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Otra vez sexo en el trabajo

Ernesto y Yo...


Ernesto era el típico hombre guapo pero que poseía un magnetismo y un morbo irresistible. Rondaba los 40 años, y su aire de hombre maduro junto a su atlético e insinuante cuerpo me habían hecho masturbarme en mis noches solitarias... Estaba casado, pero a juzgar por alguna que otra bronca que había vivido en persona, el matrimonio había sido un grave error.

Su cabello negro acompañado de una profunda mirada verde y de unos hoyuelos que me excitaban, me hacían desearle cada día más. Ansiaba tenerle dentro de mí, sentir nuestros cuerpos calientes.
Llevaba trabajando con él casi en un año en la fábrica. Intuía que él también me deseaba a juzgar por sus miradas y sus roces. A veces le pillaba mirándome fijamente en silencio mientras yo hacía cualquier tarea.

Una amiga, Patty, a la cuál le había comentado mis dudas sobre Ernesto, me animó a que intentara llegar un poco más lejos con él; me animó a que le coqueteara, insinuara y si podía, a que me lo follara en la fábrica. Y así un día, decidí hacerle caso y me puse manos a la obra.

Recién duchada, bien suave e impregnada toda mi piel con un suave aceite afrodisíaco, me encaminé hacia el trabajo. Ernesto aún no había llegado ¡Perfecto! Entré y me cambie la sobre camisa que llevaba cubriendo mi cuerpo. Me metí en el baño, me puse carmín y me humedecí el pelo un poco más. ¡Estaba perfecta! Me había puesto una cortísima faldita vaquera y una camisetilla transparente de color morada sin tirantas. Todo estaba preparado.

Ernesto no tardó en llegar, pude notar su presencia apoyada en el quicio de la puerta interior del taller, observándome en silencio como siempre, le miré y me hice la sobresaltada.

-¡Me asustaste Ernesto!-él sonrió mostrándome sus tan deseados hoyuelos-
-¡No era mi intención!-admitió él sin moverse y sin ni siquiera pestañear-
-¿Qué estás mirando?- pregunté haciéndome la inocente y volviendo a mi trabajo-
-¡A ti!-contestó- ¡Eres... tan hermosa!- sonreí y me contoneé sentándome encima de la mesa taller y abriendo un poco mis piernas para ponerle en situación- ¡No deberías vestir así!-
-¿Así como?- pregunté ondulando un mechón mojado de mi cabello-
-¡Vas pidiendo que te follen!-respondió para mi sorpresa. Abrí un poco más las piernas y me mordí el labio de forma sensual-
-¡Bueno!- admití- ¡Quizás quiera que me follen!- Ernesto no pudo evitar sentir una fuerte oleada de calor inundando su cuerpo. No había duda, me deseaba tanto como yo a él-

-¡Sé que quieres que te folle! Me deseas... tú coñito tiene hambre de mí, me he pajeado muchas veces pensando en ti..-abrí los ojos algo sorprendida ante eso.

verás seré sincero contigo Nancy... hay algo que tú no sabes!-comenzó a relatar mientras iba recortando distancias- ¡Una tarde noche, a última hora, te ví como te metías los dedos sentada, con una de las piernas encima de la mesa, bien abierta en tu oficina, acababa de salir un chico de mecánica de tu oficina... debí interrumpir para follarte yo mismo, pero era tan bello verte así, que no quise hacerlo! Desde ese momento, instalé una cámara de video ahí, justo ahí encima... para no perder detalle alguno- Ernesto estaba a escasos mm de mí, casi podía oír su respiración-

-¡Ah!-susurré- ¿Y ahora estás grabando?- pregunté mientras me acariciaba las piernas-
-¡Si!-afirmó totalmente pegado a mí-
-¡Ummmh, interesante!-añadí sonriendo- ¡Quizás pueda darte un buen espectáculo para que te corras mientras me ves!-él sonrió rozándome con sus manos los muslos-
-¡Me encantaría!... Pero antes...-susurró- ¡Quiero correrme en directo!- su boca se adosó a la mía de forma violenta, haciéndome flotar de locura y deseo. Le rodeé con mis brazos sintiéndo como nuestras lenguas jugaban exaltadas-

-¡Puede entrar alguién!-susurré entre besos-

-¡He cerrado!-

-temes a que nos vea quien es domingo ya casi todos se fueron unos cuantos de taller y los seguridad-

-¡Mi mujer está en mi casa! Con un poco de suerte, verá como te follo...-al oír eso me separé de él algo aturdida-

-¿estás loco?-pregunté alterada y separándole del pecho con mis manos-
-¡Vamos pequeña! Será divertido... será la solución a mi problema, mi libertad...-
-¡Si, claro! ¿Y yo qué?- él me cogió la barbilla de forma violenta para comerme la boca-

-¡Tú eres mi protegida!-susurró-¡Ayúdame a que me de el divorcio y nunca te hará falta nada! Te daré todo lo que me pidas... te follaré todos los días, dejaré ese coñito tuyo bien satisfecho...- estaba asustada ante la ídea de ser descubierta, pero el morbo podía más; era algo muy erótico saberte grabada en video mientras te follan y con el riesgo de ser descubierta por la mujer del que te está follando, así que me tragué el miedo y sonreí morbosamente rodeándole con mis brazos por el cuello- ¡Eso es pequeña! Ábrete...

