- “PONTE” - Ponte - ¿te lavaste las manos? - Claro. Dos veces. - Pero despacito ¿si? - Despacito, claro. - Me dan nervios. Mejor no. - Andale. Ya ponte. - ¡ay, dios. Está re grandota. ¿de veras no duele? - No, mujer. Y ya mejor ni la veas. - Estoy ardiendo. - Pues por eso. - ¿Y si me sale sangre? - A lo mejor. Pero solo un poquito. - Mira que si. - ¿Te vas a dejar o no? Para mi tampoco es algo fácil. Te dije que antes de hacerlo había que pensarlo muy bien. - Esa es una canción. - Y la tuya es otra. Ya llevamos como media hora así y me estás pegando los nervios. Oye ¿eso es un lunar? - ¿Qué? - Que si eso es un lunar. - Claro, tonto ¿pues qué creías que era? - ¡Hijole, qué de pelos tienes! - ¡no me estés mirando, sangrón! Mejor apagamos la luz. - Mejor te estás quieta, que si nos sorprenden nos van a agarrar de encargo. Te dije que mejor en otro lugar. Yo no sé qué carajos hacemos en la bodega de intendencia. - ¿y te hubiera parecido mejor en la oficina? Te imaginas si el señor López nos sorprende? - Pero salió a comer. - Sí, pero que tal si regresa antes. ¿qué le hubieras dicho? - Que te estaba dictando. - ¡Sí tú! Con todo el culo al aire. Bueno, ya. Pero de esto ¡ni una palabra! ¿eh? - Te lo juro. Yo soy un caballero. - ¿Te lavaste las manos? - ¡Ay, chigüagüas! ¡ya te dije que sí! ¡dos veces! ¡ándale ya, por dios! - Bueno. Pero ponte esto. - ¿Rojos? ¿no había transparentes? Además ¿para qué queremos esto? Me lavé muy bien. - No, chiquito. Hay mucha enfermedad de las gallinas. - ¡Uta! Con tanto dengue nomás falta que me exijas matrimonio. - Date prisa, que nos pueden sorprender. - ¡Ah! ¡ahora yo resulte el lento! - ¡Ay, no! Mejor no. Ya me entró el remordimiento. - Pues, dicho con todo respeto, es lo único que has dejado que te entre. - No te burles. -¿ya te lo pusiste? – es que de pronto vi el rostro de mi marido y me dio no se que. Pero ¿qué le hago si el pobre está imposibilitado para estas cosas. Hasta se marea el pobrecito y como tiene asma. - Ya están por volver. Ponte de una vez o no te pongas y san se acabó. - ¿No tienes calor? Te tiemblan las manos. - Relájate. Oye ¿cómo prefieres? - ¿Cómo que como? - Si, mira. Si te sostienes de ésta mesa así doblada; o apoyada en ese anaquel o de plano de pie contra la pared. - ¿Y si quitamos esas cosas y me acuesto?. - Como quieras. - Y todo por la pinche calentura nomás. - ¿Así estás bien? - Creo que alguien viene. - Ponte de una vez, mamacita ¡por dios! - No me forces. ¡No me forces! ¡ay! ¡ay! Deja. ¡Dame oportunidad! ¡ay! No. No. No te lo quites. ¡y! ¡está muy grande! ¡ay! Se me está durmiendo la pierna. La pierna. La. ¡ay, bruto! ¡ay qué bárbaro! De plano fue de caballo. No me diste chance de nada! - ¿te dolio? - Bueno. Hasta eso que tienes buena mano. - ¿Lo ves? Tanto relajo por una inyección.
ITZI: SON DE LOS TIPOS DE CUENTO QUE ME ENCANTAN, DE UN SIMPLE COMENTARIO CHUSCO, HACER UN CUENTO BREVE QUE MANEJE EL SUSPENSO... ES UNA DULZURA UN ABRAZO MANUEL