Oler tu pelo, tu aliento. Sentirte flor por la mañana es saber, vida, mi vida, que te tengo y que me amas. Ver tus ojos de sirena, acariciarte en templanza ver cómo me ves y observas y como buscas mi mirada.
Tener tu boca tan linda, sentirla y paladearla, palpar mis labios y los tuyos, tu linda lengua empujarla. Saberte amor tan de cerca, tan cerca cada mañana, acariciarte los pechos y besarte la garganta.
Tocarte mi amor los muslos, tocarlos lleno de ganas, sentir tu sexo tan presto, y que tu me notes las ganas. Arrimarte dulcemente, acariciarte la cara, abrirte con la rodilla, tu linda puerta guardiana.
Mi deseo se acrecienta, me buscas, palpas mi espalda. Vas bajando, va tu mano, para ayudarme a empujarla. Notas que ya está dentro, en tu despensa guardada, empujas muy suavemente, notas placer, gimes rasgas.
Ya ha pasado mucho rato y el rito al final se para, algo te pasa, ¿es placer?: sí, entre gemidos te paras. Yo también camino ya, por tu camino y a ultranza, me rompe, todo se rompe y tu cuerpo me da la felicidad esperada.
Dios te bendiga mi amor, que me haces tan feliz. Que mi vida comenzó el día que te conocí.