-Ernesto me cogió del culo empujándome hacia su polla para hacérmela rozar en mi coñito calenturiento. Intuía que debía ser grande, a juzgar por el paquete que marcaba sus pantalones- ¡He deseado follarte muchas veces y quiero follarte todo tu cuerpito mami!-abrí mis piernas todo lo que pude para recibirle mejor, mientras el me apretaba y me levantaba caminando conmigo en brazos hasta sentarse en un taburete de trabajo. Me senté encima de él y seguí jugando con su lengua mientras sus manos me levantaban la falda hasta la cintura y comenzaban a jugar con mi culo. Me lo pellizcó, abriéndomelo, cerrándomelo, jugando con mis cachetes y con la tira del tanga. Quería ponerme cachonda, y lo estaba consiguiendo- ¡Ummmh! Que culito tienes pequeña...- yo empujaba hacia abajo, notando como su polla bien dura ya se incrustaba en mi coñito. Deseaba que me follara. Ernesto metió sus manos bajo mi camiseta y me sacó las tetas, una a una, por encima. No dijo nada, sólo gimió antes de llevárselas a la boca para mamarlas salvajemente-
¡Oh Dios!! ¡Que tetas tienes! Ummmh...-prosiguió mamando mis tetas mientras que una de sus manos me tiraban de la tirilla del tanga de arriba abajo, haciéndome gozar, mojándome de gusto. Luego metió su mano por entre mis muslos y me puso el tanguita a un lado, paseando sus dedos por mi coñito caliente. Notar como se hundían en mí me hacía enloquecer, me abría a él para notarle más dentro, gemía. Me moví un poco hacia atrás y con esfuerzo logré bajarle la cremallera para tantear bajo su pantalón y encontrar su polla. Cuándo la tuve en mi mano, creí desvanecer. Era tan grande como imaginaba, gorda y muy dura. Sólo de imaginarla en mi coño me hacía gemir de placer- ¿Te gusta cariño?-gimió-
-¡Si!-contesté acariciándola- ¡Que grande papi! Fóllame... quiero que me la metas enterita...-
-¡Será toda para ti pequeña! Me gusta cogerme coñitos tan jovenes como el tuyo... así, tan calentitos y tan ricos... ummmh... te voy a follar por todos lados cariño...-
-¡Ummmh siii!! Fóllame ricooo...-gemí entre movimientos exhaustos de placer al notar como su polla se iba abriendo paso en mi coño. Ernesto me cogió por la cintura y comenzó a moverme a su antojo, provocándome un placer descontrolado y desconocido para mí. Sus manos eran sabias, al igual que su boca y su polla- ¡Si, eso es papi!! Sigueee... métela entera... ohhh diossss...me gusta como me la metes-

Ernesto mientras me la metía suave, comenzó a comerme la boca de forma lujuriosa. Yo me abría al máximo en cada metida suya. Con una mano me empujaba hacia él y con la otra comenzó a abrirme el culo, mojando sus dedos en mi coñito y restregándomelos por toda mi raja. Noté como su dedo se abrió paso en mi agujero, metiéndolo entero, dilatándomelo... yo estaba tan caliente y tan excitada que ni dolor sentía. Sólo quería más. Me sacó su polla y apretó mi culo con sus manos, para acto seguido, volver a metérmela en el coño de un sólo golpe. No pude evitar gritar de placer.

-¡Eso es cariño! Muévete... grita...-

-¡Siii! siii... dame mass... siii... ohh diosss... siii... no pares.... ummmmh....-jadeé agitándome más exageradamente sobre él. Sus brazos en mi espalda llegaron hasta mis hombros y una vez allí comenzó a empujarme hacia abajo, clavándomela entera, consiguiendo que mi cuerpo se abriera como una flor a su antojo- ¡Ummmh me gustaaa! siii... sigueee...-
-¡Siii! Se que te gusta... tómala entera mami... es toda para ti pequeñaaa...-jadeó él bastante excitado y a punto de correrse-

Ambos estabamos a punto de corrernos de gusto, pero yo quería que llegásemos juntos, asi que comencé a comerle la boca mientras que, con su polla bien metida hasta el fondo, comencé a moverme en círculos provocándole una excitación jamás experimentada. Sus manos aferradas a mi cintura, me apretaban contra su pecho sin dejar de gemir.
-¡cariño.. si.. como me gusta eso... si.. no te pares... oh diosss... siiii-

Alcanzamos el orgasmo en segundos, gritando llenos de excitación y extenuados de placer. El movimiento fué bajando en intensidad mientrás él se derramaba dentro de mí. Ernesto me miró y me besó con lentitud, saboreando mis labios.

