Estaban sentados en una mesa en la recepción del hotel, se miraban directamente el uno al otro.
Él era un hombre joven y apuesto, caucásico, con ropa casual y de 23 años de edad, estaba sentado en la mesa con una cerveza en su mano mientras miraba a su compañera en silencio, en sus ojos reflejaba una fuerte atracción por ella.
Ella era una chica de unos 25 años, de piel ligeramente bronceada, cabellera castaño oscuro que caía con suavidad, en su extraordinario y esbelto cuerpo. Estaba vestida con un sensual traje rojo escotado y estaba sentada con las piernas cruzadas, su rostro era completamente hermoso y bien torneado, tenía un cierto aire europeo y sus ojos verdes brillaban como un par de esmeraldas:
- Lo que estamos haciendo no esta bien. - dijo ella.
- Crees que no lo sé. - dijo él.
- Debemos decírselo, debemos decirle que nos hemos enamorado. - dijo ella. - Ya no puedo seguir comprometida con él, ya no podemos seguir con esta farsa, no quiero vivir una farsa.
- Yo tampoco, te amo… yo deseo estar contigo… - dijo el mientras se inclinaba y acariciaba su rostro con suavidad.
Ella se inclinó hacia él y lo besó apasionadamente, para luego retirarse y mirándolo directamente a los ojos le dijo:
- Tenemos que decirle, lo haremos mañana, iremos los dos…. - dijo ella con seriedad.
- Sí, sí lo haremos se lo diremos cara a cara. - dijo él.
Los dos se tranquilizaron y se quedaron en las mesas mientras bebían:
- ¿Por qué te fuiste de la fiesta?, se ve tremenda. - preguntó él.
- Estoy harta de esa gente tan falsa. - dijo ella con amargura.
- Oye tranquila, no es para tanto. - dijo él moviendo la silla para ponerse a su lado y colocar su mano en el hombro acariciándolo con suavidad.
- Prefiero estar contigo. - dijo ella.
- Yo también. - dijo él sonriéndole.
Ambos se miraron, cuando se inclinaron y empezaron a besarse, esta vez fue más apasionado:
- Te amo tanto. - dijo él.
- Y yo a ti.
Continuaron besándose, cada vez se volvieron más apasionados, se abrazaron mutuamente mientras continuaban besándose, ella se apartó ligeramente y sin dejar de mirarlo se movió a un lado y tomó el lóbulo de la oreja derecha con sus labios y empezó a chuparlo con suavidad, él se éxito de sobremanera ya sabía cuales eran las intenciones de su amada:
- Escucha, no tienes que hacer esto si no lo deseas… - dijo él.
- Te amo y lo deseo, quiero me tomes aquí y ahora. - dijo ella susurrándole al oído.
- De acuerdo. - dijo él. - Pero no tenemos habitación aquí.
- Te equivocas. - dijo ella sacando unas llaves y mostrándoselas, luego lo abrazó por la cintura y le dijo:
- Vamos, ya…
*
Los dos entraron en el ascensor y se quedaron ahí. Él la miró, su hermoso y esbelto cuerpo, su sensual traje rojo escotado, su cabello castaño claro que caía con suavidad a los lados, sus penetrantes ojos verdes su hermoso rostro, parecía una diosa griega, se sentía afortunado de que una mujer así le amase y se entregase a él.
- Te amo. - dijo él, en el acto la tomó por la cintura trayéndola así él y la beso, abrieron sus bocas y las acoplaron, sus lenguas juguetearon salvajemente.
Él bajó sus dos manos y manoseó el extraordinario trasero de la chica, ella le correspondió igual, ambos siguieron besándose con fuerza, ella se separó y le dijo:
- Te deseo, quiero que me jodas, ahora…
Acto seguido le puso la mano en la entrepierna acariciándole, él se éxito demasiado y se lanzó sobre ella besándole el cuello, ella levantó la cabeza hacia atrás para que pudiese besarle con comodidad.
Las puertas del ascensor se abrieron y salieron los dos besándose y abrazados, fueron moviéndose por el pasillo mientras al mismo tiempo continuaban besándose, se acercaron a la puerta, él sacó la llave y la metió en la puerta abriéndola, así los dos entraron a la habitación.
*
La habitación estaba débilmente iluminada, las lámparas de las mesas de noche tenía su luz a baja intensidad.
