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Categoría: Dominación

Penetraciones Privadas

Era noche de sábado, en realidad algo esperado,
pues en aquella ocasión tendría sexo con Carlos,
mi marido. Nuestra actividad sexual se había
enfriado relativamente pero de pronto algo
se había encendido nuevamente y estabamos comenzando
una nueva y activa vida sexual.
El tiempo pasaba y mi marido no llegaba a casa,
la cena se enfriaba pero realmente no era lo más
importante, mi deseo era llegar a la cama y volver
a vivir los antiguos placeres sexuales. Luego tuve
una gran sorpresa: Carlos llegó a casa pero
acompañado de su sobrino Manuel. Mira quién está
aquí, me dijo mi marido mientras me saludaba con
un beso, es Manuel... tanto tiempo que no veía
a mi sobrino... lo recuerdas ?. Sí le dije, por
cierto que lo recuerdo...ha pasado un tiempo
desde la última vez que lo he visto.
Manuel me saludó con un beso y con un : Hola tía.
que bien que me recuerdes, ya tengo 17 años y
también hace mucho tiempo que no te veía.
Cenamos los tres y luego tío y sobrino comenzaron
una larga charla de recuerdos familiares...sentí
cansancio y sueño, pensé que lo mejor sería irme
a la cama y dejarlos tranquilos con su amena
conversación. Me fui a la cama con la decepción de
que mi noche de sexo se había esfumado.
Aún así, me quedaba una pequeña esperanza de que
mi marido llegara pronto a la cama y podriamos
tener nuestra sesión sexual, de manera que me
puse mi ropa más erótica para la posible ocasión.
Pero se hizo tarde y me dormí... sólo desperté
cuando Carlos llegó a nuestro dormitorio. Para
mi sorpresa, su sobrino también estaba junto a él
contemplándome en mi cama y afortunadamente bien
cubierta a sus posibles miradas adolescentes.
¿Sabes querida ?, me dijo Carlos, Manuel aún no
ha alcanzado el pleno conocimiento sexual con las
mujeres y eso lo tiene algo preocupado, y riendose
concluyó su frase : creo que le falta un poco de
actividad sexual.
Lo que decía mi marido era incomprensible para
mí, pues no sabía cual era mi relación con la
falta de experiencia sexual del chico.
Mi marido sonrió al ver mi expresión de preocupación
respecto a las circunstancias. Qué te parece si
le ayudamos un poco a este chico a lograr un poco
más de conocimiento sexual. Ante lo dicho por mi
marido, comprendí que su deseo era ofrecerme a
su sobrino para que ensayara conmigo sus conocimientos
aprendidos a su joven edad. Sentí algo de miedo
ante lo extraño de lo que ocurría pero luego pude
comprobar todas mis dudas, pues mi marido tomó
las ropas de nuestra cama y me dejó descubierta
hasta la cintura. El chico clavó sus ojos en la
ropa transparente que llevaba y que delataba toda
la figura de mis senos, intenté taparme y protegerme
con mis manos, pero luego Carlos, mi marido, apartó
mi débil defensa para ofrecer nuevamente la visión
de mi pecho a los ojos excitados de Manuel, su
sobrino. Por largos momentos, ambos me observaron
sin ocultar la excitación que les producía mi
erótica ropa de dormir.
¿Quieres tocar los pezones de la tía?, preguntó
mi marido a Manuel. Ante la posibilidad de aquello,
llevé rápidamente mis manos a mi senos para proteger
mis delicados pezones. Pero esta vez mi marido actuó
con más violencia retirando mis manos de mis senos
para inmovilizarlas sobre mi cabeza.
Enseguida deslizó la suave tela transparente para
dejar mis senos completamente desnudos a los ojos
de su joven sobrino. Le pedí a Carlos que terminara
con eso, que no era normal que me expusiera semidesnuda
a la vista excitada de aquel adolescente, pero
mi marido igualmente excitado, le ordenó a su
sobrino que tocara mi senos según fuera su placer.
El joven, tímido y temeroso, acercó sus manos para
tomar y tocar la suavidad de mis senos. Poco a poco
su timidez y temor fueron desapareciendo y ya
con mayor confianza, comenzó a tocarme y a apretar
mis pezones según el ritmo de su excitación.
Aún intentaba oponerme a este sexo forzado, pero
mi marido ya estaba muy excitado para detener
el caliente juego sexual que él mismo había iniciado.
Chupa ahora esos bellos pezones de tu tía,
ordenó Carlos a su sobrino, y en un segundo ya pude
sentir como los labios de Manuel atrapaban uno
de mis pezones para chuparlo con juveniles ansias.
