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Categoría: Incestos

Nueva vida, nuevos placeres 1: Mirella y Arturo

Cristina y Mirella se reunieron después de más de 18 años. Eran amigas desde el colegio y mantuvieron comunicación vía teléfono y más recientemente con el uso de los medios virtuales.

La última vez que se vieron fue en el baby shower de Mirella. Ya para ese entonces Cristina tenía un hijo de dos años de edad.

Ambas mujeres de 42 años son madres solteras que buscaron sacar adelante a su familia contra viento y marea. Mirella le contó a su amiga que estaba preocupada porque en unos días su hijo cumpliría 18 años y sin embargo no había dejado de espiarla cuando se baña y muda de ropa. Al principio pensó: “Él está creciendo y los chicos de su edad sienten curiosidad por esas cosas. Voy a ignorarlo por esta vez y dejaré que satisfaga su curiosidad”. Cristina le dijo que le pasó lo mismo con su hijo.

—¡Cálmate, Mirella! No es el fin del mundo. Yo estuve en la misma situación con mi hijo Iván. No es la gran cosa, en serio

—Por favor, dime, ¿Qué puedo hacer?

—Es fácil, en realidad, solo déjate coger.

—¿Qué? ¿Estás loca? Es incesto. ¿Cómo puedes decirme que haga eso?

—Confía en mí. Es el mejor sexo que tendrás en toda tu vida. A partir de ese día mi hijo es mi amante.

—¡No puede ser! Es contra la naturaleza. Es pecado. No puedo creer que me estés diciendo esto, y no puedo creer que te esté escuchando.

—Me lo agradecerás, Mirella. Nunca estarás sin sexo nuevamente.

Mientras iba a su casa Mirella pensamientos eróticos pasaron por su cabeza, pensar en ser poseída por su propio hijo. Ella no había tenido sexo en años y estaba segura que su hijo es virgen. Las palabras de Cristina seguían dando vueltas en su cabeza.

—Es muy fácil, en serio. Solo deja unas bragas que él pueda encontrar. Eso hará que piense mucho en ti.

“¿Cristina hablaba en serio?... tener sexo con mi propio hijo?... y ella… ¿realmente sedujo a su propio hijo?” “Cristina no es una mentirosa. Ella siempre fue muy honesta desde que la conocí en la escuela. Si ella dice que este es el camino… quizás está en lo cierto.”

Intentó acostarse pero los pensamientos continuaron:

“No puedo negar que estoy un poco excitada… Quiero decir, no he estado con un hombre en mucho tiempo, desde la muerte de mi esposo. Pero Arturo?” “Las imágenes que Cristina puso en mi cabeza no me facilitan las cosas… Mi vagina comienza a picar. Realmente me estoy excitando con esto? Contrólate Mirella. ¿A quién engaño? ¡Yo quiero esto!

Tomó una decisión. Sentía un leve rubor en todo su cuerpo al prepararse para su hijo. Se vistió con un vaporoso salto de cama, negro y totalmente transparente. Además de medias de encaje, un mini tanga y liguero negro y tacones altos.

La vedad es que ella misa nunca se había sentido tan sexy, provocadora y voluptuosa. Al mirarse de cuerpo completo en el espejo sintió deseos por ella misma, de tan sexy que veía.

“…realmente quiero coger con mi hijo! Mi vagina está tan mojada” Llamó a su hijo y lo buscó seducirlo y con voz mimosa gritó:

—¡Arturo, hijo! ¡Hora de dormir! ¡Ven a darme un beso!

—¡Ya voy, mamá! ¡Guau mamá!

—¿Otra vez estabas tocándote la pilila en el baño? Déjame ver cómo la tienes. –Su hijo tenía una gran erección. Estaba sonrojado y estupefacto al ver a su madre tan sexy. —espero que esto funcione. No puedo mirar ahora

—¡Oh! Arturo… Mami está caliente, ¡bebé! Mami te necesita mucho bebé.

—Yo… yo –Arturo estaba sonrojado mirando hacia el suelo- yo realmente lo deseo si tú también quieres, mamá. Mira que dura está mi polla… se pone dura siempre que pienso en tu, mami.

—¡Oh, cielo! Arturo… yo —ya no había vuelta atrás. Mirella quiso recapacitar— ¡Oh! Arturo, esto está mal… Esto es incesto.

—Te quiero mucho… muchísimo… quiero mostrarte todo mi amor, mami. Quiero hacerte sentir bien. Sé que no has tenido sexo desde que papá murió. Yo… quiero amarte. Por favor, mami.

—¡Oh! Hijo, mi dulce niño… ¿Cómo podría rehusarme? Te quiero mucho. —“Cristina tenía razón, debo confiar en ella. Nunca me mintió. Así que voy a… tener sexo con mi hijo”— Ahora vamos a mostrarnos cuánto nos amamos. Sí, hijo, vamos a tener sexo.

Arturo empezó a masajear las tetas de su madre por encima de la prenda. Mirella se abrió sus ligeras ropas para que su hijo pueda disfrutar y pueda sentir sus caricias en su piel desnuda. Mirella empezó a hablar en tercera persona. Por alguna razón no se sentía otra persona, estaba fuera de sí. Nunca había sentido tal excitación.

—Son suaves y cálidos, mami. Justo como había imaginado que serían… suaves y cálidos… son grandes y redondos

—¡Sí, bebé! ¡Exprime las tetas de mami… Apriétalos como quieras… A mami le gusta.

