Me atraen las mujeres mayores

Cuando digo mayores, no hablo de más de 60 años. Digo, a mis 26, anhelo tener contacto con mujeres maduras, de unos 42 años, si tengo que hacer un promedio de edad.

Actualmente, después de una relación de seis años con una chica dos años mayor, estoy solo.

Me he dado cuenta, con el tiempo, porqué me atraen las mujeres más grandes que yo.

Comprensivas, no andan con rodeos, saben hacia dónde apuntar. En una palabra, tienen las ideas claras. Al menos la mayoría, quiero creer...

Sexualmente, me resultan más atractivas, más fogosas. No son de fingir osgarmos, se entregan absolutamente. No tienen pruritos a la hora de experimentar sensaciones nuevas.

Este relato, es a modo de respuesta a las mujeres que me preguntaban el porqué de mi aficción a la señoras mayores.

Son fantásticas, femeninas, tienen un aroma atractivo por dónde se lo mire.

Mi experiencia

Como conté en mi relato, la experiencia vivida con mi jefa, Mónica, resultó de las mejores de mi vida, hasta hoy.

Después de ese encuentro, me tenía a su merced. En una ocasión me obligo a estar con ella, totalmente desnudo en su oficina, sin tener ningún tipo de contacto. Mejor dicho, yo no podía tocarla; en esa ocasión, me masturbó con dos dedos: En una hora, aproximadamente, me hizo acabar unas cinco veces. Quedé destruido, pero quería más.

Ella no cedía ante mis pedidos desesperados de que deje que la toca, la sienta, bese sus pechos, los cuales me tenían perdidos.

De más está decir que me olvidé de Claudia. La quería a ella.

En una ocasión, para darle celos a su novio, me obligó a ponerme detrás de ella: De espaldas y ante la mirada de su pareja, comenzó a restregar su culo contra mi pene... Sin palabras.

Como premio por mi predisposición, se desabrochó el sujetador, pero no se quitó la blusa que traía puesta. Besé, a través de la tela, las tetas, las que tanto anhelaba. Ella, acabó dos veces. Se introducía los dedos en su concha, la cual pude ver y quedé sorprendido: Nunca ví una vagina con tanto vello. Era una mata de pelos importante.

"Viste que peludita la tengo. Vení, sentíla en tu boquita", me dijo.

En ese momento, golpeaban a la puerta. Surgió un problema y tuvimos que abandonar la faena.

Espero que me escriban.