Un estudiante de licenciatura en Leyes. Me invita siempre a almorzar, un mediodia en vez, de ir almorzar me invita a una cinta secreta como intima, que no resisto por incitarme a mi parte sexual deseada por el atractivo que lo hechizo con mi simple presencia como al tratarlo en lo personal.

Solicito por favor, que nadie se entere ni le cuentes de lo que hacemos secreta como intimamente, me entiendes y me prometes por los más sagrado de tu persona, que nadie se entere de lo que hacemos los dos en mis horas de almuerzo.

No resisto ante sus caricias recorriendo por mis glúteos muy firmes, igualmente parados por mis medias ajustadas que lo apasionan mucho más, a este enternecedor estudiante de licenciatura en leyes; también no resisto ante sus majestuosas mamadas que me proporciona por mis riquisimos como cachones senos voluminosos conservados firmes al excitarlo, en todos los placeres carnales alocadores practicantes propiamente por todo mi cuerpazo de mujerzuela cabrona de ocasión.

Adicional no resisto ante sus buenisisimas masturbaciones llenisimas de toda la verga caliente, que eyecula cuando esta conmigo al practicar el sexo fogoso. De todo esto no resisto ante sus impresionantes sentadas penetradoras de su culo erecto por mi concha sexual femenina; bombeando su poderoso semen al encontrarme en un climax espectacular, y a la vez, siento un orgasmo glorificante como ritmico al compas de nuestros amorios apasionados que me gusta muchisimo, por parte de este estudiante de leyes.

Francamente el es un complemento muy estimulador sobre todo muy divertido, muy regalon, muy agil comparado al impotente igual, que al cabron esteril del sinverguenza de mi esposo. Con el estudiante se me cumple todos mis deseos y se atreve, a todo lo que se propone tanto en el aspecto amoroso como sexual; al escogerme como su juguete al ser compañera actualmente de actos de levantarse como acostarse al engañar, al traicionar, al inrrespectar, en especial al quemar a una mujer casada, como es mi caso precisamente en este relato.

No resisto ante sus miradas, coqueteadores como insinuadoras, al sonreirme que le gusto siempre vestida ejecutivamente, con mis piernas atesoradas modeladas por las medias, de belleza cautivadora que los contoneos de mis caderas al caminar son llamativos, provocativos los cuales revitalizan todos los honores de hacerme su amante de por vida, el si conoce de verdad lo que necesito y satisfacer todos mis ganas sexuales, que no he podido disfrutar junto al mi pobre impotente, cabron, y sinverguenza de mi propio esposo que jure amarlo, protegerlo, respectarlo, como cuidarlo hasta que la muerte nos separe.