Él se quitó la chaqueta que llevaba puesta, ella llegó y le subió la camisa y le ayudó a quitársela, él se iba desabotonarse los pantalones, cuando ella le hizo un señal negativa, puso sus manos en su pecho y empezó a acariciarlo con suavidad, luego bajó a su abdomen musculoso y continuo hasta la entrepierna, sobre el pantalón, empezó a sobarle con suavidad, luego le desabotonó el pantalón y le bajó el cierre, se inclinó y le bajó los pantalones, así pudo observar los bóxer blanco que llevaba y pudo percatarse del bulto que tenía su amante por la monstruosa erección que ella le provocó.
Se levantó y lo miró directamente a los ojos, luego volvió a poner su mano en la entrepierna acariciándole el pene que se encontraba escondido detrás del Bóxer, él ya estaba demasiado excitado, la tomó por los brazos para levantarla y abrazarla, pero ella lo detuvo diciéndole:
- Espera, déjeme hacértelo especial…
Ella aún seguía vestida retrocedió unos dos metros, hasta donde él pudiese verla completa y con cuidado se quitó los zapatos de tacón que llevaba puesto, luego los zarcillos, luego puso sus manos atrás y fue bajando el cierre con cuidado mientras no dejaba de mirar a su amado.
El traje se aflojó y se deslizó cayendo en el piso, la chica le mostró sus senos, lo único que quedaba eran las bragas, se dio la vuelta y se inclinó mostrando su extraordinario trasero, él vió la suave piel bronceada de sus nalgas y las bragas de hilo dental que se metían entre ellas. Ella fue bajando poco a poco su braga mostrándose por completo a él, se las terminó de quitar y las arrojó a un lado.
*
Estaba completamente desnuda ante él, mientras él estaba sentado en la cama, ella ladeo su cabeza y su precioso cabello castaño oscuro se movió con majestuosidad como la melena de un león, sus ojos verdes continuaron mirándolo, su piel bronceada brillaba con la luz de la lámpara, ella avanzó lentamente hasta donde estaba él.
El chico le rodeó la cintura y la atrajo hacía sí, pero continuó sentado, comenzó a besarle el abdomen, luego le pasó la lengua saboreando la piel de la chica, sus manos se posaron en sus nalgas y empezaron a acariciarlas suavemente, el chico quería que todo fuese largo y placentero.
Deslizó una mano hasta el clítoris de la chica y empezó a acariciarlo, la mano rítmicamente se movía sobando el clítoris y palpando los bellos púbicos, la otra mano subió y empezó a acariciarle los senos con mucha suavidad, ella cerró los ojos y comenzó a respirar aceleradamente.
Luego se acercó y comenzó a pasar su lengua en su abdomen bien formado, con la punta de su lengua acariciaba su suave piel con delicadeza, la tomó de la cintura con firmeza y la movió a un lado acostándola en la cama con suavidad, ella quedó boqui arriba completamente quieta.
El la miró acostada y con su mano empezó a acariciar su cuerpo con suavidad, con sus manos exploraba su cuerpo, acariciándolo, amándolo, deseándolo, su mano llegó hasta el rostro de ella y le pasó la punta de sus dedos por los labios y ella los lamió con su lengua.
Él se inclinó y miró el clítoris de su amada, con sus dedos lo acarició con suavidad, pudo percibir que ya estaba blando y humedecido…
Puedo complacerla debidamente… Pensó en el momento.
Se inclinó apartando el bello del clítoris con cuidado, luego abrió con delicadeza el sexo de su chica y ahí estaba, lucía de forma esplendorosa, humedecida y blanda, en el acto se acercó y pasó lentamente su lengua por la vulva acariciándolo con delicadeza, la lengua invadía las profundidades del sexo de su chica, esta empezó a gemir de forma rítmica.
La chica comenzó a gemir suavemente, mientras arqueaba su espalda, su amante se puso sus dos piernas sobre los hombros para trabajar su sexo con comodidad, mientras más lenguetazos le daban su vagina, esta se ponía más blanda y húmeda, ella ya gemía con más fuerza….
Oh… oh… sí… ah…
Aceleró más la velocidad de su lenguetazos mientras ella empezaba a expulsar fluidos vaginales poco a poco, él comenzó a probar los fluidos vaginales que salían de ella, la cosa cada vez fue intensificándose más y más, hasta que llegó el punto en que la chica ya no pudo más…
¡Oh!. ¡oh!.. ¡OH!.
