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La semana comenzó con la rutina diaria, en la oficina con bastante trabajo y charlas en los descansos, la facultad, en la que cada día me sentía mas incómodo, se respiraba política por todos lados tergiversando el espíritu didáctico de la institución, pasaron dos o tres días en que por distintas razones no pude encontrarme con Norma fuera de la oficina, no obstante aprovechaba cuanta oportunidad se presentaba para robarle algún beso discreto, un toqueteo disimulado o comentarios subidos de tono sobre su anatomía, con estas temeridades propias de mi irresponsabilidad adolescente lograba que estuviera en alerta permanente, de a poco fue aceptando el juego y respondía con un pellizco o una mirada de reproche seguida de una sonrisa agradecida, su humor cambió radicalmente de la noche a la mañana, comenzó a compartir tiempos y a sonreír de vez en cuando, este cambio fué notado y comentado en mas de una merienda, por mi parte hice notar que tambien habia modificado su vestuario.
Es verdad, está un poco menos ridícula… que detallista, en que andará…
No creo que ande en nada raro, supongo que se debe haber dado cuenta que con cara de culo no gana nada.
Vos sos muy chico para entender algunas cositas de mujeres… y si te digo que anda en algo, ponéle la firma… acaso no te diste cuenta que en la fiesta te anduvo buscando?
Sandra, dejáte de joder… mirá si se va a fijarse en mi, puede ser mi vieja…
No digo que vos seas lo que esta buscando, pero yo no me siento en la falda de un compañero.
Sin embargo tuvieron un cruce de palabras sobre ese asunto.
Me encanta pelearla… no habrás pensado que era en serio?
En el fondo lo que ocurre entre ustedes me tiene sin cuidado… pero si pasa de nuevo me gustaría estar cerca.
Para que?
Para que una de las dos me use como banquito…
O sea… nos peleamos nosotras y vos salís ganando… negocio redondo.
Y si… uno se siente bien cuando dos mujeres lo disputan…
Nene!!!... yo no disputo nada… que te creíste.
Que un poquito te gusto… confesá
Sos un tarado – dijo mientras se retiraba mascullando vaya uno a saber que.
En ese momento me sentí tan agrandado que me pareció que la ropa me quedaba chica, debería haberse enojado y como mínimo mandarme de paseo, sin embargo solo habia reaccionado ofendiéndose y un leve insulto, como si la hubiera descubierto, tal vez habia sido un espejismo pero a partir de ese momento comencé a forzar encuentros "casuales" y a piropearla mas seguido.
Ese jueves estaba enfrascado en mi tarea cuando sonó el teléfono interno.
Quien es?
Soy yo vida – respondió Norma.
Te extraño – dije en voz muy baja.
Yo tambien mi amor… y no se que hacer
Porque?
Tenia la ilusión de verte el fin de semana y se me complicó, resulta que…
Normita, sin explicaciones, lo único que importa es saber si querés que estemos juntitos – había notado que le gustaba hablar en diminutivo en todo lo referente a ella y lo adopté como forma de hablarle.
No quiero otra cosa.
Bombón… tus tiempos son mis tiempos.
Eso me hace sentir peor… te quiero… ese lugar que fuimos abre temprano?
Las 24 horas.
Genial, mañana te invito una copa a la salida… queres?
Depende.
De que?
Que ropita te pongas.
No seas así… no puedo estar todo el día vestida…
Como?
Vos sabés
Como?
Como a vos te gusta.
Y como es?
No me obligues, por favor.
Como es?
Sos un odioso… como tu putita… estás conforme?
Fue una bromita, una vez te dije que me excitás de cualquier forma.
No fué eso lo que dijiste.
Parecido… gustás… excitás.
Sos un tarado… después te aviso.
Dale… besitos.
La incipiente relación cada vez me gustaba más, disponía de los fines de semana sin mentiras y libre de culpa, le gustaban mis travesuras y al adaptar mis tiempos a sus necesidades conseguía que se sintiera obligada, parecía que en su interior subyacía una Norma distinta, dispuesta a demostrarse a si misma que se podía vivir de otra manera, estaba todo bien, demasiado bien, sin embargo pensé que si quería cerrar el paquete y ponerle un moño debía tirarle de la lengua e interiorizarme un poco mas de su vida privada para saber el porque de su entrega casi sumisa, me sumergí en los papeles pensando que debía ofrecer un sacrificio a la diosa fortuna y además darle una alegría a mi vieja pasando todo un día en familia, por la noche ya vería.
