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ODILIA

Conocí a Odilia cuando ella tenía 12 años de edad, yo tenía 15, la veía todos los domingos en la iglesia, acompañada de su madre, una hermana mayor y su hermano menor. Cuando platicábamos ella me decía que mis ojos eran preciosas (azules) ella los tenía de color verde claro, tez blanca, su cabello casi rubio, liso, abajito de sus hombros, despuntaba un cuerpo hermoso, sus pechitos ya eran de regular tamaño, pero lo que me gustaba y me llamaba poderosamente la atención eran esa pantorrillas blanca torneadas. Con el tiempo al encontrarnos en la iglesia nos saludábamos y despedíamos con beso en la mejilla, tanto con su mamá como con su hermana, pero ella me abrazaba, fuerte y su beso en la mejilla tardaba un poco, que su proia mamá le decía: Ody de repente y te lo llevas a casa.

Pasó el tiempo, ella ya de 14 años, yo la pretendía, la rogaba, quería que fuera mi novia, pero no aceptaba, ella estaba enamorada de mí, yo la sabía y lo sabían todos los que nos conocían, pero mi fama de don Juan, no permitía que esta adorable chica fuera novia mía.

Ingresó a la Universidad para estudiar admón. de Empresas, estábamos en la misma facultad, yo le llevaba 3 años, sólo que yo estudiaba Economía. Como es normal en estos casos, yo salía del negocio familiar a la U. recibía mis clases y a casa, ella de lejos vigilaba mis movimientos, al salir de clases, los viernes yo me reunía fuera del salón con compañeros y compañerps, ellos se ponían de acuerdo para ir a una discoteca, restaurante o cualquier otro lugar, yo no iba, modestia aparte del grupo de compañeros el que más les gustaba a las mujeres era yo, uno por el dinero que cargaba siempre, el auto y físicamente. Uno de esos viernes cuando iba al estacionamiento, para marcharme a casa, salió de un salon de clases Ody, casí nos chocamos, y empezamos a platicar, me ofrecí llevarla a su casa, y como ninguno de los dos habíamos comido fuimos a un lugar cercano. Ella me dice y aún sigues de mujeriego, yo sólo sonreí, y le pregunté que crees tú, ella me respondió, creo que no te queda tiempo, la fábrica, los estudios,los sábados deporte, y domingo no sé aunque mi hermano te ve los domingos y me comentó que siempre andas sólo con uno o dos amigos o con tu mamá comprando en el super por las tardes, y luego me dice y ahora ya no me has pedido que sea tu novia, y yo le contesté que era por gusto, porque siempre iba a recibir una negativa, como respuesta me besó, y ahí empezó un largo idilio motivo de este relato.

Durante un año, yo pasaba a recogerla cerca de su casa, y después de la universidad la iba a dejar a casa, durante ese año eran besos apasionados, y no me dejaba pasar a más, ni a tocarle un pecho, siempre me decía cuando te cases conmigo lo que quieras,(yo era casado), un tiempo después, en una de esas noches en el auto le besé un pecho, y así las demás noches, le gustaba mucho, después empezé con los dos pechos, los viernes que teníamos más tiempo y excusa por el día que era, llegaba sin sostén para que pudiera besarla mejor, y yo me daba gusto mamado unos senos hermosímos que sin llegar a ser grandes, eran duros y redondos, puntuditos, antes apenas tenía la aureola rosadita sin pezón ahora ya le había sacado dos bolitas, exquisitas y duras. Ya teníamos año y medio de salir, y un día le comenté que dos de mis compañeros estaban saliendo con unas compañera suyas de grado, y que tenían planifacado ir a la playa el sábado siguiente, y que si nos quería acompañar, que claro no eramos solo las tres parejas, sino que varias compañeras de ella, me comentó que lo sabía pero que no podía porque estaba próximo un exámen y no había estudiado mucho, la verdad es que yo tampoco pensaba ir si no iba ella, yo lo que quería era oportunidad para cogerla, y estaba cerca de lograrlo.

Nosotros tenemos una casa de playa, de corredores grandes, llenos de hamacas de lona, siete habitaciones, sala, cocina equipada, y sobre todo piscina, precisamente en el lugar a donde pensaban ir, la casa está ubicada entre el Puerto de San José, y el Puerto de Iztapa. Y casualmente, un amigo que trabajaba para la empresa que estaba construyendo Puerto Quetzal, me comentó que tenían en venta cuatro vehículos descapotables VW de la linea safari, modelo dos años atrás, y dispuse ir a probar el que compré, y me fuí al puerto, al llegar estaba tomandome una cerveza, cuando vi al grupo de compañeros, diviertiendose, sería al rededor, de las tres de la tarde, ellos habían llegado a las nueve de la mañana, y sorpresa entre el grupo estaba Ody, era la única que no estaba en traje de baño, los invité a ir a casa para nadar en la piscina, en casa si se puso su bañador, y Dios santo que cuerpo, su cinturita, que culo, parado y duro, y un par de hermosísimas piernas, que todos se quedaron con la boca abierta. Al cabo de un rato salimos a caminar por la playa con Ody, para ver la caída del sol, regresamos como a las siete de la noche, los compañeros se habían ido, dejaron una nota que decía que iban a divertirse y que regresaban por la madrugada, (los había invitado a quedarse, todos cabíamos comodamente). Nos metimos a la piscina con Ody, y le baje su bañador hasta la cintura, besando sus labios, su cuello y mamando las deliciosas chiches blancas, su vientre suavecito y plano, besé sus piernas y muslos, y lentamente le terminé de quitar su traje, la senté en las graditas de la piscinas para chuparle ese tringulito hermoso, metiendo mi lengua por toda su hendidura, que labios tan lindos, rosaditos, su clítoris reondito pequeño, que apenas salía de su escondite, lo lamía freneticamente, hasta que tuvo su primer orgasmo, lloró del placer, me quité la bermuda, y se lo puse en la boca, casi no le cabía, pero lo empezó torpemente a chupar, le dije como, era su primera mamada, estaba fascinada, solo veía aquel tremendo tronco de ocho pulgadas que momentos después iba a tener hasta el fondo, nos fuimos a la habitación y allí lentamentge la fuí penetrando, sentí la rotura de su himen, al cabo de unos minutos empezó a sentir placer, se olvidó del dolor y el ardor, para cambiarlo por deseo, lujuria y amor, no sentimos a que hora regresaron los compañeros, lo que si es cierto que cuatro parejas pasamos una noche inolvidable. Ahora tengo 53 años, Ody 50, no estamos casados, pero seguimos teniendo sexo como la primera vez, lo que no ha querido darme es el culo, pero ya casi la tengo convencida.(dice que es pecado, para eso hay por donde hacerlo, que creen Uds.), y me dice si por adelante me dolió, que por poco se desmaya cuando la tenía al fondo, y ahora con mi anito con esa gran verga me partís.
Datos del Relato
  • Categoría: Primera Vez
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