Tuvo un orgasmo increíble, luego de eso ella quedó en la cama tendida un rato, mientras el se levantaba y se sentaba, ella estaba recostada en la cama gimiendo mientras lo veía, estuvo un momento y luego se levantó mirándolo con deseo y agradecimiento, estaba completamente sudada, se levantó de la cama y lo jaló para que él se levantase, ambos se pusieron de pie, ella lo miraba completamente atontada, luego de esa fabulosa experiencia, estaba completamente alocada, lo miró directo a los ojos y dijo:
- Ahora es mi turno de complacerte.
Se lanzó a besarlo en la boca, luego le besó el cuello, mientras acariciaba su pecho, luego bajo y comenzó a besar su pecho con suavidad, para luego chupar sus tetillas, luego bajó y empezó a besar su ejercitado abdomen, que mostraba sus músculos cuadrados, ella los besaba y pasaba su lengua, veía el cuerpo de su hombre y quería saborearlo, quería tomarlo, quería dominarlo.
Luego bajó la mirada y vió su bóxer, vió el bulto que había ahí, sabía perfectamente a que se debía el bulto que estaba ahí, en el acto bajó el Bóxer y ahí estaba.
El símbolo de la masculinidad, se erguía erecto frente a ella con firmeza, ella lo observó detenidamente, pero no decidió hacer nada todavía, lamió y el abdomen saboreando su piel, pasó su mano por los testículos, acariciándolos suavemente.
Finalmente se acercó y lamió la punta del miembro con suavidad, para luego metérselo y dar inició a la felación, ella empezó a chupar con suavidad y con delicadeza, iba saboreando el miembro…
Mmmh… mhh… hacía ella mientras chupaba.
Él cerró los ojos la sensación era demasiado fuerte, también empezó a gemir un poco, ella sabía que en el caso de él solo podría tener un orgasmo, así que detuvo su felación y se levantó, para luego besarlo:
- Vamos a la cama.
Ambos se acostaron y él empezó a penetrarla, ambos se revolcaban en la cama, era un momento apasionado, se besaban locamente mientras sus lenguas jugueteaban en sus bocas acopladas.
El se levantó y se sentó en la cama, la atrajo y la sentó sobre él, ahora ella cabalgaba sobre su amado:
- Oh… oh…
El la abrazaba y devoraba sus senos, ella solo movía su pelvis siendo penetrada constantemente, ambos estaban envueltos en sudor, fue cuando una suave brisa entró por la ventana y los golpeó, acariciando sus cuerpos desnudos, la sensación de la brisa más el sudor, dio una extraña sensación al acto.
Ambos separaron sus rostros y se quedaron mirando mientras fornicaban, luego se echó para atrás recostándose en la cama, ella quedó sobre él con más libertad para actuar, ella comenzó a “cabalgar” sobre él.
Así continuaron, cada vez la pasión se iba intensificando, ya ambos no podían más y sus sexos explotaron en un extraordinario orgasmo, ella lanzó un gemido…
Sí… sí… ah…
Se quedó erguida victoriosa sobre su amado, sus órganos sexuales se llenaron de una mezcla de Semen y fluidos vaginales, estuvo unos segundos sobre él y luego se recostó a su lado, ambos se abrazaron en ese momento mientras jadeaban, se quedaron en la cama desnudos y recostados.
*
El hombre del cuál los dos personajes estaban hablando, había entrado al vestíbulo del hotel, iba vestido de forma casual y con una chaqueta de cuero, su miraba mostraba cierta tristeza y depresión, la causa de aquello era simple, lo sabía todo.
Había contratado a un detective privado para que siguiera a su prometida y se había dado cuenta de todo, ella lo engañaba con su mejor amigo, el sabía que se iban a encontrar en el hotel, hasta sabía de la habitación que ella ya tenía reservada.
Caminó por el vestíbulo del hotel, ya era tarde por la noche así que ya no había nadie por ahí, solo los empleados, pasó al lado de la recepción y llegó hasta uno de los ascensores, presionó el botón y esperó un segundo.
Se apoyó en la pared mientras que con una mirada fría la cuál trataba de esconder sus emociones se disponía a esperar que el ascensor llegase, luego de arribar el ascensor se apoyó en la pared para esperar.
*
Él llevaba consigo una carpeta donde tenías las pruebas, la abrió y se dispuso a observarlo detenidamente.
En las fotos se veían besándose apasionadamente en diversos lugares, parques, cines, restaurantes, etc….