Hola mi amor, la Cenicienta tiene permiso.
Perdon… quien habla? no conozco a ninguna Cenicienta.
No podes tratarme así… vas a conseguir que te odie.
Serias capaz?
Sabes que no…
Entonces… quien tiene permiso?
La putita.
Me encanta como lo decís, chau – dije colgando el teléfono, sabiendo que iba a volver a llamar.
Porque me cortaste?
Porque si no lo hacía iba a agujerear la pared para mimarte.
Alguna vez te dije que te quiero y que sos lo mejor que me pasó en mucho tiempo?
No
Te quiero mucho, besitos.
Al día siguiente nos encontramos a pocas cuadras del night club, pedí un reservado, los tragos y la acomodé en mi regazo,
Quien te dijo que quería sentarme acá? – preguntó dándome un piquito.
Te extrañé? – respondí besándola con ganas.
Cuanto?
Un montón, es muy feo tenerte tan cerca y saberte tan lejos. – dije mientras nos besábamos pensé era un buen halago poro que no debía demostrar tanto entusiasmo.
Bebé… mi bebé… - comenzó a decir acariciándome la nuca – no sabés lo bien y lo mal que me siento cuando me decís esas cosas… - dijo con gesto serio.
Como es eso?
Nunca pensé que a mi edad iba a estar así… sin saber que hacer… me haces sentir algo fuerte y no es lógico… te quiero mas de lo que puedas imaginar y me siento correspondida… por favor no me lastimes, no lo soportaría… se que soy reiterativa y que puedo llegar a cansarte, pero necesito que sepas que ganaste un lugar muy especial en mi vida, te deseo y creo que a vos te pasa lo mismo – dijo acomodándose sobre mi sexo - no me importa parecer una vieja calentona y absurda…
Normita… si hay algo absurdo es…
Se bueno Bebe, dejame que te diga un montón de cosas que me agobian… hace mucho que fantaseaba con algo como esto… pero no con vos, mejor dicho, si con vos pero siempre creí que no pasaría de ser un delirio… pensé que podíamos ser buenos amigos a pesar de las diferencias y que no pasaríamos de eso… siempre creí que una mujer casada y con hijos, no debía pensar en otro hombre… así me educaron y así crecí... un buen día a mi papá le ofrecieron un trabajo mejor, pero debía trasladarse a Buenos Aires… de esto me enteré casi cuando estábamos los cuatro en el tren viniendo para acá con lo poco que teníamos… fueron épocas muy difíciles, mi padre operario en una fabrica, mamá lo ayudaba trabajando por horas en casas de familia y yo cuando salía de la escuela me ocupaba de la casa y de mi hermanita…
Tenés una hermana?
Si, hermana, amiga, confidente, le llevo casi 6 años… es mucho mas inteligente que yo, se recibió de abogada, se casó y le va muy bien…
Perdon, porque decís que es mas inteligente?
Porque se adaptó mas fácil que yo a Buenos Aires y para cada cosa se tomo su tiempo.
No entiendo.
Y si… hizo la carrera en tiempo y forma recién en ese momento pensó en casarse con el que era su novio, comenzó a trabajar como profesional, se asentaron económicamente y como pareja y en ese momento pensaron en tener hijos.
Por haber hecho las cosas de otra manera es mas inteligente… sigo sin entender.
Es que yo hice todo al revés… me puse de novia muy chica, me case antes del año y tambien antes del año fui madre.
Bebe, eso no significa que no seas inteligente, a vos las cosas se te dieron distintas.
Gracias mi amor… pero siempre fui una tarada… no tengo amigas, excepto mi hermanita, los pocos parientes que me quedan están lejos, mi vida social se reduce a casi cero… estoy llena de prejuicios… medio en serio, medio en broma mi hermana dice que soy una monja fracasada… me habla de algunas cosas nada mas que para ver como me ruborizo y la muy desgraciada se mata de risa
No te puedo creer – dije pensando que no podía estar hablando en serio.
Si mi amor, creéme… no sabés lo que sufrí al encontrarme en Buenos Aires, sola con mis padres y hermana… sin amigos y teniendo que empezar de nuevo… para ir a estudiar tenía que tomar un colectivo rodeada de caras extrañas y cuidando a mi hermanita…
Pero eso es normal, yo tambien iba al colegio en colectivo y con mi hermanita.
