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Categoría: Maduras

Norma (2)

Antes de comenzar esta segunda parte, confieso que me siento en deuda con aquellos que elogiaron el primer relato, realmente agradezco sus comentarios, me animan a exprimir las neuronas (menudo esfuerzo) y contarles lo ocurrido con esta madura, por momentos desconcertante y en general sorprendente. A los demás tambien les agradezco y me disculpo por haberles robado un rato de su tiempo, pero les cuento que soy lo suficientemente obcecado como para continuar extendiéndome en largos diálogos, insoportables descripciones de época y lugares geográficos y un antes, durante y después de cada encuentro. Luego de esta advertencia, continúo.



Esa noche me costó conciliar el sueño, estaba destrozado, con una mezcla de alegría y preocupación, alegría porque había tenido sexo después de casi dos meses y prometía continuar, preocupación porque, si bien era cierto que no era la primera vez que lo tenia con una mujer mayor, si era la primera con una casada, a simple vista le había costado dar el paso… aunque no tanto, evidentemente lo decidió durante la noche anterior, se había tomado el trabajo de preparar la cajita de regalo y ante cada propuesta había respondido como sabiendo lo que venia, igualmente habia algo que no me terminaba de cerrar, no entendía como a esa edad era tan mojigata… "no se que hacer"… "es la primera vez"…"nunca me sentí tan cogida"… "eso no, por favor"… "nunca fui infiel"… "me siento deseada"… Disimuladamente confesó que estaba celosa de Sandra… Sandra, otro tema a tener en cuenta, si no había sido una tomadura de pelo, existía la posibilidad de una cita, pero ya vería que y como hacer para recordárselo… el hoy era Norma,



Tomé un libro al solo efecto de que la lectura me ayudara a concentrarme en otra cosa que no fuera el recuerdo de la tarde/noche que habia pasado, al cabo de un rato de estar mirando un montón de palabras que no hilvanaban una frase coherente abandoné la lectura y apagué la luz, era mucho mas interesante repasar lo vivido con la viejita… viejita, lindo sobrenombre, en la primera oportunidad que cuadrase la llamaria así, después de todo me doblaba en edad y resultaría simpático, la experiencia me decía que debía inducirla a que se adaptara a mi edad y no yo a la de ella, si lo lograba tenia Norma para rato, no obstante no debía perder de vista el objetivo principal, ser su amigo y tratar de ayudarla, escuchandola, mimandola y hacer lo posible para que descargara la basura que tenia en la cabeza, tal como habia dicho, y contenerla, menuda tarea, pero estaba seguro que el resultado valdría la pena.



Me levanté temprano, quería llegar antes para verle la cara y ver como estaba, llegó cerca de mediodía, saludó a todos, incluyéndome a mi, como usualmente lo hacia, cumpliendo con las normas de cortesía, mascullando un "hola, buenos días" y un beso neutro, se encerró en su oficina y ni siquiera cortó para almorzar, intenté acercarme un par de veces con unos papeles en la mano.



Hola Bombón.



Hola. – respondió sin levantar la vista de su trabajo.



Como estas?



Bien… si eso es para mi, dejálo, después los veo y si hay algo que no entiendo te llamo.



Bueno, hasta luego. – me despedí sintiéndome nuevamente echado.



Volví a mi puesto con los mismos papeles pensando que estaba loca o que yo había hecho algo fuera de lugar, por mas vueltas que le di no encontré ninguna falla y me dije que efectivamente estaba loca, esa tarde se retiró antes que nadie saludando en voz alta con un "hasta mañana", estuvo el resto de la semana hosca y huraña como era habitual en ella, durante un par de días me devane los sesos pensando en que había pasado, en que había metido la pata, no encontré nada y me convencí que estaba chiflada, mejor dicho estaba normal, lo anormal había sido lo otro, debo reconocer que la situación me deprimió lo suficiente como para rechazar alguna invitación de mis amigos y decidí que el fin de semana lo aprovecharía para descansar y reponer energías. El viernes a media tarde se acerco Omar, el cadete, diciéndome.



Che, la bruja quiere que vayas a su oficina.



Que quiere?



No tengo idea, pero te conviene ir rápido… hoy está en uno de esos días, jajaja.



Que le pasa?



No se, debe ser el mal de pornoco (argentinismo que significa por no coger) y está insoportable.



Decile que ya voy.



Ni en pedo, decíselo vos, hoy ya tuve bastante de normitis, jajaja.



Cobarde, jajaja.



Terminé lo que estaba haciendo y fui de mala gana, antes de golpear la puerta noté que me miraban como con lastima y dándome aliento, evidentemente Omar habia comentado que me habia llamado con cara de pocos amigos, llamé a la puerta abriéndola.



Permiso.



Pasá y cerrá.



Ingresé y antes de cerrar miré a la oficina general, me volvieron a mirar con gestos de resignación, inclusive Sandra extendió la mano levantando el pulgar deseándome suerte, cerré y me quedé parado esperando, - Sentáte – dijo esbozando una sonrisa mientras me señalaba una silla, esa expresión me puso alerta haciéndome sospechar que la charla no tenia nada que ver con lo laboral.



Soy todo oídos – dije prudentemente.



Al contrario la que soy todo oídos soy yo… decime lo que quieras… tenés razón en todo y espero que me entiendas.



No tengo nada que decirte… me llamaste y aquí estoy – dije tratando de entender que se traía entre manos.



Miráme – dijo levantándose y yendo al centro de la estancia giró sobre su eje.



Se había puesto la misma ropa del lunes anterior, conjunto de falda angosta poco mas arriba de las rodillas, la casaca desabotonada, la blusa blanca y traslucida permitia adivinar los pezones oscuros y puntiagudos, tres botones desabrochados insinuaban el valle de los senos y zapatos de tacón alto, labios pintados de un rojo apagado y un toque de sombra en los parpados resaltaban una mirada vivaz, estaba hermosa, sexy, sugerente, por un instante estuve a punto de sucumbir a sus encantos, olvidándome de una semana espantosa, traté de disimular la impresión.



Ya te vi… y ahora que querés que haga? – pregunté en tono ambiguo.



Tocáme para ver si estoy como te gusta – respondió acercandose con un paso felino, quede estático simulando indiferencia, me tomó una mano y la apoyó en sus glúteos.



Ya está… y ahora?



No me hagas sentir peor de lo que me siento, por favor entendé que no me es fácil.



Norma, nada es fácil…



Norma?.. no soy más Normita?



Norma… - repetí ignorando su acotación – nada es fácil… estas muy linda, como a mi me gusta, pero estamos trabajando y si no tenés nada interesante que decir vuelvo a lo mío. – dije amagando a levantarme.



No te vayas… deja que te explique, por favor… si?



Dale.



Me voy a sentar, por si entra alguien…



Dale.



