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"Era la sensación de sumisión lo que me hacía perder los papeles, estaba excitada, me ibas a usar a tu antojo y yo lo estaba deseando."
Me habías dado unas ordenes muy claras:
A las 17:00h, en el hotel acordado, tenía que vestir vaqueros, camisa blanca y tacones, pero todo ello sin ropa interior y con un pequeño plug anal en mi culito. Esa mañana me pediste que me depilara completamente y me pusiera un enema.
Eran las 11:00h y estaba en el baño, depilándome por completo, dejando todo sin un pelo, para que después mi amo pudiese disfrutarlo. Una vez terminada la depilación, cogí el enema que compré la tarde anterior en la farmacia mas cercana, me puse a 4 patas y lubriqué mi ano con un poco de saliva. Apunté con la cánula y la metí poco a poco. A pesar de los nervios, estaba muy excitada y me excitaba mucho mas pensar para qué estaba preparándome. Apreté un poco el bote, y comenzó a entrar liquido en mi interior haciéndome sentir llena. Vacié el bote en dentro de mi y esperé un rato hasta que ya no pude aguantar mas y solté todo en el wc. Me volví a poner a 4 patas y me puse otro enema. Hasta que ya no quedó nada en mi interior.
Apenas comí, estaba muy nerviosa. Una hora antes de nuestra cita, cogí el plug y le puse lubricante. Me coloqué a cuatro patas y lo metí poco a poco hasta que entró por completo.
Era la sensación de sumisión lo que me hacía perder los papeles, estaba excitada, me ibas a usar a tu antojo y yo lo estaba deseando. Con el plug en mi culo, me vestí en 5 minutos. Al salir a la calle, pensaba que todo el mundo me miraba, creía que se me notaba que iba “rellena por detrás”. Cogí el coche y fui al hotel acordado. Mientras aparcaba, me llegó un mensaje al móvil:
“HABITACION 505. Llama a la puerta y cierra los ojos”
Cogí el ascensor y llegué a la 5ª planta. El corazón me latía a 1000 por hora. Habitación 505, aquí está, respiré profundamente llamé a la puerta y cerré los ojos.
-Ummm, pero si está aquí mi putita y tan puntual como a mi me gusta, por fin… Quiero que des dos pasos al frente sin abrir los ojos.
Obedecí enseguida, y después de escucharse cerrar la puerta noté como ponías un pañuelo en mis ojos.
-Quiero comprobar que has cumplido cada una de mis ordenes. ¿Estas de acuerdo?
-Si.
-Si, ¿que? Zorra??!!
-Si, amo.
-Así me gusta, soy tu amo, me perteneces y voy a jugar contigo, tal y como hemos acordado. Sé que te excita que te diga lo puta que eres, que te insulte y que te utilice como a una zorrita, pues bien, hoy va a ser el día, ¿de acuerdo?
-Si, amo.
Mientras desabrochabas los botones de mi camisa y dejabas al aire mis pechos. Me quitaste la camisa por completo y con un dedo recorriste mi cuello hasta el pezón derecho, lo pellizcaste y se puso duro despues noté como bajabas la cabeza, metiste un pezón en tu boca y comenzaste a lamerlo. Poco después lo mordías lentamente, mas tarde arrastraste tu dedo hasta el pezón izquierdo y repitías la operación, con el mismo dedo bajaste hasta el ombligo, recorriendo cada centímetro de mi piel con suavidad y tranquilidad.
-Putita, tienes unas tetas preciosas, podría morderte los pezones durante horas, pero quiero comprobar que eres tan obediente como puntual.
Decías mientras desabrochabas mi pantalón, lo bajaste hasta las rodillas y me hiciste salir de el.
Palpabas mis muslos y mi culo, notaste como salía la base del plug entre mis nalgas, y lo tocaste haciendo presion hacia dentro. Noté como se movía en mi interior, y se me escapó un pequeño gemido, estaba muy excitada. Me notaba mojada y sentirme usada me excitaba aun mas.
