Ese gran macho al desnudarse sí que la tenía enorme, dios mío, nunca había visto una verga tan dura y parada de manera perfecta, esas bolas sí que eran grandes, seguro al ver mis tetas se le puso así de dura y se le llenaron de leche, ya me lo imaginaba a ese macho con la rabia que me iba a coger. Y no me equivoque, pero sin antes chuparle bien esa verga, un palo enorme de 20cm, un grosor que costaba entrar en mi boca, mi saliva caía en cantidad pero aun así logre hacerla entrar, esas bolas sí que eran ricas y llenas de leche, bien colgando de ese trozo prominente. Me tomo de los pelos, me arrastro arrodillada hasta la cama y en cuatro me clavo de un tirón, obviamente de tanto que se la chupe esa pija dura estaba bien salivada, por lo que entrar no costo tanto en mi enorme agujero del culo. Gritándole mirándolo así atrás le decía que era un macho cogedor, esa verga no era para cualquier culo, por eso me había elegido, sabía bien que yo podía resistir algo tan grande y duro, un macho caliente que se sacaba toda la furia con esta puta. Me abrió, y me empezó a comer ambos pies, todos los dedos, me los escupía, me los chupaba, un profesional del placer, mientras me clavaba y me clavaba chocando sus bolas enormes contra mi cuerpo, un semental en pleno acto que con rabia se sacaba la rabia con este cuerpito, por supuesto como la más puta de todas, lo disfrutaba hasta acabar una y otra vez. Yo le decía, macho mira como dejamos el colchón, mira que mojado esta con mi flujo, no sirve más. Le pedí que me cogiera las tetas, necesitaba ver como esa verga dura se movía entre mis tetas, y el macho sí que lo hizo las cogió con ganas, mientras yo lo miraba con mis ojitos hacia arriba y el me escupía la cara, luego sacaba la verga de mis tetas y me la frotaba por la cara la boca y los ojos, para volver a ponerla entre mis tetas. Así fue que el macho resistente, me echo el polvo de mi vida.