Normal… para vos que naciste acá… tratá de imaginar lo que fue para mí que iba a todos lados caminando o en bicicleta… todavía hoy me cuesta un poco tener la noción exacta de las distancias…
Ahora entiendo el porque de estas piernas duritas, mucha bicicleta, no? – dije sonriendo y acariciándole las nalgas.
Nenito, las piernas están mas abajo – dijo devolviendo la sonrisa.
Perdon, anatomía no es mi fuerte… y como te pusiste de novia?
Vos sos muy curioso – dijo dándome un piquito.
Dale, contáme.
Vas a creer que es un radioteatro.
No seas antigua.
Se me escapó, vas a creer que es una telenovela.
Probemos.
Es la historia de una pobre campesina que llegó a la gran ciudad… con una pequeña variante.
Cual?
El galán no tenía una moneda partida al medio.
Dale… en serio.
En serio, el galán es un laburante como vos o yo.
Entonces?
Entonces… yo era una nena y el todo un hombre, con experiencia, trabajador, buena persona, cariñoso, buen vecino, no se le conocían vicios, vivía con sus padres, me deslumbró y me enamoré… un día nos encontramos muy cerca de la oficina, mucho tiempo después me enteré que no fue de casualidad, viajamos juntos en el colectivo, al llegar al barrio me ofreció la mano para bajar y no me la soltó hasta la puerta de mi casa… me sentía en la gloria, por primera vez un hombre grande me había tocado e invitado a tomar un café…
Lo que se dice todo un pedófilo… pero caballero, jajaja
No seas mal pensado, fue solo la mano – aclaró con una amplia sonrisa.
Normita… solo la manito… pero quedaste embarazada, jajaja
No seas tonto.
Ufa nenita, fue una bromita – dije dándole un piquito. – y que mas pasó? – pregunté intrigado, sin forzarla me estaba enterando de su vida.
No te molesta que te cuente?
Para nada.
Sos un sol – acotó dándome un beso en la mejilla – por donde iba?
Te agarró la mano y quedaste embarazada, jajaja
Bueno – prosiguió ignorando mi comentario – pasaron unos días y fuimos a tomar el café, yo lo escuchaba embobada, me sentía toda una mujer, con el empecé a perderle el miedo a Buenos Aires, íbamos a todos lados, me presentó a sus amigos, a sus padres, a los que conocía solo de vista, me trataron como a una reina, mis padres lo aceptaron de inmediato, la única que no estaba convencida era mi hermana… a la larga comprendí que tenia razón… en ese momento pensé que no entendía nada, yo ya era toda una mujer y ella solo una nenita.
Perdon… todo una mujer?
No, lo digo porque siendo una adolescente tenia un hombre grande como novio.
Quiere decir que no….
No, eso fue pocos días antes de casarme y no viene al caso…. curioso!! – dijo dándome un piquito – la cuestión es que estuvimos casi tres meses tonteando, y nueve noviando… cuando me propuso casamiento casi me desmayo, le dije que si antes de que terminara la frase.
Estabas recaliente
No, peor… estaba enamorada y feliz.
Debe ser lindo sentirse así – comenté como para mi.
La verdad es que si – dijo en voz muy baja, como rememorando, luego de un corto silencio, continuó – Lo contamos en nuestras casas y todos estuvieron de acuerdo, excepto mi hermanita, fijamos la fecha y acordamos vivir en la casa de sus padres, nos casamos, fuimos de luna de miel a Villa Carlos Paz y a pocos días de volver tuve la falta.
Que velocidad nenita, te embarazaste en la iglesia.
Casi, casi… pero no, no fue ahí… fue en la luna de miel porque a los nueve meses y quince días nació la nena… creo que ese fue el momento en que empezaron los problemas.
Porque?
Porque una vez que retomé el trabajo, sentí que mis suegros me invadían, "son jóvenes, disfruten, nosotros le atendemos la beba", "no te preocupes, yo la cuido si tenés que estudiar", "ya la bañé, vos atendé a tu marido", "esta dormidita, dejála acá", y un montón de cosas mas, sentía que me la acaparaban, lo charlé con mi marido y el pollerudo les dió la razón a los padres… me empecé a sentir sola como cuando habia llegado a Buenos Aires… mudarnos de la casa de sus padres fue toda una historia, creo que esa fue la primera discusión importante.
Entonces, tu problema no es reciente, viene desde hace mucho.