-Ponte de rodillas, quiero que chupes mi polla hasta que brille.
Me puse de rodillas, y pusiste tu polla en mis labios. Empecé lamiendo tu prepucio, después pasaba la lengua desde tus huevos hasta la punta de tu polla y me metía toda tu polla en mi boca, intentaba chupártela lo mejor posible. La notaba grande, y me la imaginaba como en esas fotos que habías intercambiado conmigo. Lamía tu polla, la succionaba, la metía en mi boca para después con mis labios subir y bajar metiendola y sacándola de entre mis labios. Notaba como se iba poniendo cada vez mas dura, hasta que me ordenaste que parara.
- Para guarra, por ahora ya esta bien de chupar… Quiero que te pongas a 4 patas yo te guiaré hasta donde quiero que vayas, ¿vale?
-Si, amo.
Me cogió un puñado de pelo y me guió unos pasos mas adelante, no conocía la habitación de hotel y no sabía su distribución, pero cuando llegamos al borde de la cama, me ordenaste que subiera a ella. Así lo hice.
-Quiero que ahora te pongas boca arriba, con las piernas abiertas y flexionadas. Pon los brazos encima de tu cabeza y ni se te ocurra moverlos. ¿Entendido?
-Si, amo.
Escuché como abría alguna puerta de un armario, cogiste algo y la volviste a cerrar.
-Mmmmmmm…
Era un trozo de hielo, lo pusiste entre mis pechos y lo deslizabas por los pezones, haciendo que se pusieran duros y erectos. Al momento pusiste una pinza en cada uno de ellos, me gusta el dolor que provocan las pinzas en los pezones.
Bajaste con el hielo por la barriga y te detuviste en mi ombligo. Ahí noté como se derretía el hielo poco a poco. Al momento, lo deslizaste por la barriga hasta llegar a mi clítoris… Estaba mojada, húmeda y el hielo hacía que mi clítoris estuviese mas sensible. Sin esperarmelo, colocaste otra pinza sobre el capuchón del clítoris.
-Ahhhhh.
No pude evitar dar un pequeño grito de dolor, tenía pinzado el clítoris.
Con el hielo ya casi derretido, lo metiste en mi vagina que ya ardía de excitacion.
-Mmm estas caliente como una perra en celo, derrites el hielo con solo acercartelo. ¿Notas como ahora chorreas aun mas?
-Si, mi amo.
Sin mediar ni una palabra mas, metiste un dedo en mi vagina que se hundió por completo sin esfuerzo. Lo sacaste y metiste dos, y con ellos me follaste un buen rato. Y yo no paraba de gemir. Las embestidas de tu mano hacían que se moviera todas las pinzas que habías colocado por mi cuerpo, lo que hacía que me pusiera mas caliente aun. Estaba a punto de correrme cuando paraste de follarme con tu mano. Sacaste los dedos y me abriste un poco mas las piernas. Tenía las piernas completamente abiertas, quedaba completamente a tu disposicion. Cuando de repente tiraste del plug que aun conservaba en mi culo. No salió a la primera, pero al tirar un par de veces mas, lo conseguiste sacar. Tenía el culo abierto, lo sentía abierto.
Te levantaste de la cama, cogiste algo, y volviste. Era lubricante, escuché como ponías lubricante en tu mano y cerrabas el bote.
-Te voy a contar todo lo que hago, zorrita. Voy a meter en este culito de zorra mis dedos, para follarte el culo como te mereces.
Empezaste con un dedo, que entraba fácilmente, y al momento probaste con dos.
-Uy que putita, acabamos de empezar y ya le entran dos dedos…
Tus dedos entraban y salían de mi con firmeza. Notaba como me ibas follando el culo poco a poco sin descanso y con la otra mano movías la pinza de mi clitoris. Yo gemía con cada embestida de tu mano.
-Sé que te gusta, zorra. Ahora voy a probar con tres.
