El día sábado después de ser exprimido por la deliciosas bocas de Josefina y Paulita, me levanté tarde, almorzé y al rededor de las tres de la tarde salí para casa de Vilmita, para ayudarle con unas tareas, estaba preciosa con su short y su playera. estaba con sandalias, y era un bocadillo que no podía probar debido a su período. Antes de irme como a las ocho de la noche, me dijo que no me iba a dejar ir con deseos, y como sus padres y hermana regresarían al filo de las diez de la noche, en su habitación me dió una estupenda mamada, que me hizo correrme a chorros em su boca. Me fuí al cine a ver una película y regresé pasada la medianoche. El día domingo salí temprano para ir a jugar futbol, regresé a casa y al salir de la ducha me encontré en la sala a Paulita, solamente con una playera que le llegaba a medio muslo y descalza, a pesa de que era delgada, sus piernas torneaditas me excitaron mucho y era notorio el bulto bajo la toalla, lo que a ella no dejó de excitarla verme caliente. La llevé a mi habitación y Josefina estaba cambiando ropa de cama, le pedí que aún no la cambiara y la invité a desnudarse junto a nosotros. Josefina tenía un cuerpo espectacular, que contrastaba con el de Paulita, a pesar de que era muy sensual. Me acosté boca arriba y Josefina se prendió a mamar mi verga, mientras yo chupaba la vagina de Paulita, que ahora en contraste con aquella selva de pelos, estaba depilada, para evitar cortarme la pija como el viernes anterior, chupeteaba sus labios vaginales morados, pellejudos y su delicioso clítoris casi blanquecino y rosa pálido, y su canal rojito encendido, estaba a punto de venirsw, cuando le pidió cambiar de posición con Josefina, sentandose en mi verga, la cual empezó a deslizarse en su cavidad estrechísima, en un par de movimientos ágiles, se la había clavado al fondo, y se la sacaba y metía despacio, casi la sacaba toda, sólo dejaba la punta de la cabeza adentro y arremetía clavandosela hasta la base, mientras tanto yo me deleitaba chupando la vagina de Josefina, que gemía de placer, Paulita se empezó a mover cada vez más rápido, gritando de placer, y sollozando, la sentí arquearse, se la clavó al fondo y soltó su gemido de orgasmo, y se quedó quieta se había corrido. Josefina se colocó en posición de perrito, y le clave al fondo la verga, Paulita se metió debajo para chupar suavemente mis testículos, el mástil enorme y grueso entraba y salía de la pusa caliente y mojada de Josefina, al salir sentía la lengua tibia de josefina que acompañaba en cada envestida, Josefina se vino y al instante le solté el chorro de semen, lo que salía goteando de la concha, Paulita lo recogía con su lengua, nos quedamos exautos los tres, al cabo de unos minutos, ellas tuvieron que salir corriendo de la habitación, y yo apresurado a la ducha, oímos el ruido del del motorcito electrico del carport, era mi madre que regresaba antes de lo previsto.