No… es verdad que fueron tiempos difíciles pero cuando por fin estuvimos solos todo fué como lo habia soñado, por fin había formado mi familia, tenia a mi beba y mi marido, a veces no muy convencido pero me daba mi lugar…
Y que pasó después?, Como llegaste a estar como ahora?
Ahora… estoy mejor que nunca – dijo sonriendo y dándome un besito – Estoy con mi confesor favorito, que más puedo pedir?
Norma…
Ufa, sos un cargoso… en serio no te aburro?
Si me aburrieras no te preguntaría, no crees?
Lo se… no quiero que pienses que soy una cargosa al contarte mis cuitas… que pasó? y como llegué a esto?... no lo se exactamente, es la suma de muchas cosas… en general las nenas se dan mas con el papá que con la mamá, con mi hija es todo lo contrario, parecemos amigas, no madre e hija y eso provoca celos, dice que yo la pongo en su contra… como si no tuviera edad suficiente para elegir en quien confiar, no entiende que todos necesitamos nuestro espacio, antes le molestaba que estudiara, ahora que vaya a conferencias, pero nunca hizo nada para evitarlo, excepto pelear, dice que me voy a encontrar con mi amante… te juro que nunca tuve uno… bueno, digamos que eso fue hasta ahora – dijo sonriendo y dándome un piquito -, parece que su orgullo de macho dominante e irreemplazable se lo hice añicos al tener la osadía de cobrar un sueldo mayor, esto no lo puede digerir, cada vez que cobro tengo que esconder parte del dinero y el recibo de sueldo porque se pone loco, no entiende que el haberme roto el alma estudiando sirvió para algo… que si me visto así o asao… que para que me maquillo si voy a la oficina… que esa pollera es muy corta o muy larga… se pone loco cuando le decimos que tome un poco menos… dice que nos metamos en nuestras cosas, que el es grande y sabe cual es el límite… en fin son un montón de cosas…
En otras palabras, es un malparido y vos una santa.
No… no quiero decir eso… seguramente yo tambien tengo mis cositas, no soy una santa ni nada que se parezca, pero no acepta razones, todo es una discusión y me cansé… le doy la razón en todo y eso tampoco le viene bien… ni siquiera en la cama nos llevamos bien, mejor dicho no nos llevábamos bien… ya ni me acuerdo cuando fue la ultima vez… perdonáme si te emplomo Bebe, pero necesitaba descargarme y al único que encontré fue a vos – dijo sonriendo mientras me acariciaba la mejilla – yo se que no vinimos a esto y todo lo que diga no justifica lo injustificable.
Bombón, vinimos para estar juntitos y charlar es una forma de estarlo, a mi me encanta tenerte sentadita en mis piernas escuchándote mientras nos mimamos.
Sabés – continuó como si no hubiera escuchado mi acotación – hubo un momento que pensaba que todo se podía enderezar, en el fondo sabía que no iba a ser lo mismo, me sentía desanimada, tristona, horrible… no sabía como, pero necesitaba saber si podía seducir a un hombre… hasta que un buen día apareciste en la oficina como uno mas, de a poco te fuiste metiendo… jovial, siempre sonriendo, despreocupado, sin darme cuenta empecé a esperar tus piropos… los necesitaba, me hacían bien, me ilusionaba pensando que querías seducirme y que cada halago era distinto al que le hacías a las otras… el día de la fiesta estaba en una de las peores crisis y de verdad no tenia ganas de ir… recordás que me dijiste? – preguntó sabiendo la respuesta.
Por supuesto… "si vos no vas, yo tampoco"
Porque lo dijiste?…
Me salió así…
Y si decía que no?
Me pegaba un tiro en las bolas. – dije con una sonrisa irónica
Sos un ordinario… y me encanta – dijo dándome un suave beso en los labios – En serio, hubieras ido?
Para que?... el único incentivo eras vos.
Ves, estas cosas me asustan… sabés que decirme y como.
Normita… digo lo que siento... cada piropo lo pensé solo para vos… confieso que si, intenté seducirte muchísimas veces hasta que me echaste flit (argentinismo por cajas destempladas) en el bar de la facultad, ese día me sentí un pelotudo por haber creído que podía tener posibilidades… me muero porque hagamos el amor... pero si esto te agregue un problema mas…
No sigas mi amor – dijo besándome suavemente los labios – Ahora tengo claro que quiero, quiero a un chico maravilloso, dulce, cariñoso, comprensivo y cuantos calificativos se te ocurran, si tuviéramos edades parecidas no te me escapabas… se que nunca vamos a ser otra cosa mas que amigos… amigos con derecho a roce si queremos darle una figura, se que cuando te necesite vas a estar… para charlar mientras tomamos un café, para sentirme protegida cuando lo necesite, para ser amada cuando precise un hombre, te quiero y me siento querida… y eso es mucho mas de lo que soñaba.