-¡Ha sido maravilloso!-susurró-¡Hacía mucho tiempo que no sentía tanta vida follando!-le besé y le sonreí orgullosa de mi hazaña-

-¡Si!-admití moviéndome sobre él-¡Ha sido realmente bueno! Cómo lo imaginaba...-su mano se posó sobre mi teta y comenzó a masajearla-
-¿Sabes? He pensado que podíamos grabar videos pornos y venderlos... nos haríamos ricos...-sonreí-
-¡Podría ser interesante!-admití apretando su mano sobre mi teta- ¡Pero tú eres un viejito, y yo soy muy joven para tí! ¿Aguantarías mi ritmo?- Ernesto me apretó un poco más el pezón haciéndome gemir de placer-
-¡Tengo mucha mina en mi lápiz pequeña! Y tengo un buen lápiz; muy hambriento, por cierto...-lamí sus labios- ¡Tengo experiencia, dinero y ganas de follarte! ¿Qué más podrías pedir?-le comí la boca ardiendo de deseos otra vez-

-¡debemos conseguir un lugar! No estaría mal... para empezar-él sonrió y movió su polla dentro de mí- ¡No quiero que sea lujoso! Me vale con que tenga una gran cama donde podamos follar... ¡ah!eso si, con jacutzzi-
-¡Oh dios! Sólo imagino lo que sería follarte en un jacutzzi y ya se me está poniendo dura-sonreí rozándole con mis tetas-
-¡Pues ya sabes! un pisito de los tuyos y yo te abriré mi coño cada vez que quieras...- Ernesto me acarició los labios con su dedo y me lo introdujo en la boca. Lo lamí con suavidad, deleitándome, saboreándolo, chupándolo y metiéndomelo entero como si de su polla se tratara-

-¡Ummmh, me la estás poniendo muy dura pequeña! Y ahora, tendré que follarte de nuevo...-seguí lamiéndole el dedo mientras él con su otra mano se sacaba la polla de mi coño para sobarla y mostrármela. De nuevo se centró en mis tetas, comiéndomelas, babeándolas dejandolas rojas y jugando con mis pezones y luego pasó a mi boca-¡Ven aquí!-repuso cogiéndome en brazos y agarrándome bien fuerte el culo- ¡Quiero estudiarte!-me llevó hasta la mesa del viejo taller, que era lo suficientemente grande como para tendernos los dos, y me sentó-¡Quiero desnudarte!-susurró-¡Tú túmbate y relájate!-

Obedecí bastante caliente ante la ídea y me tumbé totalmente en la mesa, cerrando los ojos y recostando mis manos bajo mi cabeza. Ernesto cogió un taburete y se puso cómodo. Comenzó bajándome la falda, besándome cada cm de piel, y luego pasó a la camiseta. La cuál me sacó por abajo sin problema alguno. Paseó su lengua por medio de mis tetas y fué bajando asi hasta llegar a mis muslos. Una vez allí, Ernesto me acarició el coñito por encima del tanga, haciéndome retorcerme de excitación. Cogió unas tijeras y me rompió el tanga, deshaciéndose de él.

Cuándo abrí los ojos Ernesto estaba ya desnudo y me miraba con deseos de follarme de nuevo. Le miré excitadísima mientras se subía a la mesa y se arrodillaba frente a mí, abriéndome las piernas y examinando con detenimiento mi mojado coño.
-¡Ummmh!Qué coñito más rico tienes pequeña, tan rosado y tan mojadito... así tan gordo...-susurró acariciándomelo con sus grandes dedos-... así peladito, me gusta mucho tu coño así, peladito, con ese rojo que me indica lo duro que te he dado...-gemí de gusto al notar como sus dedos se hundían en mi mojado coño. Estaba cachonda-
-¡oh Dios!-gemí-¡oh... siii... eso es viejito!! Dame más... siii... fóllameee...-
-¡Si mami! yo te voy a follar...-repuso empujando sus dedos un poco más adentro- ¡Pero antes, quiero ver como te comes mi polla!!!!-