Fuerte y suave fue la combinación que el joven
ejerció sobre mis pezones, a veces utilizando sus
dientes para moderlos hasta provocarme dolor.
Carlos, mi marido comenzó a guiarlo en un método
más efectivo de obtener placer en esta caricia oral
que recibía del joven... a los pocos minutos, sus
caricias manuales y orales fueron más efectivas
y cachondas. Carlos comenzó a besarme imaginando
que me había excitado, o tal vez lo hizo presa
de su propia excitación, de este modo, me encontré
bajo el ataque sexual de ambos.
Es mejor que te desnudes, le dijo a su sobrino, así
estarás mas cómodo. dicho aquello, me obligó a mirar
a su sobrino cómo se desprendía de su ropa quedando
completamente desnudo y exhibiendo su miembro sexual
altamente erguido. Enseguida le ordenó que se acercara
a mí, dejando su polla a muy corta distancia de
mi rostro...estaba muy erguida y húmeda a consecuencia
de su gran excitación. Por algunos instantes, me
obligó a tener mi vista sobre el juvenil miembro
sexual masculino de su sobrino. Cuando se cansó
de esto, mi marido le ordenó que terminara de
desnudarme, ante lo cual opuse mayor resistencia
sin lograr liberarme de la fuerza de sus brazos
que me mantenían unida a la cama.
Manuel me desnudó dejando a su completo placer,
todo mi cuerpo femenino. Ahora tienes que practicar
sobre el sexo de tu tía, fue la nueva orden de
mi marido a su sobrino. Y liberando mis brazos
tomó mis piernas para separarlas y de este modo,
ofrecer mi sexo a las nuevas caricias. Acomodó a
su sobrino en una postura cómoda para que pudiera
alcanzar mi sexo con su boca. Mi propio marido
abrió ligeramente mi sexo para que mi clítoris
fuera alcanzado por Manuel. Enseguida, dandole
las más cachondas instrucciones, Manuel comenzó
a darme sexo oral... excitarme con la boca, los
labios, la lengua y la respiración del adolescente,
fueron inevitable para mí. Me estaba realmente calentando
con ese joven inexperto que aprendía de mi cuerpo,
las más ardientes caricias que se le puede dar
a una mujer. Intenté disimular mi excitación y
aún así, hubiese preferido ser follada por mi marido
a ser forzada a las caricias de aquel ardiente
aprendiz. Pude ver que mi marido gozaba de la
visión de ofrecer el cuerpo de su esposa, a otro
hombre, aunque fuese su sobrino y de edad muy juvenil.
Sigo recibiendo el ardiente sexo oral y mis piernas
se estremecen ante las olas de placer que me otorga
mi sobrino adolescente. Mi marido ya lo comprende
y le pide a Manuel que sus caricias orales tomen
aún más fuerza en un intento de confirmar mi
excitación. Su sobrino obedece y refuerza sus
caricias sobre mi humedecido y tibio sexo...el
placer es mayor aunque a veces confuso, Carlos
mira la ardiente escena de cómo su sobrino
devora a su esposa y comienza a desnudarse.
Algo satisfecho de lo anterior, le dice a su sobrino
que deje de hacer eso y que ubique su cuerpo cerca
de mi rostro, de este modo, con sus piernas ligeramente
sobre mi pecho y arrodillado en la cama, Manuel me
ofrece toda la visión de su cuerpo...miro hacia
arriba y veo su rostro, su pecho, su cintura más
abajo y por cierto, su dura polla apuntando a mi
boca. Carlos dice que debo devolver el favor a
su sobrino dandole sexo oral, es decir mamando
su miembro masculino.Le ruego que no me pida eso
y a cambio, le ofrezco acariciar con mis manos
todo lo que tenía al alcance de mis manos, excepto
su ardiente sexo. Comienzo a acariciar, su pecho
jvvenil, sus brazos, su estómago, su cintura...
le doy muy ardientes caricias para calmar su excitación
a un precio de aumentar mi propio deseo.
Mi marido se siente complacido de cómo acaricio
al joven aún cuando no toco su verga, Carlos entonces
cambia de lugar y se ubica entre mis muslos con
evidente deseo de penetrarme. Lo hace rápidamente
y así siento la invasión del miembro de mi marido
que me ha penetrado profundamente cumpliendo algo
que, no estaba segura si lo deseaba o no.
Pero la follada que me da mi marido se torna muy
caliente para mí y mis caricias sobre su sobrino
se hacen a cada instante más cachondas. Ahora si
deseo sentir su verga en mi boca...tomo a Manuel
de la cintura y lo atraigo hacia mí, mi boca
recibe la hermosa verga dura, húmeda y joven
de mi sobrino. El chico se estremece como igualmente
hago yo, estoy disfrutando ahora de su verga mientras
mi marido no detiene su fabulosa follada que me
otorga y que hace disfrutar a mi sexo de manera
especial.
