nosotros, se hacían chisme y algunos afirmaban que ya hasta teníamos relación de amante. Todo falso, solo éramos amigos. No negare que yo era el amigo mirón que no perdía oportunidad para echarle un ojo al vestido y a sus piernas, ella era la amiga que gustaba de exhibirse ante mi y así excitarse, ninguno de los dos nunca brinco ese limite.

 

Se acercaban las fiestas de abril y con ellas mi cumpleaños, entonces mi esposa y yo paseábamos de la mano en plena plaza de san Martin cuando ella me ¿que quieres de cuelga para para tu regalo de año?, yo no respondí, solo imagine lo que yo quería. Seguimos caminando cuando pasamos frente a una tienda de zapatos de mujer, yo me detuve delante del aparador y observe cada modelo, imaginando como se vería mi mujer con ellos puestos,

De un solo aliento, mi mujer interrumpió mi sueño frente al aparador y me dijo con voz mas alta que era mi cumpleaños y que eligiera algo para mi , no zapatos para alguien mas.

Me voltee y le dije que quería de regalo una mujer que tuviera unos zapatos así como esos. Señale los zapatos mas altos y mas bonitos.

En ese momento a mi mujer se le llenaron los ojos de lagrimas y no me volvió a hablar en todo el día.

Llego el fin de semana previo a mi cumpleaños y mi mujer invito a todos mis compañeros de la compañía y a los del despacho donde antes  yo camelleaba, también invito a algunos amigos míos del Béisbol y algunos vecinos, ella misma me lo conto, me dijo que se intento que fuera sorpresa pero que se comenzó a complicar, decidió decírmelo para que yo no hiciera otros planes para esos días.

No le di importancia al comentario , pero yo nunca tengo otros planes mas que estar con mi familia, jamás.

 

Yo me sentía de lo mas desmotivado, yo no esperaba con ansias la fiesta, me sentía hasta ataviado, molesto, cabreado, tuve que estar toda la mañana ante el rayo del sol podando el pasto para la reunión y luego prendiendo el fogón para asar la comida, poco a poco fueron llegando camaradas, unos muy cercanos y queridos  y algunos otros no lo eran tanto, si me hubieran tomado parecer no los invito, pero mi mujer con tal de darme un regalo invito a todo el mundo. Yo me sentía aburrido, me sentía fuera del ambiente festivo, yo era el que recibía, saludaba, acomodaba a la gente y hacia la presentación ante todos para integrarlos, yo sentía que sobraba en la reunión. Mi esposa dentro de la casa haciendo ponche y postres para acompañar el asado.

 

En algún momento de la tan aburrida reunión, yo estaba asando unas salchichas cuando por detrás oi la voz de mi mujer muy de cerca y me susurro al oído con un tono muy dulce –Te gusto tu regalo_

Yo asenté con la cabeza que si , pero dentro de mi estaba que trinaba de molestia cuando volteo y veo a mi mujer enfundada en un vestidito marron tan ceñido que se le veían unas curvas espectaculares unas nalgas preciosas, traía puestas las zapatillas que yo vi en plaza san Martin, eso le torneaban perfecto sus piernas tan hermosas, yo sabia que mi mujer estaba linda pero nunca la había visto Tan buenísima, era como un sueño. Se me puso a 100 inmediatamente, hasta ella lo noto, yo la abrace con toda emoción y amor y le dije que mi regalo era el mejor del mundo, ella me volvió a susurrar al oído y me dijo que se había enterado que yo andaba buscando media y tacones en la oficina, y que ella no permitiría que me fuera revocar con cualquier puta, me dijo con su tono mas hermoso, aquí también puedo ser tu puta.

No soporte mas y nos escapamos de la reunión para adentro de la casa, nos escondimos en la recamara de servicio y follamos como adolecentes, no le quite mas que una sola prenda que me estorbaba, todo lo demás lo deje tal cual porque me excitaba mucho acariciar algo tan sexy y elegante. Después de un súper polvo, salimos a celebrar mi cumpleaños, ella se porto muy amable y muy linda con los invitados , de ves en cuando venia y me decía lo que le proponían mis amigos, los piropos que le echaban, las guarradas que le aventaban, 2 de ellos no se aguantaron y a cada quien por su lado le tocaron las nalgas, la esposa de uno de los del despacho le insinuó echar polvo ese dia o cualquier otro.

A mi me urgía que los invitados se fueran, poco a poco se fueron dispersando hasta que nos quedamos solos, esa noche volvimos a follar con mucha emoción y jugamos a fantasear con las propuestas que le habían echo los invitados, ella y yo nos corríamos delicioso solo de imaginar o de acordarnos las miradas que le echaron todos.

 

Ella después me dijo que se entero que yo estaba en romance con la secretaria, le explique que no es verdad y que no quiero, ella me creyó y seguimos siendo muy felices

 

Ella ahora procura vestirse mas linda y sexy sin verse puta y cuando follamos a solas ella siempre usa zapatos.

 

Nuestra vida sexual mejoro 1000% y nuestra confianza en nosotros es infinita, la amo con toda corona y soy muy feliz.

Datos del Relato
  • Categoría: Hetero
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