- OH Dios... !Dios! Me duele.

-Chss... Tranquilo, mi amor, yo estoy aquí, sienteme -. Ken tocó con su mano el cuerpo desnudo temblando de Daisuke

-Lo estás haciendo muy bien,mi amor. Estoy muy orgulloso de ti-. Daisuke, víctima de la desesperación y el miedo no podia incluso sentirlo pero Ken sonreía mientras todo transcurría, hoy era una noche para hacer locuras con ese cuerpo para el pecado, solo quería ver lágrimas y sentir gritos, deseaba perder un poco la cordura.

- Necesito saberlo ¿Estas mojado?

- Muy mojado -. Intentaba controlar su miedo, aunque su corazón latía a mil, el sentir desmedido de Ken le hacia al corazón trabajar más de la cuenta

- Excelente, Dai... ¿Te gusta que te llame así?

- Sí Sí -. La conversación se mantenía en un ambiente tenso y a la vez relajado, nerviosismo y muchas emociones en un espacio muy pequeño.

- ¿Te gustaría que yo frote lo que es mío para que puedas sentir mi ansiedad o quieres que siga tirando de esta cadena? -Ken tenía en sus manos una cadena conectada a dos pinzas metálicas ancladas en los pezones de Daisuke, un simple tirón seria suficiente para crear un momento eterno

- Quiero hacerlo fuerte, deseo hacerlo con decisión, esta vez, no es mi alma la que lo desea, son mis sentimientos de verte como estás ahora para mi, reaccionando a mis sensaciones, a mis toques, quiero una reacción, necesito tus gemidos, una imploración-. La cadena fria pasó rozando todo el abdomen de Daisuke y este respiraba con bastante fuerza

- Tranquilo, no dañes tus pulmones por mi, dime ¿Me sientes? -. Tiró de la cadena metálica un poco más

-!!!Duele!!! AH AH por favor... Se lo imploro, por favor déjame sentir tus dedos. Por favor, señor.

- Eso parece justo, Lo estás haciendo muy bien. Pero sólo hay un problema, ¿dónde pongo esta bonita cadena sosteniendo tus pinzas? Oh... Aquí mismo. Déjame levantarlo más alto para que puedas verlo claramente -La intención de Ken asustó a Daisuke mucho más, el lugar era un sitio demasiado sensible para sus pezones

- OHHHH, NO NO NO OHHHH OHHHH, por favor, señor, por favor, sólo tóqueme con los dedos. Por favor

- No te muevas, por favor, solo quiero tocar tu piel, tengo ganas de tu piel esta noche, hoy sostendrás esta cadena aquí. Para mí, esta pequeña cadena aquí -Jugó con la mente de Daisuke, le agarró las manos para que este bajara la guardia y pensase que lo que habia pasado por su mente era un error

-Puedo sostenerlo!! Puedo hacerlo!! -. En todo momento, Daisuke hablaba de forma desesperada, o lo intentaba, apenas se le entendía

-Shhhh, tranquilo, estás haciendo mucho ruido esta noche, más que de costumbre No, debes haber entendido mal. No quiero que lo sostengas en tu mano.

Daisuke se quedó en silencio sin saber que contestar

-¿No lo entiendes?

-Estoy nervioso

-Quiero que lo sostengas entre tus dientes. Déjame llevarlo a tu boca, amor.

La ansiedad de Daisuke, su respiración más fuerte de lo normal, el temblor de su cuerpo, todo esto se lo pasó a Ken, con las manos temblando y con una expresión de emoción demasiado emocional para él, le puso la cadena entre los labios con un temblor muy inusual en él

-Es nuestra sincronización la que me está haciendo ser así contigo, porque hoy lo quiero duro, a mi antojo, todo natural, sin buenos modales, y son estos pequeños detalles los que me hacen enamorarme más de tí, vestido para mi, con solo estás pinzas estás perfecto

El muso exhaló e inspiró y eso sirvió para inspirar al Poeta, sus manos desnudas cayeron con la cadena en la boca del muso y la poesía de la noche comenzó, Daisuke se retorció a cada pinchamiento, agarre y arranque casi de su propia carne, entre prosas derramaba versos sucios, o lo que es lo mismo, entre cada sufrimiento y retortijon, derramaba lagrimas de agonía inmensa, todo con Ken simplemente observando la caliente escena, no le ayudó, simplemente observó, disfrutó del dolor.

-AHHHHH, AHHHHH, DIOS SANGGHSSSSHH - Se ahogaba en sus gritos y fluidos salivales.

-Tengo tantos vicios... Tengo tantas necesidades.. Y todas se resumen en TI - Le susurraba en el oído mientras Daisuke se iba muriendo literalmente en el agónico dolor y sufrimiento, Ken le seguía diciendo mientras Daisuke continuaba temblando con los pezones doloridos y con flujos salivales caidos de su boca.

- En el amor la locura es lo sensato, te quiero -. Fueron sus últimas palabras mientras una lagrima de emoción corria por su cara, feliz de ver como Daisuke se aplicaba dolor en la piel el mismo, cuanto mas agarraba la cadena a la boca más dolor físico le hacían daño a los pezones, provocandole llorar y moverse frenéticamente en aquel sofá, lo único que queria conseguir Ken con esto era varias cosas, hacerle idolatrar el dolor, alimentar más el vicio que sentia por su novio y que los momentos eternos como estos permanecieran a fuego en la piel de los dos, especialmente en la de Daisuke, desde luego lo consiguió, le quedarían unas marcas preciosas.

Y todo por un simple sentimiento. Amor, todo por amor.