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~~Trabajo desde hace años en la administración pública como personal temporal, de manera que he pasado por multitud de centros y servicios.
 Por esas fechas ya se habían terminado las clases y en el centro se estaban celebrando, por parte de otra entidad, unas jornadas de trabajo en sesiones de mañana y tarde. Yo ese día trabajaba en el turno de la tarde, estaba especialmente contento porque en cuanto finalizara la sesión podía cerrar el centro y volver a casa temprano.
 La tarde era algo calurosa y me dedique casi en exclusiva al control de las personas que esa tarde pasaban por el centro, eran unas 80 personas las que participaban en las jornadas y alguno que entró al centro para ver información en los paneles.
 Eran las 18.30 y en ese momento salen de las aulas algunas personas y pregunto a una de ellas si se terminó la sesión de hoy, me contesta que si pero que tardarán un poco más de media hora en recoger el material audiovisual y se irían. Me ofrecí a los coordinadores de las jornadas para ayudar y agilizar la labor, así en 15 minutos estaban todos los cables y aparatos en sus cajas, entre todos los trasladamos a dos coches y después de agradecerme mi colaboración se marchan. Cierro la puerta principal y me dispongo a realizar las labores de control habituales antes de cerrar el centro. Ya había terminado de revisar los pisos superiores y cuando llego al hueco de la escalera oigo a alguien quejándose en el la planta baja, voy saltando los escalones a máxima velocidad y me dirijo al baño femenino, al llegar me llevo un susto de muerte, una mujer se encontraba encorvada sobre su espalda y sujeta al lavabo, tratando de contener sus gritos de dolor.
 ¿Qué le ocurre?. Pregunté muy agitado.
 Me ha dado un dolor en la parte lumbar que no me deja poner derecha, debido probablemente a los 3 días de jornadas sentada tanto tiempo en sillas muy incomodas. Pensé que ya habían cerrado el centro, doy gracias porque no sea así.
 No se preocupe voy a llamar a una ambulancia y en 5 o 10 minutos estará aquí.
 No, no, espera. Si tu me ayudas seguro que en ese tiempo ya podré incorporarme y salir caminando hasta la calle.
 Bueno, de acuerdo, ¿qué puedo hacer?.
 Mira, debes hacer presión con las palmas de las manos en la zona lumbar y subir, sin dejar de presionar, algunos centímetros por la espalda.
 La agitación inicial había desaparecido y empiezo a fijarme en ella.
 Era una mujer de 45 o 50 años, bajita y con algún kilo de más que parecía llevar con mucho salero, una cara muy simpática con ojos y labios grandes.
 Pelo corto y teñido. Vestía una blusa blanca entallada y una falda, que sin ser mini, era bastante corta, dejando ver unas hermosas piernas que terminaban en unos zapatos de tacón alto. La verdad es que estaba muy bien físicamente.
 Para empezar, ella se sube la blusa unos 10 cm. Baja la falda justo hasta dejar ver el principio de sus nalgas. Yo me coloco detrás de ella y pongo mis manos en el lugar indicado. De esta manera nos veíamos por el espejo que estaba sobre el lavabo.
 Ay, ay, . se quejaba las primeras veces que pasaba mis manos por su piel y yo intentaba cada vez hacerlo más suave. Al rato la situación era un poco complicada ya que su zona lumbar pasaba de estar muy dura a estar muy relajada, su piel muy blanca se erizaba cada vez más, yo me estaba poniendo como loco, su perfume era suave pero penetrante y por el espejo veo que su blusa se encontraba desabotonada, mostrando parte de sus pechos.
 Ya no te oigo quejar, ¿Ha desaparecido el dolor? .
 Uhmm, si creo que sí. Gracias. Y alzó la mirada hasta el espejo y clavó sus ojos en mi cara, . siento una de sus manos entre mis piernas y se da cuenta de mi estado.
 Lo siento, . ya sabes, logré balbucear no sabía como disculparme.
 No te preocupes. no crees que deberíamos aprovechar tu estado y mi posición para terminar de relajarnos.
 En esos momentos solo sentía y oía el corazón bombear sangre por todo mi cuerpo a una velocidad increíble, estaba con una erección bestial, no había reaccionado cuando me coge las manos y las pone entre sus piernas mientras se sube la falda para que fuera más cómodo el acceso. Delicioso. Encontré una piel muy fina y receptiva a mis caricias, jugaba con la tela de su braguita y sus pliegues vaginales . Uhmmm, Uhmmm, …susurraba cada vez más alto, lo cual me ponía más. Me bajó los pantalones, no sé cómo, . sus labios eran muy carnosos y muy, muy húmedos . me la pone en la entrada de su coño y me dice:
 Hazlo muy despacio, por favor, no sea que vuelva el dolor.
 La metí poco a poco, . se mordía los labios, . la sensación a cada centímetro que introducía era maravillosa, su interior, a pesar de que al principio me pareció que tenia un coño enorme, se adaptaba perfectamente y realizaba una serie de contracciones rítmicas que me llevaba al éxtasis con cada una de ellas. Gemía, y susurraba cosas ininteligibles, cada vez más alto. Al rato yo no podía seguir con esa lentitud, ella se da cuenta y empieza a empujar hacia atrás con fuerza .
 Más rápido, más rápido, . termina, por favor, vacíate en mi.