Amigos con derecho a roce, me gustó el eufemismo - respondí dándole un piquito – sabés, estoy de acuerdo en lo último que dijiste… particularmente en eso de ser amada… lo necesites o no, contá conmigo.
Sos un tarado – dijo en medio de un fuerte abrazo y un beso largo, húmedo, profundo – Quiero hacerte el amor, lleváme enfrente – susurró aludiendo al hotel.
Cruzamos la calle abrazados como novios, nos amamos sin apuro, lenta, cariñosamente, casi sin palabras, como explorando para conocernos hasta el último rincón, se habia creado un clima casi fantástico, me hizo sentir que de a poco iba entregándose en cuerpo y alma, confiada y dispuesta a darme placer, por primera vez hicimos sexo oral y nos bañamos juntos, pensé que si no hubiera estado ajustada de horario habría entregado su último rincón virgen, descansamos reponiendo físico tal como le gustaba, ella boca arriba y yo encima abrazándola como una enredadera.
Me encanta sentirme aplastada… abrazáme fuerte… mmmm que lindo.
Y a mi abrazarte… hasta que hora le dieron permiso a la bebota?
Porque? – preguntó besándome profundo
Quedate quieta, así no te puedo contestar – respondi besándola en ambas mejillas
Lo se, por eso te beso – murmuró con una sonrisa.
No seas chiquilina – dije como retándola – hasta que hora?
Que hora es?
Casi las 10 y media
Tenemos tiempo, mañana es sábado y no se trabaja.
No te hagas la tontita – la amonesté luego de un piquito – hasta que hora?
Me acompañás hasta donde me dejaste el otro día?
Eso ni se pregunta
Entonces 2, 2 y media esta bien.
No vas a tener problemas?
Ninguno.
No me mientas
Nunca lo haría, no te preocupes.
Mira que confío en vos… y si te pasa algo, no respondo de mí – dije mirándola fijo a los ojos.
Porque lo decís? – preguntó abriendo muy grande los ojos.
Intuición
Mi amor, no te preocupes – dijo luego de un largo silencio – Sos increíble
Queres hablarlo?
Hoy no… ya hablé demasiado – respondió luego de una prolongada pausa – dejame disfrutarte… te quiero – dijo ofreciendo sus labios.
Yo tambien – dije besándola profundamente – Querés que vayamos a comer algo?
No… quiero estar así abrazadita a mi hombrecito protector – susurró sonriendo, te dije alguna vez que me siento rara, como si volviera a tener 15 años y estuviera descubriendo un mundo nuevo.
No… pero me gustaría que me cuentes, querés? – pregunté contento por haber logrado que se acercara a mi edad y expectante por saber que era un mundo nuevo.
La verdad… no quisiera.
Bueno, esta bien
Insistí, tonto…, - dijo dándome un piquito –
Normita, se buenita y contáme… dale nenita.
Me convenciste, jajaja, - en serio… te quiero y respeto como vos lo haces conmigo, me hiciste ver que como mínimo estoy en el mismo escalón y eso nunca voy a poder pagártelo.
Normita…
Querías que te cuente, bueno ahora calláte y escuchá… el otro día me pediste que te haga una cosa y por un momento me hiciste sentir muy mal…
Que pedí? – pregunté extrañado
Que te haga el amor
Yo te pedí eso?… no me acuerdo – pregunté sonriendo.
No fue exactamente así, vos sabes que pediste
Claro que lo se, pero me gustaría que llames a cada cosa por su nombre.
Sos de lo que no hay… me pediste que te coja… recordás?.
Por supuesto.
Bueno, eso me hizo sentir mal, nunca lo habia hecho.
No puede ser, no te creo.
Creéme… estoy descubriendo un montón de cosas que me hacen sentir mal, no… no… otra vez dije algo que no quiero decir… tratá de entender… lo que me hace sentir mal es haberlas descubierto con vos…
Mirá que bien, descubrir cosas conmigo te hace mal – dije con gesto adusto, entendiendo que era lo que quería decir e intentando irritarla.
Sos un odioso, me estas embarullando… vos sabes a que me refiero.
