Los ojos de Daisuke estaban ahora ardiendo de lujuria mientras miraba a su chico debajo de él. A pesar de que tanto él como Ken apenas se movían, el aire no podía haber sido más grueso con la tensión sexual, los suaves y desesperados sonidos de Ken provenían del calor de Daisuke teniendo permiso para acariciar la suavidad de sus pezones

Momentos antes, Ken no había tenido más remedio que escabullirse entre sus piernas estiradas y extendidas y permitirle a su polla un breve respiro de los suaves y sensuales tormentos de las caricias de Daisuke con sus dedos su lengua de remolino la suave y traviesa boca en su polla. Una y otra vez. Daisuke había llevado lentamente a Ken al borde mismo de la explosión. Sólo para malvadamente retroceder cada vez, dejando la polla de Ken hinchada temblar en la frustración.

Cada vez su frustración sería un poco peor que antes, El dolor en sus bolas pesadas llenas de semen listo para ser expulsado sería un poco más agonizante. Su necesidad de eyacular cada vez era mas desesperante, pero eventualmente, Daisuke lo tendría en ese punto donde era simplemente demasiado. Donde estaba demasiado cerca. Donde su polla dolorida y babeante estaría temblando de tal necesidad y desesperación frenética que incluso la sensación de su aliento que soplaba suavemente a través de la cabeza de su polla podría arriesgarse a hacerlo estrellarse sobre el borde.

Daisuke habia aprendido bastante bien de Ken, de las maneras de atormentar a un chico indefenso estaban limitadas sólo por la imaginación de Ken y ahora Daisuke había llegado a saber que Ken no tenía límites. Por lo tanto, dejando su polla temblar, se movió por su cuerpo. A horcajadas de él. Inclinándose hacia delante para que sus suaves y llenos pezones, el vicio de Ken por excelencia, flotaran burlonamente sobre aquel chico desesperado.

Daisuke rió suavemente ante el sonido de él gimiendo a través de los labios apretados. Daisuke estaba jugando a dos bandas, tanto con los pezones de Ken, torturandolos sin descanso ninguno, y tambien con llevar al limite del orgasmo a Ken a traves de fuertes toques suaves a traves de sus manos en la polla de Ken, no importa qué tan cerca no importa lo tentador Los pezones y la polla de Ken eran perfectos para hacerle rabiar de placer.

Jugar, ese era el ritual en ellos, y esta vez le tocó sufrir a Ken las consecuencias de haberle estado tentando demasiado tiempo.

La tentacion estaba ahí, Daisuke deseaba meterse en la boca aquellos pezones blancuzcos tan jugosos para él, eran perfectos, una piel blanca como la de Ken y este observandole con una mirada derrotada, estaba desesperado, era como un niño al que le se le habia sido retirado varios caramelos de su boca.

Así que ahora, Ken se quedó quieto, su mente tambaleándose con desesperación. Sólo cuando oyó a Daisuke susurrar la palabra, "abre", permitió que sus labios se abrieran, Ahora Daisuke seria mucho mas travieso que antes, el usó sus pezones para burlarse en sus labios cepillando a través de la abertura de su boca. La cálida y pesada suavidad de su pezon presionando hacia abajo suavemente deslizandose dentro de su boca. Sin embargo, Ken no podía ni siquiera permitir a su lengua el placer de cepillarla a través del pezón invasor, y mucho menos chuparlo, como estaba tan desesperado por hacer.

Y todo el rato no tendría escapatoria de la voz sedosa de Daisuke. Sus ronroneos bochornosos y roncos. Describiendo en detalles insoportables lo que le estaba negando. Lo que estaba tan cerca. Burlándolo maliciosamente con recordatorios de lo que no podía tener.

Eventualmente, sin embargo, incluso esto sería demasiado para Ken. Justo como había hecho Daisuke que su polla llorara lágrimas de pequeñas de semen antes, lágrimas de frustración comenzaban a formarse en sus ojos, su ansia desesperada de poder saborear los pezones de Daisuke lo consumieron hasta el punto de que comenzaría a derretirse con sus lagrimas. Y cuando Daisuke obtuvo lo que queria, supo que era el momento.

Después de permitir que sus pezones se cepillaran suavemente sobre el rostro de Ken una vez más, Daisuke tomó seductoramente sus labios temblorosos con su lengua, murmurando,

-Mmm, adivina qué bebé? Tu frustracion ha durado bastante tiempo... Ahora es seguro darle más atención a tu polla.

Ronroneando suavemente ante un gemido agonizante de Ken, Daisuke se inclinó, tomando su boca con la suya, besándolo profundamente. Ávidamente. Apasionadamente. Con una risa maliciosa, murmuró en su boca.

-Te toca a ti hoy, mas chorros, mas semen, mas leche rica -. Y con eso, comenzó su lento descenso por su cuerpo una vez más, sus labios y lengua dejaron un rastro de carne andrógina temblorosa para que el dulce y exquisito sufrimiento de Ken pudiera empezar otra vez.