Lo que te voy a decir lo ensayé una y mil veces… nunca viví una situación semejante y no se por donde empezar… el lunes pasé uno de los mejores días de mi vida, y lo voy a recordar por siempre sin importar si se vuelve a repetir o no… eso esta en vos… te dije que volví a sentir que le importaba a alguien, y es verdad, volví a casa y me sentí sola, creo que si hubiera tenido tu teléfono te hubiese llamado… se que hubiera sido un error pero quería decirte que me hubiera gustado dormir abrazándote, sintiéndome protegida, mimada, comprendida, amada como nunca, quería decirte que te extrañaba, quería que sepas que me sentí tu putita y que fui feliz siéndolo, quería que sepas que estaba dispuesta a hacer lo que quisieras y que no supe como decírtelo… no sabia si lo que hicimos estuvo bien o no… no sabia con que cara venir a la oficina… no sabia como hacer para ocultar que me moría por una caricia, un beso o simplemente una palabra… estaba asustada y me volví a encerrar en mi misma… me juré mil veces que no se volvería a repetir… pero no puedo sacarme de la cabeza tus caricias mientras me escuchabas atenta y pacientemente, me sentí increíblemente contenida y con ganas de contarte todo… como ahora, que te hablo como si lo hiciera sobre un tercero… debo parecer una cotorra… me siento una tarada que no sabe como manejarse con un mocoso divino… que ironía, no?, toda una mujer experimentada confesándose con su joven amante.



Se produjo un incomodo silencio, nunca había imaginado semejante declaración, era evidente que su momento era peor de lo que había comentado y la confusión le hacia decir cosas que seguramente no sentía, indudablemente necesitaba un hombro donde apoyarse y yo le había caído como anillo al dedo, creí conveniente bajar los decibeles y ayudarla a ordenar las ideas, no era lógico que dijera lo que decía, la interrogué con la mirada si tenia algo mas por decir y cerrando los ojos me cedió la palabra.



Normita… sos la mujer mas hermosa que conozco y ojala algún día me permitas ser tu amigo… estos días me sirvieron para reflexionar y entender el significado de solo piel, hoy tengo claro que me encanta que seamos confidentes, amantes si queres llamarlo de otra manera, te confieso que no estoy seguro de poder serlo… lamento no haber vivido lo suficiente y tengo miedo de defraudarte… no puedo prometerte nada pero podés estar segura que todo lo que haga o diga va a ser honesto y sin segunda intención… excepto…



Que?



Alguna vez te voy a pedir que te vistas de determinada manera o que hagas algunas cositas que me gustarían.



Entonces… puedo interpretar que me perdonaste y que a pesar de lo mal que te traté aun me queres.



No nenita… nada mas lejos de la realidad, todavía no se que voy a hacer con vos, me siento muy dolido.



Sos un tramposo, eso ya me lo hiciste una vez. – dijo con una sonrisa franca por primera vez



No me acuerdo – dije respondiendo a la sonrisa.



Sos un odioso… pero tenés razón, que tengo que hacer para que me perdones?



Lo primero es ver como organizas tu vida para que nos podamos encontrar fuera de la oficina.



Hoy es imposible… pero mañana a la noche puede ser, dame un tiempito para pensar en algo y te aviso.



Cuando?



Dentro de un rato, tenéme paciencia por favor… yo estoy mas impaciente que vos.



No te creo, si lo estuvieras ya me hubieras dado un besito.



Estas loco… mirá si entra alguien.



Te parece?... tenés a todos asustados.



En serio? – dijo mientras se levantaba y acercaba para tomarme de la mano invitando a que me parase, lo hice y colgándose de mi cuello me beso tiernamente – Te quiero -



Salí dando un portazo con cara de circunstancias, me contemplaron interrogándome con la mirada y fui a mi escritorio, durante el refrigerio vino el interrogatorio.



Che, que pasó? – pregunto Omar.



Me recagó a pedos la muy turra.



Porque?



Ya esta, olvidáte.



Dale, que pasó? – repreguntó Sandra.



Ya lo dije… me levantó en peso y listo, ya pasó… pero a esta hija de puta se la tengo jurada.



No sos el único, pero porque? – insistió Sandra.



Vos te acordás del impuesto de XXXX? – le pregunté fulminándola con la mirada.



Si claro, que tiene?



Como mierda lo pagaste?



Con un cheque.



Si fue con un cheque, porque lo imputaste a Caja?



No puede ser – respondió defendiéndose.



No puede ser?, mirá el libro de Caja.



Esperá – dijo yendo a su escritorio, volvió al poco rato con cara seria – Es verdad, metí la pata… y vos que tenés que ver?



Nada, pero en el sorteo me toco a mí.



Y porque no le dijiste que fui yo?



Porque vos ya tenés bastantes problemas con ella… no me interesa saber que pasa entre ustedes… y a mi lo que diga me resbala.



Esta bien… pero no entiendo que tenés que ver vos.



Muñequita, según parece yo tendría que haberme dado cuenta cuando le di la imputación contable… pero ya está, ya pasó… que piensan hacer el fin de semana? – pregunté dando por terminado el tema.



Seguimos con el refrigerio cada uno contando sus planes y tocando tangencialmente el tema del cheque, al finalizar volvimos a nuestros respectivos puestos y Sandra me dijo.



Te debo una. – dándome un beso en la mejilla delante de todos.



Olvidáte



Cuando quieras un café, lo pago yo.



Dale.



Me enfrasqué en el trabajo, pensando que andaba de liga, había quedado bien con mis compañeros, Sandra habia dicho que algún día nos teníamos que encontrar, Norma era una realidad y gracias a algo que habia solucionado oportunamente, todos creían que no la soportaba igual que ellos, en medio de las reflexiones sonó el teléfono interno.



Hola



Tengo permiso!!!



Que?



Que mañana tengo permiso.



Ah... si… Perdonáme estaba pensando en otra cosa.



Te mato, mira que soy muy celosa, jajaja.



Vos sos la única… espero que no sea como la Cenicienta.



No tonto, eso es para seminarios y afines, las despedidas de soltera tienen más tiempo.



Despedida?... y quien se casa?



Tú prima.



Pero si ya se casó, volvió de la luna de miel y ni siquiera trabaja mas acá



Eso lo sabemos vos y yo, en mi casa se acaban de enterar, primero que existe y segundo que se casa.



Mira vos… y vas a ir sola?



Y si… vos me acompañarías?



Depende.



De que?



Como vayas vestida.



Que te gustaría? – respondió en un susurro meloso.



Sorprendéme.



No seas malo, que querés que me ponga?



Sexy.



Eso descartado… me refiero a lo exterior.



Sorprendéme.



Mirá que puede no gustarte



Vos me gustás con batón y ruleros.



Sos un dulce, te quiero.



Terminó el día sin pena ni gloria, Norma se retiró antes previo a acordar lugar y hora, facultad, hogar, cena en familia, mangazo (argentinismo por pedido) a mi viejo del auto, sueño, desayuno, almuerzo, siesta, café con amigos y hora de cita.