Te entiendo perfectamente… me estas diciendo que hubieras preferido descubrirlas con otro. – dije en tono ofendido.
No mi amor, no se como explicarte… lo que me hace sentir mal es darme cuenta que estuve toda mi vida reprimida por ignorancia y abrí los ojos con vos… mi hombrecito adorado – dijo dándome un cariñoso beso en la mejilla –
Normita, te entendí desde el principio – dije con una amplia sonrisa – pero me encanta ponerte nerviosa.
Te odio, me lo hiciste creer… ahora estoy ofendida – dijo ladeando la cara mirando a un costado.
Si te hago mimitos, te desofendes?
No se… intentá – susurró mirándome de reojo.
Sabés que sos una tramposa – dije besándola muy suave en el cuello y apretándola con un abrazo.
Tengo al mejor de los maestros – susurró respondiendo a los mimos.
Y yo la alumna mas linda del mundo, querés que sigamos aprendiendo juntitos? – pregunté sabiendo que estaba totalmente entregada.
Nada me gustaría mas… y no se como demostrártelo, me vuelve loca el pensar de donde sacar tiempo para verte… me angustia el saber que no te voy a ver todo el fin de semana.
Normita… a mi me da mucha bronca pero sabíamos que iba a pasar, tenés compromisos y bueno… mala suerte. – dije sonriendo pero haciéndola culpable – Sabes se me esta ocurriendo algo.
Que?
Creo que todo es cuestión de organización.
Como mi amor?... como?
Día a día, aprovechando cada momento, por ejemplo yo puedo cambiar alguna materia y liberar los viernes,
Yo los tengo libres.
Bien…si este fin de semana fuiste a una despedida de soltera, el que viene podes ir al casamiento.
Claro… no se me habia ocurrido.
Algún domingo podés ir a visitar a una amiga del trabajo.
Soy una tarada.
En la semana te podés quedar unas horitas haciendo un trabajo urgente… y yo te puedo dar una mano.
En la oficina?
No tontuela, la oficina es un despelote, podemos venir acá o enfrente… además puedo preparar un parcial con una compañera de facultad en mi casa… como verás hay un sinfín de posibilidades
No, en tu casa no, me moriría de vergüenza.
Y si… a mi tambien me daría vergüenza estar en la facultad a tu edad, jajaja
Lo digo por otra cosa, vos me entendes
Por supuesto que lo entiendo, pero no sería la primera vez que en mi casa estudio con una chica mayorcita.
No lo puedo creer… en tu casa… y tus padres?
Bien, gracias… y tu familia como anda? – pregunté sonriendo.
No te hagás el tontito, vos sabés a que me refiero.
Nada… que pueden decir?... si estamos estudiando, el secreto es desparramar apuntes, poner música, no ensuciar y cada tanto poner cara de buenito y pedirle a mi vieja agua para el mate o un café o una gaseosa… y vuelta a estudiar.
No… no estoy tan loca… definitivamente en tu casa no.
Vos te lo perdés, tengo un Winco (pasadiscos, hoy reproductor de compact disk), algunos long play (hoy compact disk) de Los Panchos, Altemar Dutra, Neil Sedaka y medio encanutada (escondida) una botella de gin.
Nene, me parece que a vos te falta un tornillo (loco).
Vos me ponés de la cabeza – dije dándole un piquito – viste que con un poquito de imaginación existen alternativas?
No sigas… me siento una tarada… sos un sol, a todo le encontrás solución, te quiero mi vida. – dijo besandome cariñosamente ambas mejillas.