Le miré mientras mis manos apretaban mis tetas acentuando mi placer y sonreí. Me levanté dejándole tenderse a él y le comí la boca bajando por su pecho hasta su polla, la cuál estaba muy dura y gorda. La cogí en mis manos y comencé a acariciarla.
-¡Oh si!Eso es pequeña... siii, dale vida a este viejitooo...-mojé mis labios con saliba y escupí un poco sobre la punta de su polla, metiéndomela entera en la boca, apretándola con mis labios, jugueteando con mi lengua en su rajita, haciéndole gemir, y así hasta conseguir que la tuviera totalmente tiesa. Luego subí de nuevo a su boca y se la comí antes de girarme y ponerle todo mi coño en su boca- ¡Ummmh! Que coñito tienes mami... ummm sabe tan ricooo... siiii-gimió entre chupadas a mi coño-
-¡Oh papii, sii... cómetelo entero...- Ernesto aceleró sus movimientos al notar como su polla entraba de nuevo entera en mí boca. Noté como sus manos se aferraban a mi culo para empujarme hacia abajo y así poderse comer bien todo mi chuchita.

Yo seguía chupándosela de forma acelerada, dándole placer y jugando con sus huevos- ¡Ummmh que polla tienes viejito! Que huevos más gordos y más ricos... -
-¡Cómetelaaa! Siii... trágatela enteraaa... eso es... ummmh me gusta mucho tu coño pequeña... oh diosss... te lo comería a todas horas...- Ernesto me lamió toda la raja hasta llegar al culo, en el cuál hundió su lengua apretándome los cachetes con locura al notar mis mordisquitos en sus huevos- ¡oh Dios! Como me gusta eso, siii... eso es... no pares pequeña... cómetela todaa...-

-¡No pares! exclamé excitadísima-
¡Siiii!!! Vamos, cómeme bien todo el coñoooo.siiii...

-¡Ummmh, voy a correrme!! Pero quiero follarte tu culo antes....-
-¡Si, si, si! fóllame el culooo siiii...- me puse a cuatro patas rápidamente abriendo el culo todo lo que podía y relajándolo.
Ernesto se colocó tras de mí y golpeó mis cachetes un par de veces para ponerme más cachonda. Luego mojó sus dedos en mi coño y me mojó el culo, abriéndomelo y metiendo la punta de su polla- ¡oh Dioss! siiii... que gustoooo... siiii...

-¡Abre bien tu culito pequeña!!! Porque te voy a meter mi polla entera de un solo envion...

-¡Siiii! Siiii... cógeme. -supliqué-

Ernesto me metió la polla tal y como me había dicho, haciéndome gritar un poco de dolor pero seguidamente haciéndome gritar de placer. Era muy excitante, me gustaba esa forma tan salvaje y tan sádica. Sus manos apretaban mis tetas, sobándolas y apretándolas mientras yo gemía al notar como sus huevos se estrellaban en mi coño. Me gustaba ver como mis tetas votaban de forma salvaje a cada follada de Ernesto. Era realmente rico sentirse follada así.


Aceleró sus movimientos haciéndo sonar bastante sus estacadas en mi culo, podía notar como me chorreaba el coño. No podía dejar de gemir y de moverme, estaba corriendo de gusto.

Ambos alcanzamos el orgasmo...
-¡Ohhh siii! Eso es... -gemí casi en un susurro-

-¡Ummmmh!!! Ernesto se corrió dentro de mi culo repartiendo un poco de su leche por mis rajita y mis cachetes. ¡¡Ummmh! Me giré tumbándome y le miré abriéndome de piernas.

-¡Ha sido... maravilloso!-susurré aún casi sin aliento- ¡Ven! Ernesto se tumbó encima de mí, acoplándose a mi cuerpo y rozándome con la polla-
-¿te gustó pequeña?-preguntó Ernesto apretando su polla en mi insaciable coñito-

-¡ohh siii!!-jadeé- Me ha encantado, me he corrido un par de veces... notar mis tetas agitadas y tus huevos chocando con mi coño... ummmh... dios... ha sido muy rico-

-¡Si, lo ha sido!... Cuándo acabemos aquí, te llevaré a un sitio... te gustará, y follaremos toda la noche...-

-¡Ummmh siii... fóllameee!-gemí mordiéndome el labio y apretando su culo hacia abajo para sentir como su polla se clavaba en mí- Pero... ¿dónde me llevarás?-
-¡Es una sorpresa!-contestó metiéndomela hasta el fondo y comenzando a follarme de nuevo. Yo le apreté contra mi cuerpo y le comí la boca- ¡Sólo voy a ponerte una condición!...-le miré mientras nuestros cuerpos se movían excitados-
-¿Cuál?-pregunté inocentemente-
-¡Que nunca más te pongas tangas! Quiero que ese coñito vaya así, libre... para cualquier urgencia que se presente...- sonreí y le comí la boca de nuevo deseosa de llegar a corrernos una vez más, uno en el otro...-

Ernesto y Yo...