Creen que pueden burlarse de mí a mis espaldas…
Observó las fotos estudiándolas detenidamente, eran las pruebas fehacientes de todo lo que pasaba, se habían burlado de él a sus espaldas, su novia, su mejor amigo…
Esa puta… ese maldito…
Observó las fotos, observó las imágenes, los iba a confrontar e iba a dejar las cosas bien en claro…
Ahora no se burlarán más de mí…
Les tenía una pequeña sorpresita, algo que nunca olvidaría jamás, el ascensor llegó al piso y la puerta se abrió.
*
Ambos estaban recostados desnudos en la cama, el sudor se les estaba secando, estaban tiernamente abrazados y miraban la ventana por donde se veían las luces de la ciudad:
- Te amo. - dijo ella.
- Yo también te amo. - dijo él. - Precisamente por eso tenemos que mañana hablar con él, para solucionar todo esto inmediatamente, para que podamos estar juntos.
- Dios, me da muchísima pena por él, no quiero herirlo… - dijo ella mostrando tristeza.
- ¿Y crees que yo no? - dijo él volteando su rostro para mirarla. - Él es mi mejor amigo, casi como un hermano, esto va a ser muy difícil, pero va a tener que ser así… si queremos estar juntos…
- Sí así va a tener que ser. - dijo ella, mientras lo miraba.
Ambos se quedaron mirando directamente a los ojos, querían recordar la magia del momento, querían que esto durara para siempre, que nunca acabase.
- ¿Cómo crees que reaccione a todo esto? - dijo ella.
- No lo sé, lo único que puedo decirte es que es celoso. - dijo él.
- Eso yo ya lo sabía. - dijo ella. - lo había notado desde que nos habíamos hecho novios.
- Esto será definitivamente la gota que derrame el vaso. - dijo él sonriendo irónicamente.
- Oye, no creo que sea gracioso. - dijo ella.
- je… hum… si es cierto lo siento, solo que la ironía me produjo gracia. - dijo él.
- Mañana el va a estar en su oficina en la mañana, iremos los dos a decirle, seremos pausados y pacientes ¿de acuerdo?. - dijo ella.
- Sí de acuerdo, sería mejor irnos directo del hotel al levantarnos. - dijo él.
- Luego de desayunar. - dijo ella.
- Desde luego, cariño. - remató él.
*
Caminó por el pasillo hasta que llegó a la respectiva puerta, estaba justo enfrente de ella, enfrente de la verdad, estaba preparado para afrontarlo todo y tenía un artilugio muy especial para poder hacerlo y lo iba a emplear sin duda alguna.
Además tenía una llave maestra para burlar la cerradura, todo lo tenía perfectamente preparado, dentro de él había una furia homicida, quería confrontar todo en el acto, sacó la llave para abrir la puerta para entrar y confrontarlos.
*
Los dos estaban recostados desnudos en la cama, estaban completamente abrazados y se tocaban y acariciaban con cariño, poco a poco estaban quedándose dormidos, cuando escucharon que la puerta se abrió de golpe:
- ¡Que demonios! - dijo el amante al escuchar el sonido.
La luz de la habitación se prendió de golpe, ambos amantes dieron un brinco de sorpresa de la cama en donde reposaban, la repentina luz los había enceguecido.
Cuando sus ojos pudieron acostumbrarse a la luz, se llevaron un espanto, el prometido de ella estaba ahí erguido ante ellos mirándolos directamente, ambos estaban completamente indefensos y desnudos acostados en la cama:
- ¡DIOS!, oh… no… pero… - dijo ella completamente atónita.
- ¿No me esperaban? - dijo el prometido engañado mientras los miraba con rostro de furia.
- Espera… espera… yo te puedo explicar. - dijo ella mientras se levantaba y se sentaba en la cama, su rostro mostraba pavor ante la situación.
- ¿Explicarme qué? - dijo el prometido. - Que soy un estúpido que siempre ha estado a tu merced para que juegues conmigo, que yo no valgo nada en tu vida… después de todos estos años que estuve contigo.
- No, no es eso… yo te iba a decir. - dijo ella desesperada mientras empezaba a llorar.
- Oh… tu me lo ibas a explicar, ¿no? - dijo él, mostrando una expresión sarcástica, el luchaba por dentro por contener toda su rabia y su dolor.
Mata a esa perra… se decía a si mismo.
Él la miraba sentaba en la cama, desnuda, con su hermoso cabello suelto, sus hermosos ojos verdes que se inundaban de lágrimas, ella soltó un quejido y dijo:
- Lo lamento.
