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Cerré la puerta del dormitorio detrás de mí y me senté en la cama, pensando en la ciudad a la que me mude.
El mes pasado mis padres se habían divorciado, fue un shock bastante grande. Supongo que algo no estaba funcionando entre ellos.
Mi novio Iván no estaba realmente allí para mí. En realidad, llamarlo novio es demasiado para ser más exacto, Kelly (es decir yo) era su amiga sexual. Él no quiere una relación seria como la que quiero, después de todo, tengo 18 años soy un adulto ahora.
No debería quejarme demasiado, no es como si fuera un niño, soy un adulto, puedo hacer frente a esto. Aunque había algunos inconvenientes para mi y mis necesidades sexuales.
Dado que papá después del divorcio había perdido todos los límites, entraba a mi habitación sin previo aviso por cualquier motivo. Lo entendía, pero esto no me dejó tiempo para convertirme en Kelly y tomar fotos para Iván.
Así que mientras miraba por la ventana esta ciudad desconocida, la ciudad en la que viviría en el nuevo apartamento de mi padre, supe que podía obtener la paz y la tranquilidad para probar algunas cosas.
Iván siempre me mantuvo bien vestida, en cierto modo. Su regalo más reciente fue un atuendo de colegiala. Eché un vistazo a la bolsa. Con mi padre dormido, era hora de cambiarme.
Tiempo más tarde me miré en el espejo, Kelly había llegado. Estaba parada en el espejo viéndome con una camisa blanca y corbata azul, una minifalda negra y medias blancas hasta los muslos. Mi largo cabello rubio estaba ahora en su lugar gracias a las extensiones, el cabello me cubría los hombros. Me quite lo masculino de la cara con maquillaje, la reemplace por mejillas con rubor y un aspecto femenino, era dulce e inocente.
Me miré a mi misma en el espejo: Piel pálida, largo cabello dorado, un cuerpo delgado y una cara femenina.
Estaba orgullosa por cómo me veía.
Me di la vuelta y me subí la falda, inspeccionando mi trasero, la tanga blanca realmente hizo que mi trasero se viera bien.
Comencé a tomar fotos para Iván, sin duda estaba dormido, pero se despertará por las numerosas notificaciones de Snapchat, estoy segura de que hará unas capturas de pantalla.
Durante mi pequeña sesión de fotos sentí un impulso familiar, por suerte también había empacado para esto. Saqué mi largo consolador transparente de mi bolso, y tomé algunas fotos más mientras chupaba y lamía la punta.
Me pongo de rodillas y baje mi tanga hasta mis pies, antes de penetrarme lentamente con mi consolador lubricado. Me encantaba simular el estilo perrito, los chicos siempre me follaban de esa forma.
Abrí mi computadora portátil frente a mí y conecté mis auriculares, colocando los auriculares en mis oídos entro a pornhub. Encontré uno de mis hentai favoritos, una chica de secundaria que recibe un castigo de su maestro. Los pies en los animes me excitaban, y los suyos se veían increíbles envueltos alrededor de su maestro mientras él la follaba.
Me follé el culo al ritmo de las estocadas que la chica recibió, se veían tan grandes sus tetas en la pantalla. Contuve los gemidos cuando comencé a follarme a mí misma, la imagen de Iván entró en mi cabeza, él penetrando mi trasero cuando sus padres salían de casa, llenándome con su semen.
La chica del hentai estaba gimiendo fuerte, era todo lo que podía escuchar, mis sentidos estaban sobrecargados ya que todo lo que podía sentir era el consolador follando mi trasero, todo lo que podía ver era el coño de la chica del hentai siendo penetrada por esa polla gruesa. Todo lo que podía escuchar eran sus gemidos y gritos.
No estaba totalmente consciente de lo que me rodeaba, nunca escuché a mi padre entrar a la habitación y mirar en estado de shock a la hija que nunca supo que tenía. No vi cómo se sentía en conflicto, y cedió a sus impulsos sexuales que sentía debido a la falta de atención sexual que ahora estaba recibiendo. No podía sentir que mi padre me estaba mirando mientras se frotaba su gruesa polla mientras se encontraba igualando el ritmo del consolador golpeando el trasero de su hija.
Pero sentí cuando el impulso se hizo demasiado fuerte y él extendió la mano y agarró mi trasero.
Entre en pánico. Cerrar el portátil fue mi primer instinto, la oscuridad envolvió la habitación.
Luego saqué el consolador de mi trasero, ese fue un gran error.
