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Categoría: Confesiones

PAREJA DE MONTREAL

"Tiene una mujer realmente caliente en la cama, ha nacido para practicar el sexo."

 

Mi mujer se llama SM (no puedo revelar su verdadero nombre), hoy de 38 años, nacida en Argentina, hija de italianos y que trabaja y estudia en una universidad bien popular y conocida de Montreal ( si doy estos datos, es para que si alguien quiere tener algo con ella, la pueda localizar y para que sepan todos lo puta que es una vez que se calienta) Si uno la ve en la calle o la conoce, no puede llegar a imaginarse lo que se esconde detrás de su fachada de mamá ejemplar y señora bien. Sus compañeros de trabajo no tienen la más mínima idea de quien es en realidad. Jamás podrían creer las cosas que hemos hecho juntos en el plano sexual.

Cuando conoce a un hombre enseguida me comenta que le gustaría poder cojerselo. Yo la dejo, total la concha es de ella y cuando vuelve a casa, en la madrugada en taxi o se hace dejar en la esquina, me cuenta como cogió mientras me chupa la pija. Después me la cojo bien y se queda dormidita como un corderito y ni bien nos despertamos, cojemos de vuelta. Yo le compro su ropa interior, la de " combate ", tangas minúsculas, corpiños que le levantan sus tetas, le depilo casi toda su vagina, dejándole un pequeño mechón en la parte superior y los labios mayores sin un solo pelito, porque dice que así se siente mejor cuando le chupan la concha. Eso la pone a mil, cuando se la empiezo a chupar, juego con sus labios y se le comienzan a abrir solitos. Al principio no abre mucho las piernas, pero una vez que le chupo el clítoris, ahí la cosa cambia. Se abre toda y entiéndanme bien, cuando digo toda, quiere decir que es el único momento en donde se deja chupar el culito, se agarra de las rodillas y se sostiene las piernas y comienza su dialogo; " chúpame así papito, meteme bien la lengua, dale más al clítoris. ". Yo aprovecho cuando se calienta así y le hago lo siguiente: con la mano izquierda le mantengo los labios abiertos y le chupo el clítoris, con la mano derecha, primero de a uno le voy metiendo los deditos en su concha, luego otro, luego otro y al final tengo los cuatro dedos metidos y se los saco para ver el tamaño de su vagina, es espectacular!, toda roja, llena de jugos, con un sabor exquisito, ella me agarra de la cabeza y me empuja hacia su concha y sin ningún drama le meto los cuatro y hasta más de una vez, mis cinco dedos han entrado. Otra cosa que le gusta, pero lo niega a muerte, es que le meta un dedo en el culito, o sea, lengua en el clítoris, tres dedos en la concha y el meñique hasta el fondo en el culito. Ustedes deberían ver lo que es eso, como mueve sus caderas para que le entre más. Después me gira violentamente en la cama y me cabalga, pero antes de mandársela hasta los huevos, se la frota a lo largo de la concha y deberían verle la cara. Cierra los ojos y pone una cara de viciosa increíble, abre la boca y se relame, me mete unos besos y su lengua me llega casi hasta la garganta, me agarra la verga con una mano, se la acomoda y deja caer su cuerpo. Ella tiene el conducto vaginal grande, así que a veces para compensar, le meto dos dedos junto con mi verga en su concha y ahí, hay que aguantarla, porque se empieza a mover como si hubiera un terremoto. Me saca los dedos de la concha y se clava la pija hasta los cojones. Aúlla como una yegua en celo y se corre como tal, me deja los vellos todos mojados, sus jugos me corren hasta el culo. Orgasmea como a pocas mujeres he visto hacerlo y eso que me cogí a bastantes en mi vida. Yo la limpio y le acaricio la concha y le chupo los pezones unos segundos, y puedo ver lo profunda y lo grande que es su concha, por eso ella busca tipos con pijas bien gordas y largas, conmigo la pasa bien, pero me cuenta que cuando se encama con alguno que la tiene bien grande, que se siente distinto cuando su concha se siente estirada por el grosor y que si es larga, le gusta sentir cuando le tocan el cuello del útero, dice que es algo increíble, sentirse llena, que le parece que la tiene hasta la garganta. Mas de una vez le dije que si quería probar con un vibrador o consolador, pero ella dice que la carne fresca y bien caliente es inigualable. Yo le dije que pruebe con un negro, pero como ella es racista, jamás quiso hacerlo.

