Éramos tantos y tan pobres! Habitábamos una casilla precaria, hecha con
cartón y madera, ubicada en Florencio Varela al sur del gran Buenos Aires,
en una de las tantas villas de emergencia que abundan por esos lugares.
Mi familia estaba compuesta por mi madre, mi padrastro de turno y ocho
medio hermanos nacidos de la indigencia y la ignorancia de ella.
Subsistíamos en la miseria, con un plan de emergencia que nos había
otorgado el gobierno, que apenas alcanzaba para comprar el pan. Así que
todos salíamos a la calle a mendigar o juntar cartones, con un carrito que
acarreaba mi hermano mayor como una bestia.
Que les puedo decir del lugar donde morábamos, se situaba a varios
kilómetros de alguna calle pavimentada, sin agua, ni los servicios mas
elementales, a la vera de un arroyo que cuando llovía nos inundaba,
haciendo mas grande aún el sufrimiento. Para peor, los robos eran moneda
corriente.
¿Que hacia por nosotros el gobierno? Absolutamente nada, todo terminaba
en promesas electorales.
Por eso cuando apareció ese señor diciendo que era mi padre, con ese auto
importado impresionante, no se que arreglo con mi madre pero vi que ella
de muy buen grado me cedió o quizás porque no, me vendió!!, Cual es la
diferencia?
Fui hacia atrás como si fuera la última vez. me puse el chaleco y abroché el
último botón de la camiseta que alguna vez fue blanca. Salí al exterior y
respiré l aire cargado de humo de autos y olor a naftalina. Mamá me planta
el mismo beso de todas las mañanas en la mejilla; y me susurra una palabra
al oído :
- Suerte.
- Yo no digo nada. Pero una mirada húmeda a ella le basta como respuesta.
- A estas alturas, a ella todo le basta.
Echa un vistazo a su alrededor. El techo de chapa, los ladrillos pelados, la
tierra marrón del piso; todo sigue allí. Ningún Dios piadoso ha decidido,
aún, darnos una mano. Ella hace todo lo que puede.
Más allá, una manada de cabecitas negras juega y se empuja en un charco
de barro, entre ellos, su Tincho, su Negrito, su Mabel y su Mingo.
De inmediato se acuerda de la escuela en la que quisiera que estuvieran y en
el desayuno con tostadas que le gustaría poder darles. Pero no hay...
Nunca hay.
A partir de allí pareció que mi suerte cambiaba radicalmente, pero digo
quizás, solo tal vez, porque ustedes verán que no fue de esa manera, todo
lo que me dieron lo tuve que pagar y a que precio!
Me llevó con él a una preciosa casa de dos pisos en un country cerrado
Allí una mucama se encargó de asearme y ponerme presentable, jugué en
la bañera me pusieron ropa nueva, y me llevaron a una habitación muy
confortable, donde había una cama inmensa para mi sola, muebles bancos
nieve, laqueados, varios osos de peluche y un acolchado blanco como las
nubes.
A la noche me vinieron a buscar para la cena y me presentaron a quien seria
mi futura madre. Una mujer de unos cuarenta y cinco años, rubia de ojos
azules y una mirada triste que realzaba aún más su belleza.
Me dijo: Soy Celia a partir de ahora me llamaras madre, yo me encargaré de
tu vida y educación, deberás a cambio respetar y obedecer las ordenes que
te imponga!! Esta claro. Su voz sonó firme y fría como el acero, solamente
atiné a asentir con la cabeza y musité, -si señora. -Madre!! -Te dije que me
llames madre no te ha quedado claro, no quisiera tener que castigarte.
Pasaron los días y a papá no lo volví a ver, estábamos solas Celia y yo,
ella se convirtió en mi tutora, organizó un rígido cronograma de tareas,
donde todas las mañanas me enseñaba a leer y escribir, luego por la tarde
clases de buenos modales, día tras día, al cabo de un año me había
convertido en una niña medianamente educada y saludable; mi apariencia
cambió radicalmente, bien aseada, afloraron en mí rizos dorados y unos
ojos celeste cielo, incomparables. Celia se volvió mas y mas estricta, como
si estuviera celosa, apresurando el ritmo de mi aprendizaje, un día me dijo
niña hoy te enseñaré a jugar como juega la gente grande, me puso sobre su
falda y comenzó a besarme, lo que ella no sabía que tantas noches mientras
fingía dormir había espiado a mi madre.
