Tengo 38 años, soy casada hace 10 años y tenemos 2 hijas pequeñas, A pesar de mi maternidad conservo una buena silueta y sin ser provocativa los piropos o groserías que me dicen los hombres me indican que sigo manteniendo un buen cuerpo.
Amo a mi esposo que me lleva 10 años y siempre lo ame y lo sigo amando, el esta hace un tiempo sin empleo y cayo en un estado depresivo.
Trabajo en una oficina publica y alli como en todos los lugares comentamos las cosas que nos pasan, una siesta mi jefe me llamo a su oficina y me pregunto que me pasaba, le conte mi angustia y deseperacion de que mi sueldo no alcanzaba para sostener el estudio de mis hijas y lo dificil que se volvia mantener mi hogar economicamente. estaba desesperada y el me escucho en silencio. Es una persona que tiene 65 años, no es de mi ciudad y tiene a su familia viviendo en Córdoba es abuelo y ama a su esposa e hijos. Cuando le conte mis preocupaciones me pregunto hasta donde podría yo llegar para salir de la situacion que me ahogaba, al principio no entendi su pregunta pero luego el me fue describiendo un panorama de soluciones a mis multiples problemas, primero me aumentaria de categoria para ganar casi 4 veces mas de lo que era mi sueldo incluso me hizo escribir la resolucion y la firmo de inmediato mandando a personal para que a partir del mes siguiente cobrara una suma -para mi- importante de salario- segundo punto me dijo, contrataria a mi esposo de chofer con un buen sueldo.
Estaba muy contenta y le agradeci pero su mirada fija en mis piernas- me inquieto, Me dijo que se sentia muy solo y que desde que llego a esta ciudad no habia estado con ninguna mujer, de a poco me fue indicando que yo le gustaba mucho hasta llegar al desenlace de decirme que queria estar intimamente conmigo y que si yo me convertia en su amante, nada me iba a hacer falta. Iba a mandarlo al carajo pero no me dejo decir nada ya que su lapidaria y siguiente frase me !aplasto! o me dejaba coger y ser su amante o cortaria mi contrato e iba a pasar peor. Esa noche y al acostar a mis nenas lloraba por la situacion. El hijo de puta se mostraba venebolo pero con tal de cogerme me exigia a tomar una determinacion empujamdome al borde del abismo. Mi marido me preguntaba que me pasaba y yo lloraba en silencio sin atreverme a decir una palabra. Al dia siguiente tenia que llevar a mi jefe una respuesta.-