Ernesto era el típico hombre guapo pero que poseía un magnetismo y un morbo irresistible. Rondaba los 40 años, y su aire de hombre maduro junto a su atlético e insinuante cuerpo me habían hecho masturbarme en mis noches solitarias... Estaba casado, pero a juzgar por alguna que otra bronca que había vivido en persona, el matrimonio había sido un grave error.

Su cabello negro acompañado de una profunda mirada verde y de unos hoyuelos que me excitaban, me hacían desearle cada día más. Ansiaba tenerle dentro de mí, sentir nuestros cuerpos calientes.
Llevaba trabajando con él casi en un año en la fábrica. Intuía que él también me deseaba a juzgar por sus miradas y sus roces. A veces le pillaba mirándome fijamente en silencio mientras yo hacía cualquier tarea.

Una amiga, Patty, a la cuál le había comentado mis dudas sobre Ernesto, me animó a que intentara llegar un poco más lejos con él; me animó a que le coqueteara, insinuara y si podía, a que me lo follara en la fábrica. Y así un día, decidí hacerle caso y me puse manos a la obra.

Recién duchada, bien suave e impregnada toda mi piel con un suave aceite afrodisíaco, me encaminé hacia el trabajo. Ernesto aún no había llegado ¡Perfecto! Entré y me cambie la sobre camisa que llevaba cubriendo mi cuerpo. Me metí en el baño, me puse carmín y me humedecí el pelo un poco más. ¡Estaba perfecta! Me había puesto una cortísima faldita vaquera y una camisetilla transparente de color morada sin tirantas. Todo estaba preparado.

Ernesto no tardó en llegar, pude notar su presencia apoyada en el quicio de la puerta interior del taller, observándome en silencio como siempre, le miré y me hice la sobresaltada.

-¡Me asustaste Ernesto!-él sonrió mostrándome sus tan deseados hoyuelos-
-¡No era mi intención!-admitió él sin moverse y sin ni siquiera pestañear-
-¿Qué estás mirando?- pregunté haciéndome la inocente y volviendo a mi trabajo-
-¡A ti!-contestó- ¡Eres... tan hermosa!- sonreí y me contoneé sentándome encima de la mesa taller y abriendo un poco mis piernas para ponerle en situación- ¡No deberías vestir así!-
-¿Así como?- pregunté ondulando un mechón mojado de mi cabello-
-¡Vas pidiendo que te follen!-respondió para mi sorpresa. Abrí un poco más las piernas y me mordí el labio de forma sensual-
-¡Bueno!- admití- ¡Quizás quiera que me follen!- Ernesto no pudo evitar sentir una fuerte oleada de calor inundando su cuerpo. No había duda, me deseaba tanto como yo a él-

-¡Sé que quieres que te folle! Me deseas... tú coñito tiene hambre de mí, me he pajeado muchas veces pensando en ti..-abrí los ojos algo sorprendida ante eso.

verás seré sincero contigo Nancy... hay algo que tú no sabes!-comenzó a relatar mientras iba recortando distancias- ¡Una tarde noche, a última hora, te ví como te metías los dedos sentada, con una de las piernas encima de la mesa, bien abierta en tu oficina, acababa de salir un chico de mecánica de tu oficina... debí interrumpir para follarte yo mismo, pero era tan bello verte así, que no quise hacerlo! Desde ese momento, instalé una cámara de video ahí, justo ahí encima... para no perder detalle alguno- Ernesto estaba a escasos mm de mí, casi podía oír su respiración-

-¡Ah!-susurré- ¿Y ahora estás grabando?- pregunté mientras me acariciaba las piernas-
-¡Si!-afirmó totalmente pegado a mí-
-¡Ummmh, interesante!-añadí sonriendo- ¡Quizás pueda darte un buen espectáculo para que te corras mientras me ves!-él sonrió rozándome con sus manos los muslos-
-¡Me encantaría!... Pero antes...-susurró- ¡Quiero correrme en directo!- su boca se adosó a la mía de forma violenta, haciéndome flotar de locura y deseo. Le rodeé con mis brazos sintiéndo como nuestras lenguas jugaban exaltadas-

-¡Puede entrar alguién!-susurré entre besos-

-¡He cerrado!-

-temes a que nos vea quien es domingo ya casi todos se fueron unos cuantos de taller y los seguridad-

-¡Mi mujer está en mi casa! Con un poco de suerte, verá como te follo...-al oír eso me separé de él algo aturdida-

-¿estás loco?-pregunté alterada y separándole del pecho con mis manos-
-¡Vamos pequeña! Será divertido... será la solución a mi problema, mi libertad...-
-¡Si, claro! ¿Y yo qué?- él me cogió la barbilla de forma violenta para comerme la boca-

-¡Tú eres mi protegida!-susurró-¡Ayúdame a que me de el divorcio y nunca te hará falta nada! Te daré todo lo que me pidas... te follaré todos los días, dejaré ese coñito tuyo bien satisfecho...- estaba asustada ante la ídea de ser descubierta, pero el morbo podía más; era algo muy erótico saberte grabada en video mientras te follan y con el riesgo de ser descubierta por la mujer del que te está follando, así que me tragué el miedo y sonreí morbosamente rodeándole con mis brazos por el cuello- ¡Eso es pequeña! Ábrete...

