Me quito la ropa. Pienso en él. Me quito también el sujetador y la braguita. Pensando en cómo Julio me las quitaba. Despacio. Con sensualidad. Estoy caliente. Pienso en lo que ha pasado. En sus besos, sus caricias, sus manos, su boca, sus besos, sus palabras. Empiezo a excitarme. Mi vello se eriza.

Lo recuerdo. Me muerdo el labio pensando en Julio. Me entran ganas de acariciarme. Pongo la música que nos gusta. Apago la luz. Me estiro en la cama.

Pienso en él. En cómo me tocaba con cariño. Con delicadeza. Suave.

—Mmmm…

Me acaricio. Rozo mi pelo, boca, cuello. Sigo bajando.

Recuerdo cómo acariciaba mi pelo, los labios, el cuello, los pechos, mis pezones. Me encanta cuando me los acaricia, estirando de ellos con suavidad, lamiéndolos…

—Mmmm… Julio.

No son mis dedos los que van deslizándose por mi cuerpo, son sus dedos, sus manos expertas, que me llevan a conseguir el máximo del placer.

Se me ponen duros los pezones. Sigo bajando. Sigue bajando. Me deslizo fugazmente por mi abdomen. Paso por encima de centro de mi placer. Para llegar a mis piernas, mis muslos. Los rozo por la parte interior, suavemente.

Me excito. Me excita. Siento su calidez. Mi humedad.

Y subo, regreso, despacio. Me detengo en mi pubis. Me acaricio. Me acaricia.

—Mmmm… Te recuerdo.

Suspiro. Tu recuerdo se intensifica cada vez más. Con cada caricia.

—Julio… Sigue…

Sigo acariciando mi clítoris. Recuerdo su lengua ahí. Cómo me hacía disfrutar. Cómo jugaba con su lengua acariciando y luego presionando mi clítoris.

—Mmmm… ¡Siiii!

Todas las sensaciones que me provoco son pensando en él, cada caricia, cada estímulo.

Su sabor, su olor, su forma de tocarme, suave, acariciándome. Escucho nuestra música.

Me abro para él.

—Sigue amor, sigue, así, muy bien... Sigue amor. Mmmm…

Recuerdo la dureza de su miembro. Como entraba en mí. Cómo me excitaba. Cómo me daba placer.

Estoy cada vez más húmeda. Me acaricio. Le sujetaba su culete mientras me penetraba, le apretaba contra mí. Sigo con mi fantasía. Me hacía disfrutar. Me hace disfrutar.

Tiemblo en la cama. Gimo

—Julio. Mmmm… Sigue.

Estoy mojada, muy mojada. Noto mis jugos deslizarse por mis muslos. Pienso en que me hace gozar. Cuando lo recuerdo, lo veo. Ahora.

Y llega la oleada de placer esperada, deseada, anhelada.  Me contraigo, tiemblo, me retuerzo, apretó mis muslos contra mis manos.

—Mmmm… ¡Siiii! ¡Qué gusto! Mmmm… Julio…