—¡Oh! Mami… tengo que… tengo que… PROBARLOS… mmmmm —empezó a lamer sus pezones erectos y duros, los cuales se erizaron aún más al contacto de la lengua de su hijo, como si fuera una oleada de electricidad.

—¡Sí, bebé! Prueba las tetas de mamá. Chupa las tetas de mami, hijo. Tu boca se siente tan bien… Chupa mis tetas, chupa las tetas de mami, bebé… ¡Sííí´! Juega con mis pezones, Arturo… juega con los pezones de mami… Estás haciendo que mami se sienta muy bien, hijo... mmmm… Puedes lamer, chupar y sober los senos de mami cada vez que quieras, hijo… ¡Buen chico! Haciendo que su madre se sienta tan caliente, lamiendo, chupando y sorbiendo las tetas de mamá.

—¡OMG! ¡Está saliendo leche! —Mirella empezó a dar leche.

—¡Estás haciendo que salga leche de mami! ¡Oh! ¡Síííí! Toma la leche de mami, hijo… —Arturo empezó a lactar la caliente y dulce leche— … ¡y se siente tan bien! ¡Toma bebé! Chupa las tetas de mami y toma toda la que quieras.

—Mami tu leche es muy dulce y caliente… Mmmmm mmmmmm mmmm… Mami, ya no puedo más.

—¡Ay!... pequeño demonio… ¡sí!... pellizca los pezones de mami.

Arturo se bajó los pantalones mostrando una gran polla. Mirella no había nunca tan grande. La acarició dulcemente, como si fuera un animalito. Lo hizo desde el escroto a la punta del glande. Su hijo se corrió manchando a su madre.

—¡Oh, Arturo!... ¿mira lo que hiciste?, cubriste por completo a mami.

—Lo siento, mami… No pude contenerme. —dijo Arturo avergonzado.

—Está bien, bebé. Mami solo está sorprendida. Tu leche caliente se siente muy bien sobre la piel de mami. —Mirella sintió el semen espeso, el olor la excito más. Sintiendo el olor a macho de su hijo— y todo eso hace que la vagina de mami se sienta húmeda y caliente… ¿Espero que tengas más leche para mami?

—Sí mami… pero, ¿puedo chupar tus senos un poco más primero?

—¡Claro que puedes! Chupa los senos de mami todo lo que quieras, hijo. Solo recuerda que mami quiere sentir tu jugosa polla dentro de ella y no va a esperar mucho tiempo.

Arturo deslizó la cabeza de su polla rozando la vagina de su madre, haciendo su clítoris se pasme. La leche de Mirella empezó a fluir nuevamente. Luego la metió de a pocos. Mirella estaba tan mojada que entró con facilidad, a pesar de la estrechez de su vagina.

—¡Cógeme, hijo, cógeme duro! ¡Eso es! ¡Buen chico! ¡Sí bebé, tu polla se siente muy bien, hijo!

—¿Lo estoy haciendo bien, mami?... ¿Te estoy cogiendo bien?

—¡Oh! Cielos… Síííí… Lo haces muy bien, bebé ¡Mami nunca tuvo una cogida tan buena! —Mirella se sobó la vagina mientras su hijo le clavaba su pene— ¡Sigue así, Arturo!... coge a tu madre… ¡así!

Mirella se abrió de piernas lo más que pudo y abrazó sus piernas a la altura de sus rodillas para dejar abierta su vagina lo más que pudo.

—¡Mami, tu vagina se siente tan bien!... ¡Muy caliente y mojada!

—Tú haces que esté caliente y mojada, hijo ¡Tú eres el único que hace que mami esté tan mojada!... ¡Cógeme! ¡Cógeme! ¡Cógeme! ¡Coge a mami, hijo! Mami ama tu polla, mami necesita tu polla… Dale a mami tu polla… ¡mami se va a venir! ¡Más duro!, ¡más duro! ¡Cógeme! ¡Cógeme! ¡Cógeme, bebé!

—¿Eso es verdad, mami?... ¿Soy el único que hace que te pongas así de mojada? ¿Eso significa que puedo cogerte otra vez?... Esto es un sueño hecho realidad.

Mientras decía esto bajó un poco el ritmo de la penetración, pero con su pulgar se mantenía sobando su clítoris.

—Sí, bebé, ¡solo tú! Estoy muy caliente por ti, hijo… No puedo creer lo caliente que me pones.

—He querido tener sexo contigo desde hace mucho tiempo… Dime que no vamos a parar esto después de hoy.

—Voy a coger contigo una y otra vez.

—¿Puedo dormir en tu cama desde ahora, mami?

—¡Sí, bebé! ¡Desde ahora dormiremos juntos, nos amaremos juntos y cogeremos juntos!

—¡Oh, mami! ¡Soy tan feliz!... mi polla se siente tan bien en tu vagina.

—Estoy contenta bebé… Ahora ponla dentro de mami como un buen hijo.

Su hijo continuó con la arremetida de una forma más rápida hasta que se vino dentro de su madre.

—¡Oh, Arturo! Siento que te estás viniendo dentro de mí…. ¡Sííí! ¡Sííií! Llena a mami con tu leche, hijo ¡Haz que mami se venga otra vez! ¡Oh, mi pequeño! Mami va a coger contigo para siempre. Mami hará el amor con su querido hijo por el resto de su vida.

“Una vez más Cristina estaba en lo cierto. Fue el mejor sexo que tuvo y a partir de ese día fue por más.”

Luego de varios días, Mirella y Cristina se reunieron de nuevo en la cafetería. Mirella le contó la experiencia con su hijo y se disculpó por el trato que le había dado a su amiga.

Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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