Les quiero decir otras reacciones que he percibido. Desde que visto, uso y luzco encantadoramente faldas largas como de otro tipos.
Cuando bailo con mis admiradores que tengo por compañeros de trabajo como personales, les encantan manocearme mis caderas para finalmente depositar sinverguenzamente sus manos en mis glúteos, eso no le doy nada de importancia ni siquiera me molesta.
Cuando entrego documentos en la ventanilla donde custodian y reposan los expedientes estudiantiles un compañero, me pide que le modele las faldas que llevo puesta para decirme que estoy muy suculenta como un pastel de manzana para comerselo en la cama y en otras posiciones conocidas, ahí, me siento un poquito molesta como ofendida pero se lo tomo en el sentido literal y lo pienso me entra la lujuria y me excito significa que le soy atractiva como un juguete para deleítarse y pasarla muy bien ambos.
Cuando visito y les llevo los créditos oficiales para convalidación externa de materias al decano. Me ve y se queda fuera de orbita y babiando como el lobo ferosos de caperucita roja al detallar en su rostro con su mirada que esta dirigida a mí, desde mis pies hasta mi cabeza sin perder nada de vista. Que liso se comporta y actua pero tiene su explicación, es que desde que saque mi belleza natural a relucir no pueden resistirse ante tremendo monumento anatomico que soy en el presente para la trayectoria y la vida de todos mis conocidos colaboradores universitarios.
También cuando los abordo y les converso como los saludos de una manera un poco coquetonas sin querer, estoy despertando en sus sentimientos igual en sus pensamientos imagenes abstractas de que soy un objeto para sofocar en algo sus reprimidos anhelos sexuales, premiados de tenerme en sus manos y llenarme de muchos besos romanticos además de gozar con mi compañía divina como glorificada por obra y gracia del mismo Todopoderoso.
Les regalo unos contoneos muy hinoptizadores al caminar y al estar placidamente sentada atendiendo a clientes o bién haciendo llamadas para nuevos prospectos universitarios. Que les hace atender desorbitantemente más que sus propias tareas, les manifiesto que soy una diosa afrodita para ellos que estan disponibles para lo que se me venga en gana y se me ocurra que me hagan en nombre del compañerismo que nos une en el presente.