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Categoría: Maduras

Otra vez sexo con compañeros de trabajo





Estaba yo sentada en el sofá, con lo único que traía puesto, que es un saco que Tomás me había prestado, el podía ver mis pechos aunque yo trataba de cubrírmelos y además mi raja.



Los dos sentados tomando tequila para no enfermarme, yo sabía que de seguir asi podía caer en sus brazos.
¿Como es que estaba así y con él?

El escuchó cuando yo llamaba a diferentes amigas para salir ese día o los siguientes, mi marido había salido por motivos de trabajo todo el fin de semana asi que encontrándome sola por eso les llamaba, el escuchó cuando yo llamaba y vió mi frustración, cuando no pude convencer a nadie que saliera conmigo.


-No he podido evitar el escuchar y si me lo permite me gustaría salir con ud, quizás a tomarnos un trago o simplemente a cenar algo.

Yo lo vi y si me tomo de sorpresa cuando lo escuché.
-No Tomás gracias, creo que no esta bien que salgamos.
-¿Y por qué no?.

-Tomás tu eres muy joven. ¿Cómo voy a salir contigo?

-Y que importa, a mi me gusta salir con maduras, saben lo que quieren y saben vivir.

-No gracias te lo agradezco pero no.
-¡Ah! ¿y se a a aburrir todo el fin de semana?.
-Mejor otro dia, ¿Si?.

Y se llego la hora de salir, el y yo fuimos los últimos y cuando caminábamos hacia la salida que da a los estacionamientos y calle peincipal, se soltó una tormenta pero fuerte, para mi era difícil correr con tacones y cuando llegué a la salida comencé a buscar mis llaves y monedero para parar un taxi y no las encontraba asi que me di una buena mojada, el abrió la puerta de su carro y me invito a meterme y sin pensarlo lo hice, yo me senté, el tomó un pedazo de tela y me lo dio para secarme, yo me secaba mi pelo y no me di cuenta que mi brasier era muy delgado y con mi blusa blanca podía ver mis pechos y mis pezones bien duros, me di cuenta cuando vi sus ojos pegados ahí y quise cubrirme pero, ¿ya para que? ya me había visto además mi falda se me había subido hasta medio muslo, yo le sonreí tímidamente y mis ojos sin querer se dirigieron a sus piernas y vi que su verga se le había parado y se le veía grande, mucho mas grande que la de mi marido.


-Tenga, póngase mi saco no se vaya a enfermar.
-Tu lo que quieres es verme desnuda.
Yo se lo dije en broma y me reí por lo que dije.
-Yo cierro los ojos para que se cambie.
Cuando vi que los cerraba me quité mi blusa y mi brasier, me puse su saco y me quite todo lo demás, por más que trataba de cubrirme el saco se abría y el podía ver más de lo que yo quisiera.

-¿Y ahora que va hacer? No trae sus llaves
Lo malo es que en ese llavero esta la llave del apartamento.
-Podemos ir a mi casa y ahí puede hablar por teléfono.
-¿Y tu novia? ¿No se molestará al verte conmigo?
-Hace dos meses que terminamos asi que no hay nadie.

Y nos fuimos para su apartamento, al llegar, no sentamos en el sofá, el trajo una botella de tequila con limones partidos, me dió un trago y me lo tomé, a ese le siguieron otros, a mi siempre me ha afectado mucho el licor, me pone hot me calienta mucho. Yo sentía un calorcito recorrer mi cuerpo, pero aun así me di cuenta que yo semidesnuda estaba a un lado de otro hombre que aunque compañero de trabajo era un total desconocido y me estaba excitando y mas el ver como su verga se estaba poniendo dura, se le podía ver ya que traía puesto unos shorts apretados, yo metí una pierna debajo de mi cuerpo y me volteé hacia el, de inmediato sus ojos se dirigieron a mi raja yo sabia que la podia ver.


-No puedo creer que yo este aquí junto a ti y mírame como semidesnuda. El puso una mano en mi rodilla.

-¿Alguna ves le has puesto los cuernos a tu marido?

-Porque la pregunta, que importa si te responde que no o que si, co.o puedes saber la verdad.

Y sentí como su mano me acariciaba mi pierna y cada ves se ponía mas atrevido, el al ver que yo no ponía resistencia a sus toques fue subiendo mas su mano.

-No seas travieso.

-¿Te molesta?

-Es que yo no se es que. ¡Ahhh! Que haces?
-Haciéndote gosar.

El me había metido un dedo y con su pulgar me acariciaba mi botón.

-Por favor no, no lo hagas.

