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Categoría: Confesiones

Pantaloncitos cortos, indecencias, asquerosidades así mí esposa y más

Ahora entiendo completa, perfecta y acertadamente aquellos piropos como coqueteos sobre todo groserías que le plantan y escucho de viva voz asimismo presencio ante mi propia cara siempre hacia mi querida esposa. Mi esposa es una mujer que no se anda por las ramas persigue sus sueños como vanidades que entre nosotros no es nada de feíta sino es una miss universo desde la misma cabeza hacia los pies y viceversa hoy por hoy con un cuerpo normal pero de talla grande tanto en altura como perfil y corporalmente y mucho más.



Mi esposa es adepta obvió deleitante por supuesto gozan te por los pantaloncitos muy cortitos y diminutos que se entallan también ciñen además ajustan sobre todo aprietan físicamente al ser señora y dueña de unas nalgas muy grandes como muslos de ahí engrosada de piernas y para rematar tiene un culonazo que alborota e infarta a cualquiera por donde este y vaya en fin.



Con suéter sin mangas de hombros descubiertos solamente cerrado de cuello rojo plomo con pantaloncito azul plomo de cuero con mallas transparentadas con botas altas de plataforma de puntas ay padre viéndose como toda una prostituta de casa de ocasión y prostíbulo donde llegamos los hombres para zaceárnosla, revolcárnosla, metérnosla, acostárnosla, fantaseárnosla, jugárnosla, entre mucho más sexual y eróticamente. Mi esposa no presta atención ni siquiera les da lengua solo con su paso los tienen babeados asimismo arrechos incluyéndose endemoniados que los tienen rendidos a sus pies dominándolos como fascinándolos hasta deleitados de ahí deseados por supuesto comiendo de sus manos y mucho más que tiene pegues y admiradores como halagadores que no cesan de manifestarles sus divinas atracciones entonces hablándoles lo que les encantaría igualmente incitarían con ella y solamente con ella tenerla y pasar el tiempo por una cuantiosa cantidad de dinero les sonríe al convencerla de tener juegos íntimos e insinuados ante mí presencia al observarlos en fin causándome asquerosidad y repugnancia finalmente repulsiones aberrantes contra mí distinguida esposa que se comporta y actúa como toda una prostituta al ponerse y vestirse este benditos y malditos pantaloncitos cortos como diminutos al dejarse exhibirse al carne fresca siendo señuelo para todos estos pervertidos, degenerados y proxenetas pornográficos por doquier siempre al tener mis discusiones, diferencias, conflictos, peleas, altercados, distanciamientos, problemas, consecuencias, entre mucho más por esto con mi esposa y solamente con mi esposa francamente ya no se qué hacer para meterla en cintura en fin.


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