Si claro, el infierno se congeló…pensó él.
- Viejo escucha. - dijo el amante.
- Vaya, aquí esta “mi mejor amigo”, ¿Cómo sigue todo? - dijo él ahondando aún más en su ironía…
Eres un desgraciado… un mal viviente… eso es lo que eres… pensó en el acto.
- Nosotros te íbamos a contar sobre lo nuestro, es la verdad. - dijo él nervioso.
- Eres un mentiroso, yo confié en ti todos estos años, eras mi mejor amigo, no eres nada más que un perro traidor. - dijo él mostrando una expresión vacía y muerta en sus ojos.
- No, escucha es que… todo esto simplemente pasó y no sé como explicarlo, ella y yo simplemente nos encontramos y terminamos enamorándonos locamente. - dijo él.
- Enamorándonos locamente, que patético. - dijo él. - por casualidad no se preguntaron que opinaba yo al respecto…
- Sí, nosotros…
- ¡No se tomaron la molestia de pensar en mí!, son los seres más egoístas que he conocido, no puedo creerlo… no puedo creerlo. - dijo él mientras los ojos empezaban a llenársele de lágrimas.
Ella empezó a llorar amargamente mientras estaba sentada en la cama, levantó su rostro tratando inútilmente de poder decir algo pero no lo encontraba…
Sácalo del bolsillo, muéstraselos, muéstrales de que eres capaz…decía su mente.
El amante comenzó a mostrar una expresión de tristeza, él tampoco encontraba ya que decir, todo estaba perdido…
Hazlo, que no se burlen más de ti…
El prometido de la chica los seguía mirando directamente a los dos, mientras lloraba:
- Yo. - dijo débilmente.
Hazlo…
- Yo les voy… - los sollozos no le dejaban hablar.
Hazlo…
Ambos amantes que fueron sorprendidos estaban sentados en la cama, exhibiendo sus sensuales y bien torneados cuerpos, mientras se abrazaban mutuamente, expresando dolor:
- Yo los castigaré… - dijo débilmente el prometido engañado.
¡Hazlo!
Metió su mano en la chaqueta lentamente, sus manos rodearon una pieza de metal frío y dijo:
- Castigaré…
- Espera, viejo… se que lo que hicimos estuvo mal pero tienes que entender….
- ¡CÁLLATE! - gritó mientras sacaba lo que tenía guardado en el bolsillo, era un pistola automática con silenciador.
¡HAZLO!
Estaba erguido con el arma apuntándolos, los rostros de ambos se deformaron en una mueca de horror:
- Ahora quién es el que la esta pasando mal, eh… - dijo con aire desafiante.
Los dos amantes estaban espantados ante el arma, se abrazaron con más fuerza todavía, ella levantó la mano y dijo:
- ¡No, espera!
- ¡Cállate perra! - dijo el con el arma.
- ¡NO! - gritaron ambos amantes.
El apretó el gatillo, el arma se disparó varias veces acertando sus dos blancos, las balas entraron en los cuerpos de los amantes quienes se retorcieron con muecas de dolor mientras sus cuerpos eran atravesados por las balas, no se escuchó ninguna detonación gracias al silenciador del arma, todo duró cuestión de segundos, el arma era disparaba mientras las dos víctimas eran arremetidas.
Disparó hasta que se le acabaron las balas, de sus ojos brotaban lágrimas mientras mataba despiadadamente, finalmente las balas se acabaron en el cargador y este quedó vacío, seguía accionando el gatillo pero solo escuchaba un sonido metálico…
Clic…clic…
Bajó el arma y se quedó parado en silencio presenciando la escena, los dos estaban desnudos y muertos, tendidos en la cama, con sus cuerpos ensangrentados, completamente quietos.
Repentinamente hubo un silencio sepulcral, lo único que se escuchaba era el viento que entraba por la ventana, hacía frío.
Él se quedó con el arma levantada mirando a sus víctimas, unas víctimas que ya no hablaban, ya no decían cosas, ya no hacían nada.
Están muertos… pensó en ese momento.
Retrocedió mientras guardaba el arma, su rostro mostraba una mezcla de sentimientos, de sorpresa, ira, temor, inseguridad, fue hasta la puerta y apagó la luz.