Pero ya mi voz era débil y lo decía entre jadeos, el me abrió de piernas y lo pudo meter más profundo, yo cerré los ojos y me entregué a lo que sentía. Me vi moviendo mi cuerpo, el me sacó mis pechos y me los comenzó a mamar.

Comencé a gemir de placer, el me seguía masturbando con sus dedos y cuando ya me venía me los sacó, y se dedicó a besar todo mi cuerpo, de mis pechos fue bajando y bajando hasta que llegó a mi raja y cuando puso su boca ahí yo comencé a mover mi cuerpo. Puse mis manos detrás de su cabeza y lo apretaba a mi raja, con sus labios tomo mi clítoris y lo mordía, que rico me la estaba mamando, cuando ya casi me venía el paro yo me desilusioné y le pedía que siguiera pero el no me hacía caso y volvió con sus dedos, así estuvo martirizándome por un buen rato y me vi suplicándole, que me hiciera venir y cuando de nuevo puso su boca en mi raja, yo le solté mi chorro y fue tan intenso, que cuando se despegó de ahí tenía toda su cara llena de mis jugos. Nunca había sentido un orgasmo tan fuerte, este me estaba haciendo gosar.


-¡Ay! Como me hiciste gozar.
-Esto es solo el principio, lo mejor está por venir.

Y se puso de pie y se quitó su short, yo me quedé con la boca abierta al verle su verga, la tenía lo doble de grande y gruesa que la de mi marido, yo sabía que tendría problemas para entrar pero estaba dispuesta a probarlo. Se fue acercando para que se la mamara, cerré los ojos y abriendo la boca dejé que me la metiera, yo comencé a chupársela, era tan grande que no me cabía en la boca y el me agarraba del cabello haciendo que me entrara. El me levantó y nos fuimos para la cama, me acosté y el se puso en medio de mis piernas, puso su verga en la entrada, cuando la fue metiendo yo creí que me cogía con un bate de béisbol. Me estaba destrosando mi raja, desde ese día ya no sería la misma, no se cuanto me metió pero la sacó y nomas dejó la punta y la volvió a meter y cada ves que lo hacía la metía más adentro y cuando por fin la tuve toda adentro yo ya me había venido varias veces.

Yo puse mis piernas alrededor de su cintura y me colgué de el antes de que comenzara a moverse me vine otra ves. El comenzó a moverse y yo creía desmayarme y por fin no se cuantos orgasmos y cuanto tiempo, me la sacó casi toda y de un golpe me la metio toda y al mismo tiempo me soltaba su chorro de leche y yo tuve mi último orgasmo por lo menos en ese momento. Su verga seguía dura y de nuevo comenzó a moverse cogiéndome. Me cogió así y me volteó quedando de perrito, me tomó de la cintura y me daba tremendas cogidas yo mordía la almohada no paraba de venirme, me la sacó y la puso en la entrada de mi culo, pero era tanto lo que gozaba que lo dejé. La apuso en la entrada y lo bueno es que la tenía bien lubricada con los jugos de los dos que si no, el comenzó a empujar metiéndola, sentía que me desgarraba mi culo, me metía un pedazo para sacarla y volverla a meter y lo hacía cada vez mas hondo. Cuando sentí sus pelotas en mis piernas, supe que ya la tenía toda adentro, me quedé quieta y lo dejé que el se moviera y cuando me cogia y con su mano en mi raja tuve otros más, yo apreté mi culo y cuando se vino me llenó toda de semen, los sentía calientes y bien sabroso que se sentía y cuando me la sacó se pudo escuchar un PLop al sacarla, el cayo a un lado mio y así nos quedamos dormidos.

Al día siguiente me desperté y vi que no estaba, regresó al rato y traía un jugo de naranja, café y pan tostado, y ahí en la cama desayunamos y en cuanto terminamos.

Nos pusimos a juguetear un rato hasta que termine mamando su miembro un rato más, así, sentada junta el, alternando el comerle completa la verga con los mordisquitos y lamidas que le daba en el glande. Me había puesto muy caliente a esas alturas y quise que me diera placer él también, así que me puse de rodillas en el mismo lugar en donde hasta entonces había estado sentada y sin dejar de mamarle la verga, metí las manos bajo las sabanas y levanté el culo hasta que mi espalda dibujaba una línea inclinada desde mi cabeza hasta mi culo levantado y aún cubierto por la sabana. El empezó a dedearme en esa posición con su mano libre, metiendo en mi cavidad dos dedos que me profanaban violentamente imitando el ritmo y profundidad con que mi boca le daba placer a su verga. Entonces, mi vagina se empapó en juguitos y sentí el imperativo deseo de tener dentro de mi cavidad la verga que tenía en la boca. Me separé entonces un poco del miembro para preguntarle si quería cogerme aun mas.