A la hora exacta llegué al punto de encuentro, Paseo Colón y Brasil, frente al Parque Lezama, me ubiqué como esperando un colectivo, no tuve que esperar mucho y la vi bajar en el poste indicador contiguo, debo reconocer que la primera impresión fue desalentadora, sacón negro de hilo tejido a los tobillos abotonado desde el segundo ojal hasta un poco mas abajo de la cintura, lo que quedaba abierto dejaba ver unas botas pirata negras de tacón alto, normal era el tipo de uniforme que estaba de moda, nos acercamos dándonos un piquito a modo de saludo.



Hola Bebe, te extrañe, fue el sábado mas largo de mi vida, no veía la hora de encontrarte, me pase la tarde cosiendo, todo lo que ves es de mi hija, se donde va a ir así podemos estar tranquilos, tengo permiso hasta cualquier hora…



Normita, espera – dije dándole un piquito – tenemos todo el tiempo del mundo, antes que me cuentes nada decidamos que hacer.



Estoy un poco acelerada, no?... lo que digas esta bien, solo tenemos vedado Lavalle, Carlos Pellegrini, Corrientes y Florida,



Perfecto, entonces vamos para Barrio Norte.



Que tomamos?



Vení, la parada del colectivo esta a la vuelta.



Vamos – dijo tomándome del brazo – te gusta como me vestí?



Estas divina.



Mentiroso, si no me viste.



Huy, perdón… la confundí con otra persona, creí que era Normita.



Tonto – dijo dándome un piquito – esperá que me abra el saco.



Ahora no, en el colectivo



Ni loca, me va a mirar todo el mundo.



No creo – dije sacando las llaves del auto, abrí la puerta y la invite a subir – Adelante.



Tenés auto? – preguntó asombrada – no lo sabia.



Todavía no, es de mi viejo… pero si las cosas me salen como espero, el mes que viene empiezo a buscar.



Y porque el mes que viene?



Me faltan unas monedas.



Ah… eso… - comentó como para si misma – Bueno, que te parece? – preguntó después de haberse abierto el sacón y exhibiéndose como una modelo.



Que hijaeputa!!! – dije impactado, pensé que si la cara no la denunciara como una mujer grandecita, pasaría tranquilamente por una adolescente en época escolar, falda escocesa tableada a centímetros de medio muslo, blusa negra traslucida y una chalina negra larga anudada al cuello cuyas puntas ocultaban el pecho.



Sos un ordinario, pero parece que te gustó – dijo sonriendo mientras separaba las puntas de la chalina insinuando picaramente el valle de los pechos.



Me muero… pellizcame, sos un sueño – dije intentando acariciarlos.



Tranquilo… hay tiempo – dijo abortando el movimiento con una mano y dándome un beso leve en los labios – Vamos?



Subimos al auto y enfile directamente a un night club ubicado en las inmediaciones de Anchorena y Santa Fe al cual habia concurrido en otras oportunidades tambien con chicas mayores, tenia la certeza que nadie se metia con nadie y no llamaria la atención la diferencia de edades. Durante el trayecto me cansé de acariciarle los muslos sin intentar nada mas a pesar de sus insinuaciones, al sentir que mi mano se aproximaba al monte de venus separaba las piernas dándome vía libre, inmediatamente volvía a las rodillas, quería ponerla a punto para mas adelante, me contó que el vestuario era de su hija ya que al ver su cama llena de ropa le preguntó que pasaba, la habia puesto al tanto de la despedida y la nena le habia recriminado que con esa ropa propia de un monasterio no podía ir y le propuso que usara algo de ella, divertida dijo que le contesto que su ropa no era apropiada para una señora casada y que prácticamente la habia obligado con el argumento que el estar casada no impedía vestir a la moda y que no era tan vieja como para disfrazarse de monja, dijo que a regañadientes habia aceptado sus sugerencias pero que tuvo que bajar el dobladillo de la pollera ya que era un escándalo impropio para su edad. Le dije que su hija tenía razón y que algún día tenia que conocerla, me dió un cariñoso pellizco diciendo "ni se te ocurra". Con respecto al horario, me comentó con gesto pícaro que habia inducido al marido a que él le insistiera en que si se estaba divirtiendo como el fin de semana anterior, evitara volver sola tan tarde y que se quedara en casa de alguna compañera para viajar de día por seguridad y que si esto ocurría ella le avisaría para su tranquilidad.



En la puerta nos recibió muy sonriente un señor que hacía las veces de portero, cuidador y llegado el caso vigilante, quien cordialmente saludó tal como habitualmente lo hacia con cualquiera, correspondí francamente a su cumplido como si lo conociera de toda la vida, nos franqueo la entrada y una señorita muy sensual, repitió el tratamiento, solicité un reservado y nos acompaño iluminando el camino con una linterna, Norma al ver el lugar se apretó fuerte a mi brazo y pude notar, a pesar de la penumbra, una mirada preocupada, la tomé de la cintura tranquilizándola, ocupamos el lugar e hice el pedido de bebidas.



Que es esto? – preguntó intrigada.



No te gusta?



Si… pero es algo mas que intimo, no se ve nada.



No creas, en un ratito acostumbrás la vista y se distingue casi todo… Permitíme – dije ayudándola a que se quite el sacón.



Parece que sos habitué, te saluda todo el mundo. – comentó luego de sentarse con las piernas cruzadas.



Tanto como habitué, no, pero vine algunas veces.



Y con quien?



Es importante?



No… Perdonáme pero nunca vine a un lugar así y me pone nerviosa.



Queres bailar y te tranquilizas un poco?



No… no hace falta… después vamos – respondió pausadamente mirando a todos lados.



Que buscás?



Nada… quiero saber donde está el toilette.



Ves esa luz verde?... ahí están los dos.



Que dos?



Damas y caballeros



Claro… fue una pregunta estúpida… tenias razón ya puedo distinguir algo.



Viste, yo no miento… confia en mi – dije dándole un piquito -, al que respondió todavía algo tensa.



Trajeron los tragos y repetimos, en medio de caricias y besos charlamos banalidades y temas íntimos, de a poco se fue relajando y comenzó a ser la que me gustaba, desenfadada con un toque de recato muy femenino que la hacia irresistible… bailamos lento, muy pegados y en silencio un buen rato, quería manosearla, sobarle los pechos pero me contenía esperando el momento justo, volvimos a la mesa y me hizo sentar a mi primero en un rincón del sillón, se acostó apoyando la cabeza en mis muslos y las piernas en el apoyabrazos.



Te acordás?



Como olvidarlo – respondí acariciándole los pechos por encima de la blusa.



Sabes… creo que ese fue el click, no se… lo sentí cariñoso, sabia que no era así, tal vez era lo que necesitaba en ese momento y me sentí bien.



Solo piel, Bombón… no nos apuremos – dije acariciándola suavemente.



Tenés razón… pero a veces me siento como cuando estaba de novia… - susurró apoyando su mano sobre la mía guiándola.



Me encantaría que lo seas, pero no queres – dije agachándome para darle un beso.