El cuarto quedó casi a oscuras por la baja intensidad de la luz de las lámparas, él era una silueta que caminó atravesando el cuarto acercándose a la ventana, llegó y se apoyó en el borde, se dispuso a observar todo el paisaje citadino, vió las luces de las calles, vió los edificios, sintió la brisa que acariciaba su rostro y su cabello se revoloteaba.
Su mente empezó a divagar haciendo que muchas imágenes llegasen a él, cuando conoció a quién sería su novia asesinada, cuando se enamoró de ella, cuando la besó, vió cuando paseaban por el parque abrazados y besándose…
Yo la amaba… ella me engañó…
Recordó cuando el detective privado le había mostrado esas fotos donde ella se besaba con su mejor amigo, eso le partió el corazón, las lágrimas volvieron a brotar de sus ojos, se dio la vuelta y caminó hacia la cama, ahí se paró y los miró, vió sus cadáveres, débilmente iluminados por la tenue luz de las pequeñas lámparas.
Decidió acercarse, decidió verlos, caminó con lentitud y serenidad, en ningún momento les quitó los ojos de encima, fue avanzando hasta donde estaban ellos, ahí los vió, los dos acostados, juntos, con sus ojos cerrados, las ropas de cama manchadas de sangre, las numerosas heridas de bala que cubrían sus cuerpos desnudos, por alguna razón eso no le quitaba la belleza a los dos, sino fuese por la sangre y las heridas cualquiera diría que están profundamente dormidos…
DIOS… Ella es tan hermosa, tan pura…
Se inclinó ligeramente y acarició la mejilla de su amaba, vió lo que había hecho, vió como todo había terminado…
Lamento que todo esto haya terminado así… ¿por qué me engañaste?.
Vió el rostro de su difunta novia, se veía hermosa e inocente, igual cuando la conoció, él se había dado cuenta de lo que había hecho, de la gravedad de la decisión que había tomado.
Se levantó y se retiró, ya no había vuelta atrás, había matado a su novia y a su mejor amigo, ¿Qué era lo que podía haber?.
Yo no quise hacerlo, yo… yo… me dejé dominar por la furia…maté a dos personas, esto no tenía que ser así… ¿por qué?
Retrocedió volviendo hacia donde estaba la ventana, se recostó en el borde de esta, su rostro ahora mostraba tristeza y debilidad…
No hay escapatoria de esto…
Todas las cámaras habían registrado cuando el entraba al hotel y cuando iba por el pasillo para entrar en la habitación, el arma había sido comprada por él, además que entrevistarían al detective privado y en el acto darían con un motivo para el homicidio, pasase lo que pasase no tenía salida…
Que fue lo que hice, no puedo creerlo…
Podía ver la expresión de sus padres cuando se enterasen de lo que había hecho, de cuando la policía lo arrestase por el crimen que había cometido, perdería a sus amigos, su carrera, su vida, todo, no podría tolerarlo.
Se volteó y observó hacia el balcón, cerró los ojos, quería alejarse de ahí, quería olvidarlo todo, quería desparecer, pero sabía que no podía, miró hacia abajo y vió la calle…
Libérate de esto, libérate de todos tus problemas… ahora…
Se quedó observando la calle, luego volteó y vió los cuerpos en la cama iluminados por la luz opaca de la habitación, vió sus cuerpos tirados ahí.
Pondré fin a esto inmediatamente…
Volteó hacia la ventana puso un pié en el borde y se montó en la ventana, se quedó ahí parado observando la ciudad que se mostraba majestuosa en la noche, cerró los ojos y se dejó ir, cayendo al vacío.
*
Iba con los brazos extendidos al igual que las piernas, el cabello se movía salvajemente con la fuerza del viento que empujaba, tenía los ojos cerrados, se dejaba por completo ir por el momento, por las sensaciones que estaba sintiendo, todo era como si fuese un sueño extraño, muy extraño…
¡DIOS!, eso si era una experiencia increíble, es como si estuviese volando por los cielos… Esto se siente muy bien, se siente tan liberador…
El iba cayendo a toda velocidad, podía sentir la brisa pasar por todo su cuerpo, aquello era lo mejor, fue cuando abrió los ojos y lo que vió fue el pavimento a toda velocidad venir hacia él…
AGH! …
Eso fue lo último que dijo en su vida, segundos antes de que su cuerpo fuese destrozado por completo en el pavimento, produciendo una mancha de tres metros de diámetro en la entrada del hotel cinco estrellas, en donde había desenmascarado la vulgar traición de la cuál había sido victima y victimario.