Hola!
Sucede que un día me invitaron mis amigos a la disco y acepté acompañarlos, sin embargo, poco despues de las dos de la mañana decidí regresar a casa.
De pronto al ir caminando por la calle, de noche un sujeto como de 25 años, muy muy guapo, alto de cabello corto y rubio siguió mi ruta y en una calle me dijo
-Hola, ¿A dónde vás tan de noche? ¿Buscas algo?-
a lo que yo respondí
-No, voy para mi casa-
entonces el se acercó un poco más y me dijo
-¿Pero por qué ya va a su casa un muchacho tan guapo? ¿No te quieres divertir con migo? ¡Vamos a mi casa!-
mi pija empezó a responder ante estas palabras, ya que se acercaba cada vez más hasta que una de sus manos me tocó el hombro.
En ese momento no sabía que pensar ni que decir y lo único que pasaba por mi cabeza era la posibilidad de cojer con ese sujeto, que era tan guapo, pero lo que más me atraía eran sus esquicitas nalgas.
-Quiero descanzar- dije un poco temeroso, pero a la vez excitado.
-¿Descanzar?- me preguntó -Bueno, vamos a mi casa, ahí podremos descanzar-
Me tomó de la mano suplicante, con una mirada lujuriosa y sentí una sensación tan extraña que subió mi calentura y estaba dispuesto a ir con él.
-Bueno, vamos- Dije mientas imaginaba todo lo que podía pasar.
Me imaginé que estaba cerca su casa, pero me llevó hasta su automovil y antes de entrar me preguntó
-¿Estás seguro de que quieres ir?
pensé unos instantes, pues una parte de mi - el temor- me decía que no. Quizá el sea un delincuente o algo así, tal vez quiera hacerme daño; pero por otro lado la locura y el placer me incitaban a no negarme, es que el era realmente hermoso que con tan solo imaginar que podría verle desnudo mi cuerpo entero sentía un calor inaudito que me obligaba a sacearlo.
-Si, estoy seguro- respondí con un acento de una especie de "temerosa seguridad".
Al encender la marcha me miró y sonrió, su automóvil tenía un aroma a piel, a alcohol y a tabaco, puso música y emprendimos el camino. En el trayecto, al mover la palanca extendía la mano y lograba tocar mi pierna disimuladamente y yo me acerqué un poco más para que llegara más lejos, entonces, luego de hacer una maniobra reposó su mano en mi pierna y sentí como una contracción en el estómago, eso me pasa cuando realmente estoy caliente, entonces me preguntó
-Tienes miedo-
y respondí
-Un poco-
-¿Por qué?-
-No lo sé-
-Tranquilo, no pasará nada que tu no quieras-
-¿Por qué? ¿Tienes planes?-
El solo sonrió por mi ingenuidad.
Al fin llegamos a su casa y muy sigilosamente entramos, él me llevó a su habitación, al parecer vivía solo. Entonces el dijo
-Hace calor ¿No crees?-
-Si un poco- dije
-¿Por qué no te quitas tu camisa?-
-¿Por qué no me la quitas tú?- Esta respuesta no sé de dónde la saqué, no tenía ánimos de mostrarme de esa manera, pero yo creo que la calentura al fin había vencido el miedo. El simplemente sonrío y se acerco. Muy suavemente me quitó la camisa y me abrasó por la cintura y bajó más y más hasta que dijo.
-¿Por qué no te quitas el pantalón?- Pero al parecer adivinaría la respuesta ya que antes de terminar de hacer la pregunta ya había logrado desabrochar mi cinturón y comenzaba a desabotonar mi ropa.
De entre mi boxer salía la cabeza de mi pija tan dura que yo mismo me impresioné, de prontó me recosté en la cama y solo sentí una sensación de humedad en mi palo comprendí que ese hombre estaba chupandomelo y no podía creerlo, no podía imaginar que un hombre tan guapo estuviera ahí, lamiendo mi pija como una putita, con tanta ternura y de pronto lo detube.
-Quiero verte desnudo- dije
-Pues consíguelo- me retó
Pronto fui quitando su ropa, una a una, sus zapatos, sus calcetines, su camisa, su pantalón y antes de quitar la trusa me levantó y me dió un beso tan rico que por poco me desmayo.
Al fin se tiró en la cama y pude ver un cuerpo apetecible, tan rico, con ese culo tan limpio y tan rico, unas nalgas impresionantes y una pija dura y grande con bellos color oro y unos huevotes que ya me moría por lamer, me fuí hacia él y en un 69 empezamos la faena, realmente lamía rico, parecía que nunca lo había hecho, con tanta ternura que a cada lenguetazo sentía que me venía pero quería disfrutar más. Su pija era la que por tanto había soñado, con ese intenso aroma a sexo que me hacía desvariar quería morir y cojer por siempre con él en la eternidad, estaba tan rica que casi quería mordérsela y comermela, pero ovbiamente eso es una aberración.
De pronto dejó de lamer mi polla y no le preste mucha importancia, cuando de pronto un gemido mío me hiso parar de lamer a mi también, era una sensación realmente de otro planeta, quien ya haya pasado por eso seguramente me entenderá, un placer que no cabía en mi y me hacía enloquecer hasta gemir de tal forma que me impresioné de mi mismo. Se trataba de su rica lengua profanando mi ano y yo sentía que el universo entero corría a travez de mi. Esta posición duro cierto tiempo, hasta que descubrí que era muy tarde y se lo advertí. Entonces él se colocó de a cuatro y me dijo
-Me he dado cuenta como te mueres por mi culito ¿Te gusta verdad? ¿Quieres metérmelo verdad? ¡Pues órale! es todo tuyo-
Y sacó las nalgotas como nunca había visto, arqueó su espalda abrió las piernas y dejó totalmente al aire un rico ano, pronto tomé mi polla y la incrusté lentamente y el comenzó a moverse de una forma descomunal, me la apretaba costantemente con su ano y yo bombeaba acometiéndole más y más hasta que de tantas ganas de tenerlo comensé a empujarlo con mi cuerpo cada vez que lo metía y me recosté encima de él y apreté sus pezones por poco tiempo, pues en cuanto escuché su primer gemido solté mi leche en su culo y casi me muero de tanto placer que sentí, luego él me dijo que quería que se la mamara y ya que él me brindó todo su culo, su cuerpo, sus piernas y todos su pelos se lo lamí como nunca hasta que me llenó la boca con sus deliciosos líquidos. Realmente era él muy guapo que quería quedarme más tiempo, pero no pude era demasiado tarde y tenía que llegar a casa.
Nos vestimos y al estar listo el me sentó en sus piernas acomodando mi culo frente a su verga y me dijo
-Gracias nene, es lo más rico que he hecho en mi vida, no tengas miedo cuando me vuelvas a ver-
-Gracias a ti- dije
-Y no me quiero quedar sin incrustarte mi herramienta, nos vemos luego he-
y realmente quería sentir esa hermosa verga en mi interior, pero nunca más lo volví a ver.
Es lo que más recuerdo de él, ese último beso tan rico que me dió cuando me fuí y esos ojos azules que me miraron primero con lujuria y después con ternura, quiero volver a verlo.
Por cierto, todo esto pasó cuando yo tenía 15 años, ya ha pasado mucho tiempo y creo que no lo veré jamás.
buen cuento simplemente facinante escribeme y ya veremos que se da