Por las mañanas me quedo solo en casa y tengo tiempo para soñar y disfrutar mi cuerpo. Tengo 40 años, soy casado; pero mi diversión a solas es un secreto que hoy compartirè contigo. Comprè en la sex-shop un juguetito que me fascina. Tiene la forma de un bastòn; es vibrante y la parte larga termina en punta como la de un pene. Me recuesto boca arriba con las piernas abiertas. Lubrico generosamente la zona del escroto y el periano, asì como mi propio cañòn que rebosa alegría y erección. Introduzco en mi culo la parte doblada del bastòn: 6 o 7 Cm. Y dejo libre el cañòn que acaricia mis testículos con un delicioso vibrante que simula las caricias orales de una dama. Si me vieran parezco un fenómeno con dos penes. Mi fantasìa favorita es imaginarte sentada ahì, penetrada doblemente cabalgando como alucinada hasta que llegamos los dos juntos. Con ese juego solitario he podido tener hasta tres orgasmos casi seguidos; algo que para la mayoría de mujeres es normal. Muy pocos hombres conocemos ese placer.