Yessenia muy candorosa, muy apetitosa, muy sensual, muy deseada, muy deleitosa, muy aventurera, muy apasionada, muy amorosa, muy coqueta, muy excitada, muy fogoza, muy ardiente, muy lujuriosa, muy traviesa, muy voluptuosa, etcétera. Estando a solas con el amante después de dos semanas de enterrado su esposo, normalizando su vida vestida con el ajuar del uniforme de trabajo con sus pantimedias grises; le invita a cenar y a tomar un vino muy escogedo por Yessenia. Sentados en el sillón de la sala comedor con las piernas cruzadas y levantadas, son sumamente sobadas como manoceadas hasta tocadas esplendorosamente por el candido igual estimado como cariñoso y apuesto amante que se ha conseguido para reemplazar a su queridisimo esposo que la proteja, cuide y defienda de cualquiera que quiera sobrepasarse en su rol ahora de viuda.
Se besan en la boca acercamiento al contacto superficial y propiamente en las masas recorriendo como explorando el escenario de los cuerpos candentes de ambos en que se sucitan caricias, tocadas, agarradas, peñiscadas, abrazadas finalmente viviendo el glorificante como atesorante hasta divino pero extraordinario amor gemelo que se profezan ambos antes de que pasara la tragedia que embargo e invadio de la noche a la mañana de repente a Yessenia.
Iendose a la cama de la habitación de Yessenia desnudandose mientras continuaban besandose como tortolos y tortolicos igualmente, palomitas y muchas otras caracterizaciones que se nos viene a la mente respectivamente en el plano de parejas.
Despertandose con ojos radiantes, rebozantes, brillozos, los dos al decir uno al otro muy buenos días sonrientes frente a frente acostados en la cama.