¿Ves Manuel?, dice mi marido, eso era lo que necesitaba
tu tía...una buena follada para que terminara
deseando tu polla...mira cómo la chupa, con las
ansias de una mujer caliente, con los deseos de
una mujer que tiene a dos hombres en su cama.
Mi marido tiene razón, me han esclavizado en mi
propia cama al placer de sus dos vergas, pero mi
orgasmo viene pues no puedo soportar el placer
que mi marido me da con su experta y cachonda
follada. Termino apretando fuertemente la polla
de Manuel en mi boca y saboreando sus líquidos
sexuales, me he vuelto como una loca ante la
sorpresiva sesión sexual que estaba en la mente
de mi marido y que pudo realizar gracias a la
ayuda de su adolescente sobrino.
Sin terminar, mi marido saca su verga de mi sexo
y le dice a Manuel que su turno ha llegado.
Ser follada por mi sobrino fue una idea que me
horrorizó pero muy poco podía hacer para detener
aquella pequeña orgía familiar.
Mi marido se pone junto a mí para besar mi boca
y prepararme para la penetración que me haría
en pocos instantes más, mi sobrino. Carlos está
muy cachondo y delirante, me besa apasionadamente
y acaricia mis pechos sin poder detenerse.
Ah querida, que fabuloso saber que este chico va
a gozarte y va a follarte con sus juveniles deseos,
siempre soñé con esta ocasión de que estuvieras
penetrada por un joven mientras yo puedo sentir
el latir de tu placer. Manuel busca la entrada de
mi vagina para hundir su verga en mi delicado sexo,
sin embargo, Carlos le dice que ese sexo es exclusivo
de él, pero que puede disfrutar de mi pequeño
y rosado ano. Al saber esto, le ruego a mi marido
que no lo permita, que su sobrino puedo gozar lo
suficiente penetrando mi vagina, que es más normal.
Pero mis innumerables ruegos no pueden impedir el
deseo de mi marido de verme penetrada por su
sobrino y por aquel sexo prohibido.
Carlos deja de besarme y prepara a su sobrino para
mi sodomización, acomoda mi culo y dispone la
verga anhelante para realizar el sexo increíble
que estaba en su mente. Muy lubricada, la verga
joven de Manuel penetra en mi pequeño orificio...
siento la dolorosa invasión y cómo se abre paso
a través de mí , impedirlo ya era imposible.
El joven sobrino siente la gran presión
de mi ano sobre su verga y se estremece de placer,
yo soporto mi dolor ante el sexo anal forzado que
mi marido ha sostenido hasta este instante.
¿Acaso no es fabuloso querida, que mi sobrino
disfrute y ahora te haya esclavizado a su verga ?,
dice Carlos mientras regresa a besarme y a mirar
mi rostro que refleja el dolor de la penetración.
Luego continúa diciendo...no te preocupes, mi
sobrino te está dando lo que podriamos llamar
penetraciones privadas...una pequeña orgía de
sábado por la noche.
El dolor de la penetración disminuye y comienzo
a sentir un ligero placer al ser poseída de
esta extraña manera para mí. Manuel lo sabe
y termina por penetrarme completamente, los
besos de mi marido se hacen más intensos, sin
embargo los abandona para comenzar a masturbarme
lo que hace que ahora disfrute plenamente del
placer que me otorga mi sobrino y mi marido.
Ambos ritmos aumentan para finalmente darme
un goce desconocido e intenso para mí, Carlos
comienza a masturbarse con gran pasión al verme
presa de mi orgasmo y al sentir y ver, cómo mi
sobrino está proximo a disfrutar igualmente.
Carlos, mi marido, termina primero dejando caer
toda su carga de semen tibio sobre mi pecho
que es aún agitado por el ataque sexual de Manuel...
Carlos descansa y disfruta observando la enorme
cantidad de semen que ha dejado sobre mi cuerpo,
en ese instante, mi sobrino alcanza su placer
llenando igualmente, mis entrañas con su semen
juvenil. El momento es muy intenso y creo que
quiere introducirse completamente en mí en el
instante de alcanzar su increíble goce sexual.
Poco después, los tres descansamos y recordamos
esta pequeña orgía familiar que mi marido en
un momento pensó en llamarla : Penetraciones
Privadas.
Datos del Relato
  • Categoría: Dominación
  • Media: 5.64
  • Votos: 59
  • Envios: 10
  • Lecturas: 16650
  • Valoración:
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
eduardo
invitado-eduardo 13-08-2017 22:05:10

se da mucho ese tipo de sexo, fabuloso,wap59894989746

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