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Categoría: Confesiones

Noche de Invierno

Había recibido una carta de mi hermana mayor,
Susana, en la cual me decía que en el verano
pasado había recibido la visita de Raquel y
Rubén, es decir, mi hermana del medio y su marido.
La carta me hizo recordar la noche de sexo que
había tenido con mi cuñado Rubén y tenía la
esperanza de que él, no lo hubiese contado a nadie.
Ahora es invierno y Susana junto a su marido Roberto,
me invitaban a pasar algunos días con ellos.
Pensé que sería bueno cambiar de ciudad y a los
pocos días ya me encontraba en la casa de mi
hermana mayor y mi cuñado Roberto. El es unos 10 años
mayor que yo mientras Susana me adelanta por unos
cuatro años. Me sentía feliz de estar nuevamente con
mi hermana y con su maduro marido, juntos compartimos
muchas disfrutando las bellezas de su hermosa ciudad.
Una noche, cuando ambos llegaron a casa, Susana
se veía bastante mal y dijo que tenía un terrible
dolor de cabeza, no sabía como ayudarla pero Roberto
algo acostumbrado a esto, dijo que tenía la solución
a ese problema y dandole dos pildoras como medicina
se terminaría su dolencia. Mi hermana tomó aquella
medicina y a los pocos minutos le invadió un fuerte
deseo de dormir y es así como se marchó a su dormitorio
a descansar.Me quedé sola con mi cuñado Roberto y
conversamos de muchas cosas, sin embargo se hizo
tarde y el frio, el sueño y el cansancio me llevaron
a decirle a mi cuñado que yo también deseaba descansar
y que me marcharía a dormir.
Roberto me besó a modo de despedida y dijo que él
haría igual e iría a dormir junto a su esposa.
En aquella fria noche de invierno me metí a la cama
y decidí leer algo antes de dormir, tal vez habían
transcurrido unos 30 minutos cuando Roberto entra
a mi dormitorio vestido con su bata de dormir.
¿Está bien mi hermana? le pregunto. Si, está muy
bien, dormirá profundamente hasta mañana, pues
le he dado una medicina muy poderosa para dormir,
responde él.
Se acerca a mi cama y me habla nuevamente: Tu debes
saber que somos muy amigos tu cuñado Rubén y yo, y
siempre hablamos de ti diciendo que eres una joven
muy hermosa y deseable. Ante mi sorpresa y silencio
mi maduro cuñado se sienta en mi cama junto a mí
y acariciando mi rostro continua diciendo: Rubén dice
que eres muy ardiente al igual que tus hermanas.
Luego deja de tocar mi cara para intentar acariciar
mis hombros debajo de las ropas de cama. Comprendo
que es una insinuación erótica e intento impedir
que continúe con algo que puede ser mayor. Creo que
no debes hacer esto conmigo, sabes que soy tu cuñada
y no deberías tocarme de esa manera.
Roberto sonríe y me dice que Rubén le ha contado todo
acerca de aquella noche en que me hizo el sexo cuando
yo me había acostado con en su cama matrimonial junto
a mi hermana Raquel.
Ante la sorpresa quedo muda y mi cuñado aprovecha
mi secreto para llevar su mano a mi pecho y tocarlo
levemente.
Si, no es justo que hayas dado placer solo a uno de
tus cuñados y dejes al otro sin su parte, dice Roberto
atrapando uno de mis pezones con sus dedos.
Luego de disfrutar y calentarse con mis senos, Roberto
continúa con su cachondo monólogo:
Oh cuñadita, tienes unos pechos muy eróticos y ya
me has puesto muy caliente, vas a permitir que te
acaricie mucho hasta sentir que gimes de placer,
de caliente placer.
No por favor, le ruego a mi cuñado Roberto, mis
hermanas no estarían felices de saber que ha sucedido
esto entre nosotros. Pero él no escucha y en virtud
al conocimiento del sexo que mantuve con mi otro
cuñado, comienza a lamer ya a morder ambos pezones.
Roberto está disfrutando de mi pecho mientras yo,
sin poder evitarlo, siento una leve excitación.
Deseo oponerme a sus caricias ya muy calientes,
pero como lo dijera mi hermana Susana, Roberto es
un especialista en calentar rápidamente a una mujer.
Tomo su cabeza intentando sacarlo de su fuente de
placer, pero Roberto se ha pegado a mis pechos
como el mejor de los amantes.
Sus caricias aumentan y una de sus manos llega
a mis bragas para tocar ardientemente mi sexo
por encima de la tela...luego sus dedos quedan
piel con piel con mi sexo, juega con mis labios,
y los entreabre suavemente para penetrar delicadamente
mi intimidad y centro de mis mas dulces placeres.
Luego me habla : Es delicioso tocar el lugar donde
penetró tu cuñado Rubén, tu rincón donde su polla
entró por completo para hacerte sentir su poder
sexual.