Me quité los auriculares de las orejas, mi corazón se aceleró al sentir las manos de mi padre abriendo las mejillas de mi trasero y apretándolo. Inspeccionando la entrada trasera sin vello de su hijo.
«P… papá?» Tartamudeé. Estaba congelada por el miedo.
Hubo un momento de silencio, la luz de la luna había entrado en la habitación, mis ojos se ajustaron a la obscuridad y también los suyos. El cuerpo femenino y maquillado frente a él era irreconocible como su hijo.
«¿Cómo te haces llamar cuando estas así?» El pregunto. Sonaba severo.
«Normalmente me llamo Kelly».
Golpeó mi trasero con fuerza y jadeé en estado de shock. «Usa una voz femenina» ordenó.
Miré por encima del hombro y vi a mi padre sin camisa con sus boxers bajados justo detrás de mí, y su gran polla flotando sobre mi firme culo.
Me retorcí debajo de él queriendo salir, «papá, por favor no hagas esto… lo siento».
Puso su mano sobre mi espalda con fuerza, sosteniéndome en su lugar y haciéndome saber que no iría a ningún lado.
«No te niegues… siempre quise tener una hija».
Jadeé en estado de shock y miedo, cuando la punta de su polla hizo contacto con la entrada de mi ano.
«Piensa en lo que estás haciendo… ¡esto está mal!» Yo rogué.
Fue inútil, la punta de su polla se deslizó dentro de mí, y gritó.
«Cállate pequeña puta, no quiero que mis vecinos sepan que tengo un hijo marica».
Nunca imaginé que él tenía este lado. Se deslizaba más profundamente dentro de mí, su polla era mucho más gruesa que la de Iván, era un hombre de 43 años después de todo.
Continué tratando de apelar a él «estás enfermo, esto es de enfermos. ¿Por qué estás haciendo esto?»
Empujó dentro de mí, sus bolas chocaron las mías. «¿Estoy enfermo? Mírate en el espejo, ¿eres un chico o una chica?»
Las lágrimas llenaron mis ojos. «Yo ni siquiera lo sé… ¡para!»
Traté de alejarme, él solo me empujó su cadera más fuerte contra mi culo, fue fácil para él ya que me sostenía del hombro.
Se inclinó sobre mí para que su boca estuviera al lado de mi oreja y susurró «No me importa lo que seas, esta noche eres mi mujer. Ahora actúa como tal y cabalga o realmente te lastimaré».
Se apartó de mí y me mantuve sollozando mientras se recostaba en la cama. Me subí a él obedientemente, pero no lo miraba mientras bajaba mi trasero sobre su polla, no podía enfrentarlo. No podía mirar a los ojos de mi padre mientras él me follaba.
Reprimí un gemido cuando llegué a la base de su polla. Mi cuerpo no podía notar la diferencia, una polla en mi culo seguía siendo una polla, incluso si era la de mi padre.
Al principio salté sobre él lentamente, él colocó sus manos sobre mis caderas para guiarme a rebotar sobre él más rápido.
Quise no gemir, pero el ángulo provocaba que él esté golpeando mi punto G, me resultaba difícil no gemir y chillar mientras me follaba.
Estaba tan avergonzada, una joven colegiala follando con un hombre mayor era tan cliché… aunque normalmente no eran familiares y la colegiala no debería tener una polla. Además, estaba engañando a mi novio Iván. Y ahora mi padre sabía de mí… por suerte esto significaba no se lo contaría a nadie.
Mi mente se retorció en este punto, los receptores de placer fueron maximizados por su polla. Sentí el alivio de saber que aunque había sido atrapada, ahora tenía influencia sobre él. No me iban a hacer sentir patética. Puedo ser tanto un chico como una chica en casa a partir de ahora. No era mi culpa que estuviese en ésta posición… ¿podría disfrutarlo?
Salté de su polla, antes de volver a subir, pero esta vez frente a él. Inserté su polla en mi trasero y lo besé, empujando mi lengua en su boca.
Sus ojos se abrieron y luego miró la erección considerable que ahora tenía su dulce hija.
Me había convertido en algo más ahora. Algo verdaderamente pervertido, era Kelly en un nivel perverso. Al llevarme hasta aquí, me había quitado lo que veía como correcto e incorrecto. La polla, el semen y el sexo eran lo único que me importaba ahora.
La adrenalina me inundó, comencé a saltar con fuerza sobre su polla, gimió, el tipo de gemido que me dijo que no tenía mucho tiempo. Su gruesa polla continuó golpeando mi punto G, extendí una mano hacia abajo y comencé a frotar mi propia polla, ayudándola un poco a medida que el placer dentro de mí crecía.
