Hay cosas en la vida en la vida que una disfruta haciéndolas,no es solo pasear, comer, estudiar, atender al marido y los hijos, sino tener momentos agradables de sexo con la pareja, mucho más cuando se es joven y se tiene las hormonas alborotadas.

De joven disfruté sexualmente y fui innovando mi aprendizaje en la medida de las ocurrencias de mi novio y mías, no digo que ahora no lo disfrute, sino que en ese tiempo quería que fuera lo más seguido que se pudiera, ahora estoy separada y vivo sola, pero cada vez que mi ex se acuerda de mi, me visita en el día y me entrego toda a él -en la noche no se queda porque la mujer que tiene la cela mucho- y lo disfruto mucho, pero es de vez en cuando.

Lo que quería contarles es que mi novio, me enseñó todas las cosas relacionadas al sexo: disfrutaba cuando me chupaba la concha, cuando me metía su pinga, cuando se lo chupaba y me tragaba su rico semen, todo era delicioso; y ocurrió que un día fuimos al museo arqueológico de La Universidad Nacional y vimos un huaco retrato de los chimúes -cultura pre hispana desarrollada en el siglo XIV en la costa norte peruana- en el que se veía como un antiguo chimú se lo metía a su mujer por el ano, el dependiente del museo nos explicó que los antiguos chimúes teniendo sexo anal controlaban su reproducción; eso bastó para que mi novio me dijera que también lo hiciéramos.

Ese día cuando nos despedimos me dijo:
-La próxima lo hacemos.
-¿Hacemos qué? -le contesté, claro que se refería al sexo anal.
-No te hagas la loca, lo que hemos visto, me replicó sonriendo.
Ese día me fui pensando si mi culito aguantaría su enorme pinga sin dolor; cuando llegué a casa le conté lo sucedido a mi hermana Lina y la pregunté si ella hacía sexo anal con su novio y me contestó: de doler duele sobre todo la primera vez, pero tienes que aplicarte un lubricante y no resistirte y que Fico también se aplique, que primero te meta un dedo con lubricante y te vaya dando vueltas en el ano para relajarlo y te duela menos, para todo hay una primera vez y no es que sea algo demasiado doloroso tampoco, es algo que se puede resistir, piensa en los homosexuales, ellos solo por el culo tienen sexo y mientras las pingas son mas grandes para ellos mejor, tienen mayor satisfacción.

El día que nos vimos con Fico para tener sexo, estaba muy decidida a complacerlo, los consejos de Lina me animaron mucho, cuando entramos a la habitación del hotel, tras cerrar la puerta, noté que tenía el pene muy erecto, me abrazó por detrás y me beso el cuello, me fue quitando la ropa y sobando su pene en mi culo, me desnudo toda luego se quitó la ropa, me acostó en la cama y empezó a besarme desde el cuello hasta los pies, luego me entregó una revista porno donde aparecían unos gringos teniendo sexo anal para ir mirando, enseguida me lamió mi conchita con mucho esmero hasta hacerme venir varias veces para luego pedirme que me volteara, me puso al filo de la cama y empezó a tocarme el culo y con su dedo iba pasando suavemente por mi rendija, le dije que lo introdujera con la vaselina que me había dado Lina, y así lo hizo; apenas me dolió un poquito para luego sentirme a gusto con su metida y sacada sucesiva, pero era su dedo, cuando notó que estaba preparada, cogió su pene lo puso en la entrada, sentí algo diferente abrumador, muy grande, se me ocurrió jalar la almohada para morder, al momento que el introducía la cabeza, me hizo ver un centelleo como cuando hay un rayo en plena lluvia, di un grito fuerte que se apagó entre la almohada, él iba metiendo y sacando poco a poco hasta que sentí que me llegaba hasta las entrañas, también el dolor me fue calmando y después de un rato estaba como adormecida y sentí que su pene se agrandaba más y se fue quedando quieto, supe que se había venido, abrazó mi cuerpo sudoroso y me beso, había pasado mi tormento, vencí mis temores con amor, sabía que después sería menos doloroso y esperaba tener placer pensando en el que tienen los homosexuales cuando se los cachan por el culo.

Les contaré en la próxima como lo tomé gusto al sexo anal.