Disimuladamente miré el reloj y con alegría comprobé que aun quedaba bastante más de una hora, me quité de encima, estaba empezando a sentirme incómodo por la posición, me miró sonriendo, parecía que brotaban chispas de esos ojos grises – No te resistas… te voy a hacer el amor como nunca te lo hicieron – decía mientras se ubicaba sobre mi estomago con las piernas a cada lado... apoyó sus pechos sobre el mío… me tomó las manos llevándolas hacia la almohada presionando para impedir que las moviera… sin dejar de sonreír comenzó a besarme levemente los labios dibujando con la lengua el contorno de la boca… la introducía y retiraba antes de que pudiera atraparla, simultáneamente restregaba su sexo en el mío humedeciéndolo con sus calidos jugos… me obligó a cerrar los ojos besándolos – No los abras, dejáte llevar – susurró jugando con la punta de la lengua en el oído… la saliva y su respiración producían una sensación de frío provocándome pequeños y agradables estremecimientos, a esas alturas el falo había alcanzado una dimensión desconocida y pedía atención inmediata… lentamente comenzó a reptar besando y jugueteando con la punta de la lengua… me mordió las tetillas ensalivándolas… me soltó las manos y con una lentitud exasperante continuó recorriéndome el cuerpo con leves besitos hasta que sentí su cálido aliento en mi sexo… comenzó a circundarlo suave, pausadamente… observé como desaparecía en su boca y torpemente intentaba engullirlo, la veía y no entendía como una mujer tan grande, dedicaba tanto esfuerzo en complacerme sumisamente… la tomé de los cabellos de la forma mas cariñosa que me salió y acariciándole la nuca le marqué el ritmo… me miró con una amplia sonrisa buscando mi aprobación, respondí elevando levemente la cintura restregándole el falo por las mejillas… se lamió las palmas de sus manos iniciando una lenta masturbación mientras con la punta de la lengua dibujaba círculos en el balano… cerré los ojos dejándome hacer… haciendo fellatio no era la mejor pero aprendía rápido, ahora manipulando el miembro viril hacía maravillas y merecía diploma de honor y medalla de oro… la sentí hacer el camino inverso besando y lamiendo a medida que avanzaba, afirmó las rodillas tomándome el falo con una mano lo ubicó en la entrada de su vagina, lentamente descendió introduciéndose hasta que sus nalgas hicieron contacto con mi piel, suaves contracciones de sus músculos provocaban un efecto de succión mientras se desplazaba de atrás a adelante logrando que su clítoris rozara en el falo – Así mi amor, cogéme despacito – murmuraba entre sordos gemidos, la tomé de las caderas para apurar el ritmo – Dejame a mi vida, acariciáme las tetitas por favor -… las mimé, sobé y apreté a mi antojo hasta que un ligero apretón de su vagina me indicó que estaba próxima al orgasmo, la atraje tomándola de los hombros y comencé a mordisquearle los pezones, tal como hacía habitualmente anunció el clímax gruñendo en forma descontrolada – Si, si, me vengo, ya, ya… mi amorrrr – intentó envararse y se lo impedí mordiéndole con ganas la teta, se dejó caer aplastándome la cara con los pechos mientras sus cálidos jugos me bañaban los testículos… al cabo de unos instantes y aún respirando agitada me dijo – Nunca sentí tanto, te quiero… -, - Te gustó la mordida? -, - Mucho - respondió recuperando la vertical mientras se miraba el pecho y comprobaba que no habia sufrido daño… lentamente comenzó un nuevo vaivén apretando y aflojando mirándome fijo a los ojos… entrecerró los parpados, elevó la cintura afirmándose en las rodillas saliendo de la penetración, tomó el falo con una mano llevándolo hasta el ano, expectante observé como jugueteaba llevando sus propios jugos humedeciendo la zona, volvió a fijar su mirada en la mía y con la otra mano separó un cachete, – Ayudame -, susurró con un gesto serio, devolví la mirada dudando, yo sabía que no estaba preparada y que iba a ser casi imposible por la falta de dilatación y lubricación y que en el improbable caso de lograr penetrarla el dolor iba a ser negativo para el futuro, moví la cabeza de un lado a otro negando, endureció el gesto ordenando – Ayudame -… con una mano comencé a dedearle la vagina y con la otra separé el otro cachete, atento a obligarla a desistir al primer gesto de dolor… se ayudó con la mano y moviendo las caderas hasta que puso el glande en la entrada del esfínter… presionó bajando lentamente, estaba totalmente cerrado… lo intentó una y mil veces hasta causarme una ligera molestia, el tiempo pasaba y el ano se negaba… yo estaba a punto de estallar, me tomé el falo e invadí su vagina de un envión, me cabalgó enérgicamente como con rabia, tanto que tuve que tomarla de las caderas para marcarle un ritmo mas pausado… me besó profundamente, las lenguas se enredaron lujuriosas… se estiró acostándose sobre mi cuerpo, entrampó sus piernas con las mías, me abrazó por debajo de las axilas, pegó su cadera a la mía, apretó los músculos vaginales y giró llevándome hasta colocarme encima suyo, me miró sonriente y luego de un piquito muy cariñoso dijo – Te quiero mi vida, haceme el amor -, le devolví el beso rozándole los labios y me incorporé llevando sus piernas a mis hombros… quede extasiado por un instante contemplándola… la invadí lentamente sintiendo como el falo ingresaba en esa caverna húmeda, deseosa, aceptando la intromisión con suaves contracciones… fue un lento, pausado, irregular mete y saca… comencé a sentir escalofríos que brotaban de mis entrañas hasta descontrolarse en un orgasmo bestial, por instinto seguí penetrándola hasta que me desplomé incapaz de hacerla llegar al orgasmo – Ya está mi amor, relajáte – me susurró en medio de húmedos besitos en la oreja, me sentí herido en mi orgullo y con el resto de energía que me quedaba llevé una mano hacia su vagina dedeándola vigorosamente mientras me ensañaba mordiendo, lamiendo y besando sus pechos, comenzó a mover la cadera acompañando y a acariciarme la nuca aplastándome la cara – Ya casi mi vida… así… mas fuerte… me viene… me viene… si… si… si mi amorrrr – sentí una catarata de calidos flujos empaparme la mano y con la satisfacción del deber cumplido la abracé abarcándola totalmente con mi cuerpo.