-¿quieres que te lo meta, Nancy?- Me preguntó como respuesta, sin dejar de mover sus dedos en mi coño



-Sí, métemela toda y aunque te diga que me duele no me la saques hasta que te vengas.

yo de rodillas en lacama me incorporé mi espalda hasta apoyar mis brazos en el respaldo, me incliné y paré el culo para ofrecérselo

Se colocó de pie detrás de mi, me quito la sabana hasta descubrir mis trasero y mi vagina; me tomó de las nalgas y las abrió con dulzura y colocó después la punta de su enorme verga en la entradita de mi ya muy mojada cavidad. Un instante después me embestía, haciéndome gritar de placer al sentir cómo su grueso falo estiraba las paredes de mi canal eso me hizo venirme. Arquee mi espalda, levantando aún más el culo para que el me penetrara hasta el fondo; voltee a verlo a la cara sobre mi hombro y le repetí -Aunque te diga que me duele, no me la saques-. Y estiré los brazos despegando mi busto del borde del respaldo de la cama para soportar lo que presentía que me haría. -Métemelo todo, estoy para ti toda, me cabe- Le dije provocándolo. El me tomó de las nalgas con ambas manos y comenzó a cogerme con violencia, haciéndome gemir pidiendo más verga.



Podia sentir el calor directo de la verga en mi vagina, el grueso falo me proporcionaba unas intensas oleadas de placer a cada embiste. Luego de penetrarme muy duro unas cuantas veces, sentí como con una mano me tomaba del pelo y jalaba mi cabeza hacia atrás, obligándome a arquear aún más la espalda. Con su otra mano me dió una fuerte y pausada serie de nalgadas mientras su verga llenaba por completo mi raja; entonces me dijo -Este es tu castigo por ser tan golosa, Nancy- su verga me taladraba brutalmente haciéndome gemir como una puta. -Para que aprendas a no faltarme el respeto, puta- Y seguía pegándome en las nalgas.

-¡Me duele, me estás cogiendo muy fuerte!- le grité entre gemidos

-Es por que eres una puta arrecha, por eso te castigo, jefesita, por eso te la meto hasta el fondo, para que se te quite lo golosa.



Sus testículos golpeaban con fuerza la parte baja de mis nalgas mientras me cogía desde atás. Bajé una de mis manos hasta atrapar sus huevos entre mis dedos y los empecé a acariciar, eso hizo que El limitara un poco el movimiento con el que sacaba su verga de mi interior para introducirla de nuevo con fuerza, pero al mismo tiempo, aumentó el ritmo con que su verga tocaba una parte muy sensible al fondo de mi vagina, acercándome otra vez mas al clímax. -Así, cógeme, te doy mis nalgas, hazme lo que quieras, soy tu puta-. Le dije mientras sentía cómo estaba cada vez más cerca el momento en que sus embestidas me harían seguir estallando de placer. Su verga me produjo un par de riquísimo orgasmo le dije mientras lo disfrutaba -Déjalo adentro, me voy a venir me dijo, no me lo saques- Y satisfizo mi petición metiendo hasta el fondo de mi vagina su rígido miembro clavándomelo mientras yo me venía ahí empalada gimiendo como una perra en celo.



-Todavía no termina tu castigo, -Dime qué quieres, soy tuya para que me disfrutes- Le contesté mientras balanceaba con fuerza las caderas hacia a delante y hacia atrás, haciendo que su miembro continuara muy erecto dentro de mi. -Vas a tener que darte unos sentones en mi verga, Nancy, ven-.



Me sacó su miembro de mi coño y se fue a sentar en una silla que había ahí cerca, tomó su falo por la base y me dijo -Siéntate en mis piernas, vas a darte unos sentoncitos aquí hasta que se te quite lo calentona-. Pensé que estaría muy bien que me cogiera en esa posición, pues yo podría regular la profundidad y el ritmo con el que me iba a coger ahí sentados; pero me equivoqué. Cuando acudí a sentarme de espaldas para continuar con mi "castigo", él sentado en la silla abrió las piernas, de tal manera que las mías quedarían cerradas. me abrí las nalgas con las manos mientras el me acomodaba su glande entre los labios interiores de mi vagina. Con su miembro en posición, comencé lentamente a introducirlo en mi cavidad, bajando la cadera hasta quedar sentada en las piernas de mi tío, con su verga bien ensartada en mis entrañas y comenzando a moverme dándome unos ricos sentones en la verga de mi tío. Como yo tenía las piernas cerradas, mi coñito se hizo muy estrecho, haciendo que cada sentoncito que me daba en la verga dura debajo de mi, me doliera y me hiciera gemir; aunque por otra parte, como tenía los pies bien apoyados en el piso y mis manos en las piernas de mi castigador, podía introducirme su verga despacito, para que no me doliera. Mi vagina empezó a lbricarse otra vez, muy intensamente y cuando Tomas se percató de ello. Me obligó a quitar mis manos de sus piernas y con su brazo me rodeó por la cintura atrapando mis brazos contra mi y dejándome sin ningún apoyo para evitar que las penetraciones fueran muy violentas. Su mano libre rodeó mi torso desnudo hasta que su mano me atrapó por el cuello. Una vez que se aseguró que con su abrazo limitaba mis movimientos, tomó el control del ritmo y la profundidad con que su verga me entraba en cada sentón que me obligaba a dar, moviéndome con todas sus fuerzas de arriba a abajo clavándome en su verga a su gusto. Mi coño abierto como hasta ese día no lo había estado, se encontraba empapado y hacía que la verga de mi tío llegara fácilmente al fondo de mi ser en cada metida, a pesar de lo estrecha que se sentía mi cavidad por tener las piernas cerradas.



