He reflexionado mucho sobre si les hacia esta historia o no, ya que es bastante difícil de creer, ya que aunque me sucedió a mi, a veces me parece que es mentira haya sucedido, como una cuestión imposible, pero les confieso que me sucedió realmente... Siendo todavía un joven de 28 años conocí a una chica que me gustaba muchísimo, pero para serles sincero no poseía esos grandes atributos de que siempre se hacen gala... la chica era gordita, bajita, bastante tetona y las nalgas había que pasarle la mano para saber que estaban en su posición, lo único que tenía bastante aceptable era su carita bastante bonita... de todas formas yo estaba enamorado de Adita y quería llevar aquella relación hasta sus últimas consecuencias, es decir, que si su familia me lo permitía me casaría con ella... Siempre noté que al tocarle el tema de ir a su casa a conocer a su familia para hablarle de mis intenciones, me cambiaba de conversación... No pude soportar aquel misterio por más tiempo y un día le pedí me aclarase aquella situación... echándose a llorar me contó su historia, yo no era el primero que le había propuesto matrimonio, como era huérfana vivía con su abuela y sus tías, todas solteras y la única condición que ponían al que se fuese a casar conmigo era que cada noche debería follarme a una de ellas... aquellas palabras dieron en mi cabeza como una jarra de agua fría llena de cubitos de hielo... aquello era realmente insólito... por eso nadie quería casarse con ella... le pedí disculpas y me retiré del lugar so pretexto de pensarlo antes de tomar una decisión... tres días estuve sin ver a Adita, tres días que me parecieron tres años, ahí comprendí de verdad lo enamorado que estaba de ella, por lo que decidí entonces afrontar la realidad y los requerimientos de la familia con tal de estar siempre junto a la chica de quien tan enamorado estaba... Cuando me vio, aún sin saber cual era mi respuesta, sus ojos brillaban de alegría y unas finas lágrimas corrieron por sus mejillas... aquello me ablandó aún más y le dije que aceptaba las condiciones de su familia siempre y cuando pudiese estar siempre junto a ella... Me dijo se lo haría saber a su abuela y sus tías, pero que no las conocería hasta después de casarnos... otro misterio volvía a aparecer... poco faltó para que me arrepintiese de mi decisión, pero ante la alegría que ella mostraba por la noticia que acababa de recibir me fue realmente imposible hacerlo... Llegó en ansiado día de la boda, pero el misterio continuaba, ni su abuela ni sus tías estaban allí presentes... mi decisión ya había sido tomada y era tarde para volverme atrás... al regreso de nuestra luna de miel llegamos a la casa y nos estaban esperando en la sala con un tremendo recibimiento... la pregunta no se hizo esperar...¿donde están tu abuela y tus tías?... Adita soltó una carcajada que asustó a todos los allí presentes... –las tienes frente a ti, esta es mi abuela y éstas son mis tías—,... Pensé por un momento que se estaban burlando de mi y ya me estaba molestando... Ante mi lo que habían eran cuatro mujeres, cual de las cuatro estaba mejor, la menos escultural como era de esperar era la abuela, pero se veía que en sus años de juventud había sido una soberbia mujer, porque aún conservaba la belleza de su cara y las formas de su cuerpo, tal vez un poco menos vistosas por la edad, pero seguían siendo envidia de cualquier mujer con menos edad que ella, la abuela tenía cincuenta y tres años y las tías mejor ni les cuento, sepan sólo que la mayor tenía 33 años, no se podía definir cual de las tres estaba mejor, eran estupendas mujeres y muy bellas... ahora me surgía otra pregunta difícil de responder... ¿cómo semejantes hembras podían estar solteras?... con el paso del tiempo me enteré de las causas, pero ese es un buen tema para otra historia... La abuela me llamó a un lugar aparte del resto de los allí presentes y me dijo que no fuera a olvidar las condiciones del matrimonio y que la primera sería ella, así que esa noche me esperaría en su cuarto... otra cuestión que yo desconocía era la posición económica de esa familia, muy solvente y dueñas de grandes negocios, casas y hasta un motel, por lo que desde que entré en aquella casa nunca más tuve que ir a trabajar, me tenían como a un rey... Mi pobre Adita era la que menos provecho sacaba de aquel matrimonio, pues en oportunidades le correspondía follar conmigo una sola vez a la semana, y digo en oportunidades porque por achaques propios de las mujeres no podíamos follar, y otras veces que a mi se me olvidaba que le correspondía y me iba para el cuarto de alguna de sus tías... la situación cada vez se me fue haciendo más difícil, las tías y la abuela en menor grado no se conformaban solamente con la noche que les correspondía a cada una, sino que por el día también me buscaban y me llevaban para sus habitaciones a follar... eran cinco mujeres contra mi y les soy sincero, a pesar de las ventajas que todo aquello tenía, tuve que tomar una decisión y el día que menos lo esperaban desaparecí de sus vidas, por quien más lo sentí fue por Adita, pero no tenía otra alternativa, aquellas mujeres me habían convertido en una maquina de follar, lo hacíamos todos los días y a todas horas, mi salud se estaba deteriorando y tenía que poner fin a esa situación...
ESPERABA ALGO MEJOR. TANTO MONTAJE PARA NADA. NO TIENE NADA DE EROTICO