Como nos encanta también nos gusta, además somos unos frenéticos enfermos mentalizados que tenemos una adicción mutua yo y mi queridísima como guapísima asistente administrativa de la sala de profesores, especialmente deleitarnos como desearnos inclusive, zacearnos finalmente muriéndonos totalmente de nuestras reverenciales ganas de hacer el sexo dentro del mismo automóvil; en los espacios abiertos como públicos fabuloso y excitante sobre todo atrayentemente por ambos. Ahora parqueamos en otro Mall comercial que se ubica al otro extremo de la urbe metropolitana, una noche de viernes para amanecer sábado ya que tenemos libre ambos, saliendo directa y especifica como prácticamente de la misma universidad aguardando hasta que finaliza jornada laboral a eso de las 9 en puntito de mi asistente administrativa de la sala de profesores; en los mismos asientos delanteros con su atuendo de ejecutiva universitaria cargando botas italianas de punta negra de tacón bajo con ligero sin el saco. Al reclinar el asiento del pasajero, estoy encima de ella follandola como llenándola hasta cautivándola como incitándola pero calentándola con mucha excitación y frenesí a mi queridísima asistente de profesores; que me besa igualmente mi cuello seguido mis hombros como mis mejillas la tengo deliciosa también desatada, además, desencadenando unos placeres eróticos como morbosos hasta lujuriosos entre muchos jadeos como gemidos a plenitud por todos los coños elevadísimos a la decima potencia revolucionaria en mucho clímax y múltiples orgasmos.

Mamándole alegre y emocionado igualmente hambriento sus tetitas como pezones cerrando con broche de oro sus plenos senos continuamente al tenerme muy manoseado por todos los coños que la inundan plenamente con sus dos manos apretándome sin cesar mis glúteos y muslos la tengo cocinándola en que me la cojo sin avisarle al ponerme detrás y debajo de ella bombeándole mi pin gota gigantesca como enorme hasta erecta incluso dura como el mismo caparazón de la tortuga en que la destapo con unos jadeos igualmente gemidos que los grita con mucha fuerza hasta muchas ganas sobre todo intensidad sonora de su cuerdas vocales y garganta potenciadora a mil revoluciones por segundo y minutos transcurridos por nosotros en ese momento que estamos solitos y juntitos queriéndonos como apasionándonos finalmente amándonos con suma locura y plenitud hasta consentirnos como mimarnos mutuamente al calor de la noche que nos oculta en ese parqueadero de aquel Mall comercial que escogimos precisamente para hacerlo dentro del mismo automóvil. Nos venimos al estar exhausto como satisfecho igualmente cansados como bañados en mucho sudor empelotados como quedamos y estamos luego de hacerlo continua y constantemente sin parar para nada ni tomando sorbo de aire ni secarnos el tutiplén sudor que nos recorre desde la cabeza por todo el mentado cuerpo hasta los pies estando mi asistente de profesores con la falda puesta en la cintura con el ligero y las botas puestas solamente la cubre para no morirse de frio el saco azul oscuro del atuendo de ejecutiva universitaria mientras que yo tengo mis pantalones y calzoncillo en los zapatos sin suéter dormidos plácidamente ambos no nos damos de cuenta para nada que es de día y nos están viendo en panavisión toda la concurrencia que está llegando al Mall comercial esa mañana de sábado que andamos libres yo y mi guapísima y queridísima asistente administrativa de profesores………………………………………