Una vez le dije que deberíamos probar el intercambio de parejas y tríos con otro hombre y otra mujer. La cosa funciono bien. Ver a escasos centímetros como el pene de otro hombre se mete en las profundidades de la vagina de la mujer de uno es un espectáculo excitante. Por siempre tendré las imágenes de ella haciéndose penetrar, de costado, con una pierna en el aire sostenida por el otro hombre al mismo tiempo que me practicaba una chupada de pija sensacional. Me acuerdo de esa vez que mientras a nuestra amiga en común Joëlle yo la penetraba estando ella de rodillas, llego mi mujer que venia de pasar una tarde en un motel con un tipo y se sentó en el sofá con las piernas abiertas y Joëlle le saco su ropa interior y le lamió su sexo hasta hacerla tener un orgasmo increíble. En otra oportunidad, era mi mujer que estaba en ese sillón mientras le chupaba como una ninfomana el pene a un amigo quebequense y yo se la metía desde atrás por su conchita hermosa. Recuerdo a una parejita, él español, ella quebequense, los cuatro en la misma cama y en el momento que el chico la penetro lanzo un AY, MI DIOS!, y cuando vi el pene del español comprendí porque. Ella movía sus caderas y no dejaba que el chico le saque ni un milímetro de su concha. Nunca la había visto tan excitada, me acuerdo de como cuando ella estando de espaldas en la cama y el chico entre sus piernas, le cruzo sus piernas y las levantaba para que le entre al máximo.

Durante un tiempo, frecuentamos una pareja de quebequences. Manon era gorda, pero con unas tetas enormes, me encantaba como cogía, era muy dulce. Su marido, Marcel, un loco de primera, se la llego a cojer nueve veces en una misma noche a mi mujer. Hay una escena que nunca me voy a olvidar, teníamos dos sillones en el salón y la otra pareja estaba entre nuestras piernas, él chupándole la concha a mi mujer y ella chupándome la pija a mí. Como los sillones estaban pegados, nosotros nos teníamos de la mano y nos mirábamos y nos besábamos de tiempo en tiempo, mientras nuestros amigos, se daban un festín de concha y pija. Esa noche, Marcel les pidió si nos hacían un numero de lesbianismo: Manon estaba acostada boca arriba, SM encima de ella en posición de 69 chupándole la concha, yo me puse boca abajo enfrente de SM y entre las piernas de Manon, me acerque y con SM le chupábamos la concha a la gorda juntos, Marcel se puso de pie detrás de SM, ella levanto apenas las caderas y el otro medio agachado se la empezó a meter, Manon le chupaba el clítoris a mi mujer y los huevos al marido y SM y yo le comíamos la concha, fue algo increíble como movía el culo mi mujer para que la coja Marcel sin descuidar de meterme su lengua en mi boca y darle chupaditas a Manon en su concha rosadita. Cuando nos despertábamos a la mañana, SM y Marcel se iban a la panadería a comprar medialunas o otras cosas para desayunar, mientras yo cogía con Manon, cuando volvían, preparábamos el café y los cuatro desnudos en la cocina desayunábamos y antes de que ellos regresen a su casa, nos intercambiábamos nuestras esposas en un terrible cuarteto, tirados en el piso del salón o en la cama. Como ya era de día, la luz que se filtraba por la cortina, me dejaba ver mejor la situación y era terrible ver las nalgas gorditas de SM sacudirse por los pijazos de Marcel, escuchar el ruido de los flujos y sus gemidos y ver su boca entreabierta sus ojos semicerrados y la saliva colgándole de la comisura de sus labios sus gemidos. Les juro, nunca, pero nunca me voy a olvidar de esas imágenes.