Tonto… sos muy joven para tener una novia tan grande… tenés toda una vida por vivir… y tiene que ser al lado de una chica como vos, yo estoy bien así… mintiendo para tenerte un ratito.



No se que decirte



No digas nada… queréme Bebe, acariciáme toda… haceme sentir tu mujer – murmuró llevándome la mano a su entrepierna.



Esto sobra – dije tirando del elástico de su bombacha.



Lo se… pero no me animé, esta pollerita es muy corta… se podía ver… - dijo quitándosela.



Que hiciste? – pregunte sorprendido al notarle la vagina sin vellos.



Pensé que así es más higiénico… No te gusta? – preguntó en un tono compungido.



Mucho – respondí acariciándola, intente palparle los muslos y lo impidió presionando con su mano la mía en la vagina, comencé a dedearla rozándole el clítoris y aflojó un poco la mano… lentamente la invadí con el dedo medio, estaba húmeda… - Ahí, mi vida, porque tardaste tanto? – murmuró retirando su mano, sentí mi sexo endurecerse y comencé a mover la cintura haciéndoselo notar, giró la cara hasta apoyar la mejilla moviéndola en pequeños círculos… el dedo entraba y salía totalmente mojado… ya eran dos los usurpadores y los recibía con sordos gruñidos de placer, con la otra mano aflojé el cinturón, corrió la cara hacia mis rodillas en una autorización tácita, desplacé la ropa y volvió a apoyar la mejilla en mi sexo, en tanto yo seguía metiendo y sacando los dedos… sentí aire calido que me llegaba al falo y el roce de sus labios recorrerlo, le acaricié la nuca suavemente indicándole mi complacencia y renové con ímpetu el vaivén de mis dedos en su intimidad… dejé de sentir y miré extrañado que pasaba, estaba mirándolo mientras se humedecía los labios con la lengua… mansamente se fue acercando al bálano y comenzó a dar suaves besitos con los labios casi cerrados… lentamente entreabrió la boca lamiendo como con miedo el glande, con un leve movimiento le indiqué que continuara, sentí sus labios ajustándose como una abrazadera abarcando toda la cabeza y la lengua rodeándola, ensalivándola... un ligero estremecimiento me avisó que estaba camino al éxtasis y me dediqué a satisfacerla olvidandome de mi, cruzó las piernas violentamente entre bufidos y sonidos incongruentes, apretó los labios causándome un respingo y quitó la boca mirándome alarmada, le sonreí mientras levantaba su cara para besarla y continué masturbándola, sentí mi mano mojarse con sus flujos cálidos y un prolongado suspiro… lentamente abrió los ojos y una mueca parecida a una sonrisa se dibujó en su rostro, quitó mi mano de su interior y me hizo acariciarla esparciendo sus jugos por toda la zona, volvió a cerrar los ojos respirando agitada por la boca, con un ligero apretón detuvo los mimos dejando mi mano tapándole la vulva, poco a poco fue normalizando la sofocación, se incorporó acomodándose a mi lado, – Te quiero coger – murmuró mirándome fijo – Ahora – afirmó en un tono que no admitía discusión, asentí con la cabeza y me acomodé apoyando la espalda en el respaldo, se ubicó con las rodillas en el asiento y las piernas paralelas a las mías, tomó el falo con una mano y con la otra separó los labios, lo ubicó y se dejó caer penetrándose en un movimiento, quedó estática apretando y aflojando los músculos vaginales – No hay peligro, no hables y no hagas nada, te quiero hacer el amor – advirtió para luego sonreír, abrazarme por el cuello y besarme profundamente, se empezó a mover lentamente apretando cuando bajaba, aflojando en la subida, me abrió la camisa y restregó enérgicamente las tetas en mi pecho… se movía en círculos… de atrás para adelante continuamente oprimiendo y soltando… la tomé de la cintura para acompañar su oscilación, deshizo el abrazo y me obligó a apoyar las manos en el asiento volviendo a abrazarme, sentí una sensación extraña, por primera vez era dominado y no me terminaba de convencer, ya habría tiempo para aclararlo, lo único que podía hacer era mover las caderas afirmando los pies en el piso – Dejáme a mi, por favor – me susurró en el oído para después morderme el lóbulo de la oreja respirándome en el oído – Mío, todo mío -, repetía moviéndose como poseída, - Puta… puta… muy puta -, sentí mariposas en el estomago preanunciando un orgasmo fenomenal, la adrenalina de pensar que habia otras parejas tras el panel de madera que no se enteraban lo que pasaba y si lo hacían no llamaba la atención ya que cada una estaba en una situación similar, hacia que la sangre entrara en ebullición… después de todo ese lugar era para eso como paso previo a una relación carnal, la oscuridad y la música lo suficientemente alta como para tapar cualquier sonido ayudaban a crear un clima excitante… - Me viene… ya… ya… acabo mi vida… mmmghhh -, apretó el abrazo sofocándome y una poderosa convulsión incontrolable se apodero de mi… - Te siento mi vida… llename… llename... otro mas… si… si… te quiero -, la tomé de la cintura en medio de mis espasmos, parecíamos dos peleles temblando descontrolados, murmurando incoherencias…, los estremecimientos se sucedían uno tras otro incontenibles, maravillosos… con el último me relajé de tal manera que los brazos no me respondían, boqueaba tratando de aspirar el aire que se negaba a llenarme los pulmones, no podía decir nada coherente, solo trataba de respirar…



Llegamos juntos – dijo cerca del oído aun respirando agitada.



Si – respondí sin ganas.



Hice lo que quise – murmuró en un tono que sentí neutro.



Si



Cogí yo



Si



Es un sueño… siempre quise hacerlo



Normita… que te pasa? – pregunté tomándola de la barbilla y obligándola a que me mire.



Nada… porque?



Estas hablando sola.



No mi amor, te hablo a vos… me siento plena y quiero que lo sepas – dijo dándome un piquito – Por favor… nunca me trates mal… si alguna vez hago algo que no te gusta, decímelo, habláme, explicáme… te voy a entender… no importa lo que pase, queréme… por favor. – dijo compungida.



De que hablas? – pregunte extrañado, empujándola de la cintura para que se desmonte.



No me eches… dejame que te sienta… me siento bien



Perdonáme, no te echo… quiero saber de que estas hablando.



Otro día mi amor…, hoy quiero disfrutar, quiero que sientas lo mismo que yo, estar juntos es un sueño y no quiero despertar.- dijo besándome la mejilla tiernamente.



Normita… no es un sueño, prometéme que algún día lo vamos a charlar.



Te lo prometo… gracias por respetarme…



Por mucho que intenté concentrarme y mantener la rigidez, la madre naturaleza hizo su trabajo y lentamente se fue encogiendo tanto que temí que se transformara en vagina, Norma salio de su quietud y después de besarme en la frente se acomodó a mi lado acurrucándose en mi regazo, como por arte de magia se me desvaneció el instinto animal, sentí que necesitaba una protección cariñosa y me dediqué a acariciarla y mimarla suave, lentamente lo mas dulce que pude, perdí la noción del tiempo pensando cual o cuales serian verdaderamente sus problemas, menuda preocupación habia asumido sin que me lo pida, pero presumía que era una buena mina y si estaba en mis manos debía hacer algo. Salio de su letargo sonriente como si no hubiera hablado de nada.



