La clienta le dijo a su Alteza que ella daba muy buen servicio y que ya no se aguantaba en regresar a casa para decirles a sus cinco hijas que pronto tendrían esclavos domésticos en casa. Su Alteza discretamente vio en la cara de su clienta una sonrisa imaginándose con todo poder de estar controlando a su novio y a su familia rendidos a sus pies.

Su Alteza aprovechó la idea que estaba proyectando de tenerlos a sus pies a su novio y a su familia, así que le preguntó a la clienta si no desearía que en lugar de tener solo cuatro esclavos, tuviera mejor a nueve incluyendo a sus propias hijas; la clienta respondió que no se le hacía correcto tener a sus pies a sus hijas, y más después de haberles dicho que iban a tener esclavos en casa. Su Alteza le sugirió que lo pensara bien, así si en alguna manera ella estuviera siendo atendida, de todas maneras las labores de su casa no se verían afectadas, y hasta sería menos preocupante Salir a pasear sabiendo que su casa estaría totalmente atendida y organizada a su regreso.

Su Alteza supo cómo mostrarle las bondades que tendría al tener nueve esclavos en vez de tener solamente tres perras y un chofer y mayordomo, ahora serían sus cinco hijas, las tres hijas de su novio y su propio novio los que estarían a sus pies, le picó el gusanito de ser la matrona de su casa con tantos esclavos solo a su servicio, por lo tanto aceptó dicha propuesta.

Una vez puesta la semilla en la clienta de lo que ella estaba segura de desear, su Alteza fue abordada por su clienta preguntándole como podría lograr tener a todos ellos rendidos a su servicio. Su Alteza dijo lo primero es que me pagues su entrenamiento, el costo es por persona y a su entrega se firma un contrato de prestación de servicio, donde automáticamente después de su firma, todos los que tú quieras a tus pies pasan a ser de mi propiedad, y tú solo podrás rentármelos, hayan sido o no de tu familia.

La renta será mensual, y deberás cubrir el costo en los primeros cinco días de cada mes, de lo contrario recupero a mis esclavos para ofrecerlos después a otra persona, y ella perdería todo derecho en reclamar a sus hijas. La clienta con tal de cubrir sus ansias de poder, no le importó arriesgar la relación de su novio o la relación que tenía con sus hijas, ella lo que quería tener sin importar como era el poder absoluto, así que pagó el costo de la educación y firma de contrato de sus primeros cuatro esclavos.

Su Alteza le aconsejó primero traer a su novio con su familia y sí evitar enfrentamientos o que se pusieran de acuerdo entre todos y terminara ella siendo la esclava de su propia familia. La clienta agradeció el consejo a su Alteza y así evitar que sus planes de dominio se volvieran en su contra.

La clienta agradeció el sabio consejo de su Alteza y así lo hizo, lo primero que hizo fue decirle a su novio y a su querida familia que habían sido ganadores de un sorteo, al novio le dijo que sería atendido toda una semana como rey por puras chicas hermosas, y que solo le bastaría pedir, para que le dieran lo que ordenara. Al novio le extrañó la actitud de su novia, pero considerando que si ella estaba de acuerdo, pues por el no habría ningún problema, así que aceptó la oferta.

En el caso de sus queridas y futuras hijas políticas fue aún más fácil manipularlas, ya que siendo jóvenes y sin novios, les dijo que habían ganado una semana sin costo en un hotel de lujo y que además el hotel contaba con una discoteca o antro para conocer chicos guapísimos. Increíblemente solo bastó decir “chicos guapos” para que las hijas de su novio sin importarles lo demás aceptaran enseguida.

La clienta llamó a su Alteza para comunicarle que sus cuatro esclavos iban en camino del matadero. Su Alteza agradeció el aviso y preparó el ambiente necesario.