Me dolía, me dolía porque notaba como se abría mi culo para dejar paso a esos 3 dedos de mi amo, pero estaba tan caliente que gemía por el dolor y placer que me estaba dando. Pasó un tiempo hasta que mi culo se adaptó a esa nueva dilatación para poder empezar a follarme, ahora con tres dedos. Pero una vez pasado ese tiempo, me follaba con contundencia. Me volvía loca de placer, estaba excitadísima.
-Mi amo, me voy a correr, mmmmm por favor, déjeme correrme amo.
-No zorrita, todavía no te puedes correr. Como te corras tendrás un castigo por desobedecerme.
Seguía follando mi culo dilatado, cada vez a mas velocidad, y yo sentía que cada vez sus dedos entraban mas en mi culo. Y de repente, quitaste la venda de mis ojos.
Allí me vi, completamente desnuda, boca arriba, con los pezones duros y con una pinza cada uno, jadeando, otra pinza en mi clitoris, las piernas abiertas y el culo mas abierto aún. Mientras metías tus dedos en mi culo, me mirabas a la cara.
-¡Que cara de zorra tienes! ¡Te encanta sentirte rellena, dilatada!
-Ahhhhhhh, dios! Para mi amo!!!!
Me corri, no pude evitarlo…
-Con lo bien que lo estabas haciendo… Ahora te has ganado un castigo…
-Si, mi amo.
- Te quitaré la pinza del clitoris. Ponte a 4 patas, apoyate en los codos y las rodillas.
-Si, amo.
Mientras me daba la vuelta, vi tu polla, podía medir unos 19cm, quizás 20, y 3 de diámetro. Tambien me fijé en que encime del escritorio de la habitaión habia varios utensilios. Una fusta, un consolador negro bastante grande, mas pinzas…
Fuiste al escritorio y cogiste la fusta, yo ya estaba en 4.
Los pechos seguían con las pinzas en los pezones, lo que hacía que cada vez estuviesen mas sensibles. Ademas ahora me rozaban un poco con las sabanas y con cada roce me dolian aun mas.
-Prepárate, porque has sido una zorra mala, y aqui viene tu castigo. Te voy a dar 10 azotes con la fusta, y con cada azote quiero que cuentes y me des las gracias.
Y soltaste el primer azote, no me lo esperaba. Me entró un escalofrío que me recorrió todo el cuerpo. El azote me daba en las nalgas y alguna parte de la fusta también me daba en el ano.
-Uno. Gracias amo.
-Dos. Gracias amo.
-Tres. Gracias amo.
.
.
.
-Nueve. Gracias amo.
-Diez. Gracias amo.
-Ese era el último, ahora, voy a follarte como te mereces. Vas a sentirte rellena por todos tus agujeros, como sé que te gusta, zorra.
Trajiste 2 consoladores, los dos bastante grandes. pusiste uno en mis manos, apoyadas en la cama para que no dejara de chuparlo. Te pusiste detrás mía y me metiste el otro por el culo. Te costó un poco de lubricante y paciencia, pero al final entró, y con él, salió de mi boca un gemido de dolor.
Comenzaste primero a follarme el culo con el consolador, para adaptar mi culo a la dilatacion del consolador, y cuando ya estaba diladado me metistetoda tu polla en mi vagina.
-Así me gusta verte zorra, follada por todos tus agujeros.
Me embestías cada vez con mas fuerza, y a eso le acompañaban mis pechos con las pinzas aun puestas. Notaste que no podía aguantar mas…
-Correte zorra, ahora si te puedes correr como la zorra que eres, con el culo y el coño abierto y follado…
Acabé con el mejor orgasmo que he tenido nunca. Aun con el consolador en el culo, sacaste tu polla de mi coño y te pusiste delante de mi cara. Te pajeaste hasta correrte en mi boca, en mi pecho y en toda mi cara.
Mas tarde me quitaste las pinzas de los pezones y sacaste el consolador de mi culo.
Nos tumbamos uno al lado del otro y comentamos nuestra propia sesion sado.
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