En otra ocasión, conocimos un chico llamado James, fue el primer trío que hicimos, en un motel. Llegamos a la estación de subterráneo y nos presentamos. Unos días antes habíamos hechos el arreglo para reconocernos. Ni bien entramos al motel, abrimos una botella de vino para festejar y me fui al baño, cuando regresé ellos charlaban y me senté al lado de ella en la cama y la empecé a acariciar, cosa de ponernos en clima. Para la ocasión, habíamos ido juntos a comprar su ropa interior, de color ojo el body una tanga haciendo juego. La fui desnudando y el chico se sentó a su lado y empezaron a besarse, mientras yo chupaba sus tetas. Luego ella se recostó en la cama y yo le abrí sus piernas, que ella gentilmente abrió y se empecé a chupar su concha corriendo de costado su tanga. Cuando estaba bien caliente y desnuda, le dije al chico: primero vos, eres el invitado. Me senté al lado sin tocarlos mientras veía come le entraba la pija del chico. Ella mi miro y me agarro de la mano, parecía que se sentía culpable de gozar, yo la anime diciéndole que lo haga sin miedos. Me arrodille a la altura de su cabeza y le ofrecí mi verga, cerro los ojos y me la chupaba mientras el chico la bombeaba de lo lindo. Pasamos como tres horas y cuando salíamos, el chico se ofreció de llevarnos a nuestra casa y como los chicos no estaban, lo invité y volvimos cogerla entre los dos. Me acuerdo que yo me había sentado en un sillón, ellos en un sofá, él detrás de ella, SM de espaldas a él y el chico le levanto una pierna para que le entre mejor. Yo me pajeaba y esperaba una señal de ella para acercarme, pero como el chico le mordía el cuello y los lóbulos de las orejas, ella tiro la cabeza hacia atrás y empezó a mover el culo. Sus tetas se sacudían y el chico se las amasaba, ella entreabrió los ojos y me hizo un gesto con la mano, me paré a su costado y me la empezó a chupar. Cuando acabé, ella siguió cogiendo con el tipo, esta vez sobre la alfombra, él abajo y ella arriba. Me puse detrás para ver como le entraba la verga de James en su concha. Ella pensaba que quería hacerle un sándwich y le dije que sino se animaba lo dejábamos así. Cogió hasta quedar agotada sobre James y cuando el chico se fue, se dio una ducha y cogimos hasta quedar dormidos.

Por medio de una agencia habíamos contactado varias personas interesadas en los tríos o intercambio de parejas. así conocimos un francés cuyo nombre no me acuerdo y un sábado a la tarde, dejamos los chicos en la casa de mi mama y le pedí a mi papá que nos acerque en su auto a un cierta dirección con la excusa de una reunión. Allí nos encontramos con un chico de uno 25 - 30 años, que estudiaba pastelería, nos mostró las fotos de sus pasteles y tortas y finalmente le dije que le parecía si se comía el pastelito que tenia a su lado. Pasamos a su cuarto y entre los dos las desnudamos, la chupamos por todos lados y como siempre, el chico fue el primero en cojer con SM. No fue algo del otro mundo, pero por lo menos SM cogió con dos al mismo tiempo. Esa fue una de las experiencias que no nos dejo nada, porque el chico no era muy bueno en la cama.

Una noche contactamos a una chica por teléfono y a la invitamos a nuestra casa, era una rubia gordita, lindos pechos. La metimos en la cama y yo me dedique a chuparle la concha y SM sus tetas, la chica la besaba en la boca y le amasaba las tetas a SM. La penetré a la chica mientras ellas se seguían tocando, ahora era la chica que le chupaba la concha a SM que se encontraba sentada contra la pared abriéndose los labios de la concha para que la lengua de la chica le entre más. Después de que me corrí en la rubiecita, ellas se dedicaron a un 69. Me calenté de ver a mi mujer así, y mientras ella estaba encima de la rubia, me fui por detrás y se la mandé en la concha que la tenia reabierta por los lengüetazos de la rubia y mientras se la metía a fondo, la rubia nos chupaba a los dos, o sea me chupaba el pedazo de pija cuando me retiraba de mi mujer y cuando entraba, el clítoris de ella. Lamentablemente, no la vimos nunca mas, hasta que un día entré al club video y oh sorpresa la chica trabaja ahí. Hablamos de lo sucedido y me dijo que había abandonado esas experiencias y que solo salía con mujeres.

Es larga la lista de gente que paso en la cama con nosotros. Fue muy difícil mantener las apariencias, dado que somos dos personas muy respetables en nuestra sociedad. Yo de mi parte, cuando ella no quería hacer tríos o cuartetos, me dedicaba a cogerme cuanta mujer se me cruzaba, de preferencia lindas y de buen cuerpo. A muchas de sus " amigas " me las cogí, porque ellas me gustaban y en un 99% fueron ellas las que permitieron que eso pase, y en muchas ocasiones, SM, estaba de acuerdo y sabía que pasaba algunas noches en las camas de sus amigas, incluso me llamaba o al celular o directamente al numero de su amiga, para saber a que hora volveríamos, porque los domingos íbamos a la casa de mi mama a almorzar y algunas de esas mujeres eran conocidas de mi familia.

Este tipo de relación nos traía problemas de pareja, pero hay algo que nunca pudimos evitar, mismo si nos enojábamos, la morbosidad era tanta que si no cogíamos después de haber estado ella o yo con otra persona, no nos sentíamos satisfechos. La ultima vez fue en el mes de octubre 2001, ella había pasado la noche con un chico que había conocido en la discoteca Momentos, y cuando llego a casa, mi amiga Annick estaba arriba (yo había cogido con ella esa noche), nos encerramos en mi oficinita del subsuelo y le pedí que me cuente como había cogido. Le pedí déjame verte la concha, ella se levanto el vestido negro, le saque la tanga y yo de rodillas en la alfombra y ella de pie con las piernas bien abiertas, se la empecé a chupar. Hacia no menos de una hora que otra pija la había ocupado y SM estaba recaliente porque si hubiera podido se hubiera quedado mas tiempo con el chico, mucho más joven que ella y argentino encima, y que la había penetrado cinco veces en menos de seis horas. Ella había acabado con el chico, pero siempre necesito acabar conmigo al final, porque así se sentía mejor. así que me puse de pie, nuestras lenguas se entrelazaban y la di vuelta suavemente, la hice que se agache y le mande la pija de un solo envión. Ella tiro la cabeza hacia atrás emitiendo un: Uhhhh!!!!, y cogimos durante diez minutos, le llené la concha de esperma y cuando le saqué la pija me quedé sorprendido del diámetro de su conducto vaginal, hacia rato que no la veía así de caliente. Nos arreglamos las ropas y subimos como si nada para después ir a almorzar tranquilamente en familia.

Entre los fantasmas de mi mujer había varios amigos pero nunca hicimos nada por temor. Del que más hemos hablado es de otro argentino y ella me preguntaba si es verdad que cogía tan bien, yo le dije que si, que una vez cogimos a una amiga entre los dos y eso la obsesiono, me decía que el otro es pura espuma, yo le decía que tendría que verle la pija parada y que hay cambiaria de opinión, ella me dijo : " No, es un amigo de los dos, mejor no mezclarlo en nuestras cosas, si yo no viviera con vos, tal vez, solo para comprobar si es verdad que es tan bueno en la cama y si tiene una pija grande como tú dices, me gustaría que me la meta un buen rato ". En sus ojos pude leer la lujuria pero no dije mas nada, de vez en cuando, en la cama desnudos (porque siempre hemos dormido completamente desnudos los dos) salía el tema de la pija de mi amigo y cuando empezábamos a cojer y ella cerraba los ojos, me parecía que se hacia la fantasía de cojer con él.

Así pasaron los años, de vez en cuando nos mandábamos unas buenas orgías con algunos amigos circunstanciales. Después decidimos que cogeríamos cada uno por su lado y que al volver nos contaríamos. Eso duro hasta hace tres meses, cuando conoció (entre otros) a un tal Raúl, un cubano de 40 años y desde entonces coge con él, ella lo niega, pero yo estoy seguro que lo quiere y que hacen milagros para poder echarse un polvo de vez en cuando. Por mi lado, espero que con él chico ese le vaya bien, el pobre tipo no sabe que tipo de mujer se lleva, cuando le meta los cuernos, ahí se va a entrar quien es SM. Nos hemos separado hace poco y decidí contar lo mas intimo que hemos vivido. Esto que cuento no es por despecho ni por venganza ni nada por el estilo, es la pura VERDAD. Yo por mi parte, estoy feliz de habérmela cogido durante 20 años, yo disfruté de la mejor época de su cuerpo, como ella del mío. Fue la mujer que más amé en mi vida, estoy arrepentido de haber perdido una mujer tan puta en la cama y por sobre todo, tan buena compañera. Ahora es tiempo que ella disfrute de la vida y de su cuerpo con su nuevo marido o con quien quiera. Se lo merece.

Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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