Fue entonces la oportunidad para ejercitar el despojo de las costumbres,
cuando el deseo se corporiza al punto de querer adueñarse de tu vida, hay
que estar dispuesta a dejar muchas cosas atrás.
En esos momentos extremos salen a flote los principios básicos de
supervivencia, servir a los demás como a uno mismo y tolerar la convivencia,
en todos sus aspectos.
Por ello desde mi temprana infancia, fui palpable, mórbida y penetrable, un
cuenco hondo de elixir supremo, donde intensas ondas de flujos y reflujos
se esparcieron por mi sacra carne interior, cálidos nidos anexos y conexos
bullieron ansiosos a la espera de mi primer contacto sexual.
Cuando este ocurrió recibí con indescriptible estupor las sensaciones
insuperables de las caricias linguales de Celia provocadas por el contacto
de mi labio vaginal, donde mi mosto cardenal se fue escurriendo gota a gota
como perlas cristalinas de rocío sobre su lengua maternal.
Interminables noches insomnes, nos introdujeron en el vértigo, donde
todo se trastocó pronto en un boca a boca, que sectaria de infinitos besos
y abrazos, me llevaron a explorar los secretos y complejos misterios del
incesto.
Allí donde se convoca la mayor desesperanza, aparece brutal la imagen
del deseo.
Es donde se pierde el sentido moral de los acontecimientos, inmersa en un
mar de espejismos, donde ofrendas tus partes mas preciadas para luego
caer al fango del dolor.
Recuerdo cálidas siestas e infinitos abrazos; espasmódicos encuentros
llenos de euforia que dejaron nuestra carne en llaga.
Raptos de lucidez que nos indujeron a sincronizar el móvil del encuentro
secreto donde mi amor gorgoreo devoró ávida sus pezones erectos.
Eso fuimos nosotras un amor prohibido, profano y terco .
Pero un día llegó papá y nos dijo que debía seguir mi educación en un
instituto apropiado, esperó que juntara mi ropa, mientras lo hacia, sentí que
discutía con Celia. La discusión fue subiendo de tono hasta que papá la
cortó de cuajo con un bofetón, ella fue corriendo y llorando a encerrase
en su cuarto y cuando baje un chofer recogió mi valija y nos fuimos en auto.
El viaje fue largo y cansado, papá no abrió la boca y cuando al fin llegamos
vino a buscarme una mujer que me introdujo en la casona.
Estuve encerrada durante dos días y dos noches, durante los cuales solo
fui alimentada,
La mañana del tercer día, aparecieron dos hombres encapuchados, ligaron
mis manos a la espalda y colocaron una tela adhesiva en mi boca para evitar
que gritara
-YA ERES NUESTRA ¡PERRITA!!!,Vas a tener un bonito aprendizaje niña
Afuera mi padre se despide socarronamente: - Hasta la vuelta cariño, se
obediente y aprende.
Dentro de la habitación los captores se relamen con la golosina, mientras
uno le dice al otro:
- Mira todavía está vestida,
- Es verdad, pero eso tiene remedio, y por cierto no nos vendría mal un
regalito extra. Dicho esto, levanta mi blusa, y al ver mis pequeñas tetinas, no
resiste la tentación de probarlas, exclamando:
-¡ Hey! mira, toca, son deliciosas!!!
– Mmm, que ganas de follarme esta linda perrita, lástima no poder hacerlo
hasta que termine su aprendizaje, aunque quizás ambos, podamos
masturbarnos y acabar encima de esta belleza-
(Ambos se masturban con fuerza y acaban sobre mi cuerpo llenándolo de
esperma).
Luego me asean recomponen mi ropa, y me preparan para la entrega.
Justo a tiempo para la fiesta nena, pero antes un pequeño detalle.