Me encanta el lugar, estoy sedienta… vos estas seguro que esa luz indica donde esta el toilette – pregunto dándome un piquito.



Te acompaño? – pregunte con doble intencion.



No tonto, puedo solita. – dijo sonriendo mientras tomaba la cartera y se dirigía al sanitario.



No tardes – dije en tanto me secaba con servilletas de papel y acomodaba la ropa…prendí el encendedor para llamar la atención de la camarera, hice el pedido, fumé un cigarrillo mientras pensaba en que manía tenían las mujeres yendo al tocador siempre con la cartera, nunca entendí para que.



Me extrañaste? – preguntó en tono meloso y sentándose en mi falda.



Mucho – respondí acariciándole suave la espalda.



Te dije que me gustó mucho el lugar?



Si



Bueno… la realidad es que me gusta cualquier lugar donde estemos juntitos – dijo apoyando la cabeza en mi hombro.



Vas a hablar a tu casa?



Debería… no?



Yo creo que si.



Está bien… tenés idea donde hay teléfono?



Acá enfrente, cuando quieras nos vamos.



Tan pronto?



Tenés que hablar.



Pero no quiero irme… me gusta estar así con vos – dijo dándome un piquito.



A mi tambien, pero lo primero es lo primero… terminemos el trago y vamos.



La ayude a ponerse el sacón, el cual abotonó casi en su totalidad, aboné la cuenta y salimos, para esa época ya era tarde, poco mas de las dos de la mañana, del hombro cruzamos la calle y me dirigí al hotel, me acompañó en silencio y tomándome de la cintura, ya no se escondía, pedí un pernocte y nos dirigimos a la habitación.



Tramposo, íbamos a buscar un teléfono.



Si… ahí tenés uno.



Y como hago?



Pedí una línea y hablá mientras yo preparo el baño.



Pero…



Nada… hablá y si terminás antes que yo, me esperás sentadita en la cama.



Realmente no habia nada que preparar, solo debía higienizarme, fumar un cigarrillo y esperar a que hablase, no quería que se sintiera incomoda con mi presencia, me puse el slip, la camisa abierta y volví a la estancia.



Listo – dijo con una cara que no me termino de convencer.



Que dijiste? – pregunté sentándome a su lado.



Que estábamos en lo mejor y que habia arreglado para dormir en casa de Estela – respondió con el mismo gesto.



Con quien hablaste?



Con mi marido.



Y porque esa cara?



No se… me siento incomoda… hablar con el y vos al lado… nunca creí que podía hacer algo así…



Normita… voy a hablar a mi casa y lo charlamos.



Para que vas a hablar?



Para que sepan que estoy vivo… acaso tu hija no lo hace?



Si, pero… no se me habia ocurrido que vos…



Bombón… tengo la edad de tu hija.



Claro… es verdad… hablá tranquilo…



Hola, buenas noches… usted es el padre de su hijo… … en un boliche muy íntimo y con una pendeja espectacular… … … por supuesto… … … no se, esperá… - Hasta que hora tenés permiso? – pregunté a Norma -, - Hasta las 10/11 mas o menos – respondió intrigada, Hola… cerca de mediodía… … … como siempre… … … bueno, todo bien… … … chau dale un beso a la vieja, ojo, solo un beso, con una hermanita me alcanza… … … es tu esposa y tiene libreta de casamiento, chau, los quiero mucho.



Siempre les hablas?



Siempre, así se quedan tranquilos.



Y no preguntan donde o que estas haciendo?



Siempre, y depende quien me atienda le cuento todo… recién hable con mi viejo.



Me imaginé – dijo esbozando una sonrisa – casi me muero cuando me preguntaste la hora, pensé que me ibas a nombrar… y cuando te atiende tu mama, que le decís?



Básicamente lo mismo, la diferencia es que le digo que estoy con una loca, que se la voy a presentar y que prepare una buena cena para recibirla como corresponde.



Yo, si fuera tu mamá te mato.



Pero no lo sos… pero, me estas cambiando de tema, porque tenias esa carita? – pregunté dándole un besito en la mejilla.



No me hagas caso… son pavadas que me vienen a la cabeza… y no es el momento, otro día te invito un café y te cuento… sos muy dulce ese besito me encantó… no hay mas?



Los deje en el baño… si te desvestís los podemos ir a buscar juntitos.



No se… tengo frío – dijo sonriendo provocadora, intempestivamente se habia transformado en una mujer cautivante y sensual, me empezaban a preocupar esos cambios tan repentinos.



Y si te ayudo?



No se… probemos – dijo humedeciéndose los labios sugestivamente con la lengua.



Sabés que estás muy putita – dije levantándome y estirando las manos para ayudarla a incorporarse.



Tu putita – dijo en voz muy baja poniéndose de espaldas y apoyándose en mí con la cabeza en el hombro y con las manos tomándome de la nuca incitándome a que le besara el cuello.



Lentamente lo fui besando, dándole suaves mordiscos, jugando con la punta de la lengua en tanto desabotonaba el sacón… soltó mi nuca y dejó caer la prenda, dejé de mimarla y me alejé hacia un diván que habia en un extremo pegado a la pared, giró mirándome expectante – Sos divina -, sonrió bajando la mirada con ese gesto tímido que me enloquecía, le pedí que se quitara la blusa y luego de un intercambio de miradas accedió, haciéndolo muy lentamente – Seducime – le dije embobado ante esa imagen de colegiala, la blusa a medio abrir insinuando unos pechos que invitaban a ser acariciados, la falda a medio muslo sugiriendo las piernas mas largas que recordaba afirmadas en unas botas de tacón alto que hacían resaltar su figura, sentí como mi sexo cobraba vida haciéndose notar debajo del slip, - Gracias Dios – murmuré como para mi… sonriendo se acercó con paso felino hasta darme un piquito – Te quiero, Bebe -, se terminó de quitar la blusa y nuevamente giró sentándose en mi regazo y apoyándome la espalda, me tomó las manos y las llevó a sus pechos, apoyó los glúteos sobre el falo moviéndolos suave y lentamente, ladeó la cabeza ofreciendo el cuello – Queréme Bebe, hacéme feliz -… la mimé y manoseé hasta el hartazgo, el magreo hizo que mi sexo adquiriera una dureza impensada y me separé alejándome un poco.



No te gusta? – interrogó susurrando



Demasiado, pero quiero que nos bañemos juntitos



Lo que quieras mi amor – dijo luego de un corto silencio, no parecía muy convencida,



Vení – pedí tomándola de la cintura y dirigiéndola al pie de la cama, me senté y la puse de espaldas a mi, - Sacáte la falda, por favor – le pedí acariciándole los glúteos por debajo de la pollera, entendió el juego y dobló un poco la cintura poniendo la colita en pompa en tanto se desabotonaba la cintura, se la quitó por la cabeza mientras la besaba y lamía a medida que se iba descubriendo.



