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Y la que les traigo ahora es una de las mejores historias de sexo de Estela con María Teresa. Fue una semana que estaban las dos muy acarameladas, mandándose mensajes y mimos por teléfono, yendo juntas a alguna compra o a ver ropa. Y entonces Tere, que ya estaba bien enganchada con las mujeres, tuvo una de sus brillantes ideas: tomar bastante, ponerse borrachas con ella y hacerse mimos y lo que les diera para hacer. Así arreglaron para juntarse a cenar las dos solitas en lo de Estela el sábado a la noche.
María Teresa, muy paqueta con campera de cuero negra, pollera y tacos, muy maquillada y perfumada, llegó con un paquete con sandwiches de miga triples, los que a Estela le encantan, más varias botellas de cerveza. Teli, que también se había puesto elegante con un blazer y pollera bordó, tacos y se había puesto mucha pintura en la cara y un riquísimo perfume para excitarla, la esperaba con todo ordenado, limpio, ambiente perfumado y una picada de quesos y fiambres, con aceitunas y saladitos, aparte de haber hecho flan casero que a ella la vuelve loca. Preparó todo muy romántico, con poca luz, mantel blanco y música sensual para que Teresa entrara en clima con ella. Apenas la vio y miró el ambiente tan preparado, la entonces rubia se excitó, le acarició la pera con la mano abierta y le besó apasionada la boca. Las mujeres se sentaron en un sillón cómodo y tomaron un poco de sidra para empezar la maratón, mientras Estela la acariciaba y besaba suavecito. Pero no sería lo único de alcohol que tomarían esa noche.
Comieron y disfrutaron un montón el queso, el fiambre, las aceitunas, los saladitos y los riquísimos sandwiches que trajo Tere. Y mientras lo hacían se decían cosas dulces y tomaban cerveza como locas. Después de la buena cena, Estela trajo el flan casero y María Teresa la alabó porque le hizo su postre preferido, diciéndole cosas dulces y besuqueándole su boca roja y brillosa como la de ella. Y tras el postrecito las dos siguieron la cena, pero ahora con la bebida: más cerveza, copas muy finas de sidra con unas masas finas que Estela tenía preparadas para ella, y luego ambas fueron subiendo de temperatura y tomaron champagne, que las terminó de enganchar bien a las dos. María Teresa no paraba y no sólo tomaba y tomaba sin drama, sino que le daba a Estela bastante, la copa bien hasta arriba, para que su amiga se pusiera en pedo lo más rápido posible. Tras casi una hora de tomar, charlar y besarse y hacerse mimos, las dos comenzaron a sentir ganas de descontrolarse la una a la otra. Y allá fueron con tutti.
Del brazo de Teresa, Estelita fue a una habitación de abajo. Y cuando entraron al lugar por supuesto bien preparado por Estelita para ella, se excitó un montón y le besuqueó la boca. Y a pesar de que las dos estaban tomadas, llevaron más alcohol a la pieza y siguieron tomando hasta no dar más. Las dos hablaban y se reían arrastrando la voz con una borrachera total. Tanta era la locura que en un momento, María Teresa no aguantó más, y totalmente ebria se sacó la ropa, se subió encima de Estela justo cuando ésta estaba tomando otra copa, se la tiró al piso y le fue sacando su ropa. Y Teli, más borracha aún, le sacó a Teresa lo suyo y excitada le pidió que le hiciera de todo. Por supuesto Estela se había puesto una ropita interior infartante, un corpiño negro con brillo, bombacha negra haciendo juego, portaligas y medias negras muy sexy. Y apenas María Teresa la vio en corpiño y bombacha, para qué. Borracha como estaba, se le tiró encima y la empezó a manosear con ropa y todo. Mientras las dos se servían un par de copas más y estaban que reventaban, se terminaron de desnudar. Y cuando Estelita se sacó despacito su bombacha, recibió al huracán Teresa: la gorda preciosa y dulce se le acostó encima y primero la apretujó toda de pies a cabeza, luego la hizo abrir de piernas y le dio con juguetes por la vagina, mientras la besaba y no paraba de decirle porquerías. Las dos se enzarzaron en lucha libre arriba del colchón completamente alcoholizadas, María Teresa le metía las manos en la cola o la vagina, Estela pedía que la llenara de flujo suyo, locura y pedo totales. Las dos locas amigas se hicieron de todo y con todo mientras la música funcional las envolvía. Un poco menos que todo lo que habían tomado. Y le dieron bien por vagina, cola, pechos, masturbándose y besuqueándose todas hasta el amanecer.
Así las dos lindas mujeres acabaron otra de sus primeras historias de sexo desenfrenado, acompañado de buen fiambre y regado con mucho alcohol. Una noche de amor de Estela con quien más le gusta, su dulce María Teresa. Y fue tan novedosa y buena idea que la repetirían más adelante con frecuencia. Pero la mejor fue esa primera noche. Estela, loca y en pedo total, pero lo que más le importó, llena de sexo y amor con su novia María Teresa.
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