Así que me demostró que me había equivocado al pensar que cuando me dijo que me iba a dar unos sentones en su verga, me dejaría controlar los movimientos. Y ahora era él, quien me obligaba rodeándome con sus brazos y sujetándome por el cuello a introducirme su verga hasta el fondo aplicando todo el peso de mi cuerpo, haciendo que mis nalgas chocaran contra las piernas en un sonido que me encantaba, pues me hacía sentir completamente dominada por la fuerza de mi hombre. Al poco rato de estar usando mi estrecho coñito para darse placer, Pablo se levantó de la silla, conmigo ensartada en su fierro y me sorprendió al tomarme por las corvas y levantarme del piso con mis rodillas flexionadas sobre sus manos y mi faldita escolar colgando por los lados. Esto hizo que mi vagina se abriera aún más ante su verga que me penetraba dejando un placentero dolor a su paso, me tenía empalada en el aire mientras yo me sujetaba como podía se sus brazos. Cuando se hubo cansado de cargarme, mi tío me bajó al piso, sacó su verga de mi destrozado coño, que me dolía por haber sido abierto por la verga gruesa y larga. me dijo -Híncate aquí en frente de mi, Nancy y abre la boca-. Yo hice como decía y una vez de rodillas y con mi cara frente a su verga, abrí un poquito mi boca y me acerqué para hacerle una nueva mamada. -Haz lo que me hiciste hace rato en la punta del pene, Nancy, lo haces muy bien
Coloqué su glande en mi boca aplicando una suave mordida y apretándolo con mis labios, mientras con mi lengua lamía el glande atrapado en mi boca y el masturbaba el resto de su miembro. Unos movimientos después, el pene de el se hinchaba mientras él gemía y me decía que yo era su puta, a lo que yo contestaba moviendo la cabeza afirmativamente y soltando un par de gemiditos, sin detener mi labor sobre el glande. Un chorro tibio y saladito me llenó la boca de pronto, sentí el semen de tomas siendo expulsado sobre mi lengua que ahora sólo se movía acariciando con la punta y muy despacio, el orificio por donde salía el esperma. Cuando mi boca estuvo saturada de semen y saliva, intenté quitarme su pene de la boca dejando escapar un poco de líquido por la comisura de mis labios; entonces me tomó por el pelo y con su mirada clavada en mis ojos me impidió sacar su verga de mi boca -Trágate el semen, Nancy- Yo cerré los ojos y me tragué obedientemente el semen de el.

En todo el día no hicimos otra cosa que seguir cogiendo, nomas nos levantamos para comer algo, en esa noche y el día tuve más orgasmos que en todo el tiempo que tenía con mi marido, yo ya no podía más, no podía venirme y por la noche después de haberle dado una buena mamada, saco de su pantalón mis llaves.
-¿De donde las sacaste?
-Yo las tomé de tu bolsa cuando tu no veías, y era mucho lo que quería cogerte que ya ves con un poco de tequila y seducción ya viste lo que pasó.
-Entonces ¿me hiciste trampa?
Yo sé que debería de estar enojada con el, pero en realidad no tenía por qué estarlo, después de todo me hizo gozar.
-Como eres, tramposo debería de castigarte.
-Acepto mi culpa.
-Vas a ver me lo vas a pagar.
El me llevó a mi casa y me dejó y yo me dispuse a esperar a mi familia

Datos del Relato
  • Autor: nancy
  • Código: 56426
  • Fecha: 08-11-2019
  • Categoría: Maduras
  • Media: 0
  • Votos: 0
  • Envios: 0
  • Lecturas: 3223
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