Las botas – dijo muy suavemente.



Que tienen?



Como hago?... Soltáme.



Ni loco… arreglate como puedas.



Te odio – dijo sonriendo mientras me enfrentaba y me daba un piquito, para luego quitarme la camisa y el slip – Permiso – dijo en tono imperativo pero sonriendo



Se sentó en mi falda de espaldas y se agachó para sacarse las botas, le vi las tetas colgando bamboleantes y no pude resistir tocarlas, manosearlas, sobarlas, eran suaves, esponjosas, con la medida justa para caber en el cuenco de la mano, unos pezones parados y puntiagudos emergían de las aureolas contraídas y arrugadas, parecía que me pinchaban las palmas... le besé y lamí la espalda hasta donde me daba la boca, a cada mimo respondía con un gemido de placer… se descalzó y quedó con la cintura doblada como prolongando los mimos en tanto me acariciaba las pantorrillas… al cabo de un momento llevó una mano a través de su entrepierna y tomó el falo ubicándoselo entre los muslos, cerró sus piernas poniéndolas entre las mías, se afirmó en mis muslos y comenzó a moverse como fornicando… fué un momento sublime, me dejé caer de espaldas en la cama, miró por encima del hombro y nuevamente me agarró el miembro, se levantó apenas y colocó el glande en la entrada de la vulva… tuve la sensación que una lluvia cálida lo bañaba a medida que se iba introduciendo milímetro a milímetro, sentí sus glúteos subir y bajar mientras me apretaba el falo con los músculos de la vagina… - Que lindo, mi vida -… lo estaba disfrutando pero maldije el momento en que le dije "Cogéme", lo habia tomado literalmente y no me dejaba la iniciativa… se movía subiendo y bajando como si quisiera recuperar un tiempo perdido, gimiendo, suspirando, alentándose con grititos inentendibles… sentí un ligero dolor en las piernas, me habia clavado las uñas en medio de violentos temblores, acompañados de una especio de aullido contenido, cruzó las piernas atenazándome el sexo de tal forma que un reflejo me hizo envarar y abrazarla apretándole los pechos – Si, amor… así abrazáme, queréme mucho…-, el queréme mucho retumbó en mi mente, ya me estaba fastidiando, se estaba transformando en una constante que me empezaba a preocupar…, apoyó la nuca en mi hombro ofreciéndome el cuello… lo bese solo apoyando los labios y jugando con la punta de la lengua, se le puso la piel de gallina tras un ligero estremecimiento y comenzó a aflojar las piernas descruzándolas, lentamente fue normalizando la respiración…



Que va a ser de nosotros, mi amor?… - preguntó desmontándose y sentándose en mi regazo.



Porque? – pregunté sorprendido al verle nuevamente la mirada triste.



Tenía una vida organizada, sólida, prolija…



Aburrida, sedentaria, previsible… sigo?



No… por favor… no sigas – dijo dándome un beso en la mejilla, con los ojos vidriosos.



Tengo miedo que un día te quiera abrazar y no estés...



Perdón… esa es una de las pavadas que te vienen a la cabeza?



Si… lo pienso y me vuelvo loca… me digo que no puede ser… que es un error… te quiero odiar… y no puedo… no puedo… porque me besaste?... porque me haces sentir querida, comprendida, contenida?... porque te siento tanto?... porque me haces esto? – decía mientras una lagrima serpenteaba por su mejilla.



No llores, por favor Normita... no estés triste…



No estoy triste, siento una opresión en el pecho, me angustia sentirme tan bien… dejame llorar… necesito desahogarme… - dijo dándome un leve beso en los labios.



Sentí el sabor salobre de sus lagrimas y no pude evitar moquear… me sentí impotente al no saber que hacer… solo atine a acariciarle la cabeza y darle suaves besitos por toda la cara Sin darme cuenta y de la noche a la mañana los roles lógicos se habían invertido, quien debía aprender era el maestro, era una situación extraña, un imberbe conteniendo a toda una mujer, acurrucada y gimoteando por un poco de cariño, quien en lo laboral se manejaba con mano dura e inflexible, en la intimidad habia resultado dócil y sumisa, como si hubiera leído mi mente preguntó:



Sabes que es lo que me hace sentir peor?



No



El estar conociéndome con vos… un nene que podría ser mi hijo.



Normita, terminála de una buena vez… no soy tu hijo – recalque con voz firma – no soy tu hijo…



Lo se, mi vida – dijo enjugándose las lagrimas y dándome un cariñoso beso en la mejilla – es que nunca pensé en tener sexo… dejé que me seduzcas porque necesitaba convencerme que aun podía motivar a alguien… eso fue lo que hice, pero no con cualquiera… fue con vos, el chico mas dulce y cariñoso que conocí, el que me hizo vibrar en el primer contacto… el caradura que supo como tratarme y como robarme el beso que creí nunca iba a volver a dar… el irrespetuoso que me dice putita y me obliga a que lo acepte – dijo ya con una amplia sonrisa.



Normita… no te obligo a nada.



Ah, no… y quien me ordeno que le haga el amor y me dice que ropa tengo que usar.



Bueno, en eso si… pero no te obligue… simplemente es un juego motivador.



Lo se tontito, y me encanta jugar, me haces sentir una adolescente, quiero jugar a ser tu amante… quiero sentir la adrenalina de estar semi desnuda delante de todos y que ni siguiera sospechen que me mojo pensando en que te voy a hacer cuando estemos juntos.



Perdón… yo puedo hacer algo o me tengo que resignar a ser tu juguete, jajaja – dije empujándola hasta hacerla caer de espaldas a la cama en medio de cosquillas y manoseos.



Dejame, jajaja, cosquillas no, jajaja – dijo simulando escapar pero acomodándose en el centro de la cama y tomándome de las manos incitándome a que me ubique sobre ella.



No me digas que tenés cosquillas



Si, y no las soporto – dijo mirándome fijo a los ojos.



Perdiste – murmuré siguiendo con el juego sobándola toda –



No seas malo, hacé lo que quieras pero cosquillas no… Así, suave… Ahí… ahí… mmmm, que lindo, mi vida – comenzó a susurrar al sentir mi mano en su pubis.