-Ernesto me cogió del culo empujándome hacia su polla para hacérmela rozar en mi coñito calenturiento. Intuía que debía ser grande, a juzgar por el paquete que marcaba sus pantalones- ¡He deseado follarte muchas veces y quiero follarte todo tu cuerpito mami!-abrí mis piernas todo lo que pude para recibirle mejor, mientras el me apretaba y me levantaba caminando conmigo en brazos hasta sentarse en un taburete de trabajo. Me senté encima de él y seguí jugando con su lengua mientras sus manos me levantaban la falda hasta la cintura y comenzaban a jugar con mi culo. Me lo pellizcó, abriéndomelo, cerrándomelo, jugando con mis cachetes y con la tira del tanga. Quería ponerme cachonda, y lo estaba consiguiendo- ¡Ummmh! Que culito tienes pequeña...- yo empujaba hacia abajo, notando como su polla bien dura ya se incrustaba en mi coñito. Deseaba que me follara. Ernesto metió sus manos bajo mi camiseta y me sacó las tetas, una a una, por encima. No dijo nada, sólo gimió antes de llevárselas a la boca para mamarlas salvajemente-
¡Oh Dios!! ¡Que tetas tienes! Ummmh...-prosiguió mamando mis tetas mientras que una de sus manos me tiraban de la tirilla del tanga de arriba abajo, haciéndome gozar, mojándome de gusto. Luego metió su mano por entre mis muslos y me puso el tanguita a un lado, paseando sus dedos por mi coñito caliente. Notar como se hundían en mí me hacía enloquecer, me abría a él para notarle más dentro, gemía. Me moví un poco hacia atrás y con esfuerzo logré bajarle la cremallera para tantear bajo su pantalón y encontrar su polla. Cuándo la tuve en mi mano, creí desvanecer. Era tan grande como imaginaba, gorda y muy dura. Sólo de imaginarla en mi coño me hacía gemir de placer- ¿Te gusta cariño?-gimió-
-¡Si!-contesté acariciándola- ¡Que grande papi! Fóllame... quiero que me la metas enterita...-
-¡Será toda para ti pequeña! Me gusta cogerme coñitos tan jovenes como el tuyo... así, tan calentitos y tan ricos... ummmh... te voy a follar por todos lados cariño...-
-¡Ummmh siii!! Fóllame ricooo...-gemí entre movimientos exhaustos de placer al notar como su polla se iba abriendo paso en mi coño. Ernesto me cogió por la cintura y comenzó a moverme a su antojo, provocándome un placer descontrolado y desconocido para mí. Sus manos eran sabias, al igual que su boca y su polla- ¡Si, eso es papi!! Sigueee... métela entera... ohhh diossss...me gusta como me la metes-

Ernesto mientras me la metía suave, comenzó a comerme la boca de forma lujuriosa. Yo me abría al máximo en cada metida suya. Con una mano me empujaba hacia él y con la otra comenzó a abrirme el culo, mojando sus dedos en mi coñito y restregándomelos por toda mi raja. Noté como su dedo se abrió paso en mi agujero, metiéndolo entero, dilatándomelo... yo estaba tan caliente y tan excitada que ni dolor sentía. Sólo quería más. Me sacó su polla y apretó mi culo con sus manos, para acto seguido, volver a metérmela en el coño de un sólo golpe. No pude evitar gritar de placer.

-¡Eso es cariño! Muévete... grita...-

-¡Siii! siii... dame mass... siii... ohh diosss... siii... no pares.... ummmmh....-jadeé agitándome más exageradamente sobre él. Sus brazos en mi espalda llegaron hasta mis hombros y una vez allí comenzó a empujarme hacia abajo, clavándomela entera, consiguiendo que mi cuerpo se abriera como una flor a su antojo- ¡Ummmh me gustaaa! siii... sigueee...-
-¡Siii! Se que te gusta... tómala entera mami... es toda para ti pequeñaaa...-jadeó él bastante excitado y a punto de correrse-

Ambos estabamos a punto de corrernos de gusto, pero yo quería que llegásemos juntos, asi que comencé a comerle la boca mientras que, con su polla bien metida hasta el fondo, comencé a moverme en círculos provocándole una excitación jamás experimentada. Sus manos aferradas a mi cintura, me apretaban contra su pecho sin dejar de gemir.
-¡cariño.. si.. como me gusta eso... si.. no te pares... oh diosss... siiii-

Alcanzamos el orgasmo en segundos, gritando llenos de excitación y extenuados de placer. El movimiento fué bajando en intensidad mientrás él se derramaba dentro de mí. Ernesto me miró y me besó con lentitud, saboreando mis labios.