A las pocas horas se escuchó como sonaba el timbre de la mansión, atendieron al llamado y resultaron ser los futuros esclavos. Al primero en atender fue al padre para empezarlo a ilusionar con la idea de que iba a ser atendido como a un dios, él con su ego por los cielos como todo macho que se siente que ni un espejo merece tener su imagen, enseguida aceptó pasar a conocer a sus apetecibles chicas, a las cuales previamente fueron aleccionadas para que se sintiera como en el paraíso, de tal forma que no pudiera quejarse por esa atención.

Una vez que el padre ya estaba siendo atendido como todo un magnate, fue el turno de domesticar a las 3 hijas, a las cuales se les había llevado a base del engaño de haberse ganado una semana gratis en el hotel de más lujo en Madrid. Las chicas lo primero que hicieron al llegar ni siquiera dijeron “BUENAS TARDES”, ellas lo que querían es llegar al hotel de súper lujo y estar rodeadas de esos chicos tan guapos que tendían solo para ellas. Sin embargo una cosa es soñar y otra muy distinta es la realidad, por lo que se les dijo que ese era el hotel, las chicas dijeron que no estaban para bromas, y que ellas querían su habitación de lujo y poder ligarse a todo chico guapo que pasara frente a ellas, pero como dije, una cosa es soñar y otra muy distinta es la realidad.

Su Alteza ordenó a su esclava más leal que llevara a esas chicas a la habitación panorámica, reservada solo para gente especial, y que muy especialmente les diera la atención merecida en cuanto a lo solicitado por la clienta. Las chicas permanecieron en esa habitación panorámica, la cual no era más que una jaula de titanio suspendida en el aire, en la cual después de dos días de haberla tenido en el aire, estaban aterradas de caer con todo y jaula, de tal manera que por tal temor después de dos días estaban dispuestas a acatar todas y cada una de las ordenes, ya que les inundaba el miedo de regresar a esa habitación panorámica.

Su Alteza aprovechó el miedo que ellas estaban casi transpirando para obligarlas a que hicieran rápida y eficazmente con todas y cada una de las tareas que un esclavo doméstico tiene la obligación de cumplir y ejecutar eficientemente. Lo primero que se les obligó fue barrer toda la mansión, pero no haciéndola como la manera tradicional, a ellas se les ajustó una mordaza especial que tenía integrada una escobeta para que las esclavas o perras domésticas tuvieran que hacerlo como solo lo debe hacer una esclava, y esta era barriendo de rodillas y empujando la escobeta con la boca como toda una perra.

Después de varias horas de barrido continuo, llegó el momento tan ansiado que fue el haber barrido hasta la última partícula de polvo en toda la mansión, sin embargo su ánimo se fue a cero una vez más cuando les dijeron que solo habían concluido la mitad de su trabajo, ya que ahora debían y tenían que trapearlo todo y debían dejar el piso tan limpio como para poder comer en piso o poderse ver reflejado en él; además se les dijo que si no terminaban, no se les iba a dar un solo gramo de comida y mucho menos una sola gota de agua, esta advertencia obligó a las chicas a dar su mayor esfuerzo y así poder beber agua aunque fuera de una cubeta, lo que deseaban era refrescar sus gargantas después de haber trabajado todo el día.

El horario de 16 horas de trabajo continuo culmino por ese día, así que se les autorizaron la ingesta de sus alimentos, así como también el que saciaran su sed. Tanta fue su desesperación por apagar el hambre que sentían hacía ya 3 días, más tardaron en traerles su alimento, de lo que las perras tardaron en tragar todo en pocos minutos.

Era tal el cansancio acumulado que apenas fueron metidas a sus jaulas, no les importó si eran jaulas en el aire o no, ellas cayeron muertas por el cansancio, fue tanto el agotamiento que cuando fueron por ellas y empezar su segundo día de adiestramiento, ellas sintieron que habían pasado cinco minutos, sin embargo habían transcurrido 8 horas. Esa mañana empezaron por lamer pies todo el día.