Lentamente comencé a dedearla, cerro los ojos dejándose hacer en una actitud dócil, le tomé una mano llevándola a mi sexo rígido y babeante, cuando sentí que no necesitaba ningún estimulo la solté e inicio una delicada caricia de arriba a abajo masturbándome cariñosamente, rezumaba sus calidos jugos y la penetré con dos dedos… cerró la mano abarcándome el pene e intento llevarlo a su sexo, chocó con mi mano… abrió los ojos mientras separaba mas las piernas y luego de un profundo beso me dijo – Queréme, mi amor -, asentí con un gesto y me incorporé arrodillándome entre sus piernas sin dejar de penetrarla con los dedos… la contemplé detenidamente desde la altura… una encantadora diferencia de tono indicaba que era de usar malla enteriza… el poco maquillaje habia desaparecido y graciosas manchas negras debajo de cada ojo revelaban el rimel corrido, retrocedí un poco la cintura obligándola a que soltara el pene, me miró en una actitud sumisa… pasé las manos por debajo de sus piernas, las elevé apoyándolas en mis hombros y comencé a restregar mi sexo en el suyo cadenciosamente… una y otra vez me deslicé acariciando su cálida vagina… el flujo parecía renovarse ante cada roce y una mirada anhelante indicaba su predisposición a ser amada… tomé el pene con una mano haciendo mas ostensible la caricia, lo desplacé desde la vagina al ano desparramando sus jugos, jugueteé como al pasar en la entrada del esfínter y vuelta a hacer lo propio en la vulva, con un leve movimiento de cintura penetré apenas el glande, como un reflejo la vagina se cerró apretándome, nuevamente el vaivén, lo apoyé en el ano y el mismo involuntario cierre de la colita impidiendo todo intento… perdí la cuenta de cuantas veces repetí la misma operación… cada acometida y abandono la respondía apretando y aflojando en forma inversa los músculos de sus cavidades… un ligero estremecimiento me indico que ya estaba a punto para ser invadida, simultáneamente comencé a sentir mis propias vibraciones, el cuerpo me pedía a gritos que descargase, mucho tiempo mas no iba a poder aguantar y en una de las idas y vueltas apoyé el glande en la entrada del recto presionando suavemente… me miró a los ojos como rendida, se mordió el labio inferior y un gesto resignado me dio vía libre… entendí que lo aceptaba pero no era el momento, me retiré moviendo levemente la cintura y lo ubiqué entre los abiertos labios menores… presione y una vez posicionado en la entrada la fui invadiendo lentamente… un brillo muy especial en su mirada, mezcla de gratitud, placer y deseo me hicieron terminar de penetrarla violentamente… bastaron pocos movimientos para que las vibraciones que sentía se transformaran en violentos espasmos – Me vengo mi amor – dijo haciéndome caer sobre su cuerpo tirándome del cuello en un abrazo sofocador – Te siento… llename… cogé a tu puta… - farfullaba haciéndome sentir un superhombre, sentí que un millón de luces de neón se prendían y apagaban acompañando cada descarga – Otro mas, mi amor… no pares… rompeme toda… - seguí entrando y saliendo por instinto, mecánicamente… - Normita, mi amor… no me dejes nunca – me escuche decir, el inconsciente funcionaba independiente de la razón, entre ahogos y profundas inspiraciones intentaba decirle algo tierno… - Te quiero toda -, - Si mi vida, soy toda tuya -, me pareció escuchar antes que un colosal estertor me elevara al séptimo cielo haciéndome desplomar sobre su cuerpo húmedo imposibilitado de hablar o moverme como quería, lo intentaba pero no podía… - Nunca te voy a dejar, mi Bebe… te quiero – me pareció escuchar como un rumor lejano.



Un agudo sonido me despertó, tardé unos instantes en adivinar de que se trataba, levanté el tubo escuchando que una voz informaba – Su turno señor -, - Si, gracias – respondí tratando de terminar de ubicarme en tiempo y espacio, no se como estaba boca arriba, Norma echa un bollito a mi lado con la cara apoyada en el pecho, totalmente dormida y respirando placidamente con una sonrisa dibujada en la boca, un brazo apoyado en el estomago, una pierna sobre las mías y su sexo pegado a mi cadera, la contemple un largo rato, pensando en la diferencia entre la Norma compañera de oficina y esa que tenia a mi lado, comencé a despertarla con leves besos en la nuca y suaves caricias en la espalda.



Estoy despierta… pero seguí acariciándome – susurró sin moverse.



Bebe… ya es de día.



Que hora es?



Las 10, se te va a hacer tarde.



No me importa, dejame un ratito más.



Todo el que quieras… me encanta tenerte así… pero no quiero que tengas problemas por mi culpa.



No te preocupes… total no le importo a nadie.



Ni siquiera lo pienses, a mi me importas y mucho.



En serio Bebe?...



Mas de lo que crees.



Entonces… no soy nada más que tu putita amante?



Normita… para putitas voy a Plaza Falucho (en ese entonces uno de los tantos lugares donde se conseguía sexo por plata) y listo… pero eso no me interesa.



Entonces me queres?… aunque sea un poquito.



Normita… mucho mas que un poquito… - respondí sin dejar de acariciarla – sos una chica maravillosa, mucha gente te querría si cambiaras un poquito el carácter… me gustaría saber porque sos tan agresiva con los demás cuando, al menos conmigo, no sos así.



No lo se… con vos me siento segura, protegida.



Alguna vez me vas a tener que contar que te pasó y ojalá no sea algo solucionable porque si fue una pavada… vas a cobrar – dije dándole una palmada en los glúteos.



No me retes, por favor… te prometo que vas a saber todo… ahora dejame un ratito mas así.



Bebe, todo el tiempo que quieras… dejame avisar que tomamos un turno mas y pido un desayuno… queres?



Si, estoy famélica – respondió con un besito en la mejilla y yendo al tocador.



Pedí un nuevo turno junto al desayuno y avisé en mi casa que estaba todo bien y que no sabia a que hora volvería, por suerte me atendió mi padre y no tuve que dar muchas explicaciones, fumé un cigarrillo mientras esperaba el pedido y al terminarlo aun se escuchaba el agua de la ducha corriendo, me levanté e ingresé al baño. Me recibió como esperándome, nuevamente sonriendo y con una actitud pudorosa, encantadora, un brazo cubriendo los pechos y una mano ocultando el sexo, pequeñas islas de espuma tachonando el cuerpo, se veía radiante, de los ojos parecían brotar chispas, la cara recién lavada sin rasgos de cansancio, el agua deslizándose por el cuerpo producía reflejos que invitaban a admirarla, con un gesto le rogué descubrirse, bajó la mirada y en silencio estiró los brazos estimulándome a que me acercara… el contacto con el agua fría me produjo un fuerte estremecimiento, me abrazó susurrándome en el oído – Necesitaba un poco de agua fría – la tomé por la espalda y los glúteos atrayéndola, el frescor habia erizado todo su cuerpo… sentí los pezones punzándome el pecho mientras se restregaba casi colgándoseme del cuello.



Estas divina – murmuré besándole la frente



En serio te gusto… sabés esta es la segunda vez que comparto la ducha.



Me engañas con otro? – pregunte divertido.



No tontito, fue hace mucho tiempo… mas de 16 años.



Y como fue eso? – pregunte intrigado.



Estaba a punto de parir y sola no podía.



Huyy… no me digas que estas a punto de parir, jajaja.



Mira que sos loco, - dijo casi riendo - Siempre decís cosas que me hacen sentir bien… me dejas que te lave? – murmuro bajando una mano hasta acariciarme el falo.