-¡Ha sido maravilloso!-susurró-¡Hacía mucho tiempo que no sentía tanta vida follando!-le besé y le sonreí orgullosa de mi hazaña-

-¡Si!-admití moviéndome sobre él-¡Ha sido realmente bueno! Cómo lo imaginaba...-su mano se posó sobre mi teta y comenzó a masajearla-
-¿Sabes? He pensado que podíamos grabar videos pornos y venderlos... nos haríamos ricos...-sonreí-
-¡Podría ser interesante!-admití apretando su mano sobre mi teta- ¡Pero tú eres un viejito, y yo soy muy joven para tí! ¿Aguantarías mi ritmo?- Ernesto me apretó un poco más el pezón haciéndome gemir de placer-
-¡Tengo mucha mina en mi lápiz pequeña! Y tengo un buen lápiz; muy hambriento, por cierto...-lamí sus labios- ¡Tengo experiencia, dinero y ganas de follarte! ¿Qué más podrías pedir?-le comí la boca ardiendo de deseos otra vez-

-¡debemos conseguir un lugar! No estaría mal... para empezar-él sonrió y movió su polla dentro de mí- ¡No quiero que sea lujoso! Me vale con que tenga una gran cama donde podamos follar... ¡ah!eso si, con jacutzzi-
-¡Oh dios! Sólo imagino lo que sería follarte en un jacutzzi y ya se me está poniendo dura-sonreí rozándole con mis tetas-
-¡Pues ya sabes! un pisito de los tuyos y yo te abriré mi coño cada vez que quieras...- Ernesto me acarició los labios con su dedo y me lo introdujo en la boca. Lo lamí con suavidad, deleitándome, saboreándolo, chupándolo y metiéndomelo entero como si de su polla se tratara-

-¡Ummmh, me la estás poniendo muy dura pequeña! Y ahora, tendré que follarte de nuevo...-seguí lamiéndole el dedo mientras él con su otra mano se sacaba la polla de mi coño para sobarla y mostrármela. De nuevo se centró en mis tetas, comiéndomelas, babeándolas dejandolas rojas y jugando con mis pezones y luego pasó a mi boca-¡Ven aquí!-repuso cogiéndome en brazos y agarrándome bien fuerte el culo- ¡Quiero estudiarte!-me llevó hasta la mesa del viejo taller, que era lo suficientemente grande como para tendernos los dos, y me sentó-¡Quiero desnudarte!-susurró-¡Tú túmbate y relájate!-

Obedecí bastante caliente ante la ídea y me tumbé totalmente en la mesa, cerrando los ojos y recostando mis manos bajo mi cabeza. Ernesto cogió un taburete y se puso cómodo. Comenzó bajándome la falda, besándome cada cm de piel, y luego pasó a la camiseta. La cuál me sacó por abajo sin problema alguno. Paseó su lengua por medio de mis tetas y fué bajando asi hasta llegar a mis muslos. Una vez allí, Ernesto me acarició el coñito por encima del tanga, haciéndome retorcerme de excitación. Cogió unas tijeras y me rompió el tanga, deshaciéndose de él.

Cuándo abrí los ojos Ernesto estaba ya desnudo y me miraba con deseos de follarme de nuevo. Le miré excitadísima mientras se subía a la mesa y se arrodillaba frente a mí, abriéndome las piernas y examinando con detenimiento mi mojado coño.
-¡Ummmh!Qué coñito más rico tienes pequeña, tan rosado y tan mojadito... así tan gordo...-susurró acariciándomelo con sus grandes dedos-... así peladito, me gusta mucho tu coño así, peladito, con ese rojo que me indica lo duro que te he dado...-gemí de gusto al notar como sus dedos se hundían en mi mojado coño. Estaba cachonda-
-¡oh Dios!-gemí-¡oh... siii... eso es viejito!! Dame más... siii... fóllameee...-
-¡Si mami! yo te voy a follar...-repuso empujando sus dedos un poco más adentro- ¡Pero antes, quiero ver como te comes mi polla!!!!-

Le miré mientras mis manos apretaban mis tetas acentuando mi placer y sonreí. Me levanté dejándole tenderse a él y le comí la boca bajando por su pecho hasta su polla, la cuál estaba muy dura y gorda. La cogí en mis manos y comencé a acariciarla.
-¡Oh si!Eso es pequeña... siii, dale vida a este viejitooo...-mojé mis labios con saliba y escupí un poco sobre la punta de su polla, metiéndomela entera en la boca, apretándola con mis labios, jugueteando con mi lengua en su rajita, haciéndole gemir, y así hasta conseguir que la tuviera totalmente tiesa. Luego subí de nuevo a su boca y se la comí antes de girarme y ponerle todo mi coño en su boca- ¡Ummmh! Que coñito tienes mami... ummm sabe tan ricooo... siiii-gimió entre chupadas a mi coño-
-¡Oh papii, sii... cómetelo entero...- Ernesto aceleró sus movimientos al notar como su polla entraba de nuevo entera en mí boca. Noté como sus manos se aferraban a mi culo para empujarme hacia abajo y así poderse comer bien todo mi chuchita.