El ritmo se aceleró, chillé mientras mi padre me sostenía por la cadera y guiaba mi trasero rebotando, lo miré a los ojos y gemí «¡Papá… oh Dios!»
Me recosté y giré, apuntándome con la polla de modo que la mayor parte del semen aterrizó en mi femenino cuerpo. Saque la lengua de mi boca y mis ojos se volvieron hacia atrás cuando cayó el semen sobre mí, dejé escapar un gemido de alivio cuando tuve el tipo de orgasmo que mi consolador nunca podría darme. El tipo de orgasmo que Iván nunca podría darme, para ser honesta.
Cuando mi orgasmo terminó, mi padre enterró su polla en mí y comenzó a correrse, me estremecí y mis ojos se volvieron blancos, mi lengua colgaba de mi boca y me escaparon gemidos cortos con cada chorro de su semen que sentí entrar en mi culo. Esto había terminado.
Asumí que mi padre no querría mirarme, los hombres a menudo pueden arrepentirse después del orgasmo. Me bajé de él, pero caí sobre mis manos y rodillas en el piso al lado de la cama. Había sido penetrada y follada más fuerte que nunca. Con lentitud comencé a arrastrarme hacia la puerta, me corría semen goteando de mi torso y me caían gotas por el culo. Escuché a mi padre levantarse detrás de mí.
Su voz penetró en el silencio, y sentí su mano agarrar mi pie.
«¿A dónde crees que vas, hija?»
Miré hacia atrás con horror. La noche no había terminado.
Me atrajo hacia él, quitándome una de las medias largas que llegan hasta el muslo. Me tiro de espaldas y sostuvo mi pie desnudo en el aire.
Él me sonrió. «Incluso tienes pequeños pies femeninos» comentó mientras metía dos de mis dedos de los pies en su boca.
«Oooh papá» gemí…
La noche estaba lejos de terminar.
Mi lado malvado y pervertido se había despertado, estaba acostada con los dedos de los pies siendo succionados por mi padre, su propio semen esparcido en todo mi cuerpo, pero mi polla estaba cada vez más dura, el semen de mi padre aun goteaba de mi culo, pero podía ver su polla duro de nuevo.
Llevé mi otro pie a la cara de mi padre, me quitó la media que me quedaba y lo lamió, gemí en voz alta.
Empujé mis piernas hacia abajo, mi padre soltó mis tobillos y guie mis pies hacia su polla erecta. Usé mis pies juntos para masturbar su polla, jadeó mientras masturbaba su polla con mis pies.
«Realmente eres una pequeña puta» gruñó.
Lo miré «¿no querías una hija?».
Él gruñó y aceleré el movimiento de mis pies.
«Vamos papá, llena a tu pequeña con tu semen, hazlo». Extendí mi lengua y me incliné hacia adelante, dándole un objetivo.
Después de unos 30 segundos, agarró mis pies y me los folló con fuerza, antes de que su polla comenzara a chorrear semen, algunos fueron a mi boca, otros a mi cuerpo.
Me tragué el semen de papá y él retrocedió, me puse de pie y me di la vuelta. Su semen estaba goteando por mi trasero por mis piernas, corriendo por mi torso y cara y algo estaba ahora en mi estómago. Me sentí un poco enferma conmigo mismo, pero también me sentí… emocionada.
Se puso de pie detrás de mí, se acercó a mí y me golpeó el culo.
«Pequeña puta, no menciones esto por ningún motivo. De lo contrario, habrá consecuencias». Dijo mientras me empujaba para salir de la habitación.
«Sí papi» Chillé.
El mal se drenó de mí y fue reemplazado por la culpa… ¡Acabo de engañar a Iván con… mi padre! ¡Mierda! Pero quiero decir, fui violado… al principio. Sin embargo, en algún lugar de mi mente, la parte malvada de mi mente estaba inventando un plan, ya que era el mejor sexo que había tenido, y en el fondo lo quería de nuevo.
A la mañana siguiente fue como si nada hubiera cambiado, yo me vestí con mi ropa normal y el no menciono nada de lo ocurrido, e incluso intenté agacharme frente a mi padre para ver si podía verlo tratando de echarme un vistazo, nada.
Seguí viendo a Iván y era divertido, pero carecía de esa sensación morbosa que tenía con mi padre… ese lado de mí estaba hambriento.
No duden en escribirme a spartanodelespacio@gmail.com
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