Las clientas aun postradas y mirando al piso, con voz poco audible respondieron “si Majestad, nos retiraremos para cumplir la tarea que nos ha encomendado, diciendo esto se acercaron a su Majestad, besaron sus pies para despedirse y poderse retirar pero sin darle jamás la espalda.

Su Majestad hizo presentarse a su sequito para ordenarles que se hicieran cargo de entrenar a esas estúpidas de nuevo ingreso, que ella solo iba a estar supervisando pero que la responsabilidad caería en ellas, las esclavas respondieron “si Majestad, estamos para servirle” para después retirarse y empezar con la tarea que acababan de asignarles.

Mientras las esclavas se retiraban, el Ama llamó por teléfono a su primera clienta para que le reportara el comportamiento y desempeño de las perras que tenía en renta, la clienta le comentó a su Majestad que estaba más que contenta con el servicio de las esclavas domésticas, que hacían de todo y aún más, ya que por su iniciativa se habían adjudicado ellas mismas la tarea de llevarles el desayuno a la cama, despertarlas lamiéndoles los pies y sacar a pasear a los perros. Su Majestad al escuchar el reporte terminó la llamada y se enorgullecía de que su negocio de limpieza empezaba a dar frutos y con un gran margen de ganancias.

El Ama llamó a sus perritas y ellas acudieron y enseguida se postraron para esperar órdenes de su Ama, dueña y señora, se les ordenó verificar como iban sus madres con el sometimiento y entrenamiento de las futuras esclavas domésticas, las perritas acataron y fueron a verificar los avances con sus madres; a su regreso con el Ama se postraron en pose de adoración y notificaron a su Ama que al principio habían tenido un poco de problemas al hacerlas besar los pies y lamer el piso, pero sin embargo había sido ya solucionado. Habiendo reportado los avances, el Ama les permitió retirarse para continuar sus deberes, las perritas besaron sus pies.

En tanto que las perras entrenaban a las reclutas, el sequito principal de perras continuaban con sus labores domésticas para servir y atender las necesidades de su Ama, las perras interiores se encaban de todo lo relacionado al aseo dl reino, mientras que las perras exteriores se dedicaban a mantener limpios los patios y en óptimas condiciones los jardines, vigilar que no hubiera eses sin enterrar para que no se apestara el ambiente del reino.

Una vez más el reino marchaba sobre ruedas mientras el nuevo negocio iba mejorando cada vez más. Empezó a ser tanto el éxito del negocio de perras domésticas que el Ama decidió hacerse de más esclavas, pero estas serían únicamente entrenadoras de perras domésticas.

Les invito a mis lectores a no abandonar esta lectura en la que van a ocurrir situaciones inesperadas, pero esto será en la segunda parte de esta historia que lleva como título “RENACE EL HAREM”.

GRACIAS A TODOS ELLOS QUE HAN SEGUIDO ESTA HISTORIA