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Ni con viagra

Dice un refrán:
"No dejes para mañana
lo que puedes hacer hoy"

Calilo esperaba su Princesa Verde como un buen pendejo sentado en la roca, bajo la enorme ceiba.
No tenía fuerzas ni para dejar escapar un buen follón, es más, si la muerte lo hubiera venido a buscar en aquella hora, estaba frito, el pobre no tenía calorías suficientes para morirse. Sus lindas peticiones al Señor eran una blasfemia.

__¡Señor, heme aquí bajo este maldito árbol, sentado como un buen mamao esperando que tú, aunque sea en los últimos días de mi vida, me permita,
por lo menos, oler una de esas pajaritas que están enjauladas entre las piernas de una buena hembra....

Y luego comenzaba a hablarle a su fiel y compañero amigo, Pirulín...

__No me vengas con con cuentos, perdiste las mejores oportunidades cuando joven, creo que ahora es muy tarde, estamos liquidados... no veremos un pelo ni de saco.

Mientras hablaba miraba a Pirulín, pero éste estaba más muerto que un difunto, incoloro,
sin higiene, se había dejado caer sobre aquellos dos bolones, aquellas dos bolsas que casí no podía arrastrar...

___¿Con qué te acostaste a dormir?... picarón...
lo miraba y hacía gestos con su cabeza, no era posible que aquel animalito que en sus mejores tiempo medía unas doce pulgadas se hubiera reducido a una insignificante masa de piel que ni fuerzas tenía la levantarse...

Pero Calilo jamás perdió la esperanza, soñaba con su Princesa Verde, no podía esperar más de papá Dios, había edificado una montaña de cera en su dormitorio de las miles de velas que prendió a Dios y a todos los santos... no quería morir en aquella soledad, no quería que la burra lo corriera en el cielo cuando muriera...

Volvía su mirada a Picurín, coño carajo, por lo menos muévete que me estoy orinando... casi bostezando se levantó y dejó caer un fino hilo de orín sobre sus dos enormes testículos...

__¡Maldita sea, ni para orinar ya me sirves!

Picurin se desmayó para no levantarse más.
Recordaba la última vez que lo vio erguido, erecto pero doblado, aquello no impresionaba a nadie... don Cefo le había regalado la pastilla milagrosa, una viagra... por poco se muere...
pero se sintió feliz cuando vio que Picorin hizo el intento de levantarse... al otro día casi gasta los chavos del seguro social en las pastillitas, hasta se olvidó de comprar más velas... la gestión fue en vano, su amigo Picurin ni se enteró... duerme que te duerme hasta el día hoy...

La brisa sopla con enojo, el sol está que arde de furia, el viento pasa en puntilla.... no quieren ver aquella triste escena... dos tipos con unas caras de maldecidos... Calilo y Picurín.

Pero no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo soporte, dice el refrán y Calilo creía mucho en la sabiduría popular.

Tocó tres veces a Picúreo, como a veces le decía, lo agarró por la punta, le habló de Jenifer, de Iris Chacón, de las gatitas de play boy, de los bombones de La Nueva Hora, Sofía,... bueno una hilera de imágenes y figuras sensuales cruzaron por la mente del anciano, hasta le enseñó una lámina de una revista pornográfica, pero nada, el pichón estaba dormido, no había diablo que lo levantara ni pelo crica que lo inspirara.

__Puñeta, escúchame, aunque sea escuha esto, no tienes que pararte... ayer fui al pueblo y hablé con Críspulo, mi compadre, le expliqué y el pobre por poco llora...

__Compadre eso no puede ser verdad, yo no puedo creer que un tipo que levantaba pesas, que tenía un cuerpo perfecto, que las chicas se morían por él, no haya visto ni un pelo de saco en la vida...

__Así es, ni de saco... no he sabido disfrutar a una mujer por eso mismo por estar levantando pesas y cuidando mi cuerpo mientras ustedes hacían y deshacían en el barrio...

___Entonces usted quiere librar la chucha, usted quiere, antes de morir, conocer lo que se siente con una hermosa damita...

__¡Sí, coño, eso quiero!

__Bueno, lo mejor es que se compre unas pastillistas que han salido al mercado... son un tiro...

__No me hable de eso, me tomé tres de un golpe y vi al mismo diablo entrar por la puerta de mi cuarto con dos alcahuetes y me quería llevar a la fuerza para el otro mundo!...

__Entonce lo de usted es cirugía mayor, necesita una experta en esos menesteres, alguien especializada en las artes del amor...
Déjeme pensar...

__¡Ay bendito compay, si espero a que usted piense me muero esperando!

___Compadre Camilo, suave, no me tire para la orilla... Miré, voy a regar por el barrio que usted se pegó en la lotería y ya verá como aparecen las doncellas...

Así me dijo el compay ayer...Sabes Picurin él es muy inteligente... yo creo que la vamos a librar.

Pecurin ni cuenta se dio de lo que el viejo había dicho, estaba en las últimas, un poco adolorido por los ejercicios nocturnos a que era sometido por el viejo sin lograr resultados
positivos...

Llegó la noche más veloz que un águila que va en busca de su presa... el viejo se levantó casi sin poder, sus dos bolas no lo dejaban casi caminar... se puso el sombrero blanco y miró hacia el balcón de la casucha... le pareció ver a una mujer, pero creyó que era un espejismo...

Bueno... Picurín, creo que hemos perdido un día más esperando a nuestra Princesa Verde, aunque esta noche me conformaría hasta con una bruja fea y loca....

Entró con dificultad a la casa. Buscó una caneca de ron, se echó un pedazo de tabaco a la boca, se quitó la ropa y se dirigió al cuarto...

___De pronto sintió que Picurin se levantó rabioso, era un volcan en erupción, empezó a vibrar, todo su cuerpo temblaba, Picurín había crecido un poco, sobresalía entre aquellas dos enorme siamesas...

Elena, la ramera más codiciada del barrio, estaba complemente desnuda, sus piernas abiertas, sus senos levantado, estaba lista para empezar... Camilo no podía hablar, el bastón se le cayó de las manos, era un sueño, una ilusión, una dulce pesadilla...

Quedó petrificado... de pronto escuchó la voz del campadre...¡Atención!, listo... disparen...
¿Qué pasa compadre Calilo?... esa es su oportunidad... Adelante, mire como Elena se retuerce del gusto en la cama...¡No sea pendejo!

El viejo, como una momia egipcia , dio dos pasos,
miró al compadre... miró aquel hoyo negro en medio de la cama... miró a Picurin... lo tocó con sus dedos... ahora tú quieres,¿Verdad?
Pero ya es muy tarde... dio dos pasos para atrás y cayó al suelo sin vida... tenía a Picurin apretado por el cuello como si lo hubiera querido arrancar de raíz...
Fin
Datos del Relato
  • Categoría: Varios
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2 comentarios. Página 1 de 1
Diana
invitado-Diana 08-07-2003 00:00:00

¿Qué se puede decir de Ud. que no se haya dicho ya? Es Ud. un escritor incomparable, bueno en todo lo que escribe, adictivo 100%. Lo felicito y admiro mucho.

Angel F. Félix
invitado-Angel F. Félix 08-07-2003 00:00:00

¿Es Picurín que se raja? ¿O es Calilo quién la diñó? Cuando de lidiar se trata ¡mal va, si la vejez llegó!

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