( Extrae del maletín una jeringa hipodérmica y me aplica una inyección que
me adormece completamente).
Ya dentro de otra habitación, un hombre encapuchado recibe la encomienda.
- ¿ Es lo requerido por el maestro?
- ¡ Por supuesto!!!
Dormida aún, soy llevada hasta un gran salón de torturas, donde encadenada
y atada de pies y manos, soy izada hasta dejarme parada, casi suspendida
en el aire...
Recuperando el conocimiento, aún muy aturdida siento el frío contacto de
una navaja contra mi cuerpo, esta con hábiles y certeros movimientos me
despoja de toda la ropa.
Un encapuchado me toma del cabello y tirando la cabeza hacia atrás me dice:
- Buen día bebé.
Y esa navaja que vuelve a recorrer mi cuerpo como presagio de muerte, un
pellizco en la tetina, el revés de la navaja que recorre mis labios vaginales a
manera de advertencia.
Escucho una voz que dice: - No esperes al amo dormida, despiértate!!!, vas
a suplicar que desvirguen tu coño apretado.
- pronto traigan una silla de inmediato, vocifera.
Un sirviente encapuchado, pero desnudo, trae consigo una silla y la coloca
detrás mío.
Aparece otro personaje totalmente desnudo, con otra capucha negra de cuero.
Se sienta en la silla detrás de mí con una enorme verga enhiesta, al tiempo
que ordena:
- Baja la cuerda!!!
A medida que la cuerda va bajando, mi coño se acerca a la polla, que ansiosa
me espera, al fin me posa justo encima de ella.
- Max acomoda la perrita, deja que su coñito se encuentre con esta dura verga.
- Mmmm, Ohh si!!!
Tu agujero es tan apretado y me vas a gozar como una puta!!!
-¿Quiere que la baje más aún señor?
-Por favor hazlo despacio Max, no quisiera lastimarla, aunque pienso que esta
perrita necesita mas.
- yo, miro espantada esa otra enorme verga que está preparada.
- ¿Que tiene en mente el señor?, inquiere Max
- Dala vuelta y juega con el vibrador me gustaría verla doblemente penetrada.
- Excelente idea señor
Mientras esto ocurre en otra habitación, una mujer mira extasiada la escena en
la pantalla de un monitor, junto a su pareja.
El le dice: - Asumes lo que pueda pasar de aquí en mas querida
- ¡Ohh si!!!, Disfrutaré cada minuto invertido, la azotaré duro todos los días,
pero primero tengo la necesidad de observar como la hacen gozar, pero te
advierto; no quiero que lastimen ese culo pequeño, esa delicia es toda para
mí.
Amordazada y atada me encuentro totalmente a merced de mis captores.
Max advierte que el “tratamiento” está surtiendo efecto y dice:
- Mister, pienso que ella lo está disfrutando.
Entonces apura para que termine ahora!!!
El encapuchado baja y lengüeta frenético mi coño de bebé, haciendo
estallar mi primer orgasmo.
- ¿Que sucede?
-Te gusta nena sucia, ser follada y chupar esta gran polla!!!
Aparece en la sala Celia, desnuda, con botas largas de cuero negro, látigo en
mano exclamando.
– Ohh!!!, Esto es mas de lo que yo esperaba, mi pequeña y remilgada
bebé violada:
-denle duro chicos, follen ese pequeña perra y tú Max, acábale dentro de la
boca quiero ver chorreando el esperma.
Mientras soy desfondada sin piedad por una enorme verga Celia mira
hipnotizada la escena.
Ahora estoy con una polla gigante en mi coñito y otra que me desfonda la
boca, En un esfuerzo sobrehumano logro apartar mi cara y grito:
- Basta!!!
- Joder putita, dame tu boca, dicho esto me pega varias cachetadas en la
cara, mientras yo suplico con llanto:
No me peguen mas haré lo que quieran
Abro mansamente la boca y recomienzo a chupar la polla bien hasta el fondo,
el encapuchado con gran satisfacción me retuerce los pezones gritando:
Chupa esta verga zorrita!!! Muy pronto sabrás complacer a tu padre!!!
( Continuará )

martamarques