Nunca deseé algo tanto… pero con agua un poco mas tibia



Venga mi bebé – murmuró agachándose y como hablándole a mi sexo – Su putita le va a hacer muchos mimitos… - dijo enjabonando y enjuagando – Sabia que se portó muy bien y merece un premio – susurró dando un suave beso en el glande… lentamente lo fue recorriendo con la punta de la lengua… le acaricié la cabeza remarcando los suspiros haciéndole notar el placer que me causaba, lo lamió, besó y acarició una y mil veces… pero era evidente que ese día no iba a pasar de ahí y no me interesaba forzarla.



Normita – llame su atención tomándola de la barbilla forzándola a ponerse de pie – Nunca hagas nada que no quieras hacer…



Quiero hacerlo mi vida… pero nunca lo hice y tengo miedo de hacerlo mal… quiero que seas feliz como yo y no se que hacer.



Todo a su tiempo… una vez me dijeron que si algo se hace instintivamente puede salir mal… recordás?



No puede ser… hasta de eso te acordás… que tengo que hacer para odiarte?... – dijo dándome un besito muy suave e los labios.



Estas haciendo algo.



Que?



No avisás en tu casa que es de tu vida, yo acabo de hacerlo… y si por una irresponsabilidad tenés algún problema… te mato – dije amenazándola.



No me retes, por favor… tenés razón… esperame, no te vayas.



Antes de salir tomó un toallón para cubrirse, se lo arrebaté y señalé con el índice el teléfono indicándole que vaya desnuda, hizo un mohín de desacuerdo, tomó el aparato pidiendo línea, marcó y esperó a que la atendieran sentada en el borde de la cama, cuando comenzó la charla me acerqué por detrás acariciándole los pechos y dándole besitos en el cuello… se revolvió intentando rechazarme y me miro furiosa recriminándome… - Nos acabamos de levantar, avisále a tu padre que almuerzo acá y voy para casa – a esa altura de la charla la estaba jalando para apoyarla en el centro de la cama, se resistía pero no podía hacer nada sin levantar sospechas… - Bailamos toda la noche, estoy reventada – me monté en su pecho y comencé a darle golpecitos en la cara con el pene, movía la cara procurando evitarlos mirándome irritada, lo apoye en su boca haciendo con la mía el gesto de un beso – En Palermo a dos o tres cuadras de Santa Fe – contestó continuando la charla mientras con la mirada pedía que me quedara quieto, afirmé mis piernas entre las suyas y me desplacé hacia abajo solazándome con sus pechos – Está preparando el desayuno – continué reptando besando y lamiéndole el abdomen – Están jugando en su habitación – seguí deslizándome hasta llegar con la cara a su vagina… me miró desesperada negando enérgicamente con la cabeza… - Después te cuento… pero que quede entre nosotras – aspire su aroma y comencé a lamerla delicadamente – Delgado, alto, buen mozo… no se nena, no le pregunte – lentamente se fue relajando, tome el clítoris con los labios dándole leves golpecitos con la lengua, suaves suspiros me indicaron que estaba entregada… - No seas tarada nena… sola… con quien voy a estar? – dejó de hacer fuerza con las piernas y las separó aceptando los mimos, la salivé e introduje un dedo moviéndolo lentamente sin dejar de jugar con su clítoris, la miré, tenía los ojos cerrados y se humedecía los labios con la lengua – Me llaman para desayunar… te dejo… te quiero mucho… si… no seas cargosa… con todos los detalles… un besito -, colgó el teléfono y comenzó a acariciarme la cabeza… - Te odio mi amor… como podés hacerme algo así… - murmuró como para si misma mientras movía las caderas acompañando mis lamidas y presionándome de la nuca como si quisiera introducirse mi cara… sus cálidos jugos comenzaron a bañarme la cara… comencé a meter y sacar los dedos mas rápidamente moviéndolos en circulo en su interior mientras le daba suaves mordiscos en el clítoris… cerró fuertemente los muslos simultáneamente dejó escapar un prolongado gemido mientras contraía violentamente el abdomen… continué dedeándola por unos momentos y me incorpore poniendo sus piernas en mis hombros, la penetré de un solo golpe… las paredes de su vagina se aflojaron aceptando la brusca invasión… bombeé como si fuera la ultima vez – Me muero… basta, por favor… no pares… mi vida… te quiero mi amor… - comencé a sentir un estremecimiento que me nacía de lo mas profundo y seguí impulsándome como un poseso… vacié lo poco que me quedaba y me desplomé reventado sobre su cuerpo, habia sido la noche mas larga, gratificante, difícil de repetir y deliciosamente extenuante de mi vida.



Sentí un empujón que me hizo caer de espaldas y un cuerpo que se acostaba encima, seguí con los ojos cerrados tratando de recuperarme… un millón de besos humedecieron mi cara.



Te amo – dijo en voz muy baja



Solo piel. – respondí.



Te amo y no me importa nada.



Normita… solo piel… pensá que hasta hace muy poco ni siquiera sabias que existía… fue todo muy rápido… puede ser la novedad, tu estado anímico, tus ganas de sentir… no se… puede ser cualquier cosa.



No mi amor, nunca sentí tanto… y no hablo de cantidad ni calidad, es algo mas hondo, hoy me di cuenta que toda la vida cogí, nunca hice el amor.



Pero no puede ser – dije preocupado.



Lo se… recién cuando hablaba con mi hija hiciste algo que pensé usarlo como excusa para decirte que te odiaba.



Perdonáme, creo que pase el límite.



Si, lo repasaste… pero no pude enojarme… todo lo que haces me gusta… toleras mis tiempos… me comprendes… me tenés paciencia… me hiciste sentir que el sexo es lo mas maravilloso que existe… que no tiene limites… que se puede gozar mas de una vez…



Normita… vos lo estas diciendo… es sexo, solo piel, no amor… te propongo algo…



Lo que digas.



Tomémonos unos días, pongamos la mente en blanco y lo charlamos de nuevo… si?



Como quieras, mi amor… es muy posible que tengas razón… seguramente es así… pero me siento feliz, deseada, querida como hacia mucho no sentía… me gusta ser tu putita y que me lo digas.



Huyy… para que seas mi putita falta mucho.



Exactamente eso es lo que quise decir… enseñáme, necesito serlo… como no te voy a querer si respetas mis temores y en lugar de enojarte me mimas.



Y lo voy a hacer hasta que me digas lo contrario.



Perdon, eso era para nosotros? – preguntó casi riendo.



Se debe haber enfriado.



No importa, si vos me invitas a una ducha juntos, yo te invito a almorzar tambien juntos, jajaja.



Hecho… pero pago yo.



Ni se te ocurra, tomálo como una colaboración para el auto propio.



Nos bañamos entre mimos y caricias riendo como dos estúpidos por cualquier cosa, se la veía alegre y despreocupada, nos vestimos y salimos, por un momento el sol me encegueció, habia sido una jornada plena, el cansancio se ha

Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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