Transcurrieron tres semanas desde aquel 29 de octubre en que yo y Blanc nos ligamos y nos cogimos, visitándola al llevarle su regalo las botas negras de tacón bajo por finalizar sus estudios de maestría.

Abriendo mi correo me percato que me ha llegado a la bandeja un mensaje de Blanc, le doy clic para enterarme de que se trata al leer cada línea la encuentro emocionada, sobre todo dichosa, adicionalmente realizada especialmente quería encontrarse nuevamente conmigo hoy a eso de las 1 de la tarde.

Llegando a escasos minutos de la 1 de la tarde al lugar acordado veo que se parquea al salir del auto caminando entrando al restaurante se quita los anteojos oscuros, al voltear su cara sonriéndome me divisa al acercárseme me paro para saludarla en la mejilla al sentarnos está muy feliz y alegradísima más de costumbre.

Sorprendiéndola al tener el almuerzo ya servido y pedido por mí como la vez anterior. Me platica que nunca vivió una ocasión tan linda y divina en mi apartamento de soltero al comenzar a sentir algo más allá de amistad como de ex compañera de trabajo, entre nosotros la tengo sumamente caliente como fascinada hasta se enamoro de mi, acariciándome arriba de la mano al tenerla puesta sobre la misma mesa me dice quiero otra vez tenerlo contigo, si estás de acuerdo y dispuesto por la propuesta que te estoy haciendo ahora mismo.

No lo pienso un segundo le digo terminamos de almorzar sacando la plata para pagar la invitación del almuerzo entregándosele a la mesonera con todo y propina sumado, nos retiramos al marcharnos en el auto de Blanc; en mi departamento en la misma postura la tengo cogida vestida con falda larga negra y blusa blanca de manga corta con el hilo dental en la bota, con mis dos manos alrededor y sobándole deleitosa como deseada por supuesto, arrecho como erecto por tanta delicia por todos los coños en que la hurga evidentemente con el dedo índice en su vagina, jadeando y gimiendo con locura al sudar grandes cantidades industrializadas desde la cabeza recorriendo por todo su cuerpo incluso por dentro de las botas.

Con mi mano derecha debajo de uno de sus senos guindándole pero durísimo jugueteo con una de sus tetas firmes como paraditas al tomarle todo el seno en que se lo manoseo por obra y gracia, al tenerla en cuatro en la cama con una cara que al mismo tiempo que le duele igualmente está fascinada como concentradísima hasta consentida, al venirnos colosal y ardiente hasta fabulosamente al mamarle la pinga y masturbarme para terminar de disparar y evacuar el semen que me queda, luego del clímax y de los múltiples orgasmos……