En que pensás? – su pregunta me hizo volver a la realidad.
En vos – respondí sin saber muy bien que decir.
Un duro por tu pensamiento.
Que?
Es un viejo refrán español, que pensás?
No se… un millón de cosas…
Lindas o feas?
Casi todas lindas – respondí tratando de darle sentido a la charla.
Malo, quiere decir que alguna es fea. – dijo haciendo un mohín de compungida.
No Bebe, son todas lindas… - manifesté dándole un leve beso en la mejilla
Querés contárselas a tu amiguita?
Hoy no… no es el momento ni el lugar… necesito acomodar las ideas… además ya va siendo la hora. – contesté tratando de ganar tiempo.
Es verdad… no quiero invadirte, pero… hice algo mal?
No Bombón… todo está bien, no hiciste nada mal… el conflicto es conmigo mismo.
Pero… yo tengo algo que ver?
Norma
Esta bien, prometéme que me lo vas a contar – dijo mirándome fijo a los ojos.
No te quepa ninguna duda…. Vamos? – pregunté besándola en la frente y quitándome de encima.
Se levantó lentamente como esperando que la acompañara, descuidadamente encendí un cigarrillo, con la mirada periférica noté una mueca de preocupación, instintivamente pensé que me venia como anillo al dedo, la diosa fortuna otra vez me habia dado el macho (uno de espadas, naipe mayor en el juego de truco, argentinismo por tener suerte), habia respondido cualquier cosa a una pregunta intrascendente y sin haberlo planeado habia conseguido inquietarla, apuré la fumada y fui a su encuentro, estaba sentada en el bidet con la mirada clavada en los azulejos sin haberse higienizado.
Disculpe señorita, esta es la parada del 74? (haciendo referencia al colectivo que en un rato debíamos tomar)
Que? – preguntó sorprendida.
Digo, si por aquí pasa el 74 y ya que esta solita me preguntaba si podría acompañarla?
Sos un tarado… estaba preocupada – respondió casi sonriendo.
Preocupada?, porque?
No importa.
Si que importa, no puedo verte con esa carita… ahora pregunto yo, hice algo que te preocupara?
No Bebe.
Entonces, porque esa cara?
Cosas que se le meten a una en la cabeza – dijo levantándose mientras abría la ducha.
Nenita, te estás olvidando de algo
Que?
La cofia… me gustaría ver como explicás en tu casa el porque del pelo mojado, jajaja.
Sos un sol, estás en todos los detalles – dijo dándome un besito muy suave en los labios.
Nos dimos una ducha rápida entre mimos, caricias y besos, nuevamente se la veía radiante y participativa en los contactos físicos y con un ligero toque de turbación muy femenina cuando la contemplaba, esta ambivalencia me llamó la atención y se lo hice notar, ruborizada evadió la respuesta explicando que aun le costaba exhibirse y que debía darle tiempo. Durante el viaje a su casa me arrancó la promesa que el lunes o martes, según ella pudiera acomodar los horarios, debía aceptar su invitación a tomar algo y contarle cual era mi conflicto interno a cambio ella trataría de explicar el porque de su vergüenza cuando la miraba, bajamos un par de paradas antes y luego de una despedida casi formal, la seguí a la distancia por la vereda de enfrente, cuando se detuvo para abrir la alcancé y con una tos le hice sentir mi presencia, miró sin ver hasta que se percató que era yo, la cara se le transfiguró por el terror, sonreí pensando que el lunes iba a tener que dar explicaciones.
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