Es extraño ver como me deshacia por atenderla, nunca quise que se fuera de mi lado, pero las circunstancias así se dieron, era de noche y no podia hacer mucho por ella, sólo recuerdo su último aliento pidiendome perdón, pero era ya demasiado tarde, lo había logrado, me había transformado en aquella persona que tanto odie, yo que tanto le prometi jamás herirla y esta vez me supo a deliciosa muerte, sabia bien lo que hacia, besarla hasta robarle el último suspiro y después bajar mi boca hacia sus deliciosos senos, esos que siempre me había negado hasta ese día, pues hasta que quise lo mordi , los aprete y los saboree, tratando de extraer de ellos la savia misma de la vida, de su vida, su olor se impregno en mi cara y como perro salvaje baje por su cuerpo hasta llegar a su monte de enredaderas interminables y fue ahi donde no pude más y trate de sacarle las entrañas succionando su nectar, el último que le quedaba de su vida conmigo, despues de eso reaccione, que estaba haciendo, casi la devore por completo, pero aún no estaba llena y decidi seguir con mi tarea, recorriendo cada parte de su ser, hasta que quede eshausta y al verla a mi lado y saber que ya no volveria a levantarse, me hizo sentir grande pues había cumplido con mi cometido, ahora ya jamás se negaria a hacerlo conmigo, nunca más se iria de mi pues yo me fui con ella.
Esto, más que un relato erótico, es un grito de amor...de esos desesperados...