 La culminación fue fantástica, hubo una eclosión de fluidos corporales, gritos, gemidos, susurros, que nos permitió conseguir un orgasmo muy intenso y compartido.
 Nos quedamos abrazados unos minutos en esa posición, nuestros cuerpos estaban absolutamente relajados y sudorosos, ella se incorpora para ir al water y yo me quito la camisa para refrescarme en el lavabo, mientras fumaba un cigarro hablábamos animadamente, desde donde estaba me veía perfectamente y sonreía con frecuencia, hasta que llegó un momento en que su sonrisa se tornó en una gran carcajada.
 ¿sabes una cosa? Deberías usar con más frecuencia esa sonrisa tan bonita que tienes, me dice, y además ver y dejarte ver no hace daño a nadie.
 No te entiendo, ¿qué quieres decir?.
 Desde el primer día he intentado cruzar una mirada contigo, sin conseguirlo, te has dedicado a tu trabajo con demasiada concentración y aunque das la información correcta evitas mirar directamente, eso me molesta, ya que pierdes ocasiones de interactuar con más personas, que con una simple mirada o un gesto, puedes alegrarles un momento de sus vidas e incluso lubrificarles los bajos.
 Me quedé muy sorprendido con esa revelación. Cierto era que los dos días anteriores los ocupé en su totalidad a clasificar y encuadernar todas las memorias departamentales de fin de curso pero no era consciente de ese grado de concentración. En esos momentos no podía pensar con fluidez y aunque trataba de ordenar mis pensamientos no lo conseguía. Oigo otra gran carcajada que me saca de mi embotamiento mental.
 Bueno, gracias por la observación, pero esto no es tan gracioso como para que te estés partiendo de risa ¿o sí?.
 No claro. Acércate, quiero decirte algo al oído. No tengo, ni he tenido nunca dolor lumbar, me susurra, sólo ha sido una treta para saber hasta donde llegábamos y satisfacer a mi imaginación.
 Ahora el que se partía de la risa era yo. No me lo podía creer. Entre risas se acerca a mi y me dice:
 Ya que has hecho un buen trabajo conmigo, justo es que yo te lo devuelva.
 Mientras se acercaba se desprendía de toda la ropa, pude ver un cuerpo muy hermoso, con una piel blanca, sin pelo en todo su cuerpo salvo en la parte superior de su pubis, y con muchas ganas de disfrutar . nos fundimos entre besos y caricias . era la gloria, su lengua recorría todo mi cuerpo con autentica pasión, en nada me encontré con una erección más bestial que la anterior. Me hace sentar en el water y ella encima, frente a frente, .
 sus pechos quedaban situados a la altura de mi cara y me dedique a darles un homenaje . mientras mis manos se sujetaban fuertemente a sus nalgas gozosas. ya estábamos a 1000 . me pide que este quieto, que el trabajo lo hace ella. Acepto encantado.
 Una vez acoplados empieza un autentico show de movimientos, su flexibilidad me tenía extasiado, . tan pronto se movía como una potra desbocada como lateralmente cual bailarina. Sus pechos me golpeaban la cara en todas direcciones, jamás me habían dado tan dulce paliza. Las sensaciones se agolpaban y mezclaban con un aroma a perfume y fluidos corporales, . los gritos se sucedían, no me podía creer que me estuviera comiendo un bombón de nieve ardiendo. Terminó con los movimientos más salvajes que me ha dedicado una mujer, nuestros gritos ya eran aullidos prolongados, que poco a poco disminuían hasta hacerse casi imperceptibles. Se quedó postrada sobre mi unos instantes rozándome con sus labios por el cuello muy suavemente, .
 cuando nos separamos una enorme cascada de jugos recorrió nuestras piernas, estábamos empapados.
 Mientras intentamos asearnos y recomponer en lo posible nuestra imagen hablábamos con una confianza inusual, nos gastamos bromas, reímos, .
 hasta que llegó el momento de despedirnos, me dio un beso muy tierno en la mejilla y me hizo prometer que, dado lo vivido esa tarde, haría una reflexión sobre la interacción entre las personas. La acompaño hasta la puerta y nos despedimos con una mirada radiante de alegría.
 Los 2 o 3 días siguientes los pase sobre una nube, una relajación absoluta me invadía. Ni que decir tiene que la experiencia fue excepcional, pero después de la reflexión prometida he aprendido a ver y dejarme ver, a dedicar un poco de tiempo a observar, a descifrar el lenguaje corporal y de las miradas y puedo dar fe de que existe una comunicación visual y gestual mucho más fiable que la comunicación verbal, he conocido mujeres que juran fidelidad a su pareja pero su cuerpo y su mirada piden guerra, consciente o inconscientemente, a cada momento.
 Mi vida sexual desde entonces es mucho más fluida e imaginativa, sobre todo con mi pareja. Y lo más importante ya no voy tan quemado por la vida ya que desde que voy por la mañana a comprar el periódico hasta que me duermo, no dejo de interactuar con todas las mujeres que puedo, lo que me ha proporcionado grandes satisfacciones en breves instantes.
 Este relato se lo dedico, en especial, a Esquimalia, compañera de trabajo por muy poco tiempo, lo cual he sentido enormemente porque tiene un potencial imaginativo y unas ganas que, seguro, nos hubiese dado muchos momentos de interacción. Y, en general, a todas las mujeres de este mundo o de otros mundos, si los hubiera, porque seguro que serán igual de maravillosas. Besos a todas.

Datos del Relato
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