~~Me encontraba disfrutando de las vacaciones que cada diciembre son realizadas a un pueblo de La Costa Cribe Colombiana, tendría un par de días de haber llegado cuando me encontraba visitando a una de mis mejores amigas (Luz) en aquel lugar, al instante salió de dentro de uno de los cuartos una hermosa chica, y en el acto me fue presentada junto a otras dos que resultaban ser primas de Luz, la que acababa de ver de tez blanca, proveniente del interior de país, con cabello ondulado, ojos claro, voz suave y mirada tierna, era Yurley, las otras dos Marcela y Beatriz. Nos conocimos en aquel día he intenté hacer mucha más relación con la que me había agradado, llegando incluso a invitarla a una integración que se realizará ese día en el pueblo, a lo cual ella accedió, nuestra mala fortuna resultó en que llegamos justo cuando la misma se había acabado, pero ya habíamos empezado algo. marché a casa algo entrada la noche y con la promesa de volver a visitarla.
A mi al día siguiente regreso la invité a una fiesta que se organizaba para dar bienvenida a los estudiantes universitarios del pueblo que se encontraban de regreso para le fecha (entre los cuales me contaba), luego en compañía de ella, Luz, sus primas y algunos amigos míos de vieja data en el pueblo fuimos a la fiesta en la cual pude incluso llegar a robarle un beso, nuestra relación estaba empezando, mientras que mis amigos intentaban iniciar lo mismo con Marcela y Beatriz, en vista a ello programé un paseo para dos días después de aquella noche, ellas estuvieron de acuerdo en realizar tal paseo, además de que a su tía le pareció fenomenal que muchachos allegados a la casa como éramos nosotros le enseñásemos la belleza de la región a las chicas. Realicé todos los gastos de transporte, comida y bebida del personal, que llegaba a la suma de 20 personas; todo fuese por estar junto a Yurley; partimos a las 7:00 a.m. a nuestro destino, llegando a él, una hora después, una vez instalados a la rivera de un manantial, cuyas aguas eran verdaderamente cristalinas, procedimos a conseguir leña para encender fuego y cocinar, además de acondicionar lugares para establecer a un par de sobrinos que había llevado hasta el lugar. Ayude a preparar todo para el sancocho (sopa), cuando decidí no trabajar más y dedicarme a lo mío, eran aproximadamente las 10:00, en primera instancia nos dispusimos a jugar entre todos los jóvenes integrantes del paseo (algunos 12) mientras mi cuñada, su hermana y otra par de personas adultas cocinaban y departían aparte. Luego del juego en el agua, partimos arroyo abajo con el fin de conocer su recorrido, marchaban junto a mi persona, Yurley; Marcela y Orlando; Beatriz y Jesús, y mi amiga Luz, quien fue la primera en devolverse; en algún paraje me detuve manifestando que me había hincado con una espina, por lo cual debería sacarla, mientras yo hacía aquello, el resto de personas decidieron que hacía hambre y que había que regresar, quien no opinó igual fue Yurley, quien decidió esperarme. Una vez me hube sacado la espina del pie, procedimos a darnos un chapuzón en un pozo que se encontraba en el lugar.
Allí comenzamos a evitar el frío del agua con el calor de nuestros cuerpos, nos besábamos incesantemente, yo acariciaba todo su cuerpo, y besaba su cuello y oreja, ella se divertía con mis besos, mientras mis manos se apoyaban sobre sus nalgas, que eran firmes, nuestros cuerpos estaban totalmente sumergidos en el agua, la cual nos tapaba hasta los hombros; la arrinconaba contra una piedra liza y allí ejercía presión sobre ella, ya para ese entonces acariciaba suavemente sus tetas con mis manos, su excitación subía poco a poco, mientras que yo por mi parte sentía escalofríos provenientes del calor de mi cuerpo y de lo frío que estaba el agua, sentía mi cuerpo arder en fiebre. Comencé a bajar el short que ella había llevado en aquella ocasión, a lo cual al principio se oponía, sin embargo un instante después se abrazaba con fuerza a su cuerpo y comenzaba a besar mi cuello, mientras abría sus piernas esperando que adentrase mi falo en su concha, lo hice poco a poco, sin mucho afán, la verdad también tenía ella su chocha algo dura, eso lo podía sentir, pero al profundizar un poco más pude notar que algo se rompía en el interior de su vulva, sentí un quejido de dolor proveniente de su garganta y al mirar su cara pude notar algún gesto de dolor, instantáneamente y en tono romántico pregunté si era virgen, a lo cual me manifestó que hasta ese momento; acababa de entregarme su virginidad. Entonces comencé a besarla y a brindarle suaves caricias buscando que pasara ella un buen momento, siempre me ha gustado que la primera vez de una mujer sea un recuerdo grato, la manera en metía una y otra vez mi glande en su chocha era un tanto suave y con delicadeza; de vez en cuando dejaba toda mi verga metida un instante en su concha mientras ella apretaba con las piernas, y acto seguido me ofrecía un beso, lo cual me indicaba que ella lo estaba disfrutando, la singada fue suave pero prolongada, después de un rato de joder, sentí como pasaba sus brazos por sobre mi cuello y abandonaba sus fuerzas, entonces pude comprender que se había venido en un orgasmo, había sido bastante extensa la follada, puesto que no aceleré en gran forma la penetrada a efectos de no causarle daños en su vagina y que terminase por temerle al sexo, ante lo prolongada de la cogida sólo segundos después de haberse venido ella y ante un momentáneo pajeado que ella me hiciese me vine en una gran cantidad de leche, eso lo digo porque así lo sentí, justo al momento de venirme la abracé fuertemente y comenzamos a besarnos nuevamente, así estuvimos por espacio de algunos diez minutos, acariciándonos y hablando, cuando sentí que nuevamente estaba listo para excitarme, cuando observaba que mi verga se levantaba para una nueva batalla, preferí invitarla a salir del agua y a retirarnos al lado de los chicos para disponernos a comer algo, puesto que igualmente era cierto que habíamos quedado agotados ante aquella cogida del agua, tanto que instantes después de haber comido, quedamos totalmente rendidos, ella tenía su cabeza apoyada sobre mi abdomen, todo esto no sin antes habernos ganado una buena montada por los presentes, quienes adivinaron en cierta forma lo ocurrido, que muy a pesar negamos en todo tiempo, y a la fecha por menos yo aún lo niego