Sus palabras traen a mi mente el recuerdo de aquel
caliente sexo que me hizo sentir mi otro cuñado...
me excito aún más aunque intento disimularlo.
Vamos cuñadita, quiero que te calientes al igual como
hiciste con Rubén, me dice Roberto quien ahora saca
mis braguitas con evidente deseo de hacerme el sexo
oral. La boca de mi cuñado mayor llega a mi sexo
para comenzar a darme las más delicadas y excitantes
caricias orales. Lo recorre entero, lo besa, lo lame
y lo penetra con su lengua húmeda y anhelante.
No puedo disimular más y tampoco puedo evitar los
ahogados gemidos de mi intenso placer.
Oh Roberto - le digo - me harás acabar con todo eso
que me estás dando. Al escuchar mis palabras, mi
cuñado hace más intensas sus caricias sabiendo que
pronto me provocará un gran y caliente orgasmo.
Eso es lo que deseo - dice Roberto - quiero sentir
como te mueres de placer, quiero sentir como disfruta
nuestra cuñadita cachonda.
Sus deseos se cumplen y pronto me veo envuelta en
uno de mis mejores orgasmos: Ha sido un grandioso
e inolvidable sexo oral el que me ha dado mi cuñado
mayor.
Concluida su tarea, Roberto se levanta de la cama
y se desprende de su bata de dormir quedando
completemente desnudo pudiendo yo apreciar la erecta
y fabulosa polla de mi cuñado.
El comprende que me he sentido sorprendida por la
belleza y tamaño de su miembro sexual y lo acerca
a mí para que pueda mirarlo aún más de cerca.
Me pide que lo tome con una de mis manos para
sentir su calibre, su humedad sexual y la textura
de su piel. Tener en mis manos dicho aparato de
goce sexual, me provoca eléctricas sensaciones
de deseo erótico. Roberto lo acerca más a mí buscando
el contacto con mis labios hasta lograr que éstos
toquen la punta de su miembro. Mis ojos se cierran
ante la visión y beso delicadamente la húmeda
cabeza de la erecta y dura verga de mi cuñado.
Roberto empuja más y más su miembro sexual contra
mis labios y no me queda más remedio que acogerlo
dentro de mi boca donde puedo sentirlo en toda
su medida. Le otorgo unos momentos de sexo oral
recordando los similares placeres que anteriormente
me había brindado.
Ya complacido de los placeres que le da mi boca,
mi cuñado Roberto me pide que baje de la cama
y me arrodille junto a ella apoyando los brazos
sobre la misma, de esta manera lleva a realizar
una penetración desde atrás.
Así, a modo de los perritos, podrás sentir todo
el largo de mi verga, me dice mi caliente cuñado.
Y es muy cierto concluyo yo misma al ser penetrada
por todo el largo del miembro sexual de mi cuñado.
Roberto comienza a follarme con cierta energía
hundiendome en la cama con cada una de sus arremetidas.
Que bello culo tiene mi joven cuñada, Rubén lo habrá
gozado de igual manera como hago yo. Es una suerte
tener a la hermana menor de mi esposa clavada
hasta mis bolas, dice Roberto.
Mi cuñado me posee de esta manera hasta que decide
cambiar de posición.
No soportaré mucho cuñadita, de manera que debes
subirte a la cama para ya gozar definitivamente.
Le obedezco y estando boca arriba, abro mis piernas
para ofrecerle mi sexo el cual es rápidamente invadido
por segunda oportunidad.
Sin tardanza me veo penetrada profundamente por la
sexual enormidad de mi cuñado, el calor y el placer
me han invadido en esta fría noche de invierno.
Mi cuñado me hace el amor enloquecido mientras
susurra en mi oido calientes frases eróticas:
"Ya has sido follada por tus dos cuñados" ; "Esperé
mucho tiempo en follar a mi querida cuñadita" y cosas
por el estilo que nos calentaban aún más a ambos.
Por fin en medio de sus calientes frases, Roberto
me lleva al placer de mi segundo orgasmo...no puedo
aplacar mis fuertes gemidos de goce mientras
disfruto de este sexo familiar.
Ahora espero que mi cuñado llegue a su momento más
feliz, pero en la espera, consigo un tercer orgasmo
el cual me recuerda a mi hermana mayor Susana quien
siempre dice que su marido la hace gozar sin medida.
En medio de estos pensamientos, llega el placer de
mi cuñado quien me toma con enorme fuerza para
depositar muy profundo en mí, el ardiente semen
que me quema en mi interior.
Sus gemidos incontrolados se unen a los mios
mientras terminamos este encuentro de sexo entre
cuñados.
Roberto regresa a su dormitorio a dormir junto a
mi hermana mientras mi cuerpo incapaz ya de
sentir el frio del invierno, se entrega al dulce
placer de dormir.
Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 4.87
  • Votos: 47
  • Envios: 1
  • Lecturas: 3230
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