Yo seguía chupándosela de forma acelerada, dándole placer y jugando con sus huevos- ¡Ummmh que polla tienes viejito! Que huevos más gordos y más ricos... -
-¡Cómetelaaa! Siii... trágatela enteraaa... eso es... ummmh me gusta mucho tu coño pequeña... oh diosss... te lo comería a todas horas...- Ernesto me lamió toda la raja hasta llegar al culo, en el cuál hundió su lengua apretándome los cachetes con locura al notar mis mordisquitos en sus huevos- ¡oh Dios! Como me gusta eso, siii... eso es... no pares pequeña... cómetela todaa...-

-¡No pares! exclamé excitadísima-
¡Siiii!!! Vamos, cómeme bien todo el coñoooo.siiii...

-¡Ummmh, voy a correrme!! Pero quiero follarte tu culo antes....-
-¡Si, si, si! fóllame el culooo siiii...- me puse a cuatro patas rápidamente abriendo el culo todo lo que podía y relajándolo.
Ernesto se colocó tras de mí y golpeó mis cachetes un par de veces para ponerme más cachonda. Luego mojó sus dedos en mi coño y me mojó el culo, abriéndomelo y metiendo la punta de su polla- ¡oh Dioss! siiii... que gustoooo... siiii...

-¡Abre bien tu culito pequeña!!! Porque te voy a meter mi polla entera de un solo envion...

-¡Siiii! Siiii... cógeme. -supliqué-

Ernesto me metió la polla tal y como me había dicho, haciéndome gritar un poco de dolor pero seguidamente haciéndome gritar de placer. Era muy excitante, me gustaba esa forma tan salvaje y tan sádica. Sus manos apretaban mis tetas, sobándolas y apretándolas mientras yo gemía al notar como sus huevos se estrellaban en mi coño. Me gustaba ver como mis tetas votaban de forma salvaje a cada follada de Ernesto. Era realmente rico sentirse follada así.


Aceleró sus movimientos haciéndo sonar bastante sus estacadas en mi culo, podía notar como me chorreaba el coño. No podía dejar de gemir y de moverme, estaba corriendo de gusto.

Ambos alcanzamos el orgasmo...
-¡Ohhh siii! Eso es... -gemí casi en un susurro-

-¡Ummmmh!!! Ernesto se corrió dentro de mi culo repartiendo un poco de su leche por mis rajita y mis cachetes. ¡¡Ummmh! Me giré tumbándome y le miré abriéndome de piernas.

-¡Ha sido... maravilloso!-susurré aún casi sin aliento- ¡Ven! Ernesto se tumbó encima de mí, acoplándose a mi cuerpo y rozándome con la polla-
-¿te gustó pequeña?-preguntó Ernesto apretando su polla en mi insaciable coñito-

-¡ohh siii!!-jadeé- Me ha encantado, me he corrido un par de veces... notar mis tetas agitadas y tus huevos chocando con mi coño... ummmh... dios... ha sido muy rico-

-¡Si, lo ha sido!... Cuándo acabemos aquí, te llevaré a un sitio... te gustará, y follaremos toda la noche...-

-¡Ummmh siii... fóllameee!-gemí mordiéndome el labio y apretando su culo hacia abajo para sentir como su polla se clavaba en mí- Pero... ¿dónde me llevarás?-
-¡Es una sorpresa!-contestó metiéndomela hasta el fondo y comenzando a follarme de nuevo. Yo le apreté contra mi cuerpo y le comí la boca- ¡Sólo voy a ponerte una condición!...-le miré mientras nuestros cuerpos se movían excitados-
-¿Cuál?-pregunté inocentemente-
-¡Que nunca más te pongas tangas! Quiero que ese coñito vaya así, libre... para cualquier urgencia que se presente...- sonreí y le comí la boca de nuevo deseosa de llegar a corrernos una vez más, uno en el otro...-

Datos del Relato
  • Autor: nancy
  • Código: 51201
  • Fecha: 24-07-2018
  • Categoría: Varios
  • Media: 8
  • Votos: 1
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1867
  • Valoración:
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