Al mirar el mar, el pasar de las olas, el olor de la arena trae tu recuerdo a mí. Llega tu aroma con la tibieza de tu piel. Y pasa mi mente a ese cúmulo de momentos felices que inventaste para mí.

Nuestro querer siempre fue una ilusión. Tu me engañantes y yo me deje engañar, para sentir que éramos felices. Aun recuerdo las tardes de sexo, en aquel hotel. Todos tus ratos libres en este puerto los pasamos allí. Descubriste cada sensación que mi piel puede dar. Saboreaste cada uno de mis jugos hasta llevarme al delirio. Supe lo que era un orgasmo, me enseñaste en tus brazos a ser mujer. Quiero recordar la primera vez que hicimos el amor. Esa mañana de Octubre, cuando en tus brazo descubrí la mujer que tenia dentro.

En el agua, en esa playa en Aruba, en medio la gente me hiciste tuya. Poco a poco entre besos salados sentí palpitar tu masculinidad y te fuiste adentrando en mí ser. Te hacías paso dentro de mí, al igual que el sentimiento que por ti aflore. Mientras me amabas, yo me derrochaba en placer. Me hiciste adicta de las sensaciones de la piel, de la miel de tus labios, de la dulzura de tu semilla derramada en mi interior. En tu acento, encontré al hombre que siempre había buscado, o eso pensé. Al hacerme el amor, sólo podía pensar en el placer infinito de tus caricias y en lo bien que me hacías sentir.

En mi pasada experiencia, el sexo había sido un misterio y contigo fue el desenlace de toda mi pasión. ¿Me quedara algún orgasmo en mi interior? Sentí que morí esa tarde, cuando las olas acariciaban mis muslos, mientras tu herramienta penetraba mis entrañas. Recuerdo las miradas de los turistas ingleses y el matiz del agua junto con el destello del sol. La claridad, reflejaba la mezcla de tu piel morena, con mi tez blanca, el agua era testigo de su fundición. Mi cuerpo era tuyo y mi alma también. ¿Por qué me entregue a ti?

Me gustaba ser tu mujer, me gustaba ser tu hembra. Entre suspiro y suspiro, el océano era testigo de la desfloración de mi alma. Compartía el primer orgasmo de mi vida con un hombre de verdad adentro. Sentí como mi vagina aprisionaba a tu miembro y lo exprimía de su cimiente.

Bañada por el agua, bañada por ti, revitalizada en tu ardor. Quería ser tuya y sentirme tuya. Recuerdo cada beso, cada caricia, cada mirada de esa tarde. La manera en que tomabas mi mano, la ternura de tu abrazo, la fuerza de tu espalda, el color de tu piel. El olor de tu sexo en el mío sigue estando en aquellas bragas que una vez te regalé y que sé conservarás por largo tiempo.

Pero, hoy al final de la historia nada es como fue La verdad destruye las fantasías. El mar se llevo nuestra historia y la cubrió con su triste realidad. Ya nada es como antes, no te veo como una vez te vi., ya no siento tu piel. Estas lejos de mi y pronto la vida te llevará aun mas. No sé si te volveré a ver, pero como una vez te dije, ese fue nuestro lugar y aquel nuestro momento. Siempre me dolerás, me dueles y me doliste. Yo sólo quería un amor bonito y viniste tú, para irte. Para dejarme vacía y para no entendernos. Tu lugar esta en el mar que nos vio nacer Aquel momento siempre guardará una belleza eterna, que en la vejez recordaré, como un hombre al que me entregué, un hombre a quien sin dudas ame, con todo lo que puede amar una mujer.

Del amor ficticio que viví a tu lado, solo queda el recuerdo de una pasada ilusión. Hace poco me dijiste que lo nuestro quedaba en el olvido, y yo te dije que no, que serias parte del recuerdo de una bonita ilusión.