ENTREVERADO DE SUCESOS PECAMINOSOS
VIVIDOS Y HOLGADOS POR UN AMIGO

- I -
Fue, desde niño, alumno aventajado
que en cuestión de amor fue adelantado:
descubrió que la verga enhiesta, dura,
gran contento, de tal guisa procura,
a hembra de cualesquiera condición,
sea niña o mujer, si ella alberga
en el cáliz receptor de la ilusión
¡el consuelo adorable de esa verga!
- II -
Empieza a los cuatro años cumplidos
a vislumbrar turbios deseos, inducido
por la lascivia procaz de una sirvienta
que está en la casa asalariada,
y que restriega el pelambre rijoso
por su cuerpo desnudo y candoroso,
¡revolcándose como hetaira ida
para simular el placer de ser urgida!
- III -
Logró gustar a chico de la escuela
que, por detrás, al hincarlo de rodillas,
acaricia a pequeñas sacudidas
el dardo pequeño que erecto descuella,
mientras con ahínco por el ojete
porfía el garañón ver si la mete.
¡Bien se habría salido con la suya,
si al venirse no pierde la tiesura!
- IV -
Impávido, perdió la virginidad
aún antes de cumplir diez años de edad
seducido por niña mucho más pequeña
que, ¡coqueta!, de varios niños se adueña
para que todos ellos puedan gozar
taladrando su chochito diminuto,
si bien advierte -¡Cada uno, un minuto!-
para que nadie, de entrar, pueda escapar.
- V -
Xamit liviano cubre turgentes pechos
de aquella damita que lo enamora,
y refugia cauta entre los helechos
para buscar, buceando donde mora,
lengua impaciente, vibrátil, amorosa,
mientras procura que mano ardorosa,
en tanto ella se queda en porreta
con brío y fervor macere sus tetas.
- VI -
Internado en colegio de frailes
la mente nutre con jocosas lecturas,
donde sexo siempre anda en bailes
con putísimas doncellas, en aventuras
que describen con pícara galanura
Zamacois, Víctor Ripalda, De Insúa,
Pedro Mata, el Caballero Audaz...
y ¡tantos, tantos más, de numen locuaz!
- VII -
Temerario, reticente, pronto sabe
de la mano su poder para dar gusto,
y cuando la cama le acoge aleve,
conturbado y medroso por disgusto,
la diestra se arracima en la 'nana'
imprimiendo vaivén arriba abajo,
hasta lograr, en impoluta sábana,
expela el fruto del falaz trabajo.
- VIII -
Otrora advirtió su pensamiento
exaltado, que le llevó al paroxismo,
¡por qué una moza con temperamento,
que pegó su boca como sinapísmo
al pene cuya vista le extasía,
de consuno con placer que bien domeña,
se tragó el semen como ambrosía
seducida por el deliquio que sueña!
- IX -
¡Razón tuvo, para sentirse alegre!
A su amiga le increpó, molesto,
ser ella causa, influida por su veto,
de privar a su guapa hermana 'progre'
juguetear con su casquivano pene.
Y, al día siguiente, con ella acude,
y en pelotas con hermanas mantiene
briosa refriega, a la que siempre alude.
- X -
Rareza, sin duda, fue lo ocurrido
con dos hermanas y amiga muy salada
en pensión donde anduvo recluido
y frecuenta una moza camuflada.
Primero, una a una, las cuatro,
logran el 'introito' sin mayor recato.
Luego juntos, en idílica armonía,
¡se lanzan con brío a fálica orgía!
- XI -
En hombre maduro, se ha convertido,
no obstante, ¡fornicar le apasiona!
y las teticas de niñatas obsesiona
¡al punto de perder su buen sentido!
Le entusiasma enseñarlas a nadar:
mano perversa les coge un seno,
e introduce la otra para anidar
entre muslos: ¡a caza de lo obsceno!
- XII -
Sabe que impotencia reta al provecto.
¡Con esta obsesión anda mi amigo!
Aconsejo acuda al geriatra presto
quién, sin duda, le preservará el 'mingo'.
Él dice: -Caso milagro se lograra
y del pene triste aflicción aleja,
¿acaso merecería la pena, si la cara
